La crisis del coronavirus ha golpeado duro en parte del sector forestal, sobre todo en el ligado a la cadena del pino, pero empresas y mercado están superando con nota los meses más duros de la pandemia, teniendo en cuenta el contexto general. En pino, las talas se mantienen ralentizadas por la reducción de actividad de Finsa y de los aserraderos, entre otras empresas, mientras que en eucalipto continuó un ritmo alto de talas, si bien los precios están bajando.
Ence, el comprador de referencia en Galicia en madera de eucalipto, le anunció a sus suministradores una bajada de un euro en la prima por doble certificación forestal (PEFC y FSC), que estaba situada en 3 euros. La compañía también le trasladó al sector una bajada de alrededor de 80 céntimos en el precio base por tonelada a partir de julio, según los datos que se manejan en el sector, con lo cual la bajada total rondaría los 1,5 – 2 euros / tonelada en madera con doble certificación forestal.
Si los lotes de eucalipto globulus estaban saliendo antes del inicio de la pandemia a 28-30 euros por tonelada, siempre hablando de madera en pie sin Iva con doble certificación, el escenario a partir de julio quedaría en los 26-28 euros. En el caso del eucalipto nitens, los precios vienen situándose en alrededor de 6 euros menos por tonelada que el globulus.
Contexto de mercado
El eucalipto ya venía arrastrando desde el pasado verano la caída de los precios de la pasta de papel, lo que ya había desencadenado una bajada de 2 euros / tonelada en la última parte del 2019. En lo que va del 2020, la pasta de papel estabilizó sus precios y está superando la pandemia sin nuevas bajadas, pero los analistas internacionales no esperan una remontada en este año, dado el actual contexto.
La crisis está afectando al sector de la pasta de papel, sobre todo en las industrias orientadas a papel de oficina y para imprenta. En papel tisú, la principal línea que trabaja Ence, dedicada a papel higiénico y material de limpieza o sanitario, incluidas las mascarillas quirúrgicas, la crisis se notó menos, pues la demanda de materia prima se mantuvo alta.
Ence, de hecho, continuó durante la crisis con plena actividad en sus factorías de Pontevedra y Navia, y en las primeras semanas de la crisis anunció incluso un aumento de la demanda de sus compradores.
En cualquier caso, la compañía atraviesa por un ciclo complicado por los bajos precios internacionales de la pasta de papel, que se sitúan desde hace unos meses por debajo de los 700 dólares / tonelada, frente a los más de 1.000 dólares que registraba hace un par de años. En ese escenario, Ence anunció que cerró el primer trimestre del 2020 con unas pérdidas de 12 millones de euros.
Situación en el monte
En el sector forestal, las empresas madereras centradas en el eucalipto destacan que el mercado de la madera está aguantando la crisis del coronavirus con un impacto limitado. «Se está notando algo la crisis, pero en general aguantamos bien y las expectativas no son malas» -subraya Óscar Piñón, un maderero de Ortigueira (A Coruña)-. «La demanda de eucalipto por parte de Ence se mantiene alta y los cupos de madera que tenemos contratados se respetan, aunque sí es cierto que se limita la entrada total de madera. De eucalipto globulus se coge toda, pero de nitens esta temporada se limita algo», explica.
En la misma línea describe la situación Manuel Freire, de Maderas Freire (Bueu, Pontevedra): «A los proveedores estables de madera, Ence nos está respetando los cupos de entrada, pero hay algunas restricciones. Al reducirse las talas de pino, por la menor actividad de Finsa, es probable que estén aumentando las talas de eucalipto, con lo cual hay una oferta mayor de la habitual», apunta Freire.
En el Morrazo, las talas de pino son puntuales, por lo que en el caso de Maderas Freire no experimentaron un gran impacto por la ralentización de la cadena del pino. «Sí que es cierto que la madera de pino que cortamos, la tenemos por ahora en cargadero, igual que los restos de biomasa que se destinan a un consumo energético en Finsa, pero en nuestro caso el impacto es menor», concluye.
