Las técnicas de intensificación ecológica logran mejoras en los viñedos y en el vino

La bodega Terras Gauda ha comprobado el éxito de prácticas como la oxigenación de la tierra, el uso de vermicompost como abono o el empleo de cubiertas vegetales en las calles de la plantación. El nuevo manejo, introducido hace dos años en una parcela de ensayo, se extenderá en un futuro a todas sus plantaciones

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Las técnicas de intensificación ecológica logran mejoras en los viñedos y en el vino

Viñedos de Terras Gauda donde se desarrollaron las nuevas prácticas.

La bodega de O Rosal Terras Gauda emprendió hace dos años el proyecto internacional ‘ Bettersoil’ (Mejor suelo), en colaboración con la Finca Von Wigstein (Argentina), con Jorge Domínguez, catedrático del departamento de Ecología de la Universidad de Vigo, y con el INTA de Mendoza (Argentina). El marco de la investigación es la búsqueda de la sostenibilidad en su viticultura. Los resultados obtenidos en 2020 y 2021 supusieron un cambio de perspectiva de la marca, llevándolos a un tercer año de prueba en el estudio. Hasta ahora, entre las conclusiones más llamativas está la conexión de las técnicas de intensificación ecológica con una mejora de la biodiversidad del suelo y de la salud de la planta.

Los retos de desarrollo sostenible obligan a una mayor implicación de las empresas en el ámbito medioambiental. En este contexto, ‘ Bettersoil’ nació con la intención de “reactivar y mejorar la biodiversidad del suelo y ver los efectos directos que esto tiene sobre la planta y el vino”, explica Emilio Rodríguez Cañas, director enológico de la bodega. Su campo de experimento fue una parcela de ensayo, que mantuvieron en contraste con un terreno testigo, en el cual se seguía trabajando de la manera que era habitual hasta ahora.

< strong>¿En qué consisten las técnicas de intensificación ecológica?
La búsqueda de un manejo del suelo más sostenible es una de las bases sobre las que se asienta esta metodología de trabajo experimental. La colaboración de Terras Gauda con la bodega argentina, que practica viticultura biodinámica, llevó a la bodega gallega a introducir técnicas de intensificación ecológica, como la oxigenación del suelo, el uso de determinadas cubiertas vegetales o la aplicación de compost naturales a base de orujo de uva.

Durante el estudio, la oxigenación del suelo incluyó trabajos manuales en la línea de cultivo de la planta, así como en las calles, en las que posteriormente sembraron cubiertas vegetales con una mezcla de semillas, como leguminosas, alfalfa y especies florales, para incrementar la riqueza microbiológica del suelo.

Con el objetivo de no usar fertilizantes químicos, el proyecto generó un ‘ vermicompost’ a base de orujo de uva para abonar la vid. “Sacamos una materia prima natural a partir de la propia uva, por lo que las propiedades que puede aportar son interesantes”, comentó Rodríguez Cañas. Bajo la misma concepción ecológica del cultivo, redujeron el máximo posible el uso de fitosanitarios , “para impulsar la restauración de la diversidad del suelo”, detalló Emilio Rodríguez.

< strong>Resultados y futuro del proyecto
La respuesta conjunta de la tecnificación ecológica de la parcela se analizó a través de diferentes tipos de análisis. El resultado observado en todos fue que “el contenido de clorofila de las hojas de las vides fue mayor que en la parcela testigo, lo que se tradujo en plantas más vigorosas, con mejor salud, y más resistentes a las enfermedades”, concretó el director enológico de Terras Gauda.

Estos cambios inducidos en el sistema de las plantas dio lugar a avances sanitarios con respecto a las viñas de control. “En consecuencia de las mejoras en la vitalidad de la planta y de su resistencia a enfermedades, también se incrementó la producción de uvas”, afirma el Rodríguez Cañas.

Una vez realizado el proceso de vinificación de las dos parcelas, experimental y de testigo, los expertos de las gincas realizaron una serie de catas ciegas, en el 2020 y en el 2021. “A pesar de que no había una muy marcada diferencia cualitativa, en ambas se eligió muy mayoritariamente el vino tratado con las técnicas de intensificación ecológica, debido a su perfil aromático, a los matices de sabor y al equilibrio en boca”, avanzó Emilio Rodríguez.

Esto confirmó que una mayor biodiversidad en los suelos influye positivamente en el resultado final del vino, si bien las diferencias cualitativas son escasas. Terras Gauda encara ahora el último año de ‘ Bettersoil’ con el objetivo de disponer de resultados de tres campañas, procurando aportar solidez sobre las primeras conclusiones de este proyecto.

El mayor valor científico vendrá determinado por la comparativa entre los resultados obtenidos por la bodega de O Rosal, en el Hemisferio Norte, frente a la colaboradora ubicada en el Hemisferio Sur. En función de los resultados obtenidos, la bodega planteará la aplicación de estas técnicas sobre todas sus viñas, “intentando mecanizar el proceso de tecnificación ecológica, por la amplia extensión que tenemos que cubrir”, adelantó Rodríguez Cañas.

«Sólo con que estas técnicas se demostraran útiles para mejorar la salud y vigor de las viñas, ya serían positivas y estaríamos satisfechos, pero es que además comprobamos que mejoran los vinos», concluyó.

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