Patagones es uno de los 135 partidos de la provincia argentina de Buenos Aires. Se encuentra entre los ríos Colorado y Negro y es el más austral y extenso de toda la provincia. Cuenta con 1,3 millones de hectáreas (una superficie que equivale casi a la mitad de Galicia) y posee más del 76% del área ocupada por la ganadería.
La media de terreno que manejan las explotaciones ganaderas de la zona es de unas 1.000 hectáreas en secano, pero hay granjas más grandes, de 10.000 hectáreas como Huencobú e incluso de hasta 28.000 hectáreas como Paso Alsina.
La Élida es una explotación bovina de carne ubicada en el valle del río Colorado, en el norte de la Patagonia
La Élida dispone de 5.000 hectáreas y más de 500 cabezas de ganado. La finca, que es propiedad de una sociedad familiar, está gestionada en este momento por Juan Bautista Dell, tercera generación al frente de la granja, que atiende junto a su padre, Claudio.
“La explotación era de mi abuela paterna. En ella había vacas y toros de raza hereford, trabajaban con 400 madres y su objetivo era sacar terneros de 7 u 8 meses con una media de 200-220 kg al destete, que era cuando se vendían a distintos cebaderos para su engorde”, detalla.
Ese trabajo planificado se rompió en 2013, cuando tras varios incendios la finca cayó en el abandono, al igual que el ganado que albergaba. El rebaño siguió reproduciéndose sin control durante unos 7 años hasta llegar a tener más del doble de animales de las 400 vacas iniciales.
Hace un año, tras la muerte del tío abuelo de Juan Bautista, él y su padre se hicieron cargo de la propiedad y empezaron a trabajar tanto las fincas como el rebaño. “Estaba todo desbordado y nuestra idea es llegar a un rebaño de 600 reproductoras y hacer un manejo semi holístico conjuntamente con la finca”, indica.
La finca es propiedad de la abuela de Juan Bautista y dos hermanas de ella
Entre las 5.000 hectáreas de superficie de la explotación ganadera hay tanto monte como zona de valle, por la que pasa el río Colorado. “Tenemos también una parte de salitral que no se puede sembrar”, explica Juan Bautista.
Alimentación del ganado
La totalidad de la superficie está dividida en 8 parcelas y todo el manejo del ganado se realiza en extensivo. En invierno, las vacas pastan en el monte y en la zona de marisma, donde crece la sampa (Atriplex lampa), “una planta arbustiva que crece en el salitral sólo en pleno invierno y que nos ayuda mucho a mantener la condición corporal de los animales”, explica Juan Bautista.
Al arder el monte ha bajado la altura del matorral y las vacas pueden aprovecharlo
Cuando se aproxima la época de partos en primavera bajan el rebaño a la zona del río. Las fincas del valle se dividen en cuatro parcelas, que suman unas 1.800 hectáreas. Otras 3.500 hectáreas serían superficie de monte, con distintos grados de aprovechamiento por parte de los animales.
“No se trata del típico monte patagónico de 50 centímetros de altura, sino que hay plantas de un metro o un metro y medio, pero al haber ardido se ha bajado esa altura del matorral y las vacas pueden aprovecharlo”, indica.
Selección del rebaño
La finca estuvo siete años sin ningún tipo de manejo, por lo que los animales se reprodujeron sin control, hasta llegar a doblar la cabaña inicial. Por eso una de las tareas prioritarias en estos momentos es reducir el número total de cabezas seleccionando aquellas vacas y toros sobre los que se sustentará la línea genética futura, aprovechando la base hereford de la que parten.
El rebaño cuenta con una buena genética de raza hereford
“Empezamos a restringirles el agua para poder juntar a los animales, ya que llevaban 7 años sin ver a una persona. Para reunirlos lo hacemos a caballo o en quads. Una vez juntados, lo primero que hicimos fue sacar a los machos, para poder hacer un control reproductivo efectivo”, explican.
El rebaño cuenta con una buena genética de base de raza hereford y la gran cantidad de cabezas de ganado existentes en la finca ha podido minimizar los problemas de consanguinidad que habría ocasionado el apareamiento descontrolado durante años.
Nuestra idea es trabajar con 600 madres y sacar 550 terneros al año: ese sería el objetivo
“Nuestra idea es trabajar con 600 madres y sacar a los terneros con 6-7 meses, antes de subir a las vacas al monte, con un peso promedio de 180-190 quilos y alimentados sólo con pasto. La época de partos la concentramos toda en 3 meses (agosto, septiembre y octubre), que coincide con nuestra primavera, y después metemos a los toros hasta diciembre”, detalla Juan Bautista.
