La regulación del mercado lácteo queda en manos de la Interprofesional

Tras las medidas adoptadas en Bruselas, la Asociación Galega de Cooperativas (Agaca) espera que la Inlac establezca en España límites voluntarios a la producción. Las cooperativas piden también la retirada de leche del mercado

La regulación del mercado lácteo queda en manos de la Interprofesional

Reunión de la conselleira de Medio Rural, Ángeles Vázquez, con las cooperativas gallegas.

La Comisión Europea le ha pasado la pelota de la regulación del mercado a los propios ganaderos y a las industrias. No habrá un control público de la sobreprodución de leche que está hundiendo el mercado. Los ministros de Agricultura de la UE fueron claros. Tendrán que ser organizaciones de productores, cooperativas o interprofesionales las que asuman ese control. En España, dada la debilidad de organizaciones de productores y cooperativas, la única vía realista para asumir la regulación pasa por la Interprofesional Láctea (Inlac)

El escenario no coge de sorpresa a la Asociación Galega de Cooperativas Agroalimentarias (Agaca), que ya barruntaba las dificultades de mayores pasos por parte de la Comisión Europea. Representantes de una treintena de cooperativas gallegas mantuvieron el pasado viernes una reunión con la conselleira de Medio Rural, Ángeles Vázquez, para valorar posibles medidas con las que afrontar la crisis láctea.

Un 15-20% de la leche de las cooperativas gallegas tiene dificultades para colocarse en el mercado y se entrega a bajos precios

La situación del mercado afecta en especial a las cooperativas primero compradoras de leche, intermediarias entre los ganaderos y las industrias, que se encuentran con dificultades para comercializar la producción. Agaca calcula que alrededor de un 15-20% de la leche de las cooperativas gallegas está con dificultades importantes de colocación, lo que lleva a que se venda a precios irrisorios.

Ante esta situación, las cooperativas son partidarias de abordar una regulación del mercado en España, tanto a través de la retirada de leche sobrante como del establecimiento de límites voluntarios a la producción. Ese posible control de volúmenes conduce ahora inevitablemente a la Inteprofesional Láctea. “La Interprofesional podría incentivar a las granjas para limitar la producción, a imagen de lo que ya hizo en su día la cooperativa Friesland Campina”, valora el director gerente de Agaca, Higinio Mougán.

La intervención de la Interprofesional obligaría a un aumento previo de los fondos aportados por el conjunto del sector

El caso de Campina
Friesland Campina, la mayor cooperativa láctea de Europa, optó a comienzos de este año por pagar un suplemento de 2 céntimos por litro a aquellas granjas que bajasen o no aumentasen los volúmenes entregados durante un periodo determinado de tiempo. El traslado de un sistema similar de bonificaciones a España, gestionado por la Interprofesional, tendría que pasar previamente por un aumento de los fondos aportados a la Inlac por ganaderos, industrias y cooperativas, que asumirían de manera solidaria los costes de la regulación del sector.

La cuestión ahora pasa por ver si es posible llegar a ese consenso y, sobre todo, en qué plazos. Cualquier modificación del sistema de extensión de norma de la Inteprofesional, por el que se fijan las cantidades que aporta cada operador, debe formalizarse a través de una orden ministerial, un proceso que dilata los plazos en plena crisis estacional de primavera, cuando la producción de leche crece y los problemas de mercado se agravan. De poco serviría que la Interprofesional estuviera lista para afrontar la crisis en otoño, valoran desde el sector, pues la situación, dicen, precisa de acciones sobre el mercado de manera inmediata.

Ayuda humanitaria
Desde Agaca, se aboga también por la retirada de producción del mercado, una posibilidad que podría asumir la propia Administración con destino a planes de ayuda humanitaria. Otra alternativa para la retirada pasaría también por la Interprofesional.

«España debería controlar la entrada de derivados lácteos a precios de ruína, como sucede con el queso» (Agaca)

De manera paralela al control de la producción y a la retirada de leche del mercado, las cooperativas demandan del Gobierno un control de las importaciones: “No se entiende que las Administraciones ignoren las acciones de otros países, como el caso de Italia, que ejerce un control sobre las importaciones de leche. España debería activar mecanismos de retirada de la leche sobrante en el mercado y controlar la entrada de derivados lácteos a precios de ruina, como viene sucediendo con el queso”, valora Agaca.

Las cooperativas piden también un control de la leche que se vende a precio de polvo y advierten de que es preciso continuar avanzando en el cumplimiento del acuerdo lácteo. Así se lo trasladaron el pasado viernes a la conselleira de Medio Rural, Ángeles Vázquez.

Medio Rural y las cooperativas gallegas han coincidido también en la necesidad de avanzar en la integración de cooperativas y en el fortalecimiento de las organizaciones de productores.

Valoraciones de las organizaciones agrarias
Entre las organizaciones agrarias, las medidas adoptadas por Bruselas son consideradas “decepcionantes”. El sector esperaba un control público de la producción, coordinado entre todos los Estados y con dinero público para financiar la medida. En su lugar, la Comisión renuncia a coger el timón y deja el mercado en manos de la autorregulación que puedan hacer las partes.

La decisión de la Comisión Europea aboca, en la práctica, a la gestión nacional del problema en cada país, una vía que no gusta en el sector. “Podrían aumentar las desigualdades producción-consumo entre países”, advierte Javier Iglesias, de Unións Agrarias, en declaraciones a los medios.

El sector teme que una hipotética reducción de la producción en España se acompañe de mayores importaciones

Si España, que produce menos leche de la que consume, reduce la producción, y otros países excedentarios continúan con el grifo abierto y enviando excedentes al mercado español a bajo precio, la situación de mercado continuaría siendo complicada para las granjas españolas, valoran desde el sector.

El Sindicato Labrego se posiciona también por una regulación del mercado desde los poderes públicos cómo única salida para las granjas, en tanto que Asaja Galicia critica las medidas de Bruselas, que “llegan tarde y mal”, y también ve dificultades en una autorregulación de la producción por parte de ganaderos e industrias.

A nivel estatal, la Coag califica de “brindis al sol” las medidas anunciadas por la Comisión: “Ningún país va a someter voluntariamente a su sector a una reducción de la producción para dejarle libre el mercado a los competidores”, valoran.

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