La interpelación a las instituciones públicas realizada hace unos días por la Federación Nacional de Industrias Lácteas (FeNIL) a través de la presentación pública de un informe sobre el sector ha provocado la reacción del Sindicato Labrego Galego, que responde a la entidad que aglutina a las industrias que son sus «prácticas abusivas» las que «comprometen el futuro del sector lácteo».
«Son las industrias lácteas las que, como hicieron hace apenas un mes, ponen en marcha estrategias de presión contra las granjas acordando bajadas generalizadas de precios o amenazando con ceses de recogida. Esta inestabilidad, beneficiosa para las industrias, sucede porque existe una connivencia explícita por parte de las instituciones públicas responsables de regular esta situación», denuncia el SLG.
Por una parte, dice el Sindicato Labrego Galego, «la Xunta de Galicia sigue negándose a proporcionar índices de costes de producción oficiales, de acceso público y puntualmente actualizados, dificultando que las ganaderas y ganaderos puedan apoyarse en datos institucionales para negociar el precio, o el establecimiento de un precio mínimo a cumplir por ley que cubra costes de producción y remunere el trabajo».
El incumplimiento de la Ley de la Cadena Alimentaria o la ausencia de índices oficiales de costes aceleran el cierre de las granjas gallegas
Para el SLG, la Ley de la Cadena Alimentaria, que prohíbe la venta por debajo de costes y establece plazos de negociación y renovación de contratos que las industrias no están respetando, «fue aprobada más como una estrategia para apaciguar al sector y mantener los privilegios de las industrias lácteas que con la verdadera voluntad de garantizar relaciones comerciales justas entre los distintos eslabones de la cadena».
El cierre de granjas beneficia a la industria
El Sindicato Labrego Galego recuerda que datos recientes proporcionados por el LIGAL advierten de que, de seguir con el alza de costes de producción, las bajadas de precio y el «abandono institucional», en el 2025 «solo habrá 5.000 granjas de leche», con la pérdida añadida de alrededor de 1.000 granjas más en los dos años siguientes. «Esta situación favorece a las industrias, ya que al tener que negociar con un número menor de proveedores tiene más fuerza para imponer precios, y va en la línea de las políticas neoliberales que tanto la Xunta de Galicia como el Gobierno del Estado están aplicando al sector productor de alimentos», argumentan.
Al tener que negociar con un número menor de proveedores la industria tiene más fuerza para imponer precios
El SLG pide a la FeNIL que aclare por qué, a pesar de que Galicia concentra el 40% de la producción láctea del Estado, sigue siendo la que tiene un precio más bajo de todas las comunidades autónomas, por detrás de Baleares. «Si la FENIL está realmente preocupada por el suministro debería dejar de castigar al territorio que más produce en todo el Estado», argumenta el sindicato.