¿Las casas y fincas rústicas se están revalorizando a raíz del coronavirus?

Ayuntamientos rurales e inmobiliarias especializadas confirman el interés por propiedades en Galicia. Entre los compradores hay tanto personas españolas con distintas profesiones, procedentes de entornos urbanos y que quieren cambiar de vida junto a sus familias, como inversores extranjeros que pretenden montar negocios vinculados al turismo

Lugar mercado por un investidor americano na Montaña de Lugo / ALDEAS ABANDONADAS

Lugar comprado por un inversor americano en la Montaña de Lugo / ALDEAS ABANDONADAS

La actual pandemia sanitaria a nivel mundial provocada por la Covid-19 está haciendo resurgir el interés por las propiedades en el rural, según constatan alcaldes y gestores inmobiliarios. Los movimientos pueden servir para revitalizar aldeas y salvar del abandono un patrimonio que corre riesgo de derrumbarse, pero también aparece el peligro de la especulación.

La percepción social sobre el trabajo y la vida en el campo, hasta ahora denostado, parece haber cambiado en los últimos meses. Una encuesta elaborada por la Universidad de Santiago confirmaría este cambio de tendencia y tras el confinamiento los ojos de la sociedad más urbana miran con envidia la vida en el campo, que se ve cada vez más no solo como un lugar idílico en el que vivir, sino también como un entorno lleno de oportunidades.

Tras el confinamiento los ojos de la sociedad más urbana miran con envidia la vida en el campo, que se ve cada vez más no solo como un lugar idílico en el que vivir, sino también como un entorno lleno de oportunidades

Por eso, el temor a otro posible confinamiento a causa de un rebrote del coronavirus en los próximos meses está disparando el interés por comprar casas en el rural. Tanto es así que ante la avalancha de llamadas y solicitudes de información sobre propiedades disponibles, varios Ayuntamientos, como el de A Fonsagrada o el de O Incio, han decidido habilitar herramientas para poner en contacto a vecinos interesados en vender con posibles compradores, a modo de tablero de anuncios virtual en las redes sociales o a través de los propios servicios oficiales municipales.

Iniciativas en las redes de los ayuntamientos de O Incio y A Fonsagrada para favorecer la compra-venta de viviendas

Iniciativas de los ayuntamientos de O Incio y A Fonsagrada para favorecer la compra-venta de viviendas

«La iniciativa surge porque a la oficina de turismo estaba llegando gente preguntándonos por casas para alquilar o comprar. Lo que pretendemos es tener un pequeño censo sobre en qué lugares hay casas disponibles para poner en contacto a los propietarios que quieren vender con las personas interesadas en comprar, pero tampoco queremos hacer de intermediarios ni de inmobiliaria, aunque que en A Fonsagrada no hay ninguna. Nuestra labor se limita a informar de en qué aldeas hay casas en venta a posibles compradores», explica el alcalde fonsagradino, Carlos López.

A Fonsagrada es el ayuntamiento más extenso de Galicia, con 470 kilómetros cuadrados de superficie y 302 núcleos de población

Pretenden que sea un servicio útil tanto para los vecinos como para la gente que tiene intención de comprar e instalarse en el municipio y de este modo ganar población. «El martes de la semana pasada vinieron dos parejas jóvenes con dos niños cada una a preguntar porque habían estado de vacaciones, les había gustado la zona y querían establecerse. Ninguna de las dos tenía vínculos aquí», cuenta. 

Precios asequibles

La demanda se está notando en todos los municipios del rural, especialmente en las provincias de Lugo y Ourense, que es donde más propiedades hay disponibles y a un menor precio a consecuencia de la despoblación y el abandono de las últimas décadas. Son también estos los lugares más necesitados de nuevos habitantes, teniendo en cuenta los altos índices de envejecimiento de la población.

