
José Luis Pérez Barreiro, portavoz de Agromuralla. Foto: Arquivo
La Ejecutiva de la asociación de ganaderas y ganaderos Agromuralla analizó esta semana las consecuencias de los nuevos contratos firmados por la industria láctea para la recogida de la leche a las granjas en Galicia que entraron en vigor el 1 de abril.
«Una vez que entraron en vigor los nuevos contratos, se constata que las subidas fueron muy limitadas, centradas únicamente en una pequeña minoría de explotaciones, sin que la mejora de los precios de la leche esté llegando de manera generalizada al conjunto del sector productor», denuncian.
Agromuralla califica de «congelación encubierta del precio de la leche» la estrategia de las empresas que optaron por incrementar vía primas por volumen el precio tan sólo a entre el 10 y el 20% de las explotaciones (dependiendo de la industria), las que más leche producen, sin hacer extensiva la mejora al conjunto de las granjas.
Por eso, la asociación de ganaderos y ganaderas exige que, de cara a la próxima renovación de contratos en el mes de agosto (la vigencia de la mayoría de los contratos firmados es de cuatro meses, 1 de abril-31 de julio), las subidas se trasladen al precio base para que lleguen a todas las explotaciones. «La finalidad de Agromuralla es defender al conjunto del sector, sean grandes o pequeños productores», aclaran.
Diferencias injustificadas entre granjas grandes y pequeñas
Para Agromuralla, la decisión de las empresas que más leche recogen en Galicia (caso de Lactalis y Larsa) de «congelar» el precio base e incrementar las bonificaciones por volumen de entregas, una tendencia que se está trasladando también la otras industrias, como el Grupo Lence (Leche Río y Leyma), Leche Celta o Reny Picot, lo que supone «una manera de disfrazar una mejora limitada en el precio general de la totalidad de la leche que compran», afirma.
Según el análisis realizada en base a los contratos firmados, y la falta de conocer los datos oficiales que publica el Ministerio de Agricultura en relación a la evolución mensual del precio de la leche, Agromuralla estima que «la subida real para el conjunto de las explotaciones con los nuevos contratos será de entre medio céntimo y un céntimo, incrementándose de manera notable la diferencia entre las granjas más grandes y las pequeñas y medianas», lo que supone «un castigo injustificado para la mayor parte de las ganaderías gallegas, que ordeñan entre 50 y 100 vacas», pues para beneficiarse realmente de los incrementos de precio vía volumen fijados por las industrias en el contrato que entró en vigor el 1 de abril hay que entregar mensualmente más de 200.000 litros de leche, lo que equivale a ordeñar unas 200 vacas.
Imposiciones de las industrias
La asociación de ganaderas y ganaderos pide a la administración gallega «que no permita prácticas abusivas en su territorio» y que controle el diferencial de precio que tienen las granjas gallegas a respecto del resto del Estado y también entre sí, «no permitiendo que se castigue a las granjas pequeñas por el mero hecho de serlo».
El diferencial de precios según el tamaño de la explotación se incrementó con la actual renovación de contratos hasta alcanzar los 7 céntimos de diferencia. «Las industrias acaban imponiendo sus condiciones debido a la falta de capacidad que sigue teniendo el productor», asegura Agromuralla.
«Resulta injustificado que dos granjas vecinas de la misma parroquia, que entregan la leche a la misma empresa, una cobre la leche a 50 céntimos y la otra la 43 cuando el camión que les recoge la leche es el mismo», argumenta. «A nivel logístico, las pequeñas granjas también son útiles a las industrias para completar los camiones de recogida», dice Agromuralla, por lo que considera «una falacia el argumento del incremento de costes de transporte para penalizar a las granjas pequeñas».
Escenario proclive a la subida de precios de la leche
El escenario actual y de cara a los próximos meses es favorable a la subida de precios de la leche, debido al mantenimiento del consumo y de las cotizaciones de los productos industriales en los mercados internacionales y debido a la caída de la producción en los principales países productores europeos, con precios elevados en Alemania, Holanda o Irlanda y amenazas importantes de cara a los próximos meses por enfermedades como la de la fiebre aftosa en la UE o la gripe aviar en EEUU.
Por eso, Agromuralla exige «que esas buenas perspectivas se trasladen al campo beneficiando al conjunto de productores sin que las industrias aumenten sus márgenes a costa de los ganaderos y ganaderas».
Pago por calidad y no por cantidad
Para eso, Agromuralla reitera que «las subidas en el precio de la leche tienen que hacerse en el precio base para que lleguen por igual a todas las explotaciones». «Las primas por volumen se están convirtiendo en una meneira de castigar a las granjas pequeñas y medianas. Para que se note en el bolsillo del productor, la subida de la leche tiene que ser en el precio base y para todos», insiste.
Agromuralla defiende «un precio base igual para todos», con una unificación de las actuales disparidades en la conformación de precios en los contratos establecidos por las distintas empresas y primas en base a la calidad de la leche entregada y no por el volumen de entregas realizado.
«Los incentivos deben establecerse por la calidad higiénico-sanitaria (grasa y bacteriología) y los porcentajes de grasa y proteína contenidas en la leche. El esfuerzo del ganadero en mejorar en cuestiones como instalaciones, manejo del ganado o alimentación tiene que ser valorado», defiende Agromuralla, algo que es independiente del volumen de entregas o el tamaño de la explotación.
Consecuencias sociales y económicas de la desaparición de granjas
La estrategia macroeconómica de las industrias lácteas, incentivando explotaciones cada vez más grandes, margina a las más pequeñas y acelera su desaparición, asegura Agromuralla, un problema que se ve agravado por las nuevas exigencias de las industrias lecheras en cuestiones como el certificado de bienestar animal.
«Es una cuestión de imagen de las industrias que se está utilizando para condenar a la desaparición a muchas granjas pequeñas que se quedan sin opciones de entrega para la leche que producen y se ven abocadas a tener que cerrar», denuncia Agromuralla, que alerta sobre las consecuencias y los problemas asociados al cierre de las pequeñas explotaciones: «Estos juegos perniciosos de las industrias, pensando solo en su propio beneficio, van en prejuício del propio territorio y la economía rural, acelerando la despoblación, porque las granjas familiares son las que mantienen realmente el tejido socioeconómico. No es lo mismo a nivel poblacional y de empleo que en una aldea se mantengan 5 explotaciones de 100 vacas que quede solo una con 500», concluye Agromuralla.
Por último, la asociación de ganaderas y ganaderos hace un llamamiento a la reflexión por parte del consumidor. «En Galicia sigue cerrando una explotación lechera cada día y al ritmo actual acabaremos este año 2025 con menos de 5.000 ganaderías de leche. Si desaparece el tejido productivo, dependeremos de terceros países para abastecernos y la cesta de la compra seguirá subiendo», advierte Agromuralla.