Las mezclas de trébol con raigrás incrementan en un 53% la proteína del silo de hierba

La introducción de estas leguminosas anuales como cultivo de invierno en la rotación forrajera de las explotaciones impacta también en el rendimiento y calidad del ciclo de maíz posterior. Una tesis concluye que las leguminosas ahorran tanto abono (100 kg por hectárea y año de nitrógeno) como pienso (un 5%), y que permiten usar un 30% menos de soja y colza en la ración

Juan Valladares, durante a presentación da súa tese na Escola Politécnica Superior de Enxeñaría de Lugo

Juan Valladares, durante la presentación de su tesis en la Escuela Politécnica Superior de Ingeniería de Lugo

La tesis doctoral Caracterización de nuevas especies de leguminosas anuales en rotaciones con maíz forrajero aprovechadas mediante ensilado para las explotaciones de leche de Galicia, de la autoría de Juan Valladares Alonso, tecnólogo del CIAM, presentada recientemente en la Escuela Politécnica Superior de Ingeniería de Lugo, cuantifica los beneficios del uso de tréboles mezclados con raigrás como cultivo de invierno en las granjas gallegas: un 30% más de proteína en los forrajes propios, con el consiguiente ahorro de pienso, y un ahorro de un 45% de fertilizante nitrogenado.

El tribunal evaluador, formado por Roberto Lorenzana como presidente, Belén Díaz como secretaria y Sonia Pereira como vocal, otorgó una calificación de sobresaliente cum laude a la tesis presentada, destacando “el rigor científico de todos los trabajos y ensayos realizados para su elaboración desde el año 2009 al 2015” y asegurando que se trata de un trabajo “de gran relevancia para el sector lechero gallego que da solución a algunos de los problemas y desafíos que presenta la habitual rotación maíz-pradera”.

“Sabemos que el raigrás a dos cortes es costoso y es difícil de ensilar a veces por la elevada pluviometría a la salida del invierno. Se tiende, por lo tanto, a realizar un solo corte a finales de abril, con tiempo suficiente para sembrar el maíz en mayo, pero en esas condiciones la proteína bruta suele ser inferior al 10%, alrededor del 6-8%”, detalla Juan.

El raigrás solo a un corte presenta baja digestibilidad y una proteína bruta inferior al 10%

El raigrás a un solo corte presenta además una baja digestibilidad y a veces sufre también encamado, que provoca una reducción de su rendimiento, por lo que muchas explotaciones están buscando nuevos cultivos forrajeros anuales de invierno ricos en proteína que concentren su producción hacia finales de abril o principios de mayo, aprovechados como ensilado en un único corte.

“El objetivo general de esta tesis fue desarrollar modelos forrajeros para la producción de leche en Galicia de reducido impacto ambiental y de bajos costes de alimentación. La inclusión de leguminosas anuales presenta un elevado valor proteico, tiene capacidad de fijar el nitrógeno atmosférico gracias a la simbiosis con bacterias (Rhizobium), y permite la reducción de la emisión de gases de efecto invernadero”, destaca su autor.

Fomento de las leguminosas gracias a la PAC

En las últimas décadas se ha producido una intensificación del sistema de producción de leche gallego, donde más del 50% de la superficie agraria útil de las explotaciones está dedicada a una rotación de cultivos forrajeros (los más habituales son raigrás italiano cultivado a uno o dos cortes como cultivo de invierno y maíz forrajero como cultivo de verano) conservados mediante ensilado. “Casi el 80% de la leche producida en Galicia procede de las dietas de estos ensilados”, destacó Juan.

El 80% de la leche producida en Galicia procede de raciones a base de silo de maíz y silo de hierba

Pero existen una serie de factores que abren nuevas perspectivas para el desarrollo de sistemas que integren el uso de las leguminosas forrajeras para la producción de leche, tales como la reducción del consumo de energía fósil, la disminución de las emisiones de gases de efecto invernadero, la búsqueda de una autosuficiencia de las fuentes proteicas a nivel europeo y la emergencia de una demanda actual de la ciudadanía, más preocupada por el consumo de dietas saludables y por el bienestar animal.

“Tenemos una ventaja en este momento para la introducción de leguminosas, porque la PAC actual prima la implantación de mezclas de leguminosas, siempre que en esa combinación de semillas las de leguminosa sean más del 50%, tanto para cumplir con la condicionalidad como en el cobro de los eco regímenes, y eso nos está ayudando mucho a promocionar las leguminosas”, reconoce.

