“La Unión Europea debería obligar a que se analicen los residuos de pesticidas en los productos alimentarios finales”

Entrevista a Jaime Fernández Paz, director del Laboratorio Agrario y Fitopatológico de Galicia (Lafiga), laboratorio de referencia para los análisis de alimentos, bebidas, alimentación animal, fertilizantes, diagnósticos de sanidad vegetal, análisis de residuos de pesticidas y suelos en Galicia.

“La Unión Europea debería obligar a que se analicen los residuos de pesticidas en los productos alimentarios finales”

El Laboratorio Agrario y Fitopatológico de Galicia (Lafiga) es un referente en la Comunidad en el análisis de alimentos, sanidad vegetal, bebidas o suelos. Situado en Abegondo (A Coruña) se encarga de verificar la sanidad de los cultivos y la calidad de los productos agroalimentarios de Galicia.

Jaime Fernández Paz lleva trabajando 11 años en este laboratorio y también trabajó en el CIAM donde fue director durante siete años.

¿Cuál es la misión del Laboratorio Agrario y Fitopatológico de Galicia?
El Lafiga es el laboratorio oficial y de referencia de la Xunta de Galicia para realizar análisis de bebidas, alimentos, suelos, fertilizantes, de alimentación animal, sanidad vegetal y de restos de pesticidas.

Nuestros análisis son tanto oficiales, para investigaciones contra el fraude y para empresas que quieren exportar sus productos al exterior, como de carácter informativo. Son análisis oficiales los que se hacen para los servicios de la administración, tanto para detectar posibles fraudes como para control de la calidad agroalimentaria y también es el laboratorio oficial para la sanidad vegetal. Son análisis informativos los que se hacen para bodegas, industrias agroalimentarias, agricultores, ganaderos…etc. También realizamos una labor de formación, indicando a ganaderos, agricultores, bodegas e industrias agroalimentarias que hacer una vez que reciben los análisis.

Una de las principales actividades del laboratorio son los análisis de sanidad vegetal, con unas 3.200 muestras el año pasado, principalmente por la campaña de vigilancia y control de la Tecia Solanivora, o polilla guatemalteca de la patata. También realizamos unas 3.800 analíticas de vinos, cervezas, sidras y bebidas espirituosas. De fertilidad de suelos venimos realizando unas 1.000 muestras, de presencia de residuos en alimentos unas 900 y alrededor de 400 muestras oficiales de fertilizantes.

La mayor parte de nuestras análisis son de vinos y de bebidas espirituosas.
Además de análisis informativos, realizamos análisis oficiales para ver si cumple con la legislación y detectar posibles fraudes.

Por último, recibimos también a muchos alumnos de ciclos superiores y de las tres universidades gallegas para hacer sus prácticas.

Me gustaría destacar que Laboratorio Agrario y Fitopatológico de Galicia está acreditado por la norma ESO/IEC 17025, por la cuál somos sometidos a unos controles de calidad, a unas exigencias de formación del personal y al deber de participar en ensayos interlaboratorios, lo que garantiza nuestra fiabilidad.

Sin embargo, a nivel de personal la realidad es que estamos en cuadros y de los 41 puestos de trabajo del laboratorio sólo están cubiertos a día de hoy 30. Esto hace que, a pesar de contar con una dotación medios en general avanzados, tengamos falta de personal para manejarlos.

¿Cuál es la evolución en los análisis que realizasteis en cuanto a residuos en bebidas?
Este laboratorio hace una labor muy importante para las bodegas ya que emitimos los certificados de análisis para la exportación y poder así acreditar que cumplen los parámetros que se exigen en cualquier país del mundo.

Estas exigencias varían mucho por países. Así, en el vino para Japón por ejemplo se pide análisis de ácido sórbico, un conservante; Estados Unidos pide analítica de flúor; Brasil pide análisis de azúcares….etc. Y este laboratorio es el encargado de emitir el informe oficial que acredita que el vino en cuestión cumple con esos parámetros.

 “No se entiende que los Consellos Reguladores encarguen sus análisis a laboratorios de fuera de Galicia”

Además, realizamos certificados informativos, análisis para bodegas que no tienen laboratorio propio. En ellas ofrecemos información de acidez, grado alcohólico, azúcares y dióxido de azufre.

Por último, el Lafiga también realiza los análisis para los Consellos Reguladores de las cinco Denominaciones de Origen, para ver si los vinos cumplen los pliegos de condiciones de cada una de ellas.

