“Las posibilidades de las fibras textiles recicladas son infinitas”

La necesidad de fibras textiles alternativas a las tradicionales, con un menor impacto ambiental, está generando nuevas líneas de negocio, como las fibras textiles recicladas. Hablamos con Kirsi Terho, de la empresa finlandesa Infinited Fiber, una compañía que recientemente ha firmado un acuerdo de suministro con Inditex

La empresa finlandesa Infinited Fibers ha desarrollado un proceso químico por el cual la ropa vieja puede transformarse en nueva fibra y, asímismo, en hilo. Esto permitirá sustituir una parte de la demanda de materias primas vírgenes en el sector de la moda, creando una economía circular. La gallega Inditex acaba de sellar este mes un acuerdo multianual de suministro con Infinited Fiber.

El reciclaje de fibras textiles está además de actualidad en Galicia por ser una de las líneas de negocio previstas para la planta de Altri. La pastera lusa proyecta en Palas de Rei (Lugo) una planta de fibras textiles a partir de madera, pero tiene intención también de crear una línea de reciclaje de ropa usada.

Hablamos con Kirsi Terho, directora de cuentas de Infinited Fiber, que recientemente visitó Santiago de Compostela para participar en el Foro Esenciales en Bioeconomía, organizado por la Axencia Galega da Industria Forestal.

¿Podría explicar en qué consiste la actividad de Infinited Fiber?
Nuestra empresa está cogiendo viejos textiles, como pantalones vaqueros usados, por ejemplo, y convirtiéndolos en una nueva fibra que después permite hacer hilo y de nuevo ropa. Para hacer esto tenemos un proceso especial que manejamos nosotros mismos, y que consiste en un proceso de reciclaje químico con el que podemos convertir la ropa vieja en un líquido de celulosa, y a partir de este, regeneramos de nuevo las fibras. En definitiva, nuestra compañía se basa en la tecnología para convertir todos los textiles en una nueva fibra, que después dará lugar a nuevos hilos y nuevas prendas.

En qué se basa esa tecnología y cómo llega a su empresa?
La tecnología se fundamenta en investigaciones desarrolladas en Alabama en los años 20 del siglo pasado. Una vez comenzamos a mirar en que podía ser utilizada esa tecnología, se convirtió en algo vital para nosotros. Nuestro fundador, Ali Harlin, comenzó a probarla en cajas, luego con el papel, y después con viejos vaqueros, para ver si podía ser algo con lo que generar nuevas fibras.

Cuando esto se demostró posible, el centro de investigación de ETT en Finlandia comenzó a estudiarlo muy rápidamente. Entonces se dio de cuenta de la viabilidad y de que además había una demanda real para el reciclaje de textiles. A partir de ahí, nuestra empresa surgió en el 2016 para comercializar el producto en sí.

¿Cuál es la situación de las materias primas tradicionales, como el algodón, en relación a la demanda de textiles eco-friendly?
Esta es una gran pregunta si se piensa en los tejidos más tradicionales, como el algodón. Su demanda es enorme hoy por hoy, y cada día se necesita más algodón. Para ser precisos, existen iniciativas que buscan alternativas, como el algodón orgánico, pero es una opción poco disponible, y además, conviene tener en cuenta que no podemos seguir utilizando cada vez más tierra para cultivar algodón.

A mayores, es un producto que necesita mucha agua y plaguicidas; por eso nosotros somos una solución para esta parte.
En cuanto al poliéster, todo el mundo lo sabe: en algún momento quedaremos sin petróleo y esa es una vieja fibra basada en él, por no hablar de que la sociedad se está desprendiendo de muchos plásticos de microfibras.

Por lo tanto, hay muchas cuestiones que están en ese área, y al mismo tiempo creo que las nuevas generaciones están deseando avanzar en este tema.

¿Cómo ve el futuro de los materiales textiles?
En un mundo ideal serían reciclados, renovados y compostables, pero para ser honesta, creo que va a ser una mezcla de muchas cosas. Por supuesto que habrá más y más cantidades de estas prendas ideales en circulación, pero creo que hacen falta años hasta que estemos allí.

Por nuestra parte, las instalaciones tienen una producción pequeña, y por ahora tan sólo podemos proporcionar el material suficiente para pruebas. En un futuro, en el 2024, tendremos una gran fábrica en Finlandia, para enfocarnos a la comercialización, que producirá sobre 30.000 toneladas al año, aunque eso es una fracción de lo que se necesita.

Si pensamos en el número de tiendas que tiene Inditex, por ejemplo, para tener un par de camisas y un par de vaqueros de este tipo en cada tienda se necesitarían muchas fibras. La industria textil es tan grande que hay un sin fin de posibilidades.

¿De donde surge su interés en el mundo de las fibras textiles?
Mi interés nace por herencia familiar. Soy una fabricante de fibra de tercera generación. Mi abuelo y mi padre estuvieron vinculados a una fábrica de viscosa, para la que después acabé trabajando. A mí siempre me interesó la química y de alguna manera busqué llevarla al ámbito textil y realmente entender la fibra en sí, lo que es.

Tras dejar la fábrica de viscosa, decidí continuar por el camino de la fibra. Entré en un grupo de estudio vinculado a las tecnologías textiles para el que acabé haciendo de consultora e interactuando con la empresa para la que hoy trabajo.

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