“Las frondosas, con permisos de corta de frondosas que sólo autorizan un 30% de aprovechamiento, son inviables»

Empresas gallegas que trabajan con madera de roble y castaño demandan un cambio de mentalidad por parte de la Administración forestal en Galicia, con el objetivo de no verse obligadas a importar materia prima de otros lugares

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Xosé Catoira, Gabriel Fernández, María Tubío e Mari Carmen Gayoso, nas xornadas organizadas por XERA

Xosé Catoira, Gabriel Fernández, María Tubío y Mari Carmen Gayoso, en las jornadas organizadas por XERA

Las talas de frondosas caducifolias en Galicia apenas alcanzan el 3% del volumen total de madera extraída de los montes, con un bajo nivel de aprovechamiento y transformación posterior, ya que su destino principal es mayoritariamente para leña. Un simposio celebrado en Lugo esta primavera analizó algunos de los problemas que enfrentan las pocas empresas en la comunidad que intentan valorizar maderas como el roble o el castaño.

Todas coinciden en que el sistema actual de autorizaciones por parte de la Administración forestal gallega impide en gran medida un aprovechamiento rentable de las 620.000 hectáreas de frondosas autóctonas que existen en los montes gallegos, las cuales representan el 40% de la superficie total arbolada de la comunidad.

En Galicia se cortan anualmente unos 0,3 millones de metros cúbicos de madera de frondosas autóctonas, frente a los 6,2 millones de eucalipto y los 3,5 millones de pino

Pero, a pesar de esa importancia numérica, la utilidad para el sector forestal es más bien escasa. En Galicia se cortan anualmente unos 0,3 millones de metros cúbicos de madera de frondosas autóctonas, frente a los 6,2 millones de eucalipto (3,7 de glóbulus y 2,5 de nitens) y los 3,5 millones de pino (1,6 pinaster, 1,6 radiata y 0,3 sylvestris).

Gabriel Fernández (Galiquercus)

“En casi 650.000 hectáreas de frondosas me niego a creer que en todas ellas non hay madera válida para productos de calidad”

Gabriel Fernández es el gerente de Galiquercus, la denominación actual de Maderbar, un aserradero familiar de Baralla con más de 70 años de historia que trabaja con frondosas ha optado por diversificar produciendo madera para duelas con las que hacer barricas de vino o whisky, un uso de alto valor añadido.

Con una facturación de más de 7 millones de euros, esta serrería de Baralla es hoy una de las empresas líderes en la fabricación de madera para barricas en España, pero solo el 20% de la materia prima que utilizan es de procedencia gallega.

El 20% de lo que fabricamos es con madera de aquí, el resto es todo con madera de fuera

“El resto es todo con madera de fuera. Como aquí no hay madera de calidad, aprendimos a buscarnos la vida, pero con casi 650.000 hectáreas de frondosas en Galicia me niego a creer que en todas ellas no haya madera válida para hacer productos de calidad”, razona Gabriel, quien culpa a la Administración de impedir una mayor valorización del monte al dificultar las cortas.

“Los permisos de corta, en los que solo se autoriza un 25% o un 30% de los árboles, no son rentables, porque permanecen en el monte los pies buenos, y no te vas a meter en una finca a cortar lo malo, lo que solo sirve para leña. Eso es un problema grave que nos lleva a tener que traer madera de fuera de Galicia y de fuera de España”, detalla.

Características de la madera

Para hacer duelas, la madera de roble utilizada tiene que tener ciertas características de dureza y rectitud de fibra, difíciles de encontrar en Galicia. “Tenemos que empezar a hacer plantaciones y silvicultura; vamos ya muy tarde”, lamenta Gabriel.

No somos capaces de abastecer el mercado, hay mucha demanda

La madera para tonelería debe tener un fuste único y recto, un diámetro superior a 40 centímetros y una copa reducida a un tercio. El rendimiento es mucho más bajo porque el corte de la duela debe ser en el sentido de la fibra de la madera para evitar fugas, a diferencia del aserrado habitual. Las cuñas extraídas del tronco necesitan un tiempo de curado secado al aire libre durante dos años. Es un proceso de curación, no de secado.

Los troncos de roble aptos para hacer duelas tienen un precio que puede superar los 400 € por tonelada. “No somos capaces de abastecer el mercado. Con la demanda de duelas de Galicia que hay, este podría ser un nicho de mercado con un importante crecimiento y alto valor”, asegura.

Los taninos del roble ayudan a la clarificación del vino y a la estabilización del color

El mayor productor de madera para barricas es Francia, con especies como Quercus petraea y Quercus robur. En EE. UU., han hecho lo mismo con Quercus alba, el roble blanco o roble americano, pero el precio del roble americano es menos de la mitad que el del roble europeo.

La madera de roble tiene muchos elagitaninos, que pasan al vino y protegen el color del vino. Con el descubrimiento de América, se empezaron a usar barricas de roble para transportar el vino, y se vio que este mejoraba con el proceso. España es el país con el mayor parque de barricas del mundo. En Rioja, el 56% del vino pasa por barricas, y en Ribera del Duero, el 30%.

Mari Carmen Gayoso (Maderas Gayoso)

«Cortar frondosas mucha gente lo ve como un crimen o un delito; hace falta mucha pedagogía»

Maderas Gayoso es una empresa forestal de Vilalba compra y corta madera de pino y frondosas en el monte y dispone de una línea de aserrado especializada en madera maciza de castaño, destinada principalmente a la construcción estructural y rehabilitación.

