Vivir en zona urbana o contar con poco espacio alrededor de una vivienda no impide comer productos cultivados y cosechados por uno mismo. Con este objetivo, el emprendedor Cé Rodríguez empezó a contar a través de las redes sociales cómo cuidaba y qué cultivaba en su espacio de 20 metros.
Su vida laboral estaba, y sigue, vinculada al mundo administrativo, pero la posibilidad de residir en una vivienda familiar en la parroquia viguesa de Bembrive lo llevó a aventurarse en el mundo de la huerta y a contarlo en redes. En el momento de independizarse, además de cambiar el urbano por el rural, «me encontré con un pequeño espacio de huerta en el que había unos tomates cherris descuidados». A partir de ese momento, empezó su indagación por conocer cómo cuidar unos tomates.
En el primer año, allá por el 2014, sacó su primera foto con los tomates en la mano, que subió a su perfil privado de Facebook. Luego, empezó a publicar cómo trabajaba esos tomates con humus de lombriz puro. Poco después, ya dio el paso a Instagram, «una red muy blanca y positiva» y en la que comenzó a hacer directos ya con más cultivos.
«Un día, trabajando la semilla de las cebollas, me di cuenta de que me encantaba eso de contar todo lo que sabía y fue cuando en el 2018 empecé a crear vídeos para YouTube, en concreto para el perfil «en20metros Huerto Urbano», en los que podía contar más ampliamente cómo trabajaba».
Además de trabajar su huerta, también ayuda en una finca de su madre, donde dispone de frutales y otros cultivos
Lo que empezó como una «biblioteca» para él mismo, llegó a un volumen de seguidores considerable: 876.000 en YouTube y más de 129.000 en Instagram. Todo esto fue impulsado por la pandemia: «Fue un período en el que las cuatro paredes de la casa incitaban a las personas a buscar aprender nuevas cosas y una de ellas fue cómo aprovechar esos pequeños espacios para cultivar». También el hecho de que medios de comunicación, incluidos programas de televisión, se interesaran por el proyecto que estaba creando hicieron que se incrementase su repercusión.
Productos de temporada
En un espacio tan reducido parece imposible obtener una gran variedad de productos, pero observando los vídeos de «en20metros Huerto Urbano» ya se desmonta este «mito». Su huerta se adapta a los productos de temporada, es decir, en los meses de invierno cosecha repollos, acelgas e incluso planta cebolla o ajos, ya en primavera, trabaja los tomates, pimientos e incluso chiles picantes. «En poco espacio hago un puzzle para que me entre todo lo que quiero, conjuntamente con plantas aromáticas y otras de flor, ya que me encanta que haya color», destaca este emprendedor.
No suficiente con su huerta y con el objetivo de diversificar en este sentido, también colabora en una finca que tiene su madre a 500 metros. «Es muy diferente a la mía, allí se dan cultivos que en la mía no, como la berenjena», subraya. En este espacio, cuenta con frutales cítricos como limoneros o naranjos, y está valorando plantar aguacates «de la variedad local». En cuanto a los cítricos, en sus vídeos aborda el problema «de la psila africana y de diferentes plagas que son de importancia».
Cé aprende a base de ensayo-error, por lo que adquiere técnicas que le funcionan y descarta aquellas que no le van bien
Un proceso de aprendizaje continuo
Pasar de los «fines de semana en la casa de la abuela» a cuidar y gestionar un pequeño trozo de tierra está siendo una experiencia de «ensayo-error». Cé se lanzó a la aventura buscando primero información sobre cómo gestionar los tomates y así siguió progresando. En este proceso, «también escucho mucho a mi madre, que lleva cultivando toda la vida». De hecho, de manera conjunta van mejorando técnicas: «Ella emplea sulfato de cobre y yo no, pero compatibilizamos, es decir, unos años lo echa y en otros probamos nuevos productos».
Este pequeño productor destaca que cada poco aprende algo nuevo y describe, por ejemplo, «cuando te muere un tomate acabas aprendiendo algo de las enfermedades de tomates porque buscas e indagas un poco. Quizás no llegues a saber si en tu caso pudrió porque la plaga le afectó a la raíz o a la hoja, pero seguro que ya sabes algo nuevo». En conclusión, destaca que cada uno aprende de sus propios errores, adquiriendo nuevas técnicas que le funcionan y descartando aquellas que no le van bien.

