“Le veo más ventajas a los cereales forrajeros que al raigrás como cultivo de invierno en rotación con el maíz”

Entrevista a Lluís Xanxo i Dòria, referente en España en asesoramiento ganadero y agronómico. Fue director de Producción Agrícola y Coordinador de logística de Alimentación en Granja San José S.A e impartió una ponencia en las últimas Jornadas Técnicas de Vacuno de Leche de SERAGRO sobre mejora de la calidad de los ensilados.

LLUIS XANXO granja sanjose ESTANDARLluís Xanxo i Dòria es un Ingeniero Agrónomo que actualmente trabaja como Asesor Agronómico-Nutricional en la zona este de España (en colaboración con varios nutricionistas) en un Proyecto de Investigación Estatal para la mejora de las calidades forrajeras con el Dr. y Catedrático Carlos Cantero Martínez de la Universidad de Lleida (UDL).

Lluis cuenta con una larga trayectoria profesional: Fue director de Producción Agrícola y Coordinador de logística de Alimentación en Granja San José S.A. desde 2017, y anteriormente responsable del Área de Defensa Vegetal y miembro del Consejo de Administración en grupos Cooperativos del Pirineo de Lleida desde sus inicios profesionales en 1995.

Recientemente participó en Lugo en las Jornadas Técnicas de Vacuno de Leche organizadas por SERAGRO con una ponencia sobre “Mejora de la calidad del ensilado para conseguir alta eficiencia de la producción lechera. Importancia de la planificación y gestión agronómica.”

-Acumulas una amplia experiencia en asesoramiento agronómico y nutricional en vacuno de leche. ¿Qué te llevó a especializarte en esta área?
La dificultad en su realización por la falta de conexión entre las dos partes; me explico: en España, igual que en otros países referentes en producción láctea a nivel mundial, es habitual que exista un vacío técnico entre la finalización de la producción agronómica y el inicio de la planificación nutricional. Es común que agrónomos asesoren en la producción agrícola sin conocer los objetivos nutricionales en la parte ganadera, donde el nutricionista (normalmente veterinario) desconozca los factores limitantes en la parte agronómica, y es por ello que se crea un espacio de mejora en todo el proceso, teniendo que trabajar las dos partes (agronómica y nutricional) en conjunto, necesitando una visión y conocimiento total del proceso y una experiencia para ello (adquirida en las tres últimas décadas a nivel profesional), radicando ahí la dificultad del sistema.

-La alimentación es el principal coste de producción en una ganadería de vacuno de leche, representando de media alrededor del 60%, por lo que resulta clave contar con producción forrajera propia. En líneas generales, ¿Cuáles son las principales áreas de mejora que ves en las ganaderías de vacuno de leche en España en lo que es la producción de forrajes?
Según mi opinión, todas se deberían focalizar en aumentar la calidad de los mismos; entendemos calidad como mejora específicamente de los parámetros de fibra para poder conseguir más altas ingestiones en las raciones en las que se introduzcan, sin dejar de lado que hay que conseguir mínimos niveles proteicos y/o energéticos en cada forraje obtenido para que sean rentables, y doy por hecho que no es una tarea fácil de conseguir.

“Hay un gran campo de mejora en la calidad de los forrajes, y en concreto en la digestibilidad de la fibra”

Al mismo tiempo, no deberiamos dejar de lado la mejora en el proceso de ensilado, donde los factores climáticos y de empresas de servicios en muchos escenarios acaban siendo factores limitantes para llegar al objetivo final. El proceso de ensilado debe favorecer la máxima calidad de la proteína, buscando niveles mínimos de amoniaco y máximos de proteína verdadera (aminoácidos). También se debe asegurar una buena calidad del corte de la fibra en ensilados de maíz, así como el procesamiento del grano excelente.

– ¿Y los principales errores?
Basándome en mi experiencia, la mayoría se concentra en la toma de decisiones de introducir más subproductos (más económicos normalmente, pero a su vez más inestables en calidades) y/o concentrados en detrimento de más forrajes, con el consiguiente riesgo de generar futuros problemas en las calidades de la leche producida, generalmente por presencia de aflatoxinas. Otro error sería incorporar forrajes comprados (alfalfa) considerando la calidad como el nivel de proteína sin tener en cuenta la digestibilidad de la fibra.