Cercados eléctricos kilométricos
Junto con la selección del ganado, tras hacerse cargo de la explotación, Juan Bautista y su padre empezaron también reparando las infraestructuras que había dañadas, desde los bebederos y pozos desde los que se subministraban hasta los propios cierres de las parcelas.
Mantener los cercados eléctricos es una de las mayores complicaciones, debido a su gran extensión. “Los cierres son todos de 7 hilos y las divisiones internas de dos”, explican. Uno de los objetivos es mantener a raya a los depredadores. “Tenemos problemas con los pumas y en la época de nacimientos también con los zorros, sobre todo cuando la vaca deja un momento a la cría sola. En nuestra región tenemos también bastante ganado ovino, con doble propósito de lana y carne, y la única forma de combatir a los depredadores que tienen esos ganaderos es con perros pastores”, cuenta.
Tenemos hereford porque es una raza muy dócil y fácil de trabajar
Otra prioridad es mejorar la superficie de pastos. En el área costera argentina sufren desde hace años la presencia de una planta invasora conocida como tamarisco (Tamarix sp.), que colonizó la zona como consecuencia de las crecidas del río del año 1984. “Hemos empezado a cortarlo porque es un arbusto que se extiende mucho y las vacas se meten dentro y es muy difícil sacarlas porque con el caballo no puedes entrar. Por eso necesitamos cortarlo para que sea más sencillo el manejo del ganado. Con tamarisco la única opción es trabajar con perros, pero hacen correr mucho a las vacas y se pueden lastimar”, indica.
En Argentina un caballo tiene el valor de dos o tres novillos
Estos reagrupamientos eran muchas veces un factor desencadenante de bajas. “Eran animales que no estaban acostumbrados a ser manejados, y a veces cuando queríamos juntarlos y moverlos empezaban a echar espuma por la boca y se acababan muriendo de rabia a los 2 o 3 días”, reconoce.
“Es muy difícil trabajar con este tipo de ganado en libertad. Los toros y novillos los teníamos que manejar desde fuera de los corrales y siempre con mucho respeto, porque se volvían a nosotros y nos encaraban”, explica.
Teníamos 1.000 animales desperdigados por 5.000 hectáreas
Por eso, dice, “nuestro objetivo principal es achicar la cabaña para quedarnos con 600 madres de buena calidad genética y meter toros hereford de otras procedencias para renovar la sangre, buscando mansedumbre, que para nuestra forma de trabajar es algo fundamental”, asegura.
Objetivos: cruces con angus y producción de forrajes
Pretenden empezar a ensayar también cruces de sus vacas hereford con toros angus, ya que explica Juan Bautista, “el resultado son terneros muy pesados; se trata de una raza terminal pero muy buena para la producción de carne”.
Para las novillas de recría seguirán apostando por la raza hereford pura, con cubriciones a los 24 meses con toros que aporten bajo peso de los terneros al nacer. Precisamente, una de las ventajas de la raza hereford es su gran facilidad de parto, destaca.
Una de las ventajas de la raza hereford es su gran facilidad de parto
El segundo objetivo pasaría por regenerar el campo y conservar forrajes, teniendo un mayor control de la alimentación del ganado. “Pretendemos concentrar a los animales en parcelas más pequeñas porque cuando tú tienes que recorrer todos los días 5.000 hectáreas se te acaban escapando cosas que no puedes controlar», reconoce.
El manejo se llevaría a cabo en un único lote, que pasaría el invierno y parte del otoño en las cuatro parcelas de monte, bajando a los animales en primavera y verano a la zona de costa, que está dividida en otras cuatro parcelas.
Grave sequía en 2023
Debido a la falta de pasto por la grave sequía que sufrió la zona, el año pasado tuvieron importantes episodios de mortalidad de animales. “Se dieron sobre todo en vacas muy viejas, porque cuando un animal tiene muchos años si le falta algo de comida no es capaz de recuperar”, explica Juan Bautista.
Para dar de beber al ganado disponen de pozos desde los que bombean el agua a los depósitos mediante molinos de viento, pero la falta de lluvias ha hecho mella también en los acuíferos subterráneos.
