El consumidor demanda productos diferenciados y la industria y la distribución tratan de aprovecharlo. En 2018 llegaban a España las primeras marcas de leche de pastoreo, una tendencia que llevaba años extendiéndose por otros países europeos. Larsa, Celta e incluso cadenas de distribución como Lidl (en su marca blanca Milbona) o Aldi (Milsani) y recientemente Danone, con su nuevo yogurt. Son muchas las marcas que en los últimos tiempos se subieron al carro de la moda de la leche de pastoreo aprovechando su tirón comercial.
Pero ese distintivo está sin regular y se presta al engaño y a la confusión. Por eso la Xunta quiere poner fin al descontrol existente y anuncia de manera inminente la aprobación de un reglamento para garantizar la trazabilidad, de manera que lo que en los lineales de los supermercados se vende con ese nombre corresponda realmente con leche de vacas que pastaron un mínimo de horas y de días.
Vamos a regular la marca de pastoreo con criterios objetivos. Se está vendiendo leche de pastoreo cuando aún está sin regular
«Vamos a regular la marca de pastoreo con criterios objetivos. Se está vendiendo leche de pastoreo cuando aún está sin regular», avanza el director general de Ganadería, Agricultura e Industrias Agroalimentarias de la Consellería de Medio Rural, José Balseiros, en declaraciones a Campo Gallego.
La regulación estaría lista en el primer semestre de 2020
El plazo que la Xunta se marca para tener listo el procedimiento de acreditación es el primer semestre de este año. «La intención es tener lista la regulación de la leche de pastoreo como muy tarde en los próximos 5 ó 6 meses», detalla Balseiros.
El primer paso sería aprobar los pliegos y reglamentos, algo en lo que ya están trabajando en la Consellería, y el siguiente sería lanzar la marca para después abrir la posibilidad de que las explotaciones se adhieran a ella. Para poder hacerlo, las ganaderías tendrán que cumplir unos requisitos, entre ellos acreditar que tienen superficie suficiente dedicada a pastoreo (acorde al número de animales que tengan) y que las vacas cumplen con el número mínimo de horas en el pasto establecido.
Los detalles concretos en este aspecto están aún por definir. «Habrá que hablarlo con el sector, no tiene valor ninguno que lleguemos a un acuerdo con los productores y que se niegue a aceptarlo la industria y la distribución o al revés», justifica el director general.
Ayudas para la implantación de GPS en las vacas
Un aspecto clave a la hora de garantizar la trazabilidad de la leche de pastoreo es acreditar el tiempo que han estado pastando las vacas productoras de esa leche, algo para lo cual las nuevas tecnologías pueden ayudar, a través de la instalación de collares con GPS en los animales.
«Estamos negociando con una empresa que dispone ya del sistema para que los servicios veterinarios de la Consellería lo implanten en aquellas granjas que soliciten integrarse en la marca. Los collares no serán manipulables e irán acompañados de una aplicación informática que interactuará con el organismo encargado de efectuar los controles y el seguimiento de la marca de leche de pastoreo. Así se certificará que se cumple con los requisitos de número de horas pastando», explica Balseiros.
El director xeral avanzó también que la Xunta está estudiando la posibilidad de establecer una línea de ayudas para subvencionar la implantación de estos collares con GPS, con los que los ganaderos que quieran acogerse a la marca de leche de pastoreo puedan acreditar las horas que pastan sus vacas.
Estamos negociando con una empresa que dispone ya del sistema para que los servicios veterinarios de la Consellería lo implanten en aquellas granjas que soliciten integrarse en la marca
A mayores de la localización GPS de las vacas, se realizarán analíticas de la leche para acreditar que las vacas que están fuera han estado realmente pastando y no simplemente en un patio de recreo o en una finca en la que no hay pasto. Mediante estos análisis, que podrían llevarse a cabo por parte del Ligal o del CIAM, se detectarían en la leche trazas de que la alimentación contenía hierba fresca.
Logo con código QR específico
«En los mercados está habiendo muchas cosas, pero están reguladas esas cosas?», se pregunta José Balseiros en relación a etiquetas como la de leche de pastoreo. Considera que la «fama» que tienen los productos lácteos gallegos, reconocidos como productos naturales y de calidad por parte del consumidor, está aumentando el interés de las empresas en la leche gallega. De hecho, muchas de las marcas añaden en su estrategia de venta a la calificación de pastoreo también el origen, indicando que es leche que procede de granjas familiares gallegas.
