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«Lo que más me gusta de mi trabajo es el vínculo y la relación de confianza que se crea entre el ganadero y el lechero»

Miguel Prieto es recogedor de Leyma desde hace tres años. Le acompañamos en una jornada de trabajo para ver cómo es su día a día. Insiste en destacar la trazabilidad y la calidad del producto desde el origen hasta el consumidor final y el hecho de que la leche se transforme en Galicia, generando el valor añadido y los puestos de trabajo en la comunidad

Son las 9 de la mañana y Miguel Prieto arranca su camión en la planta de Leche Río en el Ceao. «No madrugo más porque en las granjas en muchos casos aún están acabando de ordeñar a esta hora», explica. Es recogedor de leche o, como él prefiere llamarse, «lechero», y forma parte de la cadena que hace llegar el producto desde las ganaderías a las casas de los consumidores.

Su misión resulta fundamental para que la leche que producen en las explotaciones llegue en óptimas condiciones a las plantas de envasado y, desde ahí, a los lineales de los supermercados. «Esto no es una profesión de chófer, esto es una cosa diferente, un poco más técnica, aunque requiere un permiso profesional para conducción de un vehículo pesado, pero no es solo un trabajo de camionero. De hecho, a nosotros todo el mundo nos llama el lechero, nadie dice viene ahí el conductor, ni el chófer ni el camionero», aclara.

Miguel, nunha das granxas de Leyma Natura en Cospeito. FOTOS: Óscar Vázquez

Miguel, en una de las granjas de Leyma Natura en Cospeito. FOTOS: Óscar Vázquez

Esto no es una profesión de chófer, es algo más técnico de lo que es propiamente conducir un camión

La tecnología ha avanzado mucho en los últimos años también en las cisternas de recogida, que hoy son más grandes y están dotadas de sistemas de última generación que garantizan la trazabilidad absoluta de la materia prima. «Los equipos que llevamos identifican al ganadero por GPS y están dotados de una unidad de laboratorio integrada para la toma de muestras que va analizando la leche a medida que se carga en el camión. Esos controles son una garantía tanto para el consumidor final como para el propio ganadero, que cobra la leche en función de sus calidades», detalla Miguel.

Miguel, falando con Diógenes, na sala de muxido de SAT Crexal, mentras enche o camión

Miguel, hablando con Diógenes, en la sala de ordeño de SAT Crexal, mientras se llena el camión

Como todos los días la primera parada de su ruta es en la SAT Crexal, de Lagoa. Es una de las explotaciones más grandes de la zona y está en un ayuntamiento, el de A Pastoriza, que también es de los principales productores de leche de Galicia y del conjunto del Estado. Esta ganadería, formada por 6 socios, se creó en el 2012 y desde hace 2 años entrega a Leyma, formando parte del más de un centenar de explotaciones gallegas certificadas como Leyma Natura que suministran a la planta de Arteixo.

Manteniendo las medidas de seguridad y distancia que requieren estos tiempos de pandemia sanitaria, Miguel saluda nada más llegar a Diógenes, uno de los socios de Crexal. Desde el mes de marzo las ganaderías de leche han continuado trabajando, con precauciones redobladas para evitar riesgos de contagio, y los recogedores también, tratando de evitar los contactos con los trabajadores y el personal de las explotaciones. «Tanto ellos como nosotros formamos parte de un sector que se demostró esencial para garantizar el abastecimiento de la población y no podemos fallar», argumenta Miguel.

Toma de muestras diariamente

Cada mostra é identificada cunha pegatina e conservada a menos de 7ºC ata que chega ao Ligal

Cada muestra es identificada con una pegatina y conservada a menos de 7ºC hasta que llega al Ligal

Su rutina de trabajo incluye la toma de muestras en cada una de las ganaderías a las que va. Miguel recibió formación específica para esto, pero hoy es ya un proceso que es realizado de manera automática por el propio equipo que el camión lleva integrado. «El equipo va sacando una muestra proporcional a la cantidad de leche que va pasando y descartando los primeros litros, por si hubiese quedado algún resto de agua en el circuito que pudiera alterar la muestra del ganadero», explica. Las muestras, conservadas en una nevera en el interior de la cabina del camión para que en ningún momento pasen de los 7ºC de temperatura, son enviadas al Ligal, la entidad pública independiente de referencia para los análisis oficiales de la leche en Galicia.

