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El Plan Forestal de Galicia que la Xunta diseñó para los próximos veinte años marca unos objetivos claros. Quiere detener la expansión de la superficie de eucalipto, aumentar las masas de pino en un 23% (+ 100.000 hectáreas) y las de frondosas en alrededor de un 10%. Uno de los problemas de tal planificación es que choca con la realidad de lo que están haciendo los propietarios forestales. El pino no aumenta superficie, sino que retrocede. En buena parte de Galicia, salvo en la provincia de Ourense, es habitual en los últimos años la plantación de eucaliptos sobre los pinares que se cortan. La Xunta baraja ahora restringir esa práctica.
La comisión parlamentaria que estudió los incendios y la política forestal aprobó una propuesta conjunta del PP y del PSdeG para incorporar a la normativa “la prohibición de plantación de eucaliptos en plantaciones previas de pino, en función de los Planes de Ordenación por Distrito Forestal (PORF)”, según se recoge en las directrices aprobadas en la comisión. Ambas formaciones están también de acuerdo en establecer límites a la proporción de eucaliptos en el conjunto de las nuevas plantaciones, nuevamente a través de los PORF.
Los Planes de Ordenación por Distrito Forestal regularán el porcentaje de eucaliptos admitido en nuevas plantaciones
Las posibles restricciones a la sustitución de pinares por plantaciones de eucaliptos no se prevén, por tanto, inminentes. El Plan Forestal de Galicia se aprobará previsiblemente a finales de año o comienzos del 2019 y será en el periodo 2019-2024 cuando se aprueben los primeros Planes de Ordenación de Recursos Forestales (PORF), de los que se dotará a cada uno de los 19 distritos forestales de Galicia. Por medio de los PORF, la Xunta proyecta llevar a la práctica la planificación prevista en el Plan Forestal.
El Plan habla de limitar el crecimiento del eucalipto a 25.000 hectáreas (+8%), pero en el sector se da por hecho que ese aumento ya se produjo en los últimos años, pues el último inventario forestal data del 2009. Cuando haya un nuevo inventario, se aclarará el escenario actual.
Perspectivas
En cualquier caso, la decisión de limitar el eucalipto genera consenso entre todos los grupos políticos, si bien desde la oposición de En Marea y BNG se considera una mera declaración de intenciones de la Xunta. Distinta es la percepción de la cadena monte-industria sobre las restricciones al eucalipto.
Los argumentos que esgrime una parte del sector forestal son claros. Una plantación de eucaliptos para pasta de papel se corta en 12-15 años y genera para el propietario similares ingresos o superiores a los que proporciona un pinar talado a los 30 años. El reto, piensan colectivos del sector, debe pasar por convertir en atractivas las plantaciones de pino sin establecer prohibiciones al eucalipto mayores a las que ya hay. Conviene recordar que en la actualidad ya está prohibida la plantación de eucaliptos en masas de frondosas caducifolias y en tierras agrarias, así como las nuevas plantaciones en Red Natura.
El reto para el pino, se valora desde el sector, pasa por lograr que las masas de pino funcionen por si mismas. Potenciar la mejora genética de las plantas, apoyar los tratamientos silvícolas para la obtención de madera de calidad y buscar vías para fortalecer la rentabilidad que obtienen los propietarios. En tal línea de trabajo, Finsa y la Asociación Forestal de Galicia firmaron recientemente un acuerdo para revalorizar la madera de pino de calidad.
Frente a los argumentos contrarios a las restricciones al eucalipto, el director xeral de Ordenación e Produción Forestal, Tomás Fernández Couto, tiene advertido de la posibilidad de una sobreoferta de eucalipto nitens a pocos años vista, con la consiguiente caída de precios, una perspectiva sobre la que tampoco hay consenso en el sector forestal. El debate sigue abierto.
Que pesados son.
Los montes tienen dueño, son los propietarios y ellos deben decidir lo que se planta o no, con limitaciones lógicas pero mínimas.
Lo contrario es comunismo, y acabó mal.
Y justamente es sorprendente el consenso de los grupos políticos, sin embargo no reflejan el sentir de la sociedad, hay eucaliptos por todas partes y la propiedad del monte está atomizada, luego hay mucha gente cultivando eucaliptos, el problema es que «dejamos hacer» a los políticos.
Un nuevo comentario, para reirse:
En cualquier situación, digamos que «normal», si una empresa precisa madera de pino y no la obtiene, repito lo «normal» es ofrecer un precio atractivo o incentivos de alguna forma, para que la gente quiera plantar pino.
Aquí, con el miedo que tenemos a la independencia y a pensar por nosotros mismos; las empresas, acuden a los políticos para que estos fuercen a los propietarios para seguir cultivando pino, así, sin pudor.
Del mismo modo, en la China de los señores de la guerra, se obligaba a los campesinos a cultivar opio para que lo vendiera el señor del pueblo cercano, el que manda manda.
Yo he plantado un terreno de pino y los vecinos se rieron de mi en la cara, diciendo que no me van a dar nada por ellos, como saben.