“El maíz en Galicia es intocable”

Las leguminosas estudiadas (serradela rosa, trébol encarnado, trébol migueliano, trébol persa de hoja pequeña, trébol persa de hoja grande, trébol vesiculoso y trébol alejandrino) son originarias de la zona mediterránea y otras incluso de la zona atlántica europea, pero fueron desarrolladas y mejoradas en las antípodas, en la zona de Australia y Nueva Zelanda, y reintroducidas en la península ibérica a finales del siglo pasado.

Pero su aprovechamiento forrajero por parte de las explotaciones lecheras cuenta con dos condicionantes clave que fueron analizados en la tesis: su compatibilidad para la rotación con el maíz y su capacidad de ensilado.

El maíz es el cultivo estrella, el elemento principal en el sistema de producción de leche en Galicia y lo seguirá siendo en el futuro

“Yo partiría de la base de que el principal cultivo en Galicia es el maíz, y en ese sentido es intocable. El maíz es el cultivo estrella, el elemento principal en el sistema de producción de leche en Galicia y lo seguirá siendo en el futuro. La mejora genética que se lleva haciendo en el maíz hace que haya variedades que soporten mejor el estrés hídrico, por lo que seguirá siendo en el futuro el rey de las dietas para vacas de leche en Galicia. El maíz seguiría dándonos kilos de materia seca por hectárea, pero cualquier cultivo que lo acompañe y aporte proteína mejorará la autosuficiencia de las explotaciones y su rentabilidad”, justifica.

¿Qué leguminosa escoger?

tese leguminosas Juan Valladares especies e variedades de trevo

Uno de los objetivos planteados a la hora de hacer esta tesis fue ayudar a las explotaciones a decidir qué variedades de leguminosas se pueden utilizar en el sistema de producción de leche en Galicia en función de la zona. Por eso, se ensayaron en diferentes localizaciones, primero solas en los campos de ensayo del CIAM en Mabegondo, en el municipio de Abegondo (clima atlántico con inviernos templados y lluviosos y veranos moderadamente cálidos y secos, ligera acidez del suelo con pH 5,8 y contenidos altos en fósforo, de 50 ppm, y potasio, de 358 ppm) y en A Veiga, en A Pobra do Brollón (clima continental con marcado carácter mediterráneo, con inviernos fríos y lluviosos y veranos cálidos y muy secos, baja acidez del suelo con pH 6,2 y contenido alto en fósforo, de 46 ppm, y medio de potasio, de 220 ppm) y posteriormente mezcladas con raigrás en explotaciones comerciales colaboradoras distribuidas por las principales zonas productoras gallegas.

Se estudiaron 6 tréboles más la serradela rosa (Ornithopus Sativus Brot.), que no se adaptó bien a las zonas de interior y fue sustituida posteriormente por el trébol alejandrino. Teniendo en cuenta las características de cada especie, hay algunas leguminosas anuales que destacan en las condiciones edafoclimáticas gallegas:

  • El trébol encarnado es de porte erguido y tendencia tardía y aguanta una amplia gama de climatología y de suelos.
  • El trébol migueliano es de mayor implantación al principio.
  • El trébol persa de hoja pequeña sería intermedio, pues no es tan agresivo como el migueliano.

“Los tres tienen un problema, que es que rebrotan mal si vamos al segundo corte, por lo que en ese caso sería más interesante el trébol persa resupinatum de hoja grande”, indica Juan. Sin embargo, advierte de que el trébol persa de hoja ancha es demasiado tardío y poco competitivo en las mezclas, porque se ve asfixiado y no es capaz de expresar su potencial.

El trébol persa de hoja grande cuenta con una alta digestibilidad y contenido en proteína y tiene capacidad de rebrote, pero no se expresa bien en las mezclas

Otras especies de leguminosas no sirven para toda Galicia. El trébol vesiculoso, por ejemplo, es demasiado tardío y las variedades comerciales que hay a día de hoy no encajan bien en zonas de costa. Por el contrario, la serradela rosa tiene ciertos problemas de adaptación en zonas del interior, porque no soporta el frío. “Es de pH alto, por lo que en la costa se daría bien, pero en el interior y con frío hay que descartarla”, indica Juan.

La serradela no se desarrolló bien en las zonas de interior y fue sustituida

En cuanto a las mezclas de leguminosas con raigrás que ya comercializan las distintas marcas de semillas, “tienen que seguir siendo evaluadas”, dice, tanto las que hay en la actualidad como las que sigan apareciendo en el futuro.

