Las contradicciones de los verdes prados de Nueva Zelanda: un monocultivo a base de nitrógeno y herbicida

La imagen idílica de las praderas del país oceánico y de las vacas pastando en ellas oculta una realidad bien distinta: un modelo intensivo de producción lechera enfocado hacia la exportación y con problemas medioambientales y de bienestar animal.

Xan Pouliquen, Efrén Castro e Concha Blanco, durante a xornada de presentación de resultados da viaxe de estudo a Nova Zelandia

Xan Pouliquen, Efrén Castro y Concha Blanco, durante la jornada resumen del viaje de estudio a Nueva Zelanda

Los ganaderos que visitaron Nueva Zelanda en el mes de diciembre para conocer su sistema de producción lechera realizaron el pasado viernes una jornada de presentación pública de resultados que sacó a la luz las contradicciones de un país que se encuentra entre los principales exportadores de productos lácteos a nivel mundial.

El objetivo de este encuentro celebrado en la Diputación de Lugo, según explicó el vicepresidente de la institución, Efrén Castro, era compartir con otros productores la experiencia y los conocimientos adquiridos en este viaje de estudio llevado a cabo por un grupo de 21 ganaderos y técnicos gallegos.

“Nueva Zelanda basa su producción láctea en el pastoreo. Es un modelo del que se pueden extraer aprendizajes para nuestra ganadería, que tiene en el control de costes un reto continuo”, aseguró. Pero el viaje también sirvió para desmitificar ciertas imágenes.

La jornada de difusión llevada a cabo en la Diputación de Lugo tenía por objetivo compartir lo visto y abordar una aplicación práctica de los conocimientos adquiridos

Nueva Zelanda produce leche a bajo coste con una alimentación del ganado basada en pasto pero, comparado con la realidad de las granjas gallegas que hacen pastoreo, la conclusión es que no es oro todo lo que reluce ni ecológico todo lo que es verde.

“Yo volví muy decepcionado, porque teníamos una idea de lo que íbamos a ver y lo que vimos no tenía nada que ver con eso”, afirma Xan Pouliquen, asesor de granjas y coordinador del viaje realizado entre los días 6 y 16 de diciembre pasado.

Tenemos ganaderos en Galicia que saben más de pasto que los ganaderos de Nueva Zelanda

“Vimos una ganadería de leche y de carne intensiva. Ellos son intensivos en pasto. Si esos ganaderos los metemos aquí, todos tendrían 4 robots y ración a base de silo de maíz, porque la mentalidad es la misma: buscar la máxima producción”, razona.

“Vimos praderas malas y desgastadas. Hay gente en Galicia que hace pastoreo tan bien o mejor que en Nueva Zelanda. Eso sí, vimos muchas zonas que aquí consideraríamos zona de monte y que allí están en pastos productivos. Es decir, muchos montes gallegos también pueden ser productivos con hierba y no solo con eucalipto”, concluye.

Conocemos a continuación la opinión de los ganaderos de Galicia y Asturias que visitaron el país maorí y las principales conclusiones que sacaron sobre su sistema de producción:

Modelo intensivo

Algúns dos gandeiros que visitaron o país maorí en decembro

Algunos de los ganaderos que visitaron el país maorí en diciembre

Nueva Zelanda cuenta con un modelo estandarizado de producción de leche basado en pasto, donde todo el ganado (tanto las vacas como la recría) está fuera todo el tiempo, con apenas instalaciones cubiertas más allá de las salas de ordeño y, en algunos casos, una zona de comedero.

“Se trata de un modelo único, pues hasta las estacas y las cancelas eran iguales en todas las granjas”, destaca Xurxo Rodríguez, de la ganadería ecológica y quesería Bértolos y Serranos, de Friol. “Allí la hierba está verde, pero a golpe de nitrógeno”, añade Manuel Paredes, de Ecolóxica Paredes, de A Baña.