No hay ninguna otra comunidad con mecanismos de control tan estrictos y exigentes en materia de alimentación o sanidad animal como Galicia
Por eso, el director general de Ganadería avanza que el logotipo de la nueva marca de leche de pastoreo incorporará un código QR que permitirá al consumidor, mediante su teléfono móvil, escanearlo en el mismo lineal del supermercado para conocer la trazabilidad del producto que va a comprar. «Hay que garantizar al consumidor la calidad del producto gallego porque no hay ninguna otra comunidad con mecanismos de control tan estrictos y exigentes en materia de alimentación o sanidad animal como Galicia», asegura.
«Si alguien puede aumentar la producción de leche ecológica y de pastoreo en España es Galicia»
La intención de la Xunta es diversificar la actual producción de leche gallega e incrementar tanto la producción de leche ecológica como de pastoreo. «Las condiciones de Galicia son idóneas por nuestra capacidad de producir pasto. Si alguien puede mejorar la producción de leche ecológica y de pastoreo en España es Galicia», asegura Balseiros.
Las ganaderías interesadas en producir leche de pastoreo bajo el sello de garantía de la Xunta podrían hacerlo en su totalidad o solo con una parte de sus animales de manera diferenciada, en el caso por ejemplo de que la superficie disponible limitase la conversión de toda la cabaña. «Podrá ser la explotación entera la que produzca leche de pastoreo, una parte de ella o una en paralelo a la actual en intensivo para diversificar la producción», explica el director general.
Las condiciones de Galicia son idóneas por nuestra capacidad de producir pasto
Sin entrar en controversia entre leche ecológica y leche de pastoreo, estima que en Galicia tienen cabida los distintos modelos de producción de leche. «Ni todo tiene que ser producción en intensivo ni todo en extensivo, ni todo tiene que ser leche ecológica ni todo convencional, porque hay demanda del consumidor para distintos tipos de producto: leche convencional, ecológica, de proximidad, de bienestar animal, de pastoreo», detalla, pero «todas deben estar sujetas a una normativa bien contrastada con la que seamos capaces de garantizar al consumidor sin ningún tipo de duda la trazabilidad de esos productos», defiende.
La leche ecológica tiene 20 años de vida y es la única reconocida por la Unión Europea, que la reguló en el año 1991 (Reglamento CEE 2092/91). Cuenta con organismos oficiales de certificación, en el caso de nuestra comunidad, el Consejo Regulador de Agricultura Ecológica de Galicia (CRAEGA) y la normativa es igual de exigente para todos los países de la UE. El 1 de enero de 2021 entrará en vigor el Reglamento UE nº 2018/848, que sustituirá a los actuales Reglamentos CE nº 834/2007 y 889/2008.
La primera leche ecológica, el único distintivo que cuenta con reconocimiento por parte de la Unión Europea, empezó a producirse en Galicia en 1999
El resto de etiquetas, tanto la leche de pastoreo como la de bienestar animal, están supervisadas por entidades privadas (por ejemplo AENOR) para verificar que cumplen con una serie de estándares autoimpuestos por las distintas marcas pero carentes por el momento de regulación por parte de la administración.
Diferencias en cuanto al número de días que pacen las vacas
Para que una explotación pueda producir leche ecológica, además de otras exigencias, las vacas deben tener los 365 días del año libre acceso al pasto, que debe pertenecer a la propia explotación y estar libre de herbicidas y pesticidas, y la carga ganadera máxima es de dos cabezas por hectárea. En la leche de pastoreo, sin embargo, el número de días que las vacas deben salir al exterior se reduce y es cada marca la que fija su propia cifra: 150 días con el deber de pastar cuando menos 5 horas en cada una de esas jornadas en el caso de Leche Celta y 120 días con un mínimo de 6 horas diarias en el caso de Larsa. La limitación en el número de animales también es más laxa: 2,5 vacas por hectárea en los dos casos.
Aunque en los últimos años, animados por el incremento del precio al que las industrias pagan la leche ecológica, fueron muchas las ganaderías de leche que en Galicia decidieron pasarse a la producción ecológica (de las 40 explotaciones inscritas en el año 2015 se pasó a 80 en 2016, 96 en 2017 y 109 en 2018), la leche ecológica representa en nuestra comunidad menos del 1% de la leche total producida, una cifra muy inferior a la de otros países como Francia (4%).
En el caso del pastoreo, esta manera de alimentar a las vacas lecheras se fue perdiendo en Galicia a medida que aumentaba el número de cabezas por explotación y su nivel de intensificación, manteniéndose en muchos casos ligado a la producción ecológica. En otros países, como en Holanda, donde el pastoreo de las vacas de producción lechera es obligatorio por ley desde este año, el 82% de las granjas sacan a pastar a sus vacas, una práctica que se ve recompensada con una prima de 1,5 céntimos por litro de leche.