-En España existen granjas que producen sus propios forrajes, con compras puntuales de paja y alfalfa, y que están concentradas fundamentalmente en Galicia y en la Cornisa Cantábrica, y Cataluña. Y otro modelo, más común en el sur y centro de la península donde lo más habitual es comprar los forrajes. A la vista de la evolución de la producción de leche en las distintas comunidades autónomas, ¿qué modelo consideras más resiliente?
Considerando solo afrontar eventos difíciles, este sería el modelo del centro y sur de la península, pero ya no solo por el tema alimenticio, sino por la gestión del antiestrés de los animales por el efecto térmico. Ahora bien, la posibilidad en muchos casos de producir forraje con control de calidad para poder llegar a autoabastecer a las cabañas ganaderas en muchos casos sería una opción real a nivel de rentabilidad en muchas explotaciones con una buena gestión técnica y económica. Siempre será más fácil mejorar la calidad (digestibilidad) de la fibra de los forrajes producidos en la base territorial que disponga la finca que la de los forrajes comprados sin seguimiento previo del cultivo desde su implantación.

¿Por qué es importante la autonomía forrajera en una granja para la competitividad económica de la misma?
Porque históricamente, el forraje siempre ha rebajado los costes de alimentación en las raciones, y porque tenemos que recordar que, como rumiante, la vaca en producción tiene que ingerir un mínimo de la ración en materia seca como fibra forrajera (NDF forrajera) para su óptimo funcionamiento ruminal, pero puede llegar a ingerir hasta 2/3 si los forrajes racionados son de alta calidad. A partir de aquí, además de poder rebajar al máximo los costes de alimentación, podremos garantizar un mejor funcionamiento metabólico del animal y, en consecuencia, mejorar su salud y su vida productiva, con lo que podemos todavía rebajar más los costes de producción a largo plazo.

-Las ganaderías españolas utilizan de media más de 10 kg de concentrado por vaca y día, uno de los más altos de la Unión Europea. ¿Cómo valoras este dato?
Es un indicador de que el modelo de ración tiene margen de mejora, tanto a nivel técnico como a nivel económico. Esto nos está indicando que estamos funcionando con raciones con mínimos de forraje, y no siempre es porque no exista suficiente base territorial para producirlo o gestionar las compras de este externamente, sino que es una forma fácil de funcionamiento a nivel alimenticio.

XANXO FOTO ENSILADO estandar

¿El «abuso» del pienso hace que no prestemos la atención que se debe a la calidad de los forrajes, que nos podrían ayudar a reducir el coste de la ración?
En la mayoría de los escenarios probablemente sea así, y realmente en muchas situaciones la presión comercial lleve a esta decisión por parte del ganadero, aunque en realidad él no sea consciente de ello.

El objetivo a día de hoy tendría que ser el llegar a una eficiencia de 1.9 kg de leche producida por kg de materia seca de forraje ingerido. Es difícil de conseguir, pero no imposible

-A nivel de explotación, ¿Como podemos medir si estamos siendo eficientes en la producción de nuestros forrajes y cual debería ser los objetivos?
Primero, en la cuantificación de los kg de materia seca realmente ingeridos por animal y día en las raciones intensivas: a niveles máximos, nos indicará que la calidad forrajera es elevada; por otro lado, en la eficiencia lechera (a máxima transformación en kg de leche estandarizados por cada kg de materia seca ingerido en la ración, nos indicará que hay elevada calidad forrajera). El objetivo a día de hoy tendría que ser el llegar a una eficiencia de 1.9, difícil de conseguir, pero no imposible; pero aquí ya no depende exclusivamente de la calidad forrajera, ya que es un proceso multifactorial de transformación, donde otros factores limitantes pueden condicionar el resultado final (genética, instalaciones y/o manejo, entre otros).

– En tu amplia experiencia, ¿en qué niveles de eficiencia se mueven las granjas?
En la actualidad, oscilan entre rango de mínimos de alrededor de 1.5 a máximos de 1.85.

-El maíz es el principal aporte forrajero en la ración de las vacas de leche en España. A modo de introducción, ¿Cuáles son las principales áreas de mejora que detectas en este cultivo?
Las centraría en tres: En primer lugar, la selección varietal con criterios de maximizar “Stay Green” de planta, con elevado potencial de producción de grano. En segundo lugar, estudiar las densidades máximas de siembra que sean óptimas para cada variedad, tipo de suelo y condiciones climáticas a realizar. Finalmente, valorar el uso de los tratamientos fitosanitarios preventivos en vegetación, entre estadios de V7 a prefloración, con fungicidas, acaricidas e insecticidas, según las necesidades y respuesta a estos productos.

