Territorios Pastoreados ha vuelto a convertirse, un año más y en su séptima edición, en el foro de referencia a nivel español sobre ganadería extensiva. Durante tres días, productores, técnicos, investigadores del ámbito universitario y colectivos ambientalistas han puesto en común su análisis sobre la situación del sector y propuesto medidas a favor de su supervivencia.
Organizado por la Fundación Entretantos y la Sociedade Galega de Pastos e Forraxes, con el apoyo económico del Área de Medio Rural de la Diputación de Lugo, era la primera vez que este encuentro recalaba en Galicia, realizándose de forma conjunta con la IX Reunión de Otoño de la SGPF. Con el gran reto de asegurar el relevo generacional, la necesidad de mejorar la rentabilidad de las explotaciones y de ver recompensados los servicios ecosistémicos que éstas prestan han centrado los debates, mesas redondas y visitas de campo realizadas.
La difícil convivencia con el lobo y la demanda de cambios en una PAC que no convence ha sido otros de los asuntos abordados. A continuación damos voz a algunos de los participantes:
¿Qué es ganadería extensiva y qué no?
El primer problema a la hora de hablar de ganadería extensiva es definirla. “La sociedad no distingue entre ganadería intensiva y extensiva. Por eso hemos definido unos criterios en función de la especie para saber qué se considera ganadería extensiva, porque no todo es extensivo aunque tengas el ganado en el campo. No es lo mismo tener los animales fuera a que se alimenten fuera y no es lo mismo que se alimenten sólo con pasto o no. Tampoco es lo mismo que tengan los partos fuera o no”, indica María Turiño, de la Fundación Entretantos.
“El debate sobre los criterios ha sido intenso, pero es necesaria una cierta flexibilidad, porque no en todos los territorios de España tenemos las mismas condiciones climáticas y, por lo tanto, no se puede hacer el mismo manejo”, reconoce.
Laura García Pierna, de la Fundación Global Nature, un colectivo de ámbito ambientalista que participa en el proyecto Naturaleza Pastoreada, fomentando que se paste “más y mejor” en 9 espacios naturales españoles, huye del enfrentamiento a veces existente entre el mundo ecologista y la producción agraria y defiende la vinculación entre ganadería y conservación de hábitats, reclamando el pago por los servicios ecosistémicos que presta la ganadería extensiva en contraprestación a la ganadería intensiva.
Estamos comprando alimentos a unos precios que no recogen los servicios ecosistémicos de las ganaderías más sostenibles
“Los cebaderos intensivos compran animales al destete tirados de precio procedentes de las ganaderías extensivas, con eso es imposible cometir”, reconoce. Por eso, defiende, “la ganadería intensiva debe pagar su coste ambiental en el precio de sus productos”, proponiendo, por ejemplo, medidas fiscales a favor de la ganadería extensiva , como un IVA selectivo al 0%.
Sello de calidad diferenciada
La Plataforma por la Ganadería Extensiva y el Pastoralismo lleva tres años trabajando para tener una certificación para la diferenciación de los productos de la ganadería extensiva, una marca de garantía para las granjas que realizan pastoreo y un manejo del ganado en libertad con el objetivo de lograr una mayor diferenciación y valoración por parte del consumidor. El proceso se inició en 2020 y el sello está tramitándose en el Registro de Patentes y Marcas.
Tras rellenar un formulario por parte de la ganadería, en la que expone su modelo de funcionamiento, se hace un proceso de verificación con visita a la granja. En las reuniones del Comité de Certificación hay presencia de ganaderos y de técnicos. Es un proceso de certificación sin ánimo de lucro y el futuro sello pertenecerá a la Plataforma. “No tiene un coste elevado para las pequeñas ganaderías, como pueden tener otros sellos, como el de ecológico”, defienden.
Pretendemos que este sello genere una visibilidad a las ganaderías que formen parte de la certificación
Tras superar el proceso de certificación, en el que se tienen en cuenta aspectos como alimentación, manejo o bienestar animal, las ganaderías seleccionadas pasan a formar parte de un mapa integrado en este momento por las primeras 40 explotaciones, aunque el objetivo es llegar a 90 a mediados de 2025.
