«El sector ovino y caprino en Galicia está mal, pero tiene visos de ponerse peor». Así describe José Ramón González, responsable de Producciones Agrarias y Extensivas del sindicato Unións Agrarias, la situación actual del sector a causa de la pandemia del coronavirus. Es la opinión generalizada desde el sector, puesto que la caída de las ventas por el cierre de la hostelería comenzó ya a notarse y si las limitaciones de actividades lúdicas continúan, se prevé que dentro de unos meses las pérdidas puedan ser muy elevadas, tal y como está aconteciendo ya en otras zonas productoras de España.
El confinamiento de la población en fechas festivas como la Pascua, cuando comienza a producirse un incremento del consumo de carne de cordero y de cabrito, se dejó notar en el sector. Aunque por el momento quedan unos meses para la temporada alta, que llega con el verano, los ganaderos temen las consecuencias al tener paralizadas las ventas ya hoy por hoy.
«Las ventas que podía haber en estas fechas están completamente paralizadas» (Diego Fernández, Ovica)
«Ahora los tratantes ya no están comprando nada, la poca actividad que podía haber en estas fechas está completamente paralizada», explica Diego Fernández, presidente de la Asociación de Criadores de Ovino y Caprino de Galicia (Ovica), que cuenta con unos 180 socios y unas 25.000 cabezas, en su mayoría ganaderías de grandes rebaños.
Las pérdidas de la Semana Santa
Pese a que las temporadas de mayores ventas y consumo de cabrito y cordero en Galicia están ligadas a las celebraciones y se concentran tanto en verano como en la Navidad, también existe un mercado de estas carnes a lo largo del año, así como para fechas señaladas como la Semana Santa y la Pascua o fiestas locales. Las restricciones de este año están dejando ya animales listos para la venta y que continúan en las ganaderías.
Los datos que manejan de los recuentos iniciales de municipios del Macizo Central ourensano desde Unións Agrarias elevan a más de 1.000 las cabezas de ganado que quedaron sin vender desde que en marzo se decretara el estado de alarma. En Xinzo, las primeras estimaciones contabilizan unos 400 animales listos para la venta, en Verín la cifra se sitúa alrededor de los 300 y en Viana y A Mezquita asciende casi a los 500.
Buena parte de los animales sin vender son de pequeñas ganaderías o lotes pequeños destinados a fechas concretas
«Estos recuentos pertenecen a ganaderías pequeñas, en zonas de montaña donde ya tenemos un problema grave con el ganado sin vender», explica José Ramón González. Las cifras son sólo una estimación, puesto que como indican desde la organización agraria corresponden a sus afiliados, que representan alrededor del 40% de las ganaderías que hay en esa zona.
Desde Ovica estiman que en estos momentos entre sus asociados contabilizan unos 200 animales sin comercializar, ya que la producción se concentra para los próximos meses. «Por el momento son lotes pequeños que están quedando sin recoger, pero el problema vendrá en 2 meses cuando tengamos toda la producción, ya que los partos son ahora en abril y mayo», indica Diego Fernández.
Primeras medidas
Una de las medidas impulsadas por el momento desde la Consellería de Medio Rural para intentar paliar esta situación fue el acuerdo de la compra de esta producción con los principales canales de distribución. «Es una solución para por lo menos poder sacar esta producción que teníamos ahora parada, aunque los precios son bajos», reconoce Fernández, al tiempo que agradece la disposición de la consellería para buscar una salida a estos animales y el contacto directo con los productores.
La venta a supermercados, tras el acuerdo de la Xunta con cadenas de distribución, permitirá desbloquear la salida de animales, pero se piden mejores precios
En los próximos 15 días prevén comercializar por esta vía unos 200 animales de la asociación a un precio medio de 50 euros por cordero, cuando valoran que el precio justo debiera situarse al menos entre los 60 y los 65 euros para los corderos de 10 kilos en canal. «Precisamos un precio justo para nuestros corderos y cabritos y no sólo cubrir los costos de producción», piden desde el sector.
Al margen de este acuerdo inicial, desde la Consellería concretaron con el sector que están intentando contactos con otras distribuidoras para comercializar la producción gallega de cordero y cabrito. En estos momentos además de fijar un precio para las ventas están recopilando información sobre la producción que estiman tener disponible en los próximos meses.