“Seguir conociendo y mejorando las variedades nos permitirá ir afinando la mezcla, que es simbiótica, porque nosotros estudiamos 6 especies, pero hay más, como el trébol escuadroso o el trébol subterráneo, aunque este está más pensado para el pastoreo”, indica.

Las mezclas que se comercializan de raigrás con leguminosas tienen que seguir siendo evaluadas

“Un elemento clave es conocer las variedades dentro de cada especie, porque las diferentes variedades de especies de leguminosas no están bien caracterizadas desde el punto de vista de la precocidad y las casas comerciales tienen que afinar un poco más a la hora de caracterizarlas como precoces, medias o tardías”, dice.

O recadro indica a ventá que sería de aproveitamento para poder botar o millo despois. Segunda quincena de abril na zona costeira e primeira quincena de maio no interior. Nesas datas a materia seca ronda o 10% na costa e o 12% no interior.

El recuadro rojo indica la ventana de aprovechamiento para poder sembrar el maíz después: segunda quincena de abril en la zona costera y primera quincena de mayo en el interior

tese leguminosas Juan Valladares contido en materia seca

Ensilando a mediados de abril la materia seca ronda el 10% en la costa y el 12% ensilando a principios de mayo en el interior

tese leguminosas Juan Valladares contido en proteina brutatese leguminosas Juan Valladares dixestibilidade

¿Solas o con raigrás?

Los ensayos realizados recomiendan las mezclas de raigrás con varias leguminosas, por ofrecer mayor garantía que la mezcla binaria de raigrás con una única leguminosa. “Las mezclas de varias especies generan mayor resiliencia del sistema”, considera el autor de la tesis.

“Recomendaría a las explotaciones optar por una mezcla biodiversa de leguminosas anuales con raigrás, porque el aporte del raigrás aumenta la materia seca y facilita el ensilado. Una leguminosa por sí sola tiene baja materia seca y bajos carbohidratos solubles en agua (azúcares), por lo que pensando en ensilar logramos esa simbiosis con el raigrás”, destaca.

tese leguminosas Juan Valladares comparacion raigras so e con leguminosa cadro resumo ensaios en granxas comerciais

Se produce un incremento del 13% en el rendimiento de proteína bruta por hectárea al añadir las leguminosas mezcladas con el raigrás y otro 13% eliminando el raigrás y sembrando sólo una mezcla de leguminosas

A dixestibilidade destaca na mestura do raigrás con leguminosas, por enriba do 74%

La digestibilidad destaca en la mezcla del raigrás con leguminosas, por encima del 74%

As mesturas múltiples con leguminosas presentan unha proteína bruta do 12,1%, o dobre que o monocultivo de raigrás

Las mezclas múltiples de leguminosas presentan una proteína bruta del 16,7%, el doble que el monocultivo de raigrás

Además, la inclusión del raigrás tiene otras ventajas a nivel de la protección del suelo. “En las mezclas múltiples de leguminosas solas, sin raigrás, tenemos problemas de implantación, por lo tanto, un mayor riesgo de lavado del terreno, con la consiguiente pérdida de suelo y nutrientes, y también mayor riesgo de aparición de malas hierbas. En las mezclas solo de leguminosas veíamos que a la hora de ensilar siempre había un 20% de adventicias. La rápida implantación del raigrás permite fijar el suelo en invierno y competir con las malas hierbas”, destaca Juan.

En las mezclas de leguminosas solas el terreno puede quedar desnudo en invierno en algunas partes, lo que provoca el lavado y la aparición de malas hierbas

Por eso, recomienda mezclar las leguminosas bien con un raigrás bianual o con un raigrás híbrido, porque la implantación y crecimiento de las leguminosas en los inicios es muy plano. Los ensayos llevados a cabo en granjas colaboradoras (una media de 12 explotaciones por año durante 5 años en las principales zonas productoras de Galicia) demostraron las ventajas del raigrás híbrido en la mezcla con las leguminosas respecto al raigrás italiano.

“En los dos primeros años se comparó raigrás italiano solo y mezclado con leguminosas, pero el raigrás italiano era demasiado agresivo en su implantación y no dejaba expresar a las leguminosas su potencial. Por eso en los dos años siguientes se sustituyó el raigrás italiano por un raigrás híbrido, logrando niveles de leguminosa del 50%. En el quinto año se miró la diferencia entre usar tréboles precoces y tréboles tardíos, resultando diferencias poco significativas”, indica.