Joan Alibés, técnico gallego que forma parte del Comité de Certificación, considera que “la mayoría de las explotaciones de vacuno de carne de la comunidad podrían entrar en el sello con mucha facilidad”. “Hay que justificar cada una de las decisiones de manejo. No es necesario, por ejemplo, que el ganado esté los 365 días fuera, porque hay zonas de alta montaña, donde en invierno es necesario estabular, pero se valora, eso sí, que la base de la alimentación sea el pastoreo y que la mayoría del forraje conservado sea de producción propia”, explica.
A los puertos españoles llegan anualmente cuatro millones de toneladas de soja procedentes de países como Brasil, Argentina o EEUU. Su destino principal es la producción de piensos usados en ganadería intensiva (vacuno de leche, porcino y avicultura, principalmente).
Un kg de soja importada genera 3,3 kg de CO2 equivalente
Se calcula que un kilo de soja importada genera de media una huella de carbono de 3,3 kg de CO2, que aumentaría en función de la procedencia hasta más de 5 kg teniendo en cuenta problemas añadidos como la deforestación de tierras para su producción, una práctica habitual en países como Brasil y que se está extendiendo a zonas limítrofes de Paraguay, ha explicado César Resch, ingeniero del Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo.
Hacerse oír
El relevo generacional es un aspecto imprescindible para mantener el mundo rural vivo y luchar contra el declive demográfico. Iniciativas como el proyecto Terractiva, que busca facilitar la incorporación a la actividad agroganadera a «nuevos entrantes» ajenos al sector, o el programa de empleo y vivienda en zonas rurales destinado a inmigrantes de la asociación Acción Cuarto Mundo buscan enfrentar el problema desde enfoques innovadores, lejos del tradicional relevo familiar.
Ganaderas en Red es un grupo de encuentro y apoyo con más de 200 ganaderas de todo el territorio español
La presencia de la mujer es también imprescindible. Ganaderas en Red reúne a más de 200 mujeres titulares de explotaciones extensivas que intercambian experiencias y se prestan apoyo mutuo. Paula Jarque es una de sus integrantes y censura que el Ministerio de Agricultura no haya invitado a este grupo de mujeres ganaderas al Foro de Diálogo de la Ganadería Extensiva celebrado en Toledo en el mes de mayo.
“Solas somos invisibles, juntas somos invencibles”, es uno de los lemas de Ganaderas en Red, que pretende visibilizar a las mujeres ganaderas más allá de prejuicios y buscar una manera colectiva de solucionar problemas intercambiando saberes y experiencias.
Ni la Plataforma por la Ganadería Extensiva ni el grupo Ganaderas en Red han sido invitados al reciente foro sobre ganadería extensiva organizado por el Ministerio de Agricultura en Toledo
Ese intercambio no se circunscribe al territorio español, sino que Ganaderas en Red ha participado en encuentros en Hungría, EEUU o Polonia y mantiene contactos con redes incipientes similares que están surgiendo en Portugal o Marruecos. “Hemos conseguido tejer redes entre nosotras y con mujeres de nuestro alrededor”, destaca Paula.
2026, Año Internacional del Pastoralismo
A petición de Mongolia, el 2026 ha sido declarado por Naciones Unidas Año Internacional para los Pastizales y el Pastoreo. Para celebrar esta efeméride se están organizando diversos actos a nivel internacional, gracias a la colaboración de grupos pastoralistas de distintos países.
Francesca Pasetti, de la Fundación Trashumancia y Naturaleza, es una de las coordinadoras del grupo español y llama la atención sobre la falta de datos. “No sabemos cuántos pastores hay en el mundo, no existe ningún registro en ningún país y por eso se está tratando de hacer un mapa mundial”, explica.