-A finales de septiembre pasado visitaste varias ganaderías de la provincia de A Coruña, en las que pudiste observar distintas parcelas de maíz. ¿Qué impresión te has llevado?
En general buena, pero observé un retraso generalizado de 15 días respecto a la fecha teórica de recolección. Esta situación ha sido la misma que en 2023. La posibilidad de octubre húmedo con lluvias, como ocurrió, llevó a dificultades de recolección.

La solución pasaría por replantear, en muchos casos, los ciclos de maíz a sembrar en las próximas campañas. Se debería ajustar dichos ciclos según sus necesidades de temperatura y poder ensilar en fechas más tempranas.

Visita con Lluis Xanxo a nueve granjas en Costa da Morte.

Visita con Lluis Xanxo a nueve granjas en Costa da Morte.

-En los últimos años, en Galicia han ido ganando peso los ciclos de maíz cada vez más largos, lo que va en detrimento de la rotación con cultivos de invierno. ¿Qué pros y contras detectas en esta tendencia?
Como aspecto positivo podría ser el disponer de más superficie disponible para aplicar deyecciones orgánicas en periodo invernal.

En contra, tenemos el riesgo en años fríos de entrar en fechas tardías de recolección, además de afectar negativamente a la cosecha de maíz, puede retrasar o impedir la implantación del cultivo de invierno. Esto tiene consecuencias negativas de menor rentabilidad económica y una disminución del potencial forrajero.

El barbecho de invierno es un pobre precedente cultural para sembrar maíz. La mejor opción es sembrar un cereal

-Precisamente, el hecho de ir a ciclos largos hace que muchas fincas de maíz queden vacías en invierno. ¿Supone esto, problemas a nivel agronómico?
Sin duda alguna, es el peor escenario de implantación de maíz para la campaña siguiente. Según mi experiencia, el barbecho de invierno es un pobre precedente cultural para sembrar maíz. Se provoca una menor estructura en el suelo y un incremento de plagas del suelo y de banco de semillas de malas hierbas. La mejor opción pasa por sembrar un cultivo de invierno, en concreto cereal.

-Este año la campaña de maíz ha sido de las más difíciles que se recuerdan en Galicia debido a las borrascas. ¿Cuáles son tus recomendaciones a la hora de realizar el picado del maíz?
Las recomendaciones estarían centradas en estrategias en la implantación: Seleccionar variedades de maíz ajustando más los ciclos, no excesivamente altas y muy resistentes a vuelco. Utilizar densidades de siembra no elevadas. Optimizar y ajustar la aplicación de fertilización nitrogenada racionalmente.

– ¿Y en lo que es el ensilado propiamente dicho?
Las recomendaciones se centrarían en:

– No esperar a buscar niveles elevados de madurez para no retrasar las fechas de recolección.

– Realizar un corte y procesado del grano adecuados. Es importante.

– Aplicar conservante a las dosis recomendadas por el fabricante para asegurar una buena fermentación.

– Si el forraje obtenido estuviese fuera de rangos óptimos de calidad, separar los silos en función de calidades. De esta forma se podría consumir primero los de más baja calidad para raciones no productivas. También, iniciar el consumo en menor tiempo de fermentación respecto al optimo (4 meses desde su cierre).

-En el cultivo de maíz recomiendas el uso de fungicidas en zonas con elevada pluviometría. ¿Por qué, que tipo y cuando deberíamos aplicarlos?
Porque la prevención es clave para ganar sanidad vegetal; si además podemos controlar diversas patologías fúngicas, perfecto. Las materias activas a utilizar son las registradas. Ahora estamos en la fase de ver evolución de las mismas y comparar sus efectos con los de otros países que utilizan de hace más años que en España como Brasil o USA. En estos países se referenció el modelo que estamos trabajando desde 2020 a raíz de las visitas en esas zonas. Las aplicaciones tendrían que ser siempre en vegetación, en estados entre V7 y prefloración, descartando los de post-floración por posible afectación al proceso de fermentación posterior en el ensilado.