Buena preparación del terreno y rulado

Labor de grada a esquerda e posterior sementeira con combinada de fresa rotativa e sementadora de pratenses nun terreo húmido do CIAM

Las leguminosas precisan, en el momento de su siembra, una preparación del terreno adecuada, más cuidadosa y trabajada que en el caso de las praderas monofitas de raigrás. Por lo tanto, tras el maíz, requiere un fresado más a conciencia para deshacer los rastrojos y un mejor acondicionamiento de la tierra, haciéndose imprescindible un pase de rulo posterior. “El rulado es importante y tiene que ser en el momento adecuado, no cuando la leguminosa ya ha emergido, porque si la aplastamos no tiene capacidad de rebrote”, advierte Juan.

La lentitud en la implantación y el escaso crecimiento inicial de las leguminosas cuando las temperaturas son bajas aumenta la desconfianza de muchos ganaderos, reconoce el tecnólogo del CIAM. «Hay que tener fe en las leguminosas, porque al principio parece que no va a salir nada de allí. Hay que esperar el tiempo suficiente para ver los resultados. Después, la leguminosa es agradecida, porque no hay que hacerle nada en invierno y cuando suben las temperaturas es capaz de expresar todo su potencial alcanzando rendimientos de 5-6 toneladas de materia seca por hectárea, que son muy interesantes en una explotación de leche», destaca.

El rulado es interesante porque pone en contacto la semilla con la tierra, las máquinas sufren menos a la hora de cosechar y se evita que la tierra llegue al silo

Otro de los factores determinantes para poder aprovechar todos los beneficios que aportan las leguminosas es la presencia de bacterias gramnegativas en el suelo con las que asociarse a la hora de realizar la fijación del nitrógeno en el terreno. «Si no tenemos el rizobium para trabajar en simbiosis hay que aplicarlo. Al menos las semillas tienen que venir inoculadas con rizobium y a poder ser tienen que venir peletizadas, porque de nada sirve que esa semilla haya sido inoculada en marzo para sembrarla en octubre; el rizobium son bacterias vivas que mueren», explica.

¿Cuándo y cuánto abonar?

La fertilización para el establecimiento de la pradera debe incluir 100 kg de anhídrido fosfórico (P2O5) y 150 de óxido de potasio (K2O) y un encalado previo de 1,5 t/ha de óxido de calcio (OCa). El aporte de nitrógeno de fondo es recomendable para favorecer la implantación de la leguminosa, pero nunca en más de 50 kg de fertilizante por hectárea, ya que perjudica la simbiosis con el rizobium.

Por eso, si antes de la siembra de la pradera tuvimos una sobrefertilización del maíz y ese nitrógeno está en el suelo, no se debería fertilizar en otoño, “porque si después fertilizamos con purín en el momento de la siembra de las leguminosas, podemos pasarnos de esos 50 kg de nitrógeno y perjudicar el crecimiento de la propia planta”, asegura Juan.

«A partir de 8-10 grados de temperatura del suelo es cuando el rizobium se activa y captura nitrógeno ambiental y hace que la leguminosa crezca. Si nos pasamos en el sobreabonado inicial vamos a ver que la leguminosa, en el momento del crecimiento, está amarilla y no aprovecha el efecto de captura de nitrógeno del rizobium, por lo que tendríamos que abonar nosotros con nitrógeno, así que en ese caso estaríamos convirtiendo una leguminosa en una planta forrajera que no captura nitrógeno y a la que se lo tenemos que aportar», indica.

Se incrementó un 6% el rendimiento del maíz cuando el cultivo precedente era una mezcla de leguminosas

El maíz se ve beneficiado por el aporte extra de nitrógeno al suelo por parte del cultivo precedente de leguminosas en invierno. “Al maíz cuanto más nitrógeno le aportamos, más crece, pero llega un momento en el que ya no es rentable abonar más, pero con las leguminosas ese abonado extra se produce a coste cero”, destaca.

El efecto positivo en el cultivo de verano fue representativo en los ensayos llevados a cabo, ya que fertilizando todo el año con solo 120 kg de nitrógeno por hectárea, únicamente los que se aplicaron al maíz, frente a los 220 kg que llevaría esa misma hectárea en la rotación con raigrás solo (120 kg en el maíz y 100 kg en el raigrás), los resultados fueron mejores cuando el cultivo de invierno precedente incluyó una mezcla de raigrás con leguminosas, con una ganancia de un 6% en las toneladas de materia seca por hectárea obtenidas y de un 16% en los kg de proteína bruta por hectárea.

