“La gente joven puede vivir de la ganadería con calidad de vida y con un salario digno”

Sergio González Fernández es un joven que acaba de incorporarse a la ganadería de vacuno de carne en Montederramo, uno de los ayuntamientos más ganaderos de la provincia de Ourense. Nos cuenta cómo cómo está siendo su experiencia

“La gente joven puede vivir de la ganadería con calidad de vida y con un salario digno”

Sergio González con sus vacas de raza Rubia Galega

Sergio González Fernández es un joven de 28 años que el año pasado decidió incorporarse a la ganadería de vacuno de carne en Montederramo, uno de los ayuntamientos más ganaderos de la provincia de Ourense. Aunque sus padres ya tenían una explotación, él decidió crear una nueva, con 40 vacas de raza Rubia Gallega. Eso si, en el día a día trabaja conjuntamente con sus padres, en un entorno cuidado de verdes praderas separadas por robles.

Sin embargo, la formación de Sergio no iba para este sector: “Estudié un ciclo superior de electricidad y estuve trabajando de eso, pero lo que me tiraba desde pequeño siempre fue el ganado”. Pasado el disgusto inicial de la familia -los perjuicios sociales siendo uno de los principales obstáculos para la incorporación de gente joven al campo- hoy tanto el como sus padres consideran que fue un acierto.

¿De donde viene tu apego por la ganadería?
Desde pequeño siempre me gustaron los animales y trabajar con ellos. Mis padres, Sergio y Carmen, son de Suspiazo, una aldea en la que siempre hubo ganadería. De hecho, mis abuelos, tanto maternos como paternos, ya vivían de la ganadería.

Mis padres fueron aumentando y mejorando la explotación, siempre apostando por la raza Rubia Gallega. Sin embargo, en el año 2001 nos hicieron un vaciado sanitario completo por brucelosis, y tuvimos que sacrificar las 48 vacas rubias que teníamos. Afectó a muchos ganaderos de Montederramo y fue difícil recuperarnos porque volver a arrancar desde cero fue complicado, con nuevos animales que tuvieron que adaptarse a esta zona, en la que estamos a unos 800 metros de altitud.

¿Como fue tu incorporación?
Estudié un ciclo superior de electricidad y trabajé de eso pero lo que realmente me tiraba era la ganadería. Y aprovechando que mi padre se jubiló el año pasado y que a mi madre aún le quedan años para la jubilación decidí incorporarme en febrero del año pasado.

Recibí una ayuda de incorporación que invertí en su totalidad en comprar 30 novillas preñadas de raza Rubia Gallega en la nave que tiene ACRUGA en la Granja Gayoso Castro. Como necesitaba también base territorial para crear la nueva ganadería tuve la suerte de que un ganadero de Paredes, una aldea cercana, que se jubilaba y no tenía relevo, me alquiló su base territorial. No solicité plan de mejora, porque empleo las mismas instalaciones que la explotación de mi madre.

Lo peor de la incorporación fue la burocracia, exigen demasiados trámites burocráticos y llega a desanimarte.

 “Lo peor de la incorporación fue la burocracia”

Tu familia al inicio no lo recibió con entusiasmo…
Lo tomaron mal, no querían, preferían que siguiera por la rama de la electricidad. Pero una vez que está todo montado da pena deshacerse de todo esto o dejarlo abandonado. Hoy creo que están satisfechos y yo también de incorporarme, pero creo que la Administración debían tirar más por esto para que la gente joven viniera a trabajar y vivir al rural.

Tengo tiempo libre, en este sistema de ganadería de carne en extensivo puedes cogerte libre un fin de semana, quitar un salario digno, organizar tu tiempo y estar en contacto con la naturaleza y con los animales. Aunque es cierto que tienes momentos de apuro de trabajo, sobre todo en la época de ensilado y de siega de la hierba, sin embargo creo que tiene muchas ventajas.

¿Como es tu ganadería a día de hoy?
Hoy manejamos sobre 140 hectáreas de praderas, en un radio de 3 kilómetros alrededor del establo y en este sentido creo que esta zona es privilegiada, porque los ganaderos no tenemos tanto problema de falta de base territorial y el precio de la tierra aquí es razonable.