Vimos suelos muy castigados, porque el suelo abonado con tanto nitrógeno es un suelo yonqui, tiene dependencia continua de él

“El de Nueva Zelanda es un sistema muy intensivo de manejo del suelo y uso del pasto. No se veían suelos vivos, pienso que están muy castigados, porque en primavera hacen rotaciones de pastoreo muy cortas, de 20 días, y abonan continuamente con fertilizantes químicos. El suelo abonado con tanto nitrógeno es un suelo yonqui, tiene dependencia continua de él, por eso cuanto antes lo desenganches mejor”, afirma Jesús Méndez, de Ganadería Adelina, una granja en ecológico de Castropol.

Elevadas cargas ganaderas

PATERANGI JERSEYS (Nova Zelandia) rabanho jersey colares monitorizacion Allflex

La mayoría de las granjas trabajan con medias de 3 vacas por hectárea

Las granjas neozelandesas se caracterizan por tener cargas ganaderas muy altas, que con frecuencia superan las 3 vacas por hectárea. “Tienen medias de 3 vacas por hectárea y de 450 kg de sólidos por vaca. Es decir, producen unos 12.000 litros de leche por hectárea hechos con pasto”, calcula Manuel Pose, de Cabana de Bergantiños.

“Para sobrevivir en Nueva Zelanda hay que tener como mínimo 70 hectáreas y 200 vacas de leche, según nos decían los ganaderos que visitamos”, recuerda Eloi Villada, de la Sociedad Gallega de Pastos y Forrajes.

La pradera más común es la de raigrás inglés con trébol blanco

“La flora que encontramos en los prados de Nueva Zelanda es prácticamente la misma que podemos encontrar en Europa, porque hace décadas introdujeron flora europea allí. La pradera más común es la de raigrás inglés con trébol blanco y para regenerar la fertilidad en suelos recientes como los suelos volcánicos en zonas pobres como la región de Taranaki introdujeron fauna del suelo europea (lombrices y otros aradores microscópicos)”, explica.

En algunos casos, las granjas plantan achicoria. “Tiene raíz profunda y en la época seca resiste mejor. Además, aporta también zinc. Nueva Zelanda está muy expuesta a la radiación solar, lo que provoca eccemas faciales en el ganado, una enfermedad también conocida como intoxicación por esporidesmina y pitomicotoxicosis que está causada por el hongo Pithomyces chartarum que crece con frecuencia en los pastos de raigrás perenne en Nueva Zelanda. El zinc sirve para combatirla”, indica Eloi.

Ausencia de biodiversidad

PREMIER CATTLE (Nova Zelandia) herbicidas

La sulfatadora es un elemento habitual en la mayoría de explotaciones lácteas de Nueva Zelanda

Para maximizar la producción de hierba, además del uso de nitrógeno (el límite legal está fijado en 190 kg/ha/año), está extendido el uso de herbicidas para el control de las malas hierbas. En zonas costeras la aplicación se realiza con helicóptero, al igual que el abonado.

Abusan mucho del herbicida; sulfatan hasta la orilla de los ríos

“Tienen todo sulfatado hasta las orillas de los ríos y con cargas ganaderas tan elevadas tienen que recurrir al nitrógeno”, dice Víctor Vilar, un joven de Castroverde de 25 años que acaba de incorporarse a la explotación familiar.

“Hay falta de biodiversidad. El paisaje me decepcionó un poco porque lo han destrozado. Todo son praderas, como si fueran campos de fútbol divididos con cercas, pero al final hay una cantidad de nitrógeno y glifosato que echa para atrás”, comenta Xurxo.

Hay falta de biodiversidad, han machacado el paisaje, parece que son todos campos de fútbol con cercas por el medio

“A mí también me sorprendió la magnitud de la transformación de las tierras en pastos, su inmensidad y continuidad en el territorio, que es un auténtico exceso y está presente en todo el paisaje”, concuerda Eloi.

Parcelas de castigo para el invierno

La mayoría de las explotaciones destina también ciertas áreas (las menos productivas o las más alejadas de la sala de ordeño) a zonas de castigo para el invierno, donde tienen el ganado durante los dos meses en que las vacas están secas, para no estropear las praderas de cara a la primavera.