Los equipos que llevamos identifican al ganadero por GPS y están dotados de una unidad de laboratorio integrada para la toma de muestras

Una vez que la unidad de análisis del camión comprueba el estado óptimo del producto se inicia el proceso de carga. El tiempo que le lleva varía en función de la producción de la granja, en este caso, con 400 vacas en ordeño, Crexal entrega unos 14.000 litros diarios. La recogida en esta explotación tiene lugar todos los días a primera hora de la mañana, una vez acaban de ordeñar, con lo que se garantiza la máxima frescura de la leche. Cuentan con una sala rotatoria, más operativa para grandes volúmenes de animales, que comienza a funcionar a las 7 de la mañana y a las 6 y media de la tarde y antes de pasar la leche al tanque disponen de un sistema de enfriamiento previo mediante placas que hace que la leche pase de los 30ºC con los que sale de la sala de ordeño a 8ºC, la temperatura a la que entra en el tanque. «Eso hace que las condiciones de la leche en el tanque sean siempre estables y no superen nunca los 8ºC, lo que supone una garantía de calidad higiénico-sanitaria para la leche. Cuando nosotros la recepcionamos debe estar siempre por debajo de los 6ºC», cuenta Miguel.

Confianza mutua

Desenganchando a mangueira do tanque de frío unha vez recollido o leite nunha das granxas

Desenganchando la manguera del tanque de frío una vez trasvasada al camión la leche de una de las granjas

Cuando finaliza el trasvase del tanque de la explotación al camión Miguel recoge el recibo del número de litros cargados, desengancha la manguera y pone en marcha de nuevo el camión hacia la siguiente de las granjas. La despedida es un «hasta mañana» y ese «hasta mañana» acaba creando un vínculo de confianza entre el ganadero y el recogedor. «Nos vemos casi todos los días del año, excepto las jornadas que nos toca descansar, y, en cierta medida y por decirlo de alguna manera, eres la persona que les traes el dinero a casa, así que los ganaderos siempre te reciben muy bien, aparte de que, para mí, la gente en el rural ya de por sí es mucho más natural, más amable y más cercana que la de las ciudades. Ese trato personal con la gente es lo que más me gusta de este trabajo», dice.

Yo también fui ganadero y entiendo bien los problemas y las preocupaciones de los ganaderos a los que les recojo la leche

De camino a la siguiente explotación de la ruta de hoy, SAT Chao Iglesia, de O Arneiro, ya en el municipio de Cospeito, Miguel nos cuentan que se entiende bien con todos los ganaderos porque aún se considera uno de ellos. «Yo soy de Marei, en O Corgo, y en mi casa había explotación, así que conozco las vacas desde pequeño. Tengo 49 años y he ordeñado a mano antes de haber ordeñadoras, así que yo también soy ganadero y entiendo bien los problemas y las preocupaciones de los ganaderos a los que les recojo», cuenta.

Siempre vinculado al sector, Miguel trabajó durante años llevando leche envasada de Galicia a distintos puntos de la geografía española pero hace tres años cambió la ruta nacional por el camión cisterna para recoger la materia prima en las explotaciones y está contento con el cambio, aunque le obligue a trabajar más días. «Un día hago una ruta sola, con cuatro granjas, y al día siguiente hago dos rutas, una por la mañana y otra por la tarde, con recogida en 7 explotaciones», detalla.