Uno de los objetivos de la celebración de esta efeméride en 2026 es la concienciación social, un ámbito en el que ya ha habido algunos avances. “No hemos podido frenar la desaparición de los pastores y la reducción de los rebaños, pero hemos avanzado en limar discrepancias con grupos naturalistas y en el reconocimiento de la contribución del pastoreo a la biodiversidad”, destaca Mireia Llorente, ecóloga de la Fundación Entretantos.
Producción amigable con la naturaleza
Óscar Rivas, de la Asociación Galega de Custodia do Territorio, explicó el funcionamiento de la Rede de Custodia Agraria de la Reserva de la Biosfera Terras do Miño, de la gue forman parte distintos ganaderos de vacuno o caprino de la provincia de Lugo, como Cabuxa Natur, Casa Codesal, Casa Bértolo o Traloagro.
Muchos de los espacios de biodiversidad europeos incluyen actividades agroganaderas
“Debemos huir del enfrentamiento entre naturaleza y agroganadería y asociar las buenas prácticas de producción a la conservación, ya que muchos de los espacios naturales europeos actuales son fruto de esta interacción entre producción y naturaleza”, asegura.
“En nuestro contexto europeo separar lo natural y lo antrópico es difícil y hoy mucho de lo que nos parece natural procede del abandono de la agricultura. En Galicia hay ecosistemas de alto valor natural adaptados a la realidad productiva e incluso algunas especies verían comprometida su existencia si desapareciesen estas actividades agroganaderas”, asegura Óscar.
No hay que hacer una enmienda a la totalidad a la Red Natura, habrá que modificar o mejorar lo que falla
“No se puede meter toda la producción en el mismo saco. Hay ganadería responsable y respetuosa con la conservación de la naturaleza. Son sistemas productivos de baja intensidad y amigables con la naturaleza que producen mucho más que proteína”, defiende.
El gran reto de la coexistencia con el lobo
El equilibrio fundamental de la ganadería extensiva es lograr una forma de producción rentable a nivel económico pero respetando el medio ambiente y las características de los territorios en los que se realiza esta actividad.
En ese sentido, la convivencia con la fauna salvaje, y especialmente con el lobo, es uno de los grandes retos. Liderado por la Fundación Entretantos, una entidad especializada en mediación social, se ha desarrollado un proceso participativo, denominado Grupo Campo Grande, que ha tratado de buscar puntos de encuentro entre ganaderos y colectivos ecologistas.
En Galicia se declaran anualmente 3.000 muertes de ganado por lobo, pero hay muchos más ataques de los declarados
“El declive de la ganadería extensiva va más allá de la presencia del lobo. No hay una correlación directa, pero es cierto que se está abandonando el pastoreo de las montañas con las consecuencias de matorralización que eso tiene”, asegura Julio Majadas, de la Fundación Entretantos.
“Se pueden implementar medidas preventivas, pero no todas sirven para todos lados. Hay lugares en los que es imposible hacer cierres y zonas donde no se pueden llevar mastines, que legalmente no podrían estar sueltos”, advierten. Además, cambiar el modelo supone aumento de costes y de trabajo para el ganadero.
Las indemnizaciones deben ser mayores e inmediatas y estar desvinculadas a las ayudas de la PAC
“En Galicia hay 3.000 muertes de ganado por lobo declaradas a la Xunta anualmente, pero el dato real es mayor. Las ayudas deben ser mayores e inmediatas. Hay que indemnizar mejor los ataques y eliminar las ayudas PAC a la convivencia con grandes carnívoros porque las reciben todos los ganaderos, no sólo los que sufren ataques, además del sinsentido de que excluyen a los productores ecológicos”, denuncian.
“¿Por qué no georreferenciamos a los lobos en vez de a las ovejas o a las vacas?”, proponen los ganaderos, que se consideran “una especie en extinción”, porque “cuando se produce un ataque, además de las pérdidas económicas, hay un daño emocional”.
Adaptación al cambio climático
El Plan de Acción Estratégica para la Adaptación de la Ganadería Extensiva al Cambio Climático es un documento de medidas fruto de un proceso participativo de más de 120 personas entre ganaderos, administración, sindicatos, investigadores, ONGs, etc.