Debido a la falta de pasto el año pasado sufrieron una alta mortalidad en los animales de mayor edad
“Actualmente tenemos una crisis hídrica. En el último año la zona registró un considerable descenso de precipitaciones que está reduciendo la producción de pasto. De los 350-400 mm anuales que solían llover de media habitualmente estamos más o menos en la mitad”, indica.
“Las lluvias se dan sobre todo en primavera; todo lo que es otoño e invierno es generalmente seco y los pastizales cambian considerablemente en función de si tienen riego o no. Nosotros necesitamos 10 hectáreas de monte para alimentar a una vaca, cuando en zonas de regadío la ratio de superficie por cabeza es de una hectárea por vaca”, cuenta.
Nosotros necesitamos 10 hectáreas de monte para alimentar a una vaca
El río Colorado permite una amplia zona de regadío, de unas 500.000 hectáreas, pero La Élida no dispone de los permisos necesarios para hacer uso del agua del río. Su intención es poder contar de cara al futuro con unas 50 hectáreas de regadío para poder hacer en ellas reservas de forraje con el que poder alimentar al ganado en los períodos más críticos.
“Coinciden normalmente con el invierno y el inicio de la primavera, cuando las vacas están gestantes, por lo que con un pequeño suplemento de forraje, aunque no tenga una calidad extraordinaria, podríamos mantenerlas”, asegura. Pero desde finales del año pasado, al no disponer aún de ningún tipo de forraje conservado, ni seco ni ensilado, han tenido problemas de hambruna en parte de las reses.
Pretenden sembrar avena, no para grano, sino para tener forraje con el que suplementar al ganado en los meses en los que escasea el pasto
Si se dan las condiciones de precipitaciones necesarias, su intención es también sembrar avena a principios de febrero, no como cereal para grano, sino como cultivo forrajero. “Es una zona con mucho viento y tenemos también heladas e incluso podemos tener granizadas, por lo que preferimos ensilarlo en bolas; es más cómodo para nosotros de dar al ganado que en grano”, explica.
Destino a la exportación
Buena parte de la carne de vacuno producida en Argentina se destina a la exportación. Casi un tercio del total de la carne producida en el país (en torno a 75.000 de las 230.000 toneladas mensuales producidas) se vende fuera de sus fronteras.
China acapara el 75% de la carne exportada, mientras la UE recibe el cerca del 10%, con Alemania como principal destino. Y ante el temor a un aumento de estas importaciones, entre los principales motivos de las protestas de los agricultores y ganaderos europeos han estado las negociaciones para la firma del tratado de libre comercio con Mercosur.
Entre los motivos de las protestas de los agricultores y ganaderos europeos está la firma del tratado de libre comercio con Mercosur
“En 2023 tuvimos un problema porque el Gobierno argentino bloqueó las exportaciones de carne para contener los precios de la alimentación a nivel interno, aquejados por una fuerte inflación”, explica Juan Bautista.
Los precios el año pasado se desplomaron hasta bajar de un euro el quilo
El freno a las exportaciones provocó una importante caída de precios, afectando a la rentabilidad de las ganaderías. “Como había sequía, todo el mundo empezó a reducir número de cabezas, sacrificando a aquellos animales improductivos, pero ese sacrificio masivo de vacas viejas generó una sobreoferta enorme que tiró los precios y ante la imposibilidad de darle salida en el exterior hizo que la carne no valiese nada. Un ternero de 220 kilos de peso vivo valía a un 1 euro el kilo”, recuerda.
Fin a las restricciones
Pero la llegada del ultraliberal Javier Milei a la presidencia del país abrió de nuevo las fronteras argentinas, con el fin de las restricciones exportadoras, y en los primeros meses de 2024 el país ha batido todos los récords de exportación de carne de vacuno, con medias mensuales por encima de las 80.000 toneladas, una marca sin precedentes en los últimos 57 años.
En 2023 el precio de la carne se disparó en los mercados locales y el Gobierno argentino cortó la exportación para tratar de frenar la inflación
Estos números se deben al cambio en la política comercial, tras las medidas instauradas por el anterior Gobierno de Alberto Fernández, que el 3 de enero de 2022 había establecido que hasta el 31 de diciembre de 2023 no se podían exportar determinadas partes de las canales, los llamados cortes populares, como falda o paleta, que representaban un 25% del peso, para intentar contener la fuerte inflación interna.