Aunque desde Unións Agrarias colaborarán en la elaboración de esta base de datos, dudan de los resultados que se puedan conseguir con esta medida, a la par que desconfían de las garantías de precios justos para los ganaderos. «Habrá que ver si con el dinero que gastan en promoción garantizan un precio mínimo para los ganaderos, porque si hay una caída de los precios para los productores esto es tirar con el dinero público», recrimina González.
La incertidumbre sobre la evolución de la crisis hace que los ganaderos también tengan dudas a la hora de comercializar o comprometer su producción por estas vías y abandonar los canales habituales. «Tampoco sabemos cómo van a ir las cosas y muchos dudan si dejar de garantizar la producción a los tratantes y carniceros habituales y optar por las distribuidoras al tiempo que temen que estos compradores de proximidad finalmente no le recojan la producción», explican desde Ovica.
Tampoco está convenciendo la medida aprobada por el Ministerio de Agricultura, que prevé destinar 10 millones de euros para compensar a los productores de ovino y caprino. En un primer momento se había valorado un pago por cordero no comercializado aunque finalmente se modificó la subvención y se hará un pago por oveja o cabra, que el ganadero cobrará de manera adicional en las ayudas de la PAC. «Son medidas propagandísticas que no tendrán un impacto real para el sector porque la cantidad es mínima para los ganaderos dadas las cabezas de ganado que hay en España», valora Fernández.
Otras propuestas para afrontar la crisis
En previsión de que la situación se pueda volver más crítica para estos ganaderos en los próximos meses, desde el sector valoran otras propuesta para intentar paliar la caída de las ventas. Una de las medidas que apuntan desde Unións Agrarias pasa por permitir congelar, de forma controlada, parte de los excedentes de la producción, al igual que se acordó en días pasados hacer con sectores como el vacuno de carne. «Puede ser una opción a valorar siempre y cuando esa carne salga cuando haya escasez y no se comercialice cuando aún haya excedentes», explica González.
Otra de las medidas propuestas desde la asociación agraria pasa por medidas de intervención para evitar la caída de los precios. «Cuando sobra producción es preciso intervenirla, sino los precios se derriban y siempre pagan las consecuencias los productores», indican desde Unións.
Se valora la congelación de excedentes, medidas de intervención o la revisión de criterios para seguir optando a subvenciones
En Ovica coinciden en señalar que los esfuerzos se deben centrar en buscar salidas para la comercialización de la producción de los próximos meses. Al mismo tiempo también apuntan que en estos momentos sería positivo revisar los criterios vigentes para las ayudas compensatorias, que pueden servir para aliviar las pérdidas para los productores.
Apuestan porque en el cómputo para obtener estas subvenciones se contabilicen también las ovejas que quedan en la ganadería como recría y no sólo las ventas a mataderos. «Si las ventas continúan paralizadas o si se reducen, a muchos ganaderos les va a resultar muy difícil lograr esa tasa de comercialización del 0,6% por venta a mataderos y perderán la subvención en un momento muy difícil para los productores», explica Diego Fernández. Además, la medida puede ayudar a fortalecer el sector al poder contar con garantías para renovar los rebaños, como valora el ganadero.
La comercialización de la producción está siendo la gran preocupación para el sector, sin embargo estos días están inmersos en una de las épocas de mayor carga de trabajo, la de los partos. Además, en estos meses también se lleva a cabo el trasquilado de las ovejas, para garantizar el bienestar de los animales con la llegada del verano y la subida de las temperaturas, así como para su desparasitación.
Aunque en menor medida de lo que acontece en otras zonas de España, con una mayor carga ganadera de ovejas, esta tarea también puede prolongarse este año en Galicia al haber menos personal para realizarla, ya que es habitual la llegada de profesionales de países como Polonia, expertos en esta tarea.
En Ovica ya el año pasado contaron con una empresa de profesionales de la montaña de Lugo que este año se volverán a encargar del trasquilado de las ovejas de los socios. En la asociación estaban pendientes de la autorización para poder realizar este tratamiento en las ganaderías y después de recibirlo la semana pasada por parte de la Consellería de Medio Rural esperan empezar con los trabajos en los próximos días.