Español
«Una norma necesaria y útil, que beneficia a las artesanas y artesanos, pero también a los consumidores». Así definió el consellero de Medio Rural, José González, el decreto de la Xunta que regula la artesanía alimentaria en Galicia. Lo hizo en el acto de presentación de este texto al sector y a la sociedad gallega en general, cuando se vienen de cumplir algo más de dos meses de su entrada en vigor. El consejero estuvo acompañado por el director de la Agencia Gallega de la Calidad Alimentaria (Agacal), José Luis Cabarcos.
En el acto se desgranaron, por parte de la Agacal, los requisitos y los pasos necesarios para obtener el sello de Artesanía Alimentaria y se habló también de cómo promoverlo entre los operadores gallegos. Asimismo, se celebró una mesa redonda en la que estuvieron representados diversos operadores de referencia, para hablar de la preservación de la tradición alimentaria. Así, participaron en ella Carlos Brea, de Cerveza Toupiña, taller de cerveza; Alberto Rodríguez, de la Pastelería Estilo, taller de confitería y Brígida Hermida, de Xearte Brigitte, taller de helados.
En su intervención en este acto, el titular de Medio Rural defendió la oportunidad de esta regulación, porque -según explicó- «era preciso establecer el marco de referencia donde se encuentren los principios que permitan llamar a algo artesano». «Todo esto, -señaló- a partir del respeto a la gran tradición existente en Galicia en cuanto a la elaboración de productos alimentarios artesanales, tanto de la tierra como del mar, y tenemos que apostar por nuestra tradición alimentaria y por su protección frente a la estandarización derivada de las formas modernas de producción».
Principales objetivos
En cuanto a los principales objetivos del decreto, el consejero trasladó que son los de prestar un «apoyo decido y activo» por parte de la Xunta al productor pequeño y artesanal, por medio de un distintivo propio y único, y apostar por la revitalización de la actividad económica en el rural para, en definitiva, «generar riqueza y empleo, y frenar la despoblación», reafirmó.
Se trata, señaló González, de impulsar los valores económicos, culturales y sociales que la artesanía representa para Galicia, y dentro de ellos el valor añadido que aporta la calidad, en este caso vinculada a la marca Galicia Calidade. Esta apuesta también pasa por preservar y estimular el establecimiento de empresas artesanales alimentarias, aquellas que elaboran el mejor producto posible de la manera «más enxebre, más singular y tradicional», añadió.
Condiciones
En este contexto, el consejero definió el decreto como «el instrumento por el cual se define claramente lo que se considera artesanía alimentaria, y establece las condiciones necesarias para conseguir esta distinción». Además, destacó que la norma contempla la realidad que hay a día de hoy respecto a los productos artesanos, y define dos tipos. Por un lado, los productos «caseros o de la casa», que serían los que proceden de explotaciones agroganaderas que transforman su materia prima en circuitos cortos de comercialización. Por otra parte, los productos artesanos «de montaña2, para aquellos procedentes de empresas radicadas en zonas específicas cualificadas cómo tales por la Unión Europea.
Por último, José González vinculó esta norma con la «filosofía sostenible de la Galicia Verde» y reafirmó la apuesta de la Xunta por la singularidad y por poner en valor lo «natural», entendido cómo «la verdadera calidad». Remató su intervención reiterando la apuesta de la Administración autonómica «por el arte, por losano y, por supuesto, por lo gallego». En definitiva, «por la artesanía alimentaria de Galicia», concluyó.
