Laura Vázquez: “La Gama BLUE es clave para una producción de maíz más sostenible y rentable”

La agricultura europea se encuentra en un punto de inflexión. Las políticas del Green Deal y la estrategia Farm to Fork marcan un nuevo rumbo hacia modelos productivos que no solo sean eficientes, sino también respetuosos con el medio ambiente. En este contexto, el cultivo de maíz —clave en la rotación de muchas explotaciones gallegas— debe avanzar hacia prácticas que reduzcan su impacto ambiental, especialmente en lo que respecta a emisiones de carbono y uso de insumos químicos.

Maíz y sostenibilidad: un binomio estratégico

El maíz es un cultivo con alta demanda nutricional, tanto para el suelo como para el sistema productivo en su conjunto. Esto implica un uso intensivo de fertilizantes y agua, factores que pueden aumentar la huella de carbono si no se gestionan adecuadamente. La presión legislativa, unida a la demanda social de sostenibilidad, no solo exige una reducción del impacto ambiental, sino que también abre la puerta a nuevas soluciones tecnológicas y biológicas.

Según Laura Vázquez, Técnica de Producción Vegetal del grupo Delagro “el objetivo europeo para 2030 es claro: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 55%. Esta meta supone un reto, pero también una oportunidad para mejorar nuestras prácticas agrícolas y apostar por soluciones sostenibles que no comprometan la rentabilidad de nuestras explotaciones”.

Gama BLUE: tecnología al servicio del cultivo

La Gama BLUE, del grupo Delagro es una propuesta innovadora pensada para los productores de maíz que buscan mejorar la rentabilidad de sus fincas mientras preservan la salud del suelo y reducen el impacto ambiental. Esta gama incluye tres productos complementarios, formulados a base de bacterias beneficiosas que actúan en distintas fases del ciclo del cultivo.

Vázquez subraya que “la incorporación de microorganismos al manejo del maíz nos permite optimizar recursos, mejorar la estructura del suelo y promover una mayor actividad biológica. Esto es especialmente relevante en suelos gallegos, donde la materia orgánica tiene especial relevancia”.

Soluciones concretas para necesidades reales

• BLUE Land: Actúa directamente sobre el suelo. Mejora su estructura y la actividad microbiana, favoreciendo la mineralización de nutrientes esenciales como nitrógeno, fósforo, potasio, calcio, magnesio o azufre. Esto contribuye a un aprovechamiento más eficiente de los fertilizantes aplicados y a una mayor disponibilidad de nutrientes durante todo el ciclo del cultivo.
• BLUE Cycle: Optimiza el uso del purín al mejorar su contenido en nitrógeno, reducir emisiones de amoníaco y malos olores, y evitar la formación de costras. Esta mejora en la calidad del purín permite una fertilización más eficaz y menos contaminante, alineada con las exigencias normativas actuales en zonas vulnerables a la contaminación por nitratos.
• BLUE Star: Diseñado para potenciar el desarrollo radicular, mejora la absorción de nutrientes y favorece la solubilización del fósforo, clave en etapas tempranas del cultivo. El fortalecimiento del sistema radicular se traduce en plantas más vigorosas y productivas, aumentando el rendimiento del maíz.

Sostenibilidad y rentabilidad no son incompatibles

Gracias a su aplicación escalonada, la Gama BLUE permite intervenir de forma estratégica en distintos momentos del cultivo, generando beneficios acumulativos en rendimiento, ahorro de costes y sostenibilidad. Estas mejoras, además de facilitar el cumplimiento de las normativas europeas, posicionan al agricultor como un actor clave en la transición hacia una agricultura regenerativa.

Un modelo alineado con el futuro del campo gallego

La sostenibilidad en el cultivo de maíz ya no es una opción: es una necesidad para asegurar la viabilidad de las explotaciones a medio y largo plazo. Soluciones como la Gama BLUE, disponibles en todas las cooperativas socias de Delagro, ofrecen a los agricultores gallegos herramientas concretas para producir más con menos, preservando el entorno y mejorando la rentabilidad. Apostar por la innovación microbiológica es apostar por un futuro agrícola más resiliente, eficiente y respetuoso con nuestro entorno.