Al frente del aserradero se encuentra desde el año 2018 Mari Carmen Gayoso, quien también es en la actualidad presidenta de LugoMadera, la asociación de empresas de primera transformación de la madera de la provincia de Lugo. Al igual que Gabriel, Mari Carmen también pone énfasis en las «carencias administrativas» que impiden una mayor valorización de la materia prima presente en los montes.

La madera maciza de castaño carece de certificación técnica para su uso estructural; es necesaria para que los prescriptores puedan recomendar nuestros productos

“Los que nos dedicamos a la corta de frondosas no tenemos la seguridad de poder cortar la madera que consideramos aprovechable, y cuando el propietario quiere gestionar su monte de frondosas, muchas veces no puede debido a la falta de permisos y autorizaciones de la Administración”, asegura.

“Cortar frondosas, mucha gente lo ve como un crimen o un delito. Hay mucho trabajo social y pedagógico que hacer, porque en las casi 650.000 hectáreas de frondosas que tenemos en Galicia hay espacio para todo: para montes en los que pasear, pero también para montes en los que producir madera”, defiende.

Garantizar el abastecimiento de materia prima

“El reto principal en el ámbito de la transformación de frondosas es la necesidad de tener un abastecimiento de materia prima garantizado a medio y largo plazo, y que ese abastecimiento sea de madera de calidad, que nos permita fabricar los productos que nuestros clientes nos demandan”, añade.

Tenemos que asegurar el suministro para poder fabricar productos de calidad; sin lo primero, no hay lo segundo

“Todos somos como una rueda, un engranaje, y tenemos que trabajar todos a ritmo constante para que la cadena funcione. Y hace falta gestión para mover esta rueda. Esa es la clave para que las empresas podamos abastecernos”, indica Mari Carmen.

“Es el momento de que la Administración lleve a cabo acciones ejemplarizantes hacia el propietario forestal y demuestre con actuaciones concretas lo que se puede hacer con esas frondosas”, concluye.

María Tubío (Nefab)

“En este momento trabajamos con eucalipto y nos estamos planteando cambiar a otras maderas, pero para eso es necesaria una garantía de suministro estable”

Nefab es un grupo multinacional sueco especializado en embalajes y soluciones logísticas personalizadas. Comenzó hace 75 años fabricando cajas de pan y hoy tiene presencia en 38 países, entre ellos España.

En Galicia, Nefab cuenta con una planta de producción en Ponte Caldelas, donde fabrican embalajes de diverso tipo a partir de tableros de madera. Actualmente, trabajan con eucalipto como elemento principal, pero la empresa está estudiando diversificar la materia prima.

Nefab Pontevedra es considerada una fábrica estratégica dentro del grupo multinacional sueco

«Hasta la guerra de Ucrania, nos abastecíamos de tableros rusos; ahora de tableros de Brasil, pero en el mercado internacional no jugamos con las mismas reglas», reconoce María Tubío, responsable de Nefab Pontevedra SL.

Logramos una reducción de costos logísticos y medioambientales para nuestros clientes mediante la posibilidad de transportar mayor cantidad de mercancía en menos espacio

Solo en Europa, las fábricas del grupo sueco consumen 45.000 metros cúbicos de tableros al año, y la estabilidad del suministro y la calidad de la madera son aspectos esenciales. «Actualmente estamos trabajando con eucalipto y pino, y con eucalipto y chopo, pero estamos planteándonos introducir otras maderas. Para ello, necesitamos realizar cambios en el sistema productivo, y esa adaptación de la maquinaria requiere la garantía de un suministro estable de esa madera», afirma.

Xosé Catoira (Labra)

“Es ridículo que yo esté comprando chopo en Italia con los kilómetros de chopo que hay en Galicia”

La fabricación de instrumentos musicales es un pequeño nicho de mercado para la madera que consigue multiplicar su valor final. Uno de los retos en los que se ha trabajado en los últimos años es reemplazar maderas tropicales extranjeras por frondosas autóctonas.

Xosé Catoira es luthier de violín. Divide su tiempo entre A Coruña, donde tiene su taller, y Cremona, en Italia, donde restaura instrumentos antiguos. También es miembro de la asociación Labra, que agrupa a constructores de instrumentos musicales.

«El consumo de madera en todos los talleres de instrumentos musicales que hay en Galicia puede suponer unos 20 o 25 metros cúbicos; somos una parte ínfima pero muy colorida y con mucha inventiva», destaca Xosé.

El consumo de madera en todos los talleres de instrumentos musicales que hay en Galicia supone unos 20 o 25 metros cúbicos

Actualmente, el uso de madera gallega en la luthería sigue siendo limitado. «Se utilizan maderas de fuera, como el granadillo para las gaitas, lo que genera problemas tanto en la importación de materia prima como en la exportación posterior de esos instrumentos», explica.

Desde algunos talleres gallegos están tratando de reemplazar la materia prima extranjera por madera de frondosas autóctonas, pero ese cambio requiere cierta innovación, y las ayudas disponibles no se ajustan a la estructura de los talleres.

«En mi taller, el problema es que soy una empresa unipersonal; yo mismo realizo la producción y el I+D+i, y las ayudas de la Administración para innovación están pensadas fundamentalmente para que subcontrates el I+D a terceros. Me resulta muy difícil acceder a esas ayudas porque es complicado contratar a alguien externo para desarrollar las ideas que tengo en mente, ya que en mi oficio el factor creativo y artesanal es muy importante», relata Xosé.

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