Dentro de este proceso se han realizado distintos talleres temáticos sobre movilidad ganadera, manejo de la fertilidad del suelo, gestión del agua como recurso crítico o sobre el uso del fuego como forma tradicional de gestión del territorio en combinación con el ganado.
El cambio climático empieza a ser problemático, y es necesario adaptarse a él, pero no es el principal problema que enfrenta la ganadería extensiva
“La ganadería extensiva sale normalmente mal parada de los cálculos de huella de carbono, debido a que las emisiones de gases de efecto invernadero se computan en relación a la producción obtenida (Kg de CO2 equivalente por quilo de leche o carne producidos) y no se tiene en cuenta el pasto como sumidero natural de carbono”, lamenta Rosa Mosquera, profesora en la Escuela Politécnica de Lugo.
“El cambio climático empieza a ser problemático, y es necesario adaptarse a él, pero no es el principal problema que enfrenta la ganadería extensiva en este momento, por lo que hay que abordar esta adaptación teniendo en cuenta otros factores. Uno de ellos es el problema de relevo generacional que estamos sufriendo, por lo que nos vamos quedando sin rebaños y sin los conocimientos que hacen posible la ganadería extensiva”, asegura Mireia Llorente.
El agua, factor limitante
Si algo ha quedado claro durante las intervenciones de los distintos ganaderos y técnicos participantes, procedentes de lugares como Extremadura, Castilla y León, Andalucía, Castilla-La Mancha, Canarias, Navarra, Aragón, Galicia, Portugal o Italia, es la gran diversidad de condiciones productivas, lo que influye de forma decisiva en el manejo de los pastos y los animales.
“En Galicia tenemos agua, lo que garantiza gran diversidad de usos productivos”, ha destacado Rosa Romero, directora de la Escuela Politécnica Superior de Ingeniería de Lugo, donde se han celebrado parte de los seminarios. “Desde las Universidades tenemos que colaborar en la formación de técnicos cualificados, que conozcan y apliquen las nuevas tecnologías productivas sin que se pierda el patrimonio natural que nos han legado nuestros antepasados. Galicia es un territorio donde el pastoreo es una práctica tradicional y que hoy se hace necesario recuperar e impulsar”, ha insistido.
El cultivo en línea clave permite retener agua y regenerar el suelo
Jesús Ruíz Gámez, topógrafo y experto en diseño de cultivos, ha detallado algunas técnicas existentes para mejorar la respuesta hídrica del suelo. “Se necesita aprender a leer el paisaje y descubrir las líneas naturales del agua y las curvas de nivel del terreno”, indica.
El conocido como cultivo en línea clave (Keyline) es un sistema desarrollado en los años 50 en Australia para frenar la creciente erosión y desertificación de los suelos agrícolas.
Esta técnica sirve tanto para conservar el agua en zonas de poca lluvia como para drenar suelos que se encharcan con facilidad
Mediante la realización de surcos en el terreno se consigue mejorar la infiltración y la distribución de los recursos hídricos existentes, trasladando agua de zonas de valle a zonas de ladera. El sistema combina la retención del agua en el suelo con técnicas de regeneración de la tierra y se considera beneficioso el uso de animales de pastoreo en el proceso.
Patrimonio cultural
Además de los valores naturales asociados al pastoreo, como la conservación de hábitats y el mantenimiento de la biodiversidad, la ganadería extensiva lleva implícitas manifestaciones de patrimonio cultural y etnográfico asociadas al manejo del ganado, como la trashumancia en ovino y vacuno o las rapas das bestas de caballos de monte en equino.
“Existen ayudas anuales del Ministerio de Cultura a la Salvaguarda del Patrimonio Cultural Inmaterial en el que entran este tipo de prácticas que tienen claramente una parte claramente cultural”, explica Emilio Peña, de la Fundación para la Sostenibilidad Participativa, implicada en el Plan de Salvaguarda para la trashumancia en España.