La torta de palmiste procedente de la extracción de aceite de palma en Malasia o Indonesia es habitual como suplemento

Algunas granjas (las menos) empiezan a tener ya sencillas instalaciones cubiertas, tipo invernadero o con techos a un agua, para estos períodos, donde también suplementan el pasto con ración en pesebre (ya sea todo el año o solo en invierno) con silo de hierba, silo de maíz, algo de concentrado o subproductos de la industria alimentaria como torta de palmiste importada de Malasia o Indonesia procedente de la extracción de aceite de palma.

“Todos insistían en que lo más barato es el pasto, que lo que se da en pesebre tiene que ser un complemento, no un sustituto del pasto”, destaca Manuel Pose, quien considera que alimentar vacas a base de pienso para producir leche, como ocurre en muchos casos en Galicia, no es rentable.

Clasificación de las granjas por el nivel de autoabastecimiento forrajero

Nova Zelandia clasificacion granxas

Nueva Zelanda basa su producción ganadera en sus propios recursos. DairyNZ, la entidad independiente de asesoramiento del país, clasifica las granjas en 5 grupos, según el nivel de autosuficiencia alimentaria, que va del 100 al 50%, en función de la cantidad de insumos comprados y la época del año en que se administran.

“En función del nivel alcanzado, que va del 1 al 5, Fonterra apenas varía 1 céntimo de dólar neozelandés el precio de la leche sobre el precio base de 10 céntimos que está pagando en este momento, pero los costos de producción de las granjas son diferentes, con costes de 4 dólares neozelandeses por kg de sólidos en los sistemas menos intensivos y 6 en los más intensivos”, detalla Ibán Vázquez, profesor del departamento de Economía Aplicada de la Escuela Politécnica de Lugo.

En un mercado mundial de comercio de productos lácteos de 60 millones de toneladas anuales, China compra un 25%

Fonterra, la cooperativa propiedad de 9.000 ganaderos creada en 2001 gracias a la fusión de varias entidades cooperativas locales (Kiwi Dairies, la cooperativa de Taranaki, con New Zealand Dairy Group, con sede en Waikato), absorbe el 80% de la leche producida en Nueva Zelanda, alrededor de 16 de los 22 millones de toneladas de leche producidas anualmente en el país.

Solo una de las 30 plantas de Fonterra, la de Whareroa, en la isla norte, procesa 12 millones de litros de leche al día, “12 veces más que las tres plantas de Leche Río juntas”, compara Ibán. “Es otra de las fortalezas del sistema de producción de leche neozelandés, su capacidad industrial en manos de los ganaderos”, asegura.

Superficie concentrada

PREMIER CATTLE (Nova Zelandia) camiños pasto

Nueva Zelanda produce siete veces más leche que Galicia tras un desarrollo espectacular del sector en el último medio siglo, sobre todo a raíz de la sustitución de ovejas por vacas en buena parte de su territorio.

El país, que fue colonia británica desde 1840, surtía tradicionalmente al Reino Unido de carne de cordero y lana, hasta que el poliéster y otros derivados del petróleo comenzaron a cambiar la materia prima de la industria textil.

Yo ya no digo tener 200 hectáreas al lado de casa como tienen ellos, me conformo con 10 o 12, ya no pido más

“Para mí, lo más sorprendente del paisaje neozelandés es la ordenación del territorio. Es habitual que las granjas tengan 200 hectáreas en una sola pieza”, destaca Víctor. En su opinión, esa ordenación del territorio y la superficie concentrada es la gran ventaja que tienen los ganaderos de Nueva Zelanda. “Quisiera ver yo a un ganadero neozelandés en nuestras condiciones”, dice.

“Yo ya no digo tener 200 hectáreas al lado de casa como tienen ellos, me conformo con 10 o 12, ya no pido más. En mi caso trabajo 70 hectáreas, pero algunas de ellas a 16 km de casa. En esta época gasto ruedas y quemo gasóleo desbrozando esas fincas porque, estando a esa distancia, no puedo pastorearlas con las vacas”, evidencia.