-En los últimos años se están ensayando como influye la densidad y la separación entre plantas de maíz en los rendimientos, e incluso variedades «enanas» con menor porte. ¿Que nos puedes comentar sobre estas líneas de trabajo en base a tu experiencia?
Que es el futuro. Se busca producciones elevadas, pero a su vez con una ratio entre el contenido de almidón y el de materia seca mayor que 1.

A la vez, el objetivo es conseguir calidades de fibra excepcionales, (existen diferencias a nivel varietal y en esa línea de investigación estamos trabajando). Hay que seleccionar variedades no excesivamente elevadas en porte, donde el nivel de producción de grano sea elevado, y sembrarlas a la máxima densidad que cada variedad esté testada. Hay que buscar el óptimo entre maximizar la cantidad y la calidad de la cosecha para ensilado.

¿Qué nos podrías aconsejar para mejorar la digestibilidad de la fibra y de los almidones en el cultivo de maíz?
Primero, tener clarísimas las pautas de manejo a recolección. Los datos de investigación en USA y en los estudios realizados con la Universidad de Lleida en la zona central del valle del Ebro los últimos años nos indican que utilizar una altura de corte de 10 cm en vez de 30-35 cm en cosecha, penalizan en el ensilado hasta en 3-4% la digestibilidad de la FND a 30 horas y hasta 3% el contenido de almidón. Aunque ello nos represente incrementar hasta 2 t/ha de forraje fresco.

Segundo, seleccionar material genético que nos mejore estas características cualitativas, en especial la de la digestibilidad de la fibra. Seleccionar variedades BMR (Brown Mid-Rib), para obtener niveles de hasta 10% superiores en FND a 30 h a las variedades convencionales, puede ser una buena opción.

Tercero, buscar la densidad de siembra óptima, que permita maximizar los rendimientos, obteniendo una relación entre almidón y materia seca mayor a 1.

-¿Hacia dónde crees que se orientará la mejora genética de las variedades de maíz forrajero en los próximos años?
En mi opinión, no hay que hablar de variedades de maíz forrajero, sino de variedades de maíz grano. De entre estas variedades, habrá que elegir las que muestren una excelente producción forrajera.

“Creo que sería buena orientar las nuevas variedades de maíz hacia la mejora en sanidad vegetal y más precocidad en cada ciclo de cultivo”

Soy de la opinión que esta mejora genética sería buena orientarla a mejora en sanidad vegetal y más precocidad en cada ciclo de cultivo. Sería adecuado obtener una ampliación del estado verde de la planta (“Stay Green”) hasta final a madurez. Eso con un menor uso de agua, lo que es difícil.

– ¿Compartes que la preponderancia del maíz forrajero en la ración ha hecho que se descuide el cultivo de la hierba u otros cereales de invierno?
Es lógico; las cenizas siempre han estado el factor limitante de más utilización en ensilados en nutrición animal, a excepción del silo de maíz (planta más grano). Este último, además, siempre acaba aportando una estabilidad fermentativa difícil de conseguir en los otros tipos de ensilados por sus elevadas variabilidades en composiciones, en especial en niveles proteicos, en humedades y en azúcares fermentescibles.

-¿Por qué deberíamos prestarle más atención a los cultivos pratenses y leguminosas?
Porque desde un punto de vista agronómico es necesaria una rotación frente a un monocultivo. Además, desde un punto de vista nutricional requiere más dificultad realizar un ensilado de calidad con este tipo de material vegetal.

-En el resto de España no es tan frecuente, pero en Galicia las praderas permanentes -con dos e incluso más cortes de hierba para silo y hierba seca al año-, son una fuente importante de forraje para las ganaderías de vacuno de leche, gracias a una pluviometría que permite que incluso se mantengan verdes en verano en determinadas comarcas, permitiendo además que pueda aplicar en ellas purín en meses del año en los que en el resto de las parcelas de la granja no es posible. ¿Cómo valoras esta alternativa forrajera y cuáles consideras que pueden ser las claves para mejorar su productividad?
En un modelo extensivo de producción ganadera puede ser una opción viable y funcional. Ahora bien, si nos centramos en el modelo intensivo en el que está inmerso la producción lechera, esta alternativa forrajera solo debería utilizarse para el ganado no productivo (lotes de vacas secas y novillas).

Centrándonos en las raciones productivas: la ratio calidad aportada por estos forrajes, respecto al coste que los estamos entrando en las raciones, supone, en la mayoría de los escenarios, una conversión en un importante factor limitante para llegar a los objetivos marcados. Estos, siempre se acaban focalizando en ir a máximos de producción lechera a mínimo coste.