Según datos de la asociación Trashumancia y Naturaleza, entre 1993 y 2022 un total de 448 ganaderías y 536.000 cabezas de ganado hicieron trashumancia en España, una actividad en descenso en los últimos años. A la falta de relevo generacional se unen las limitaciones físicas que dificultan el movimiento del ganado y el conflicto con la población local.
“La ganadería extensiva es un bien social”
Zacarías Fievet es pastor de alta montaña y formador en la escuela de pastores de Aragón. Procedente de una familia de origen francés, sus padres conocieron el pastoralismo gracias a las escuelas de pastores que hace décadas funcionan en Francia y se asentaron en el Valle de Benasque, en Huesca, donde en invierno se dedicaban a la esquila de rebaños en los pueblos y en verano subían con los animales a los puertos de montaña.
Zacarías Fievet ha sido pastor itinerante en montañas como los Alpes, Pirineos o Picos de Europa y retrata con su cámara su día a día con las ovejas
Zacarías continúa hoy esa tradición. Contratado por los ganaderos de la zona, en los meses de verano acompaña rebaños de más de 2.000 ovejas que suben a pastar a los Pirineos, donde, acompañado de su cámara, fotografía su día a día con el objetivo de “acercar el pastoreo a la sociedad”.
Defiende que “la ganadería extensiva es un bien social”. “¿Quién está cuidando y conservando el Parque Natural? Los animales. ¿Y quién está cuidando a los animales? El pastor”, argumenta. Son muchos los beneficios del pastoreo sobre los ecosistemas de montaña, como la recuperación de pasto en zonas matorralizadas mediante el redileo, la retención y limpieza de aguas gracias al enraizamiento de las plantas o la acción de freno de aludes. “En el valle de Benasque había 40.000 ovejas. Los caminos que hacían y los rastrojos que dejaban al pastar ayudaban a retener la nieve y que durase más en primavera”, explica.
Llevar un rebaño de 2.000 animales es llevar 200.000 euros; es una responsabilidad muy grande
Por eso reclama “educar al turista”. “Un problema que tenemos en el Pirineo es la conciliación con el visitante. Es una zona en la que hay muchos parques naturales y gran afluencia de turistas con falta de información porque en el cole de las ciudades no enseñan cómo hay que comportarse con la ganadería extensiva, cómo actuar por ejemplo cuando te encuentras con un rebaño o con los mastines que protegen al ganado”, explica.
También pide la mejora de cabañas y otras infraestructuras necesarias que utilizan los pastores durante su estancia con el ganado en el monte. “En Francia hay un teléfono 24 horas de atención al pastor”, compara.
“En la carne de cerdo estamos exportando las ayudas de la PAC a China”
Junto con el problema del relevo generacional, la rentabilidad económica es hoy en día uno de los principales problemas de la ganadería extensiva a juicio de Juanma Intxaurrandieta, economista experto en ganadería extensiva que ha estado 35 años haciendo planes de viabilidad en granjas navarras a través del INTIA.
En base a esos datos, asegura que “las subvenciones son las que sirven para cubrir los costes de producción de las ganaderías, tanto extensivas como intensivas”. “Dicen que el porcino no recibe subvenciones de la PAC pero eso es falso, porque el sector porcino recibe PAC de forma indirecta por la vía de las ayudas al cereal y al regadío. Estamos exportando agua a China en forma de maíz en regadío. Estamos financiando con la PAC carne de cerdo barato a China cuando exportamos 2.000 millones de quilos de porcino al año”, razona.
Esta PAC es infumable en cuestiones como los derechos históricos, necesitamos una PAC que remunere los servicios ecosistémicos
Por eso, rechaza la última reforma vigente para el período 2023-2027. “Esta PAC es infumable en cuestiones como los derechos históricos, necesitamos una PAC que remunere los servicios ecosistémicos”, defiende.
“La pelea política con la PAC es que nos venga mucho dinero al territorio, aunque no vaya a las manos adecuadas. Hay expertos que dicen que la PAC no debería ser política agraria sino política alimentaria porque realmente a quien subvenciona es al consumidor para que pueda acceder a precios bajos a los alimentos”, concluye.