No se nos puede exigir producir con estándares del siglo XXI con una estructura de la propiedad del siglo XVIII

“La ordenación del territorio es algo básico”, coincide Jesús. “No se nos puede exigir que produzcamos en el siglo XXI con una estructura de la propiedad del siglo XVIII porque la mano de obra y la gente que hay en las casas no es la misma”, añade.

“Una persona en Nueva Zelanda atiende 200 vacas porque tiene la tierra concentrada y un sistema de cercados y caminos perfecto. En muchas de nuestras granjas, sobre todo en las que están en este sistema de pastoreo, lo que predomina es el desorden”, compara Eloi.

Una parte esencial del trabajo en las granjas es mantener en buen estado los cercados de las fincas y los caminos

Buena parte del trabajo diario en las granjas consiste en mantener en buen estado los cercados de madera y los caminos entre las fincas. “Los caminos son de ellos y su mantenimiento resulta costoso porque hay granjas que tienen hasta 10 km de caminos propios”, describe.

Sin ayudas, todo en manos de la oferta y la demanda

PREMIER CATTLE (Nova Zelandia) camion recollida leite2Nueva Zelanda eliminó los subsidios a la producción agraria en el año 1984. Desde entonces, el sistema de libre mercado (oferta y demanda) marca las cotizaciones y la rentabilidad de las explotaciones, obligadas a buscar la máxima eficiencia. “Los ganaderos neozelandeses tienen una mentalidad muy empresarial y están obligados a ser super eficientes porque compiten en un sistema de mercado libre muy exigente”, afirma Jesús.

Sin el colchón de las ayudas a la producción, los ganaderos buscan producir lo más barato posible para no entrar en números rojos cuando el precio de la leche cae

El precio de la leche que perciben los productores de Nueva Zelanda está marcado por una elevada volatilidad. En este momento se encuentra en niveles máximos, situando el precio base que paga Fonterra, la referencia en el país, en 10 dólares neozelandeses (unos 5 euros) por cada kilo de materia seca. Además, tienen una prima de 3,5 dólares por producir leche en los meses de invierno y otra de 1,6 dólares para la leche ecológica (las granjas ecológicas representan menos del 5% del total).

Al no tener PAC cuando hay bajada de precios tienen que vender vacas

Pero las fluctuaciones en el precio son frecuentes, condicionadas por las compras que hace sobre todo China. “En 2015 tuvieron precios de 3,5 dólares. En esos casos, como no tienen PAC, eso los obliga a matar vacas hasta que la producción caiga y el precio se recupere”, cuenta Manuel Paredes.

Para mí es mucho más eficiente el sistema de pago de la leche por sólidos que tienen allí, porque como exportan no tiene sentido andar transportando agua

Las granjas apuestan por producir sólidos, con razas como la jersey o la kiwicross (vacas cruzadas de frisona con jersey), alcanzando niveles superiores al 5% de grasa y al 4% de proteína, dado que el destino final de la leche es hacer leche en polvo, ingredientes lácteos y quesos con destino a la exportación. “Para mí es mucho más eficiente el sistema de pago de la leche que tienen allí, porque como exportan no tiene sentido andar transportando agua”, dice Jesús.

Inversión en tierras

SHAILER TRADING (Nova Zelandia) vacas no pasto3

El valor de las fincas es el mayor activo de las granjas neozelandesas. El precio se sitúa por encima de los 30.000 €/ha

“Lo que hemos visto allí es capitalismo puro y duro, aunque también hay algunas granjas alternativas que subsisten, pero la inmensa mayoría es producción intensiva pero con pastoreo”, describe Eloi.

“El capitalismo se mueve igual, pero se mueve diferente. Allí la inversión va para los cercados, aquí para las naves de hormigón”, matiza Concha Blanco, presidenta de la Asociación para la Desintensificación en el Agro.