En un escenario de larga duración, es difícil plantear opciones de mejora en la productividad, ya que la rotación es la mejor opción agronómica para ello, allí es donde en la mayoría de los escenarios entraría la rotación con cultivos como la alfalfa, aun a pesar de los limitantes de suelo y aprovechamiento en pastoreo que pueda tener.

-En Galicia los estudios realizados en el CIAM ponen de manifiesto las ventajas a nivel agronómico y productivo de las mezclas de raigrás y leguminosas, especialmente tréboles, aunque no acaban de generalizarse en el sector. ¿Qué opinas al respecto en base a tu experiencia?
Que este tipo de mezclas acaban siempre en una muy buena producción forrajera, pero no suficiente. La variabilidad en la composición final de la cosecha, comportan, en la mayoría de los casos, limitaciones importantes a la hora de formular en las raciones introducidas. Su calidad final queda comprometida porque es difícil de controlar los niveles de humedad, proteicos y de cenizas a recolección. En definitiva, los niveles de conservación acaban siendo deficientes.

Más inconvenientes para su utilización serían: (1) el control de las malas hierbas muy complejo en la mayoría de los casos (por la no selectividad de los fitosanitarios en casos de mezclas); (2) La dificultad en la gestión de los abonados (tanto químicos como orgánicos).

-En Granja San José, en la que trabajaste como asesor agronómico durante 7 años, realizabais un doble cultivo de maíz en verano y raigrás o  triticale o cebada híbrida en invierno. ¿Qué ventajas os aportaban estos cereales de invierno?
Desde un punto de vista agronómico, posibilitaban una mejor estructura en el suelo para implantar maíz. en comparación con el raigrás, se obtiene una menor compactación del suelo al solo tener que realizar un aprovechamiento en lugar de los 3 que se realizaban en el raigrás, normalmente en condiciones húmedas que promovían dicha compactación.

Se mejoraba la planificación a través de una buena selección varietal tanto en el Triticale como en la cebada hibrida, buscando sanidad y precocidad vegetal, se podía adelantar las fechas de siembra respecto al raigrás, y así poder escalonar la implantación del maíz. La introducción de estos cultivos apoya la estrategia clave para lograr una máxima calidad en los aprovechamientos forrajeros en el doble cultivo.

-Precisamente, en tu visita del pasado mes de septiembre a granjas de Galicia, varios ganaderos mostraron su interés por los cereales de invierno, adaptados a las condiciones de pluviometría, para poder reducir o prescindir de la paja comprada en la ración. ¿Qué les recomendarías al respecto?
Tal y como les asesoré a los interesados en algunas de las visitas, se debería seleccionar variedades con precocidad y sanidad vegetal siempre que se tengan que rotar con maíz.

Si en la rotación posterior no va maíz, la precocidad no tiene por qué ser un condicionante: ahí es donde entra en juego la introducción de los centenos híbridos, con un alto potencial forrajero, y con el nivel de sanidad vegetal más elevado de todos los cereales posibles a seleccionar.

“Si en la rotación posterior no va maíz, los centenos híbridos como cultivo de invierno tienen un alto potencial forrajero”

Ahora bien, advertí de sus dos grandes factores limitantes como el encamado en condiciones excesivas de nitrógeno (las necesidades de nitrógeno son menores que un raigrás) y agua. Fuera de una selección de variedades de centeno híbrido o Triticale que se tenga presente que los otros cereales son menos rústicos y que en general necesitan de más control fitosanitario en vegetación por su más alta sensibilidad a patologías.

Respecto al tema fechas de siembra, también hice las recomendaciones en función de la elección, considerando que la ventana de siembras es amplia, pero excepcional por precoz en el caso del centeno híbrido, por sus diferentes condiciones fisiológicas respecto al resto de cereales.

-Otro de los cultivos forrajeros que ha despuntado en los últimos años en España ha sido la alfalfa, orientada fundamentalmente a la exportación, gracias a su elevada cotización. En Galicia se han realizado intentos de incluir este cultivo en las rotaciones, pero muy pocos han cuajado. ¿Cuáles son las claves para cultivar con éxito la alfalfa?
Tener muy claras todas las limitaciones de este cultivo plurianual:

-A nivel varietal, por su capacidad de adaptación a clima y suelo: no todas las variedades se adaptan en todos los escenarios edafoclimáticos.