De las fincas, 86 hectáreas son en propiedad y el resto cedidas o alquiladas, muchas veces sin contrato, porque la gente a veces es reticente a firmar papeles.

En cuanto al rebaño, yo tengo 40 vacas a mi nombre, todas de Rubia Gallega, y un toro. Y mi madre tiene un rebaño de 50 vacas de raza Caldelá y dos toros, y otro rebaño de 40 rubias y otro toro. En total unos 140 animales.

La recría la hacemos en la propia explotación, para evitar riesgos sanitarios de animales que vienen de fuera, y recriamos cada año entre 12 y 15 novillas. En total, venimos vendiendo unos 110 becerros al año.

“Queremos la vaca Rubo Gallega que hubo en casa toda la vida: larga, no culona, menos ancha y rústica”

¿Qué tipo de vaca Rubia Gallega buscáis en vuestra ganadería?
Queremos la vaca Rubia Gallega que hubo en casa toda la vida: larga, no culona, menos ancha y rústica, adaptada al pastoreo y a estar fuera todo el año.

Estas características se perdieron con la selección que se hizo de la raza, orientada a poner muchos kilos de carne, y de ahí vinieron los problemas en los partos. En nuestro caso, gracias a que en nuestras vacas ya las habíamos ido seleccionando, sólo podemos tener un problema de parto en 1 o 2 vacas al año. En el resto paren solas sin necesidad de ayuda ninguna. Esto no sólo significa menos gastos veterinarios sino también más vida útil de las vacas, de hecho tenemos aún algunas nacidas en el 2002, con 17 años y que siguen pariendo y criando a los terneros sin problema.

Las 30 novillas preñadas que incorporé de Acruga y también el toro no son tanto de esa morfología que teníamos en casa, pero de momento se están adaptando bien.

¿Que os llevó a conservar la raza Caldelá?
La caldelá la mantenemos porque esta es la zona tradicional de ella. Hay unos 25 años que se puso en marcha una ganadería de esta raza en el monte comunal en A Franqueira y nosotros también empezamos a meterla.

Es cierto que es una raza que da menos kilos, pero engrasa muy bien entre los músculos y su sabor es intenso y único. Si tuvo el tiempo de maceración debido y se cocinó bien, el que la prueba repite. De hecho, para el consumo de la casa criamos un becerro de Caldelá. Destacar también que somos socios de BOAGA, una asociación que nos presta una gran ayuda.

“La caldelá cría mejor los becerros que la Rubia Gallega”

En cuanto a las madres, son vacas que sacan muy bien todas las crías adelante y es una mucho más rústica para estar fuera todo el año. Incluso acaba de nacer el tenero y ya se ponen a mamar y las madres no tienen casi problemas de mamites.

Todos los ganaderos se quejan de que el precio de la carne sigue igual que hace 20 años pero los costes se dispararon. ¿Qué tal vendéis vuestros becerros?
Nosotros hacemos una cría en sistema extensivo de bajo coste de alimentación, basado sólo en el pasto. Los caldelaos antes también los vendíamos a Novafrigsa, pero los grandes mataderos no valoran esta carne porque no se ajusta a los estándares en la clasificación. Por eso, desde hace un tiempo los estamos vendiendo todos a un carnicero, Juan Manuel Lage, de Foncuberta (Maceda), y la verdad es que estamos contentos, aunque el precio siempre podría ser mayor, pues es una carne de calidad excepcional, certificada con el sello de Raza Autóctona Caldelá 100%. De promedio los estamos vendiendo sobre unos 5 euros el kilo, con un peso medio a los nueve meses de 180 kilos para los machos y 150 kilos para las hembras.

Y los de Rubia Gallega los vendemos a través de Acruga a Novafrigsa, en Lugo. Todos están certificados como Tenera Gallega Suprema y el precio sí que varía más y está como en el promedio: hasta 4,80 euros el kilo en verano y sobre 4,40 euros el resto del año. La diferencia de precio es importante y por eso intentamos hacer agrupación de partos para que las madres paran en invierno, de forma que les coincida la máxima demanda de leche de los becerros con los meses de mayo y junio, cuando hay más pasto, y poder vender los becerros en verano, pero no es fácil, porque no todas las vacas quedan preñadas.