Los ganaderos neozelandeses piden créditos para comprar fincas, no para construir naves de hormigón

“No hacen inversiones en naves, pero para comprar la granja con el precio que tiene allí la tierra, entre 30.000 y 40.000 euros la hectárea, tienen que gastar mucho dinero, por eso están tan endeudados”, dice Jesús.

Pero las granjas disponen habitualmente de condiciones de financiación ventajosas. En Nueva Zelanda es normal el uso de préstamos con deuda perpetua en los que los ganaderos que los solicitan pagan solo los intereses del préstamo. De este modo, la anualidad del préstamo es baja al no devolver capital, que se devuelve al final o se prorroga en el tiempo. Este sistema depende de contar con un nivel bajo de intereses como ocurrió hasta 2021 y está volviendo a suceder ahora al ir pasando el período de inflación vivido.

“Allí la tierra siempre tiene un valor y cuando se jubilan son capaces de rentabilizar la inversión realizada; aquí si inviertes en una nave de hormigón o la rentabilizas o no”, razona Jesús. La principal instalación con la que cuentan las granjas lecheras neozelandesas es la sala de ordeño, donde abundan las salas rotativas, algunas de ellas con más de 30 o 40 años de uso. “Están todas ya más que amortizadas”, dice Manuel Paredes, que sigue ordeñando en circuito en su granja de A Baña.

En toda Nueva Zelanda hay solo 24 robots de ordeño y abundan tanto las salas rotativas como las paralelas de 40 y 50 puntos

Pero Víctor considera nuevamente que la «ventaja competitiva» de los ganaderos neozelandeses al tener las fincas juntas hace que la necesidad de instalaciones sea menor. “Aquí si quieres tener vacas, tienes que tener una nave donde tenerlas y llevarles la comida a casa, porque no te puedes plantear pastorear con vacas de leche fincas que están a 16 km de distancia”, insiste.

Para Isabelle Gómez, de  Traloagro, “muchas veces aquí los propios Planes de Mejora nos llevan a hacer grandes inversiones y grandes naves, porque los criterios de la Administración son esos. Allí, como no tienen ayudas y esas inversiones tienen que salir del bolsillo, no hacen esas grandes naves ni esos gastos a lo loco”, opina.

 

Un modelo que ha llegado a su límite

Mesmo os outeiros están xa amansados e convertidos en pastizais

Incluso las colinas están ya convertidas en pastizales

Después de un crecimiento exponencial durante 40 años, el aumento en la producción de leche de Nueva Zelanda se ha estancado en la última década. “La demanda de leche y otros alimentos seguirá aumentando a nivel mundial, pero países como Nueva Zelanda están al límite de su capacidad productiva”, afirma Eloi.

Aunque no existen límites al aumento del tamaño de las granjas existentes, sí que se dan de facto condicionantes normativos al cambio de uso de la tierra y a la creación de nuevas explotaciones lecheras por la vía de prohibir la conversión de las ganaderías de carne a leche (no así al revés).

Está prohibida la conversión de explotaciones de vacuno de carne a leche pero no al revés

Las autoridades tratan de frenar de este modo la desaparición acelerada del ganado ovino del país y el aumento desmesurado de la producción lechera, lo que desestabilizaría el mercado y haría bajar los precios en toda la cadena de valor.

Así pues, con toda la superficie disponible ya destinada en este momento a la producción lechera, que ocupa una superficie de 1,64 millones de hectáreas (aproximadamente 8 veces más que la dedicada en Galicia), el incremento de la capacidad productiva de las explotaciones existentes solo podría venir dado por la vía de una mayor producción por vaca, bien debido a ganancias genéticas o a una mayor intensificación, aunque los ganaderos neozelandeses no conciben un sector en el futuro con el ganado estabulado y una alimentación que no esté basada en el pasto.