-A nivel tratamientos fitosanitarios por todas las restricciones legales de productos (incluidos los no legales en glifosato para variedades OMG no comerciales en Europa en la actualidad y si en USA).

-A nivel abonados por las limitaciones de aplicaciones de deyecciones orgánicas, en especial purines.

-A nivel de aprovechamientos forrajeros por las limitaciones en calidad de fibra: no disponemos de variedades USA (no comerciales en Europa), que permiten obtener altas calidades con intervalos entre cortes del doble de días de las variedades europeas en nuestras aéreas agroclimáticas.

-A nivel de duración por la reducción de la rentabilidad a partir de un cuarto año de cultivo por su baja producción y calidad.

-Impulsado, u obligado, por las ayudas de la PAC en las últimas campañas se han ido introduciendo cultivos mejorantes de inverno para enterrar como abono verde. En el caso de Galicia, condicionado por la disponibilidad de semillas- los más empleados son la veza, guisantes o los nabos. ¿Como valoras tu experiencia con abonos verdes y que nos podrías aconsejar?
En este apartado, mi experiencia no es elevada; ahora bien, en la actualidad se pone en duda su rentabilidad económica.

Las recomendaciones irían encaminadas en situaciones de suelo que estrictamente necesiten mejorar su estructura, y que en el contexto de producción en el que se encuentran, no exista una mejor vía de mejora que esta. En esta vía se incluirían el aporte de deyecciones orgánicas como estiércol, los residuos de depuradoras o la planta no aprovechada en el ensilado de maíz grano húmedo (Pastone).

-En este sentido, ¿Cómo valoras los ecos esquemas de la PAC en España para las ganaderías de vacuno de leche? ¿Se ajustan a la realidad del sector?
En mi opinión y experiencia, además de no ajustarse a la realidad del sector, son un limitante en la planificación agronómica.

Los ecoesquemas, además de no ajustarse a la realidad del sector, son un limitante en la planificación agronómica.

¿Reducen la eficiencia en la producción de forrajes?
La eficiencia en la producción forrajera se ve condicionada por las prácticas a realizar en cada eco esquema.

Nas xornadas de SERAGRO

Nas xornadas de SERAGRO

-En la misma línea de mejorar la eficiencia, lideras un proyecto de la Universidad de Lleida sobre «Desarrollo Tecnológico y Asesoramiento para la mejora de la calidad forrajera a través de una alimentación sostenible del ganado vacuno». ¿Qué nos puedes avanzar del mismo?
Intentamos cambiar el modelo de gestión en la producción forrajera. Se propone que la planificación agronómica del sistema de producción sea valorada. Para maximizar a producción y para ser rentables, y para mejorar la calidad del forraje.

¿Y de la plataforma de datos de los rendimientos y analíticas de calidad de los forrajes de las ganaderías?
Para ello es necesario alimentar una base de datos en una plataforma, a nivel agronómico, desde la implantación del cultivo hasta su recolección, e interrelacionar con las calidades obtenidas del mismo, ya sea en verde (momento de la cosecha) o ensilado (desde el momento de inicio de consumo del mismo hasta su finalización). Posteriormente, calcular la eficiencia de producción lechera a partir de la transformación de estas raciones forrajeras.

Posteriormente, recomendar opciones de mejora en el sistema de producción, en cualquier punto, desde la implantación de un cultivo, hasta la transformación final en la ración de producción. De alguna manera, el concepto es el mismo que utilizan los nutricionistas para analizar los resultados en las explotaciones ganaderas, pero en este caso, centralizando exclusivamente la producción forrajera y su eficiencia nutricional en la producción lechera.

-¿Cuales son las propuestas de futuro para este Proyecto de Desarrollo Tecnológico y Asesoramiento para la mejora de la calidad forrajera a través de una alimentación sostenible del ganado vacuno?
A nivel general, expansionar el radio de acción más allá del Valle del Ebro y del Este Peninsular, y poder acceder a otras áreas agroclimáticas de producción lechera del territorio nacional (y Portugal).

A nivel particular, seguir incrementando la formación y experiencia puntualmente en países de referencia como USA, donde a día de hoy son el punto de referencia para mejorar los protocolos de asesoramiento actuales y poder conseguir los objetivos marcados.

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