La carne de vacuno (el asado) es uno de los alimentos más populares en Argentina, con un consumo per cápita anual de más de 50 quilos, frente a los menos de 5 quilos de media en España, donde tiene mayor peso la carne de pollo y de cerdo.
Javier Milei ha decidido liberalizar la salida de carne al exterior, junto con la soja el principal producto de exportación argentino
Para garantizar el abastecimiento interno, la carne de vacuno, históricamente, siempre tuvo un cupo de exportación en Argentina, pero el Gobierno ultraliberal de Javier Milei ha optado por desregularizar el sector. Desde el pasado mes de enero, con la finalización de las restricciones a la exportación, la industria cárnica argentina tiene vía libre para enviar al exterior todo tipo de productos de vacuno, ya sean frescos, refrigerados o congelados.
Esto ha hecho que Argentina haya comenzado 2024 exportando un 20% más que en 2023, reforzando el peso del sector en la economía del país. La carne de vacuno, junto con la soja, son los dos principales productos exportados por el país (representan el 80% del total exportado).
“Un ganadero de carne de Galicia con 80 vacas puede tener el mismo nivel de vida y rentabilidad que un ganadero argentino de 1.000 cabezas”
Juan Bautista se formó como Técnico Agropecuario con orientación en la Administración Agraria, un título de 7 años de duración con materias de agricultura y ganadería, y realizó a finales del año pasado una estancia formativa en Galicia, dentro de un intercambio con la EFA Fonteboa de Coristanco.
Tras los tres meses de estancia en Galicia y ya de vuelta a 13.000 km de distancia, reconoce que “no te dejas de sorprender por el tipo de instalaciones, que son totalmente distintas, pero el mayor choque cultural es ver que un ganadero de carne de Galicia con 80 vacas puede tener el mismo nivel de vida y rentabilidad que un ganadero argentino de 1.000 cabezas”, asegura.
En Argentina no tenemos las ayudas de la PAC que hay en Europa ni ningún tipo de apoyo a la producción
“Aquí no tenemos las ayudas de la PAC que hay en Europa ni ningún tipo de ayuda a la producción. Lo único que hay en la Patagonia son unos préstamos para sembrar que después hay que devolver en quilos de carne, lo mismo que para cambiar los toros, pero no hay ayudas para comprar una finca o maquinaria, es todo cuestión de esfuerzo por parte del ganadero. Además, es muy difícil conseguir crédito. Son financiaciones impagables, con tasas muy altas o en dólares. Tenemos una economía muy fluctuante”, reconoce.
Claudio, el padre de Juan Bautista, era trabajador de la hacienda desde el año 2000
Además de a la ganadería, la familia Dell siempre se dedicó a la apicultura, una actividad que sigue manteniendo a día de hoy. “Seguimos teniendo entre 500 y 600 colmenas pero es un sector que está también complicado porque hace dos años que no nos sube el precio. Vendemos a granel para exportar a Europa y nos lo pagan a 0,40 euros el quilo, pero el azúcar que damos de alimento en invierno ha multiplicado por cuatro su precio”, narra.
«Tenemos muchas más rotaciones de cultivos que en Galicia»
Además del tamaño de los rebaños, otra diferencia de las ganaderías argentinas con respecto a una explotación de vacuno de carne en Galicia es la gestión de la superficie agraria. “En los campos tenemos muchas más rotaciones de cultivo que en Galicia, simplemente porque de otro modo no es viable producir. En secano se siembran pastos o leguminosas de bajo requerimiento hídrico y se abona con fósforo y fertilizantes químicos a mayores de lo que aporta el ganado”, explica.
En las praderas normalmente se abona con fósforo y otro tipo de fertilizantes químicos, a mayores de lo que aporta el ganado
También se siembra triticale, así como sorgo, pero en este último caso solo si llueve. “En nuestra zona se sembraba también mucho trigo, pero en los últimos años, debido a la sequía, nacía muy mal. Ahora se está apostando por la siembra directa con cobertura y da muy buenos resultados, porque las pocas lluvias que hubo en el último año se conservaron en forma de humedad en el suelo”, describe.
En las zonas de riego se hace trigo, maíz, alfalfa y cultivos hortícolas
En zonas de regadío las rotaciones son incluso más amplias. “Lo más habitual es sembrar alfalfa y a los cinco años levantar el cultivo y sembrar cebolla. Luego se recoge la cebolla y se siembra maíz y después un año de avena o cebada y se vuelve a empezar el ciclo”, enumera.