¿Las leguminosas ensilan mal?

Recoméndase un presecado rápido

Se recomienda un presecado rápido para no perder carbohidratos y subir la materia seca por encima del 25%

Un mito extendido es que las leguminosas son difíciles de ensilar, por lo que una de las premisas a comprobar en la tesis fue determinar la aptitud de los tréboles para el ensilado. «El primer mensaje que habría que trasladar al sector es que las leguminosas se pueden ensilar bien teniendo en cuenta algunas recomendaciones básicas, como son subir la materia seca por encima del 25-30% pero teniendo cuidado de no perder carbohidratos, por eso el presecado tiene que ser rápido, para no perder azúcar», indica el tecnólogo del CIAM.

Se aconseja emplear una segadora-acondicionadora, para reducir de este modo el tiempo de presecado

«El primer año fuimos conservadores en el presecado para subir la materia seca, yendo a 48 horas, pero hizo buen tiempo y la materia seca se nos disparó por encima del 40%, por lo que tuvimos que añadir ácidos lácticos. En el segundo año decidimos bajar el presecado a 24 horas porque vimos que las leguminosas presecaban fácilmente, su estructura celular es semejante a una esponja y pierde agua de manera fácil en condiciones de ambiente favorable», cuenta.

El ensilado de mezclas de raigrás y leguminosa debería llevarse a cabo siempre coincidiendo con la floración de las leguminosas, con preferencia por el inicio de esta fase, a no ser que esperar este momento suponga que la digestibilidad se vea comprometida. «Tenemos que ser capaces de lograr el mayor crecimiento posible pero sin irnos a sobremaduraciones, porque a partir de que la planta comienza a madurar pierde digestibilidad y el efecto del tallo es mayor», dice.

Meter inoculantes es positivo, pero antes tenemos que tener materia seca alta y azúcares, si no de nada nos valen

Otra recomendación que Juan hace para mejorar la calidad de los ensilados con leguminosas es realizar la siega de las praderas hacia última hora del día. «Cortes por la tarde-noche siempre van a ser mejores que cortes a primera hora de la mañana, porque las leguminosas siempre van a tener más carbohidratos, ya que la planta por la noche, cuando desaparece la luz solar, consume parte de los azúcares que sintetizó durante el día gracias a la fotosíntesis», explica.

También recomienda el uso de aditivos inoculantes a base de bacterias lácticas para reducir la degradación de la proteína y mejorar la calidad fermentativa del ensilado resultante, pero advierte: «antes tenemos que tener materia seca alta y contenidos también elevados de carbohidratos solubles en agua, de lo contrario el efecto positivo del inoculante es poco apreciable».

La digestibilidad y el contenido proteico caen más despacio en las leguminosas que en el raigrás, por lo que conviene esperar a que venga el buen tiempo para ensilar

Finalmente, el autor de la tesis considera que, teniendo en cuenta las condiciones climatológicas gallegas, corren un menor riesgo las explotaciones que apuestan por un único corte de raigrás con leguminosas anuales en lugar de dos cortes de raigrás solo. «Cuando vas a 2 cortes de raigrás solo logras proteínas del 12%, similar a una leguminosa, pero tienes que hacer dos cortes y abonar, mientras que si te vas a una mezcla de leguminosas haces un solo corte y eres capaz de asegurar una buena calidad del ensilado, porque la digestibilidad y contenido proteico de las leguminosas caen más despacio que en el raigrás, por lo que conviene esperar a que venga el buen tiempo para ensilar respecto al raigrás solo», concluye Juan Valladares.

PRINCIPALES DATOS Y CONCLUSIONES:

Público asistente á presentación da tese na Escola Politécnica de Lugo

Público asistente a la presentación da tesis en la Escuela Politécnica de Lugo

Los ensayos en pequeña parcela evidenciaron la buena productividad y apreciable valor nutricional del cultivo invernal de leguminosas anuales sembradas en mezcla con raigrás o bien solas.

Las leguminosas anuales se adaptan a un aprovechamiento en un único corte para ensilar a finales de abril o comienzos de mayo, compatible con las labores de preparación del terreno y siembra del maíz.

Los tréboles migueliano y persa resupinatum para aprovechamientos más precoces y el trébol encarnado en los más tardíos serían las especies de leguminosas anuales más interesantes para rotar con el maíz como cultivo de verano en las explotaciones lecheras gallegas.