Problemas ambientales

Con su territorio totalmente cubierto de pastizales y ganado pastando en ellos, el país maorí tiene problemas medioambientales que el anterior gobierno laborista liderado por Jacinda Ardern trató de reducir mediante un endurecimiento de la legislación sobre fertilización y emisiones de metano, con unas tasas por emisiones del ganado que debían entrar en vigor este año 2025.

Pero el actual primer ministro conservador Christopher Luxon está flexibilizando y revirtiendo la normativa aprobada en 2022 por su antecesora en el cargo. Casi la mitad de las emisiones de gases de efecto invernadero de Nueva Zelanda provienen de la agricultura, aunque el sector cuestiona la precisión del sistema de medición.

El afán productivo prima sobre el cuidado del medio ambiente en la mentalidad de la mayoría de los ganaderos

El afán productivo prima sobre el cuidado del medio ambiente en la mentalidad de la mayoría de los ganaderos neozelandeses. El voto rural ayudó hace año y medio a la coalición tripartita de centro-derecha a ganar las elecciones y las granjas apoyan el retroceso en las políticas públicas, centradas ahora, según anunció el ministro de Agricultura, Todd McClay en el Parlamento, en “encontrar tecnología que permita a los ganaderos reducir emisiones sin menguar la producción ni las exportaciones”.

Pero a pesar del peso que el sector primario tiene en la economía, ya que representa el 10% del PIB del país y el 65% de los ingresos por exportaciones (el 30% de las exportaciones totales de Nueva Zelanda son productos lácteos), los perjuicios sobre el medio ambiente provocan choques frecuentes con la población más urbana y los grupos ecologistas.

Sacrificio de becerros machos recién nacidos

Otro de los caballos de batalla social en torno a la producción lechera del país es el sacrificio de los terneros machos recién nacidos. “Existe presión social para paralizar estas prácticas, según nos contaban los ganaderos”, explica Ibán.

El Gobierno aprobó en 2016 una normativa sobre su transporte y bienestar animal que exige que tengan al menos 4 días de vida en el momento de su sacrificio. Son destinados, sobre todo en el caso de los machos jersey o kiwicross, con menor valor comercial y capacidad cárnica, a la fabricación de piensos para la alimentación de mascotas.

De las 5 millones de vacas lecheras que hay en Nueva Zelanda, se sacrifican al año 2 millones de terneros con solo 4 días de vida.

En un país dominado por la producción lechera, las ganaderías de vacuno de carne existentes son sobre todo de raza angus o hereford y el engorde de los animales también se lleva a cabo mayoritariamente con pasto.

Por eso, se considera que el engorde de los machos frisones o jersey competiría por el pasto y restaría recursos a la producción de leche. “De los 5 millones de vacas lecheras que hay en Nueva Zelanda, matan al año 2 millones de terneros pequeños a los 4 días”, concreta Abel Fernández, con una explotación de carne en Ortigueira, Granja del Iglesario.

Fonterra prohibió en 2023 que se mataran los terneros pequeños en las propias explotaciones pero permite que se destinen para alimentación de mascotas

Consciente de esta problemática, Fonterra está tratando de cambiar la imagen en este sentido de sus granjas y desde el 1 de junio de 2023 prohíbe a sus ganaderos el sacrificio en las explotaciones de los terneros al nacer.

“Entendemos que las opciones de venta en algunas partes de Nueva Zelanda son actualmente limitadas, pero hemos introducido una nueva cláusula en las Condiciones de Suministro de leche que significa que los terneros solo pueden ser sacrificados en la granja cuando existen razones humanitarias para hacerlo. Los ganaderos de Fonterra deben asegurarse de que todos sus terneros que no sean de reemplazo tengan una vida útil, ya sea para producir carne de ternera o alimento para mascotas”, dice la empresa en su página web.

Share Milking: el sistema de ordeño compartido que favorece el relevo generacional

Público asistente á xornada de presentación de resultados da viaxe a Nova Zelandia celebrada na Deputación de Lugo

Público asistente a la jornada de conclusiones del viaje a Nueva Zelanda celebrada en la Diputación de Lugo

Nueva Zelanda cuenta con un sistema propio de relevo generacional que está pensado como un modo de acceso compartido a las explotaciones en el que la factura de la leche se divide después entre el propietario de la granja y el ganadero que la atiende mediante contratos renovados cada tres años.