En este sentido, es de lamentar que, a pesar de ser un laboratorio de referencia y de que estos Consellos Reguladores reciben cuantiosas ayudas públicas de la Xunta, la mayor parte de ellos encargan la realización de estos análisis a laboratorios de fuera de Galicia.

¿Observáis tendencias en los análisis de los vinos gallegos en cuanto a la presencia de residuos?
La tendencia es positiva en cuanto a cada vez detectamos menos residuos. Recibimos uvas, mostos y vinos y es muy minoritario detectar muestras con restos de pesticidas. Entiendo que esto es gracias a que los viticultores son cada vez más profesionales y a que se exigen carnés de manipuladores de productos fitosanitarios y hay una mayor trazabilidad de estos productos.

Otras de vuestras líneas de trabajo son las analíticas de suelos ¿Empezáis a detectar contaminación por nitratos de origen ganadero, como hizo público recientemente Augas de Galicia?
En general, Galicia está libre de puntos negros por exceso de fertilizantes. En este sentido, el Centro Tecnológico de la Carne nos envía de aguas de A Limia, la comarca de Galicia que podría tener más problemas por exceso de carga ganadera, y de momento los resultados no exceden los valores permitidos en cuanto a presencia de nitratos.

“No detectamos de momento contaminación de aguas por nitratos de origen ganadera”

En cuanto a la fertilización, los ganaderos profesionales que tienen una explotación dimensionada no suelen tener problemas de exceso o falta de abonado porque saben que la fertilidad del suelo les va al bolsillo. Así, procuran realizar en invierno analíticas de suelo y no gastar dinero en abono inorgánico u orgánico que no es necesario para las extracciones de los cultivos que van a tener en rotación.

Pienso que hay que seguir formando, y sobre todo concienciando, a los ganaderos en fertilización racional y eficiente porque, a lo mejor con el abono de la propia explotación sería suficiente. Los agricultores y ganaderos más profesionales lo hacen bien y ahorran muchos miles de euros en fertilizantes de síntesis.

Y en cuanto a la sanidad vegetal, ¿Cuáles son vuestras principales áreas de trabajo?
Este año hicimos más de 3.200 análisis de sanidad vegetal, algo excepcional, sobre todo por la Tecia Solanivora o polilla guatemalteca de la patata.

En cultivos leñosos tratamos sobre todo fusarium del pino y en cultivos herbáceos analizamos cereales, leguminosas, proteaginosas y muchos cultivos de huerta (patata, lechuga, pimiento..).

En este campo pienso que habría que mejorar la coordinación del laboratorio con los Servicios de Sanidad Vegetal, para que podamos comprar medios y reactivos. Es decir, deberían prevenirnos sobre lo que podemos encontrar para que podamos comprar lo que precisamos para hacer esos análisis.

En general, pienso que es muy necesaria mejorar la coordinación dentro de la Administración.

Además de lo que ya expuso en cuanto a las necesidades de personal y de mejorar la coordinación, ¿Que otros aspectos son necesarios para mejorar el trabajo del Lafiga?
Tenemos muchas dificultades para detectar residuos de glifosato por falta de la tecnología adecuada, y en concreto de personal especializado.

En total, en el Lafiga detectamos 254 pesticidas en todo tipo de materiales (suelos, aguas, alimentos, bebidas, forrajes…etc). Sin embargo queda mucho por hacer tanto a nivel de la Unión Europea cómo gallego.

En cuanto a la UE, la Comisión aun no fijó límites máximos de residuos de pesticidas en muchos de los alimentos, de las bebidas y de los productos de alimentación animal, y queda mucho por hacer. Se analizan estos residuos en forrajes y en piensos pero no en productos alimentarios finales, como leche, frutas, verduras o carne, y eso no es comprensible, a no ser que la Comisión no se atreva por las presiones existentes.

“Precisamos más personal pues sólo están cubiertas 30 de las 41 plazas del Lafiga”

En cuanto a Galicia, hasta hace poco realizábamos los análisis de residuos en alimentos para la Consellería de Sanidade. Los inspectores de esa consellería empezaron seleccionando 360 muestras de alimentos de los establecimientos comerciales de Galicia, y luego, la redujeron a 70, un muestreo que claramente no es representativo. Y hace un par de años la Consellería de Sanidad decidió montar su propia unidad de análisis de residuos de pesticidas dentro del Laboratorio de Salud Pública, dejando de enviarnos las muestras, a pesar de que contamos con experiencia probada y con un equipo que costó 250.000 euros. Esto no puede suceder con los fondos públicos.

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