Se recomienda la asociación de las leguminosas con raigrás italiano o híbrido con el fin de asegurar la implantación del cultivo y mejorar la ensilabilidad de la mezcla, que de otro modo podría estar comprometida por la alta humedad de las leguminosas en el momento del corte.

El que presenta una proteína más alta es el trébol persa de hoja ancha y el que menos el trébol migueliano

Los raigrases pueden presentar valores muy bajos de proteína, por lo que es esencial asegurar una proporción adecuada de leguminosas en la mezcla, que como mínimo debería ser del 50% de la materia seca total. A este respecto, la menor agresividad del raigrás híbrido lo hace preferible al raigrás italiano cuando la cosecha se realiza a finales de abril o comienzos de mayo.

Los resultados obtenidos en explotaciones colaboradoras distribuidas por las principales zonas productoras de leche de Galicia muestran que las mezclas múltiples de leguminosas con raigrás híbrido son las más equilibradas y productivas, siendo la opción preferida por los agricultores.

En estas condiciones, cabe esperar rendimientos del cultivo invernal comparables a los del cultivo monófito de raigrás italiano, próximos a 5 toneladas de MS/ha, con un contenido de proteína superior al 12%.

Beneficios del uso de leguminosas

tese leguminosas Juan Valladares efectos das leguminosas na rotacion con millo

La inclusión de leguminosas anuales como cultivo de invierno mejora el rendimiento total de proteína bruta por hectárea de la rotación con maíz en un 30% sin penalizar la productividad de materia seca y de energía neta leche, comparadas con la rotación habitual raigrás italiano anual-maíz. Se pueden esperar, para el conjunto de la rotación, producciones de entre 18 y 20 t MS/ha, aportando el cultivo de invierno aproximadamente 1/3 del total y el de maíz los 2/3 restantes.

Las cantidades de fertilizante nitrogenado en las rotaciones con mezclas de leguminosas anuales fueron de 120 kg N/ha y año, aplicadas al cultivo del maíz. No se descarta la utilización de fertilizante nitrogenado en la siembra de las mezclas, para favorecer el establecimiento de las leguminosas, en cantidad de 30-50 kg N/ha.

El monocultivo de raigrás italiano requiere ser fertilizado con 100 unidades de nitrógeno por hectárea, que se ahorran con la introducción de tréboles

Los resultados obtenidos con ensilados realizados en gran parcela muestran que es posible obtener una fermentación aceptable de las mezclas de leguminosas solas o con raigrás cuando se realiza un presecado ligero, de 24 horas con buen tiempo, suficiente para alcanzar un nivel de materia seca del 27-30%. La adición de un inoculante a base de bacterias lácticas homofermentativas asegura la buena conservación de los ensilados.

Los ensayos de alimentación realizados con vacas lecheras evidencian la potencialidad de las raciones forrajeras en base a ensilados de hierba y de maíz para producir leche con uso reducido de concentrados, en el entorno de los 200 g de concentrado/litro.

El uso de leguminosas sirve para bajar el contenido de materia proteica del concentrado en un 30%

La sustitución de ensilados de raigrás por ensilados de leguminosas anuales permite reducir la proteína del concentrado y en consecuencia abaratar el coste de la ración, sin que la ingestión voluntaria ni la producción de leche se vean afectadas.

tese leguminosas Juan Valladares efectos das leguminosas na calidade do leite

El perfil graso de la leche es mejorado, desde el punto de vista de la salud humana, por la sustitución de ensilados de raigrás por los de leguminosas anuales y también con el corte directo frente al presecado.

El consumo de ensilados de leguminosas anuales mostró un efecto positivo en la reducción de la intensidad de emisión de metano entérico, evidenciando su papel en la granja como una de las medidas de mitigación de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Condicionantes del cultivo

Frente a las ventajas que conlleva la inclusión de leguminosas en los cultivos de invierno, deben tenerse en cuenta también una serie de condicionantes:

  • Requieren la presencia de cepas específicas de Rizobium (recomendándose su inoculación e incluso su peletización).
  • La delicada implantación de las leguminosas exige una preparación del terreno muy cuidadosa, que a veces es dificultada por las lluvias.
  • Su poca agresividad en el establecimiento puede requerir del uso de herbicidas.
  • En aprovechamientos precoces los rendimientos pueden ser bajos, por lo que es necesario esperar a finales de abril-comienzos de mayo para obtener un rendimiento adecuado.

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