La Xunta de Galicia no valora recuperar el programa de recogida de plásticos agrícolas que tuvo en marcha desde 2005 a 2017, al considerar que sería un agravio comparativo con el resto de los sectores. Apunta que se trata de un residuo generado por una entidad, por lo que tiene que recaer en el productor su gestión. A pesar de eso, ayuntamientos donde la carga ganadera es mayor, se encargan de su recogida y transporte para la planta que hay en la comunidad.
El Bloque Nacionalista Gallego preguntó en la Comisión sobre las previsiones que tiene la Xunta de Galicia en el que alcanza al sistema de recogida de los plásticos usados en la actividad agroganadera, pero la Administración no contempla ningún cambio en este campo.
La directora general de Calidad Ambiental, María José Echevarría, recordó el programa que tuvo activo más de 10 años, en los que disminuyó de manera progresiva la cantidad recogida. Pasaron de las 3.213 toneladas recogidas en el 2013, a las 1.556 en 2017, mientras la producción de plástico fue constante en esos años (entorno a las 5.000 toneladas).
Echevarría subrayó que los productores «eran conscientes de que el programa de recogida puesto en marcha desde la Xunta tenían una duración definida, ya que se trataba de ayudarlos temporalmente en sus deberes para que, de alguna manera, pudieran dotar prácticas profesionales más sostenibles».
También destacó que muchos ayuntamientos gallegos se apartaron del programa e implantaron sistemas de recogidas propios. Así, en el año 2023, con cargo a 109 ayuntamientos se recogieron más de 6.000 toneladas. Cabe puntualizar que 53 de los municipios disponen de autorización para el almacenaje de los plásticos agrícolas en los puntos limpios, «lo que supone una buena solución».
Galicia es de las pocas comunidades que cuenta con una planta de transformación de los plásticos agrícolas
La Ley 6/2021 de residuos y suelos contaminados de Galicia establecía que la responsabilidad de la correcta gestión de los residuos recaía nos productores, que debían asegurar el tratamiento acomodado de los residuos generados. Con posterioridad, la Ley estatal 7/2022 de Residuos y Suelos establecía un plazo máximo de 3 años, desde su entrada en vigor, para el desarrollo de regímenes de responsabilidad ampliada al productor para diferentes tipos de residuos, y entre ellos los plásticos de uso agrario.
En la misma línea recalcó que la Xunta pudiera seguir financiando la gestión de los plásticos agrícolas sólo se podría #justificar, en el marco normativo actual, por circunstancias extraordinarias que «no vemos». No consideran que haya una urgencia ambiental y «no valoramos que los costes para los productores sean disparados, sólo necesitan asumir el transporte, y por suerte la planta está cerca».
Otro hito que puso de manifiesto fue que Galicia es de las pocas comunidades que cuenta con una planta de transformación de los plásticos agrícolas, que tiene capacidad suficiente para el tratamiento de todos los residuos de plásticos que se producen en la comunidad, de hecho recibe plásticos de fuera. Esta planta no cobra la gestión de los residuos, puesto que recupera los costes gracias a la transformación en otros productos. Cabe detallar que el plástico agrícola es reciclable en el 95 %, si está limpio y bien clasificado. «Todos los plásticos agrícolas constituyen una fuente de recursos y como tal tiene un precio considerable en el mercado».
El BNG calcula que el coste para la Xunta de implicarse en la recogida de plásticos agrícolas «supondría un importe ridículo»
Por su parte, la diputada del BNG Ariadna Fernández aseguró que los plásticos utilizados en la conservación de ensilados y en plantaciones de huerta, que suman unas 8.000 toneladas anuales en Galicia, están siendo gestionados por los ayuntamientos, que asumen el alto coste de este servicio. La tonelada de plásticos agrícolas supone entre 70 y 90 euros para los ayuntamientos que realizan recogidas periódicas, habitualmente cada seis meses, un ritmo que para la diputada resulta insuficiente debido a la elevada generación de estos residuos.
Denunció que la situación actual está produciendo un “impacto negativo tanto en el medio ambiente como en la imagen del sector agrícola gallego”. Advirtió que muchos puntos de almacenamiento provisional no están vigilados, convirtiéndose en escombreras incontroladas, en los que se acumulan plásticos y otros residuos no relacionados con la actividad agroganadera. “Esto resulta una imagen lamentable para el sector, que se ve perjudicado, y para el medio ambiente, que sufre por la acumulación de basura y contaminación”, subrayó.
Ariadna Fernández señaló que el plástico agrícola es un material de buena calidad que, después de ser reciclado, puede ser convertido en granza y reutilizado en el mercado. Sin embargo, el reciclaje de estos materiales implica costes elevados, especialmente en lo referido a la energía, al transporte y a la triaje, ya que los residuos de plásticos agrícolas están frecuentemente mezclados con materiales no aptos, como garrafas o sacos de rafia, dificultando el proceso.
Para la diputada nacionalista, la Xunta “debe asumir un papel más activo en la gestión de estos residuos, colaborando con los ayuntamientos para asegurar un sistema de recogida eficiente”. La diputada demandó, además, que se establezcan recogidas anuales y que estas se realicen de forma puerta a puerta, con el fin de evitar vertederos incontrolados y mejorar la gestión ambiental.
En su réplica, la diputada mostró unas imágenes con las que quiso denunciar la presencia de vertederos incontrolados y denunciar los anuncios del PP de que se invirtieron 235 mil euros para la eliminación de estos puntos de vertido, en este caso, solo en Lalín. “¿No sería mejor invertirlos en que la recogida se realizara puerta a puerta y no se generaran este tipo de vertederos?”, preguntó. Añadió que, pasados 15 días de la visita de la conselleira de Medio Ambiente, “los plásticos seguían allí”.
Ariadna Fernández entiende que los productores de los residuos tienen también su responsabilidad pero advirtió que cada bobina de plástico para el ensilado le cuesta a cada explotación 110 euros. Indicó que, de las 8.000 toneladas de plástico generadas , se reciclan 6.000, cuyo transporte cuesta 540.000 euros, lo que según la diputada supone un “importe ridículo” para una consellería. “Haciéndolo puerta a puerta supondría alrededor de 700.000 euros”, apuntó. “Adquirir compromisos y aumentar el reciclaje es una misión de todos y todas, no solo de los ganaderos y de los agricultores”, concluyó.