Las modalidades son diferentes en función de lo aportado por cada una de las dos partes: propiedad de la tierra, ganado, instalaciones, maquinaria, mano de obra. Uno de los contratos más frecuentes es el 50-50%, en los que el propietario aporta las tierras y las instalaciones de ordeño y el ganadero las vacas y el trabajo, compartiendo algunos gastos, como la producción de forrajes o el mantenimiento de los cercados.

El 1 de junio de cada año comienzan los nuevos contratos, que se renuevan cada 3 años

Pero también existen otras modalidades (75-25% o 25-75%) que permiten a los incorporados un acceso progresivo a la plena propiedad de la granja. “El paso de las explotaciones entre padres e hijos, que en Galicia normalmente es por herencia, allí non se da. El hijo pasa por el banco. Las pensiones del sistema público son muy bajas, de unos 200€ al mes, por lo que los ganaderos tienen que contratar un seguro y un plan de pensiones privado o rentabilizar la granja a través del ordeño compartido”, destaca Manuel Pose.

El paso de las explotaciones entre padres e hijos, que en Galicia normalmente es por herencia, allí no se da; el hijo pasa por el banco

En Nueva Zelanda es habitual que un ganadero posea más de una granja o sea socio en más de una explotación, en un mercado más dinámico también para la compra-venta. “En Nueva Zelanda se ve mucho más movimiento en las granjas, no quedan paradas cuando uno se jubila, como ocurre aquí, se compran y venden continuamente gracias al apoyo financiero de los bancos sobre la garantía que supone el valor de la tierra”, destaca Sara Gracia, veterinaria de la cooperativa Xallas.

Rocío Cabado, que es ingeniera agrónoma y tiene una explotación de vacuno de carne en el municipio de Friol, considera sin embargo que “Nueva Zelanda empieza a tener un cierto problema de relevo en las granjas”. “Las incorporaciones son cada vez más tarde, por lo que las personas que se incorporan tienen menos años por delante para pagar los créditos necesarios para comprar la tierra”, advierte.

Problemas de mano de obra

SHAILER TRADING (Nova Zelandia) Steven e Vera reciben ao grupo

Steven y Vera ordeñan 500 vacas y trabajan 263 hectáreas de terreo con la ayuda de 5 empleados

Las explotaciones lecheras en Nueva Zelanda están empezando a lidiar también con otro problema habitual en lugares como Galicia: las dificultades para encontrar mano de obra. El 30% de los trabajadores de las granjas lecheras neozelandesas son inmigrantes, procedentes de Filipinas, otras islas de la Polinesia o países sudamericanos como Argentina o Uruguay.

Los sueldos que se pagan en las explotaciones son elevados, entre 25.000 y 30.000 euros brutos al año para un trabajador básico y 40.000 para los especializados. La cobertura básica de la Seguridad Social tiene muchas deficiencias y obliga a largas listas de espera, por lo que la mayoría de los trabajadores tienen que pagarse un seguro privado.

Es frecuente que las granjas cuenten con refuerzos puntuales para atender a los terneros durante las 6 semanas que duran los partos

Están generalizados los turnos de 11 días seguidos de trabajo con 3 posteriores de descanso en épocas de paridera y de 8+3 el resto del año, con jornadas laborales de unas 10 horas de media. Lo normal, en granjas que ordeñan de 300 a 500 vacas, es contar solo con 1 o 2 trabajadores más el propietario de la granja.

“Una persona atiende 200 vacas, trabajan mucho más que nosotros. Hacen jornadas de 12 horas, tanto para los empleados como para los dueños. Son unos pringados de mucho cuidado”, resume bromeando Xurxo. También lo tiene claro Víctor tras volver del viaje: “se vive mucho mejor aquí que allí”, concluye este joven de Castroverde.

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