Tomates recogidos en su huerta durante la cosecha del pasado año. Imagen de sus redes sociales
Lo mismo sucede con el contenido que genera, puesto que recuerda que empezó a grabar «con un móvil que había caído en el agua», pero ya cuando decidió dar un paso más allá, pidió un préstamo e invirtió en una cámara para ofrecer una mayor calidad a sus seguidores. «De primeras trabajaba todo en automático, ahora ya mejoré en los planos y en los enfoques».
Cómo escoger una marca en las redes
En todo este proceso, sus perfiles en las redes sociales comenzaron a despertar el interés de las marcas vinculadas con la temática, es decir, desde entidades que venden herramientas a empresas que fabrican humus o abonos naturales. «Cualquier empresa con la que trabaje es porque me contactó, yo no tuve dotes comerciales y me da más seguridad que una empresa me contacte a que sea yo el que le ofrezca mis servicios», indica Cé.
Cé podría dejar de trabajar en la oficina, pero teme que el mundo digital dé un giro y ya no ofrezca una estabilidad económica
Con esa premisa, el propio creador de contenido les explica a los interesados cómo trabaja con ese sistema y, cuando no tiene la seguridad o desconoce el producto, pide probarlo antes de hacer cualquier contenido. «Lo que no quiero para mí, no lo quiero para mis seguidores», resalta.
Añade que hay un sello que le ofrece seguridad, que es el ecológico. Explica que las marcas certificadas pasaron por arduos controles para obtener las certificaciones, por eso ya le ofrece una tranquilidad que dispongan de ese tipo de sellos.
Las redes pasaron a ser su «plan A»
Este proyecto de creador de contenido comenzó por ser un «plan B» en su vida laboral, sin embargo traspasó rápidamente la línea y actualmente ya lo considera su «plan A». Aunque sigue trabajando como administrativo, Cé indica que actualmente la rentabilidad económica que obtiene de las creaciones audiovisuales es lo suficientemente alta como para poder ser un modo de vida.
«Podría dejar de trabajar en la oficina, pero está el miedo a que el mundo digital dé un giro y ya no ofrezca una estabilidad económica, por eso no suelto lo que ahora es el «plan B». «Hay que estar preparado y diversificar, porque es muy importante», recalca.
Proyectos de futuro
De cara al futuro, además de seguir ofreciendo contenido visual y atractivo, tiene algún que otro objetivo. El primero, es emplear la finca de su madre para tener una huerta con zonas delimitadas y que «me permita crear contenidos visuales y atractivos», incluso incluir en ese espacio un bosque de alimentos.
Por otra parte, y como recordó durante la celebración del Foro Rural Sostenible, tiene «una espina clavada». Hace un tiempo que una editorial le propuso hacer un libro, pero por circunstancias personales, en ese momento no lo vio factible. «Sin embargo, esa idea ronda en mi cabeza, pero se necesita tiempo y dedicación para sacar una buena guía», puntualiza.

Cé Rodríguez durante su intervención sobre Comunicación Rural en una jornada organizada por el Mercado da Cosecha
El contexto urbano en el que se enmarca es otro factor a tener en cuenta. Cé recalca que la presión urbanística de su huerta marca mucho. «Si yo tengo una guía de cultivo de tomate, debo hablar de la plantación, del cuidado y de la cosecha, pero aquí en Bembrive llega la fiesta, y estos 20 metros se llenan de residuos y ya tengo un problema. Por eso, contar con el espacio de mi madre puede ser elemental para impulsar la guía o libro».
«Me da rabia las personas que tienen una finca llena de silvas y que no la aprovechan para cultivar»
Un reclamo para cuidar las huertas
Cé se lamenta de que el espíritu de la pandemia que despertó el interés de las personas en perfiles y proyectos como «en20metros Huerto Urbano», en la actualidad percibe que ya se perdió. Detalla que está en una zona «privilegiada» porque se encuentra a menos de una hora caminando del centro de Vigo y está rodeado de naturaleza. Sin embargo, se lamenta de que en su entorno hay muchas parcelas descuidadas.
«Me da mucha rabia la gente que tiene parcelas como muchas silvas, en lugar de aprovecharlas para cultivar», reclama. Añade que su contenido se dirige, en parte, para esas personas que tienen poco espacio y que necesitan motivarse para hacer unas plantaciones y comer sus propios productos.
- Cé Rodríguez intervino recientemente en una jornada sobre Comunicación Rural, donde lo grabamos, que estaba organizada por el Mercado da Cosecha. El Mercado de la Cosecha es un proyecto de impacto positivo da Corporación Hijos de Rivera que trabaja con el propósito de transformar el rural.