O Incio y A Fonsagrada han habilitado tableros de anuncios con las viviendas disponibles que se venden en el municipio ante la avalancha de llamadas y solicitudes de información

Clemente Iglesias, alcalde de Riotorto, también ha notado el tirón del rural en los últimos meses en su ayuntamiento. «Llaman y preguntan por casas que hay a la venta, la gente quiere venir para el rural, la tranquilidad en estos tiempos es un valor», asegura. Desde el confinamiento ya se han vendido 3 casas en este municipio de 1.262 habitantes, en algún caso como segunda vivienda de personas residentes en Madrid que buscan un lugar próximo a A Mariña de Lugo donde pasar sus vacaciones y en otro caso como vivienda habitual para una persona con una empresa de transportes que ya se ha empadronado en el municipio.

En la mayoría de casos las casas adquiridas son viviendas que es necesario rehabilitar y reformar, pero sus precios no tienen nada que ver con las hipotecas y los alquileres que se pagan en las grandes ciudades y que, en el caso del mercado de alquiler, se ha disparado en los últimos años.

Vuelve el interés por las fincas abandonadas de padres y abuelos

Los dos meses de confinamiento de esta primavera fueron más llevaderos en el rural que cerrados en un piso de reducidas dimensiones en una ciudad y personas que hace años emigraron, o sus hijos y nietos, están pensando ahora volver a sus lugares de origen. «Muchos vecinos que llevan años fuera están preguntando en el Ayuntamiento por sus fincas y hubo una pareja joven con niños que ha vuelto a la casa que había sido de los padres y de los abuelos, de hecho, este año entran 9 niños nuevos en el colegio, hace muchos años que no pasaba, y eso es importante para un ayuntamiento como el nuestro para poder mantener el centro, en este curso que comienza vamos a tener 11 niños en infantil», cuenta Lola Castro, alcaldesa de Folgoso do Courel.

En Folgoso do Courel entran este año 9 niños nuevos en el colegio y muchos vecinos que están fuera están limpiando y adecentando sus casas para volver si hay otro confinamiento

Este ayuntamiento tiene empadronados 1.024 habitantes, pero este año en julio y agosto ha duplicado la población. «Tanto es así que tuvimos que incrementar la frecuencia de la recogida de la basura, que en invierno hacemos una vez por semana porque tenemos que ir a llevarla a A Rúa y ahora tenemos que hacerla tres veces y se ven colas todos los días en el supermercado y en el banco. Otros años no había tanta gente. Notamos un incremento tremendo, no solo en la afluencia de personas emigradas que tienen casas aquí, sino en el tema turístico. O Courel es cada vez más conocido por el geoparque y estamos pegados a la Ribeira Sacra, la gente busca destinos tranquilos y este año está el camping y todas las casas de turismo rural llenas», relata la alcaldesa. Y esas personas que vienen un año de turismo son también potenciales compradores de casas en el futuro.

Pero no solo los turistas o los autóctonos jubilados que están fuera están pasando más tiempo este verano en el municipio, sino que sus hijos también están valorando regresar al rural. «Se nota que la gente vino a hacer limpieza a las casas, nos llaman continuamente para que vayamos a recoger cosas para bajar al punto limpio de Quiroga. Quieren tener todo preparado por si la cosa se complica poder venir para aquí», detalla Lola. Pero esa llegada de personas foráneas los está obligando a adoptar medidas para proteger a la población local, exigiendo por ejemplo una prueba PCR negativa a los familiares que vienen a casas donde hay usuarios del servicio de ayuda a domicilio.

«La gente no se asusta porque las casas tengan mucha tierra, se buscan lugares donde además de vivir se pueda emprender y desarrollar una actividad»

Núcleo rural na Montaña de Lugo adquirido por un investidor americano / ALDEAS ABANDONADAS

Núcleo rural en la Montaña de Lugo adquirido por un inversor americano / ALDEAS ABANDONADAS

Las inmobiliarias especializadas en casas y fincas rústicas no dan abasto. «Nuestro producto suscita mucho interés ahora mismo. Desde que vino esta pandemia hubo un cambio importante en la forma de pensar de las personas que ha favorecido la venta de casas rústicas o enclavadas en lugares especiales, hay mayor interés de la sociedad por este tipo de propiedades en el rural», afirma Rosi Costoya, de Galician Country Homes.

