Las plantaciones de pino recuperan importancia en Galicia

Las coníferas aumentan atractivo para el propietario forestal por los mayores precios de su madera y las perspectivas de una demanda creciente. La comercialización de planta con mejora genética se eleva a un 47% del total

Las plantaciones de pino recuperan importancia en Galicia

Reforestación con pino. / Archivo.

El pino consolidó en el 2022 la tendencia a un protagonismo en ascenso en las plantaciones forestales gallegas. Durante el último año, las plantaciones de pino crecieron un 17,6% en comparación con la media de los tres años anteriores (2019-2021). En total, en el 2022 se plantaron 4.832 hectáreas de coníferas, la cifra más alta de los últimos 15 años, según los datos de la Xunta que divulga la Fundación Arume.

El aumento de precios de la madera de pino a partir del 2021, que llegó a ser de hasta un 40-50% en madera de calidad, hizo que las coníferas incrementaran atractivo para el propietario forestal. La recuperación del mercado de pino llegó además para quedarse, pues las perspectivas internacionales apuntan a una demanda creciente y estable a lo largo de las próximas décadas.

Otro factor a tener en cuenta es la moratoria del eucalipto, vigente desde la primavera del 2021. Esa moratoria impide, en teoría, que masas de pino que se cortan se puedan plantar con eucaliptos. Con esa medida, la Xunta buscó tanto frenar la expansión del eucalipto, que aumentó alrededor de 40.000 hectáreas en la última década, como detener la pérdida de superficie del pino, que según el último Inventario Forestal de Galicia se redujo en alrededor de 140.000 hectáreas desde 2011.

Durante años, las plantaciones de pino fueron residuales en Galicia, con cifras menores a 400 hectáreas anuales en los años 2016 y 2017, o ligeramente por encima, con 419 hectáreas en el 2018. El escenario cambió a partir del 2019 por un conjunto de factores, entre ellos el impulso que ganaron las coníferas de la mano de la Fundación Arume, una entidad que agrupa a toda la cadena forestal de la comunidad, desde viveros a colectivos de propietarios y asociaciones industriales.

La Fundación estuvo trabajando en los últimos años en impulsar la mejora genética del pino -aún con mucho camino por recorrer-, así como en acciones de restauración de montes con pinos. También en el lanzamiento de la marca Pino de Galicia, con la que quiere posicionar en el mercado unos estándares de calidad del pino gallego.

Todo ese esfuerzo, unido al aumento de precios de la madera de pino, llevó a un salto importante en las plantaciones de coníferas en monte. En el periodo 2019-2022, se plantaron una media de 4.288 hectáreas anuales con pino. El último año, además, presenta las mejores cifras de toda la serie histórica de los últimos 15 años, con 4.832 hectáreas y más de 6 millones de plantas producidas en los viveros forestales gallegos. A esas cifras hay que sumar las hectáreas de pino del país que se regeneran de manera natural tras tala.

Mejora genética
Un segundo elemento a destacar es la tendencia creciente a incorporar planta con mejora genética en las plantaciones forestales. En el 2022, un 47% de la planta empleada corresponde a las dos categorías genéticas superiores (cualificada y controlada), cuando en el 2019 ese porcentaje no llegaba al 7%. Está siendo decisivo, en este sentido, el programa de reproducción vegetativa de planta mejorada que impulsó la Fundación Arume en colaboración con la Consellería de Medio Rural (Agencia Gallega de Calidad Alimentaria) y con cinco viveros forestales gallegos.

De cara a el futuro, la perspectiva es que la planta mayoritaria empleada en monte presente mejora genética, bien de la categoría de material controlado, bien de la categoría de material cualificado.

El material controlado es la categoría superior de mejora genética y se corresponde con planta que fue sometida a ensayos comparativos que garantizan una mejora en crecimiento y calidad en relación a la planta de las categorías genéticas inferiores (identificada y seleccionada). La planta con etiqueta cualificada es aquella que procede de huerto semilleros con individuos seleccionados por cumplir unos requisitos a nivel fenotípico.

Especies
De las 4.832 hectáreas plantadas en Galicia en el último año, 2.210 corresponden a pino del país (‘Pinus pinaster’), 1.735 a pino insigne (‘Pinus radiata’) y 887 a pino silvestre (‘Pinus sylvestris’), el habitual en zonas de media y alta montaña de Ourense y Lugo.

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