La reducción de las talas de pino afecta en especial a las grandes zonas productoras de la comunidad, como el sur de Pontevedra, la zona centro de la comunidad y el interior de la provincia de Lugo. «El mercado del pino se ralentizó, aunque mantiene parte de su actividad, pero en general las ventas de madera de comunidades de montes y propietarios particulares están paradas, a la espera de que la cadena vaya recuperando actividad y se aclare el mercado», explica Xosé Covelo, responsable de comercialización de madera en la Asociación Forestal de Galicia.
Perspectivas
Hay mercados puntuales del pino, como el puntal destinado a trituración para papel de embalaje, que presentan buenas perspectivas internacionales por el aumento de las ventas online, que se intensificaron durante la crisis, pero se trata de un mercado reducido en Galicia, con una demanda centrada en el sur de la comunidad para la factoría de Viana do Castelo (Portugal).
También continuaron funcionando durante la crisis los aserraderos que trabajan envases y palés para el sector de la alimentación, pero el grueso de la cadena depende del tablero y de la madera serrada para sectores como el mueble y la construcción, que se resintieron estos meses.
Así las cosas, el sector se mueve en la incertidumbre, a la espera de comprobar cuánto tiempo dura la crisis y qué impacto final deja, pero con optimismo en lo que respecta a las perspectivas a medio plazo.
Ence justifica la bajada en el aumento de costes y en el bajo precio de la celulosa
Consultada sobre la bajada de precios del eucalipto, Ence señala que se trata de una «decisión dura» que se toma con el objetivo de «garantizar la sostenibilidad de toda la cadena de suministro en el medio y largo plazo».
La compañía recuerda que el precio internacional de la pasta de papel está hundido desde hace 8 meses. «Nuestra situación financiera es sana, pero el negocio está dando pérdidas todos los meses. Eso nos obliga a ajustar el precio de la madera, con bajadas que ya teníamos que haber hecho en diciembre del 2019», valora la empresa.
Aumento de costes de producción
En el actual contexto de la pandemia, la compañía destaca que desarrolló un gran esfuerzo, «con importantes gastos», para conseguir que toda la cadena de suministro del eucalipto se mantenga funcionando.
«Tratamos de que el máximo número de empresas del sector pudieran mantener la actividad en condiciones seguras. Para ello, adaptamos y ampliamos la capacidad de nuestros parques externos, sacrificando eficiencia logística, lo que derivó en situaciones puntuales en que limitamos la entrada de madera en fábrica y la derivamos a estos parques. Además, incorporamos trabajadores y nos estamos dotando de nuevos procesos, como la compra telefónica y la firma por voz, para evitar así salidas y posibles contagios de propietarios forestales, que lógicamente en este periodo vendieron bastante menos madera en pie», explica Ence.
Impacto y demanda
Sobre el impacto de la crisis, Ence reconoce que está afectando más duramente al pino y al tablero que al eucalipto y a la pasta de papel, «pero no estamos exentos». Si bien el mercado mostró en el primer trimestre un cierto crecimiento de la demanda para papel tisú y productos higiénicos, el sector está lastrado por las caídas de los papeles de impresión y de escritura. El futuro dependerá de la evolución de la pandemia, pero Ence apunta que «no son previsibles incrementos significativos de la demanda en los próximos meses».
«Nuestra actividad durante el periodo de alarma continuó para que la sociedad pudiera disponer de los necesarios productos higiénicos y sanitarios. Sentimos satisfacción y responsabilidad por la importancia de nuestros productos y por la repercusión económica que tenemos sobre decenas de miles de familias y sobre miles de empresas, muchas de las cuales se refugiaron en el eucalipto por las paradas y reducción de actividad en el pino. Todas ellas son indispensables para nosotros», concluye Ence.