Leche producida en el día y envasada en el día

Vacas da gandería Cadenas Irimia, de Cospeito, a última da ruta

Vacas de la ganadería Cadenas Irimia, en Veiga de Pumar (Cospeito), la última de la ruta

El hecho de visitar a diario distintas explotaciones le permite a Miguel afirmar que «el nivel de profesionalización de los productores hoy es muy alto, el sector se ha modernizado mucho en los últimos años y en Galicia hoy podemos competir con cualquier otra zona de Europa produciendo leche», asegura. «Hoy con 4 granjas somos capaces de llenar el camión, que tiene capacidad para 26.500 litros, hace unos años tendríamos que ir a 20 granjas para lograrlo», ejemplifica.

El sector se ha profesionalizado mucho. Hoy con 4 granjas somos capaces de llenar el camión, que tiene capacidad para 26.500 litros, hace unos años tendríamos que ir a 20 granjas para lograrlo

A la llegada a O Arneiro se repite la rutina, con la toma de muestras tanto de calidad de la leche como de condiciones higiénico-sanitarias, en las dos ganaderías en las que se produce allí la recogida: SAT Chao Iglesia y Fogar de Gracoza SC, dos explotaciones familiares de menor tamaño que Crexal. El camión está dotado de tres compartimentos, lo que le permite separar la leche en función de su origen. Miguel llega y hace su trabajo de manera independiente, pero al marchar se encuentra con Juan y María del Mar, titulares de la granja junto a su hijo, que también se llama Juan. De nuevo hay familiaridad en la conversación. «A veces no nos vemos porque los ganaderos no están pendientes de mí y muchas veces cuando yo llego ellos no están porque están trabajando», explica Miguel.

De O Arneiro el camión va a Veiga de Pumar, a recoger en la última de las explotaciones de hoy, Cadenas Irimia, antes de iniciar el viaje hacia planta de Arteixo, donde se produce la descarga de la leche. Es casi la una de la tarde y en una hora la leche estará en la fábrica para ser envasada. «Más fresca imposible, la leche que han ordeñado por la mañana temprano los ganaderos es recogida y transportada antes del mediodía. Es importante que el consumidor sepa esto. Puede tener total confianza en que la leche es uno de los productos de más calidad y que está sometido a más controles», asegura.

Miguel Prieto recolledor Leyma1«Es importante que la leche de Galicia se transforme en Galicia para crear los puestos de trabajo aquí»

Con la llegada de la leche a la planta de Leyma en Arteixo se siguen también unos protocolos muy estrictos. «Lo primero que hacemos es pasar por la báscula para pesar el camión y saber la carga que traemos, luego hacemos una cata de cada una de las cubas y se somete a análisis en el laboratorio y una vez que tenemos el OK del laboratorio se autoriza la descarga», explica Miguel. Esta nueva analítica tiene la finalidad de comprobar que en cada parte del proceso la calidad de la leche no ha variado ni sufrido modificación alguna, en este caso, a consecuencia de su transporte, y garantizar que los parámetros son los mismos que cuando se recogió la leche en la explotación.

Para evitar que se retrase el proceso mientras se espera el resultado de las analíticas, en la planta hay dos líneas para poder hacer la recepción de dos camiones de leche al mismo tiempo. Leyma se mueve en este momento en unos 120.000 litros de recogida diaria del total de 800.000 litros de media que cada día procesa el Grupo Leche Río en su conjunto y Miguel pone énfasis en destacar la importancia de que «la leche que se produce en Galicia se transforme en Galicia, para de este modo crear la riqueza y los puestos de trabajo aquí», defiende.

Miguel habla con la naturalidad que le ha llevado a protagonizar la última campaña de Leyma, bajo el lema ´Gente Auténtica´

Desde el año 2005, en el que Leche Río adquirió la factoría a Puleva, se produjo un proceso de modernización continua de la planta, que en el último año incluyó un nuevo formato para los bricks y una nueva llenadora automática, que fue instalada esta primavera, con capacidad para 12.000 litros/hora. Cuando Miguel acaba de descargar procede al lavado de las cubas para comenzar de nuevo al día siguiente su «rutina» de explotación en explotación.

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