En las primeras semanas tras el confinamiento hubo gente que reservó de manera casi impulsiva, sin ni siquiera haber visitado el lugar, tan sólo por las fotografías disponibles en el portal inmobiliario. «Desde hace tres o cuatro meses notamos una avalancha de reservas de internet, la gente no se podía desplazar para ver en persona las casas pero reservaba igual sin tener estado nunca en el lugar. Llevamos 15 reservas online en los meses de julio y agosto. Es el mejor momento para un negocio como el nuestro, antes vender una aldea costaba bastante pero ahora sabemos que hay gente que quiere ir a vivir al rural», explica Elvira Fafián, gerente de Aldeas Abandonadas, un portal especializado que lleva 14 años funcionando.

La búsqueda de viviendas alejadas de las grandes aglomeraciones ha aumentado en los últimos meses, lo que puede ser un balón de oxígeno para casas y elementos patrimoniales a punto de caer

A los jubilados de otros países del centro y norte de Europa que en los últimos años compraban casas en Galicia buscando tranquilidad y naturaleza se añaden ahora dos nuevos perfiles de compradores: el de las familias con niños y el de los inversores extranjeros.

Avalancha de inversores extranjeros

Pero más allá del boom inicial de las primeras semanas tras el confinamiento, la demanda continúa en aumento, según constata Rosi, de Galician Country Homes. «La demanda sigue y está creciendo, tanto de personas nacionales como de extranjeros. En las últimas semanas hemos cerrado operaciones con compradores rusos, ingleses, holandeses, belgas y de países árabes», explica la responsable de esta agencia afincada en Rábade. Tanto es así, que dentro de Galician Country Homes acaban de crear un nuevo servicio Gold para propiedades de más de 300.000 euros, algunas adquiridas por empresarios rusos para poner en marcha negocios de turismo rural.

Compradores rusos o americanos están adquiriendo núcleos abandonados en Galicia para poner en marcha complejos de turismo rural

«Está habiendo una avalancha de inversores extranjeros con reservas online, que están comprando negocios que ya están funcionando o núcleos deshabitados para poner en marcha negocios», confirman desde Aldeas Abandonadas. «Este mes vendimos dos aldeas grandes. Hay empresarios de fuera que quieren comprar para hostelería», detalla Elvira, que cita lugares como A Marina de Lugo o la zona fronteriza de Ourense con Portugal como espacios que se cotizan en este momento.

«Está cambiando mucho la sociedad y la gente ya no se quiere reunir en grandes hoteles, se buscan otro tipo de establecimientos», añade. En el caso de Aldeas Abandonadas, un inversor americano acaba de completar la reserva online de una propiedad en la montaña de Lugo, justo en el límite entre Galicia y Asturias, con casa, hórreo y otra serie de edificaciones y con una finca de 19 hectáreas, 6 de pastizales y el resto de monte repoblado.

La Montaña de Lugo, a Mariña y la zona de Ourense que hace frontera con Portugal son lugares que están teniendo mucho tirón en este momento

De enero a agosto de este año el 63% de los compradores de esta web fueron extranjeros y el restante 37% españoles. En las estadísticas de compra de propiedades en Galicia se incluyen casas, aldeas enteras, fincas rústicas y pazos con grandes fincas para el sector turístico y agroalimentario.

El valor de los lugares aislados

Con el coronavirus no solo ha cambiado la manera de relacionarse, ahora huimos de las aglomeraciones y lo que antes era un defecto, vivir en una casa o aldea aislada, hoy es un valor al alza. «Acabamos de vender una propiedad en A Fonsagrada a un ejecutivo de Berlín que lo que quería era no ver a nadie en muchos kilómetros a la redonda y otra para un cliente de Londres que también quería vivir en cierta soledad, buscan un cambio de vida radical y valoran nuestro silencio, nuestra naturaleza, nuestros ríos y nuestro modo de vida un poco al margen de esta pandemia», dice Rosi.