Los terneros de rubia los vendemos también con un máximo de 10 meses de edad, siempre buscando que no pasen de los 240 kilos, pues nos penalizaría en la clasificación de las canales. De promedio los venimos sacando con 230 kilos de peso los machos y 200 kilos las becerras.

Tenéis muy pocas mamitis en vuestra ganadería. ¿Cómo lo lográis?
El problema de mamitis en la rubia se debe sobre todo a un mal secado. Intentamos secarlas bien cuando dejan de mamar los becerros, metiendo cánulas. La caldelá, por el contrario, no tiene casi mamitis. De hecho, de las 50 caldelás solo a 1 le falta un pezón, y además mantienen mejor a los becerros porque dan más leche.

¿La alimentación de las madres y de los becerros es prácticamente en ecológico?
Sí, las madres están paciendo día y noche todo el año fuera, a excepción de las rubias, que cuando paren en invierno las recogemos de noche con los novillos para prevenir ataques del lobo, aunque desde que empleamos mastines prácticamente se acabó el problema.

Por lo demás, las vacas se alimentan únicamente de pasto, sobre todo de abril a agosto, que en esta zona de montaña es cuando las praderas producen más hierba, y cuando no hay suficiente pasto complementamos con silo de hierba y hierba seca que recogemos nosotros mismos.

Los becerros está con las madres mamando hasta los 7 meses y los últimos 2 meses o 2 meses y medio están en el cebadero, donde les damos cereales a libre disposición mediante un sistema de tolvas, y hierba seca.

No estamos en ecológico pero, a excepción de los cereales, el resto de la alimentación y de la crianza cumpliría los requisitos. De hecho, no empleamos herbicidas y el abonado de las praderas es el que aportan las vacas.

¿Cómo manejáis las praderas?
Las praderas son totalmente naturales, y sólo renovamos alguna muy de vez en cuando.

Antes teníamos raigrás inglés pero no funcionaba bien en esta zona, y este año hicimos un ensayo en una finca de mezcla de centeno con festuca: el centeno protege la festuca de la helada y después ya sale para arriba en primavera.

Vuestras vacas cumplirían todos los requisitos para la recién creada IGP Vaca y Buey de Galicia. ¿Ya estáis inscritos?
Las vacas de desvieje las vendemos al año sin parir, para que engorden bien, y luego las llevamos al mercado de Silleda o las vendemos l algún tratante que venga por aquí.

De momento aún no estamos en la IGP Vaca y Buey y Galicia, pero lo veo cómo una salida interesante para darle valor a nuestro ganado, sobre todo para las autóctonas, porque infiltran muy bien la grasa.

¿Algún buey o vaca que haya salido de vuestra ganadería y que le guardéis un recuerdo especial?
De Contable, un buey de raza Caldelá que vendí este año en Silleda, tenía 11 años y fue excepcional. Lo capamos y lo cebamos durante 4 meses, un remate que podría ser mayor, pero no me quejo del precio. Fue un buey muy bueno: dócil y buen reproductor, no sé si volveremos a tener uno como él.

También vendimos una vaca Caldelá para el País Vasco y ganó el primer premio en el concurso de carne hecha a la parrilla.

“Quiero aumentar el tamaño de las parcelas y seguir mejorando la genética de la Rubia Gallega”

¿Qué cambios te gustaría hacer en tu ganadería y como ves tu futuro en Montederramo?
Me gustaría mantenerla como estamos, mejorar la calidad y la producción de hierba de las praderas, concentrar las fincas para que tengan un tamaño mayor y seguir mejorando la genética de la raza Rubia Gallega, recuperando esa línea tradicional de vaca más larga, no tan culona y con una capa de color intermedio entre el rojizo de la limousin y el blanco de la blonda. Y por supuesto, mantener e incluso aumentar el rebaño de Caldelás.

En cuanto a la administración debería mantener los servicios para la gente que vivimos en el rural, como internet, que no llega la muchas aldeas y que hoy es imprescindible para la vida diaria, o los servicios agrarios. Montederramo es el ayuntamiento con más vacas de la provincia de Ourense, y no tenemos oficina agraria, tenemos que ir a Castro Caldelas. Y desde el ayuntamiento también se debería apoyar más la ganadería, que es la base económica de este municipio.

La ganadería de Sergio en imágenes: 

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