Las agencias inmobiliarias especializadas en vender propiedades rurales confirman que la demanda se ha incrementado, pero eso puede también revalorizar los precios y aumentar la especulación

Las agencias también confirman que igual que en las ciudades aumenta la demanda de pisos con terraza y casas con jardín, el comprador de viviendas en el rural, aunque sea un urbanita, también busca que cuente con tierras y fincas donde poder desarrollar una actividad agroganadera o turística. «Una capitana de barco compró una casa en ruinas con una gran extensión de terreno para poder tener una ganadería. Hay muchas personas interesadas en montar un negocio desde la tranquilidad», afirman en Galicia Country Homes.

«A raíz de la Covid-19 la gente quiere dejar el asfalto y las ciudades y cambiar de vida y no hay tanto miedo a emprender otra actividad, por eso que la casa tenga una extensión de terreno importante no asusta a los posibles compradores. Pero el mundo rural es muy complejo y todo el mundo no encaja en él y hay personas que quieren montar algo vinculado a la agricultura sin tener por ejemplo experiencia en tareas agrarias, por eso nosotros también los asesoramos en cuáles son las mejores posibilidades en esa zona, porque por ejemplo plantar kiwis en la montaña de Ourense puede no ser una buena idea y nosotros no queremos que la gente que compra haga una mala inversión», indican desde Aldeas Abandonadas.

Los compradores buscan lugares para vivir pero también para emprender negocios no necesariamente vinculados con la agricultura o la ganadería

Porque «una cosa es comprar una casa y arreglarla para segunda residencia y otra distinta comprar una aldea entera y con terreno para cultivar. Eso tiene que estar vinculado a una actividad y también es lo que más valor genera, ya que eso hace que la gente se empadrone y cree riqueza y puestos de trabajo en la zona y ayuda a recuperar las zonas rurales porque esa actividad se abastece después de los productores locales», destaca Elvira.

El teletrabajo abre el abanico de posibilidades

Además de cambiar nuestra manera de relacionarnos, el coronavirus ha hecho reflexionar a mucha gente en las ciudades y a decidirse por mudar su estilo de vida. Pero la vuelta al rural a vivir y trabajar no quiere decir hacerlo únicamente con actividades vinculadas con la agricultura y la ganadería. Gracias al teletrabajo, muchos empleos son ya posibles a distancia, una tendencia que aceleró también la pandemia.

«Gracias a la cobertura por satélite hay mucha gente, de profesiones muy variadas, que hoy pueden vivir y trabajar en cualquier parte del mundo. Las personas que compran no necesariamente son gente de muchísimo dinero que se pueda permitir el lujo de vivir sin trabajar, aunque algún comprador de ese tipo también hay, sino que son personas que buscan un cambio radical en su vida y que gracias a las nuevas formas de trabajo pueden estar remunerados viviendo en el rural», explica Rosi.

Las nuevas alternativas laborales profundizan la necesidad de cobertura de telefonía móvil y conexión a internet de banda ancha en el rural, una carencia aún sistémica en amplias zonas de Galicia

También se abren camino cada vez más modelos de vida comunitaria, conocidos como coliving, que en cierta medida reproducen la manera de vida tradicional en las aldeas gallegas, con distintas personas o familias compartiendo servicios. «Hay gente que busca edificaciones que les permita esa estructura, tanto personas jóvenes con niños como profesionales liberales. Dentro de España este perfil de gente procede sobre todo de Madrid, Cataluña, Andalucía o el Levante. Son personas que quieren vivir en comunidad, varias familias o grupos de amigos juntos en la misma aldea», describen desde Galician Country Homes.

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