“Los accidentes en el agro no son por mala suerte, hay que cuidar la prevención”

Galicia registra cada día cuatro siniestros laborales contabilizados en el campo. Hablamos con Xosé Manuel López Gallego, autor de una tesis sobre los accidentes en el sector agrario y forestal de la comunidad

“Los accidentes en el agro no son por mala suerte, hay que cuidar la prevención”

Xosé Manuel López presentó este mes una tesis doctoral sobre siniestralidad en el agro gallego.

Xosé Manuel López Gallego, técnico superior en prevención de riesgos laborales, analizó en una tesis doctoral la situación de la siniestralidad laboral en el campo gallego. Escogió para su trabajo la década 2004-2014, la primera de funcionamiento de un sistema, el Delt@, que mejora la recogida de datos de los siniestros, pero que aún presenta defectos. Durante esa década, Galicia tuvo un total de 14.660 accidentes laborales ligados al sector agrario y forestal, lo que representa cuatro accidentes al día.

Una cuestión que subraya en su tesis es la insuficiencia de datos sobre la verdadera dimensión de los accidentes de trabajo en el campo. ¿A qué se debe esta situación?
– En primer lugar, en la agroganadería, al ser en general un trabajo por cuenta propia, una persona no sufre un accidente laboral salvo que pague. Sólo se computan como accidentes laborales los de las personas autónomas que pagan la cobertura por contingencias profesionales. Si no la pagas, esos siniestros se cuentan como accidentes, pero no laborales. Hay otros factores que también dificultan la contabilidad de los siniestros, como el elevado número de ayudas familiares que suele existir en el campo, tanto de personas jubiladas como de estudiantes o de personas que trabajan en otra actividad y echan una mano en la casa.

Por último, también habría que incidir en un factor estructural. La mayoría de los pequeños accidentes no se notifican porque pueden ser molestos pero no incapacitantes, y una persona autónoma no suele darse el lujo de tener bajas.

¿Cuál es el perfil más habitual de las personas que sufren siniestros laborales en el campo?
– Hay diferencias marcadas en función del sector. En forestal, los accidentes se dan sobre todo en personas menores de 40 años y con poco tiempo en la empresa. Un dato significativo es que la mitad de los siniestros del sector forestal se registran en personas con menos de tres meses de antigüedad en la empresa. El factor de riesgo es la falta de experiencia de la persona. Una motosierra, que es uno de los equipos que genera una mayor accidentalidad, exige destreza y que el operario sepa como ejecutar los trabajos de la manera correcta.

La mayoría de siniestros en el sector forestal se registran en personas jóvenes con poca antigüedad en la empresa. En el sector agrario pasa lo contrario»

En cambio, en el sector agrario los accidentes se dan con mayor frecuencia en personas de más de 44 años y que llevan más de 5 años trabajando en la explotación.

El mayor número de accidentes mortales se registran con el tractor. ¿Es la edad del tractor un factor claro de riesgo?
– Un tractor viejo no tiene porque ser inseguro necesariamente. El problema es si no se le hace un buen mantenimiento. En el campo hay un limbo normativo porque dentro de la explotación, el tractor lo puede conducir cualquiera, aunque no tenga carnet, y tampoco se exige que ese tractor tenga la Itv pasada si no sale fuera de la explotación.

Los accidentes con tractores son los más letales y los que tienen normalmente más relevancia, pero algo que mucha gente no se imaginará es que los accidentes con animales son más numerosos que los siniestros con el tractor. En diez años, encontré 1.024 siniestros con ganado vacuno, por los 978 que hubo con tractor.

Con los animales, detectaste que los mayores problemas se registran en el ordeño, bien por patadas, golpes o aplastamientos. Destacas en la tesis que el ordeño en plaza genera un mayor volumen de accidentes que el ordeño en sala.
– El ordeño es el trabajo que genera más volumen de siniestros con animales, aunque también hay que tener en cuenta que un 23% de los siniestros de este tipo se produce con becerros. En cuanto al ordeño en plaza, es cierto que hay un mayor número de incidentes, ya que el 60% de los siniestros de ordeño se dan en este sistema, pero nos falta conocer más datos, igual que nos falta en el ordeño en sala saber el tipo de sala qué es. Las bases de datos deberían facilitar más información, ya que es la vía para aprender de lo que le pasó a otros.

El sistema de notificación de accidentes en el sector agrario da una información muy limitada. Por ejemplo, para las segadoras sólo hay un código. Da igual que sea una segadora arrastrada, suspendida, un robot cortacesped de un jardín o una ‘Bertolina’.

Volviendo al tractor, al registrarse la mayoría de siniestros en personas con experiencia, ¿piensas que puede haber situaciones de exceso de confianza?
– Todos los accidentes se dan por errores humanos o imprudencias. El tractor no es peligroso en sí, el problema está en su mal uso. Si no, ¿cómo se explica que haya un alto porcentaje de accidentes en los que la víctima cayó del tractor en marcha? Una de dos, o no llevaba el cinturón de seguridad o estaba haciendo algo que no debía.

«Siempre se piensa en el tractor volcado, pero un tercio de los accidentes con tractor son por algo tan tonto como bajar o subir de la cabina»

Siempre pensamos en el tractor volcado pero cuando analizas los accidentes, encuentras que un tercio de los siniestros con el tractor se producen bajando o subiendo de la cabina. Hay una idea cultural de que si uno baja de cara al tractor es un poco novato y se prefiere bajar de espaldas al tractor, en plan ‘experto’, o incluso saltando. Pues una cosa tan tonta como bajar mal del tractor está provocando bajas prolongadas por daños en tobillos, piernas o brazos.

Es necesario también que los diseños de los fabricantes tengan en cuenta este tipo de siniestros, ya que tiende a dársele mucha importancia a la cabina y poca a su acceso y salida.

¿Qué crees que se puede hacer en el campo para mejorar la prevención?
– Un dato preocupante es que en el 39% de los siniestros, el trabajador reconoce que su puesto de trabajo no fue evaluado y en el 20% de los casos no hay constancia de la existencia de un sistema de gestión de la prevención. La solución en la gestión de la prevención sólo puede venir de la Administración, impulsando e incluso tutelando la implantación de sistemas de gestión adecuados y adaptados al sector, es la única manera de que se generalice la prevención.

Una modalidad que sería adecuada para el sector agrario son los servicios de prevención mancomunados. Una cooperativa o un conjunto de explotaciones de un área determinada pueden dotarse de un servicio propio que se encargue de la seguridad laboral. También se podrían crear cooperativas orientadas a la seguridad.

«Los servicios de prevención mancomunados son adecuados para el sector agrario»

Con frecuencia se piensa que los accidentes son cuestión de suerte o una fatalidad, como algo normal que te tocó, pero no tienen que ver con eso. Que por ejemplo un niño pueda tener un accidente por estar jugando en el interior de una explotación en la que hay ganado y máquinas no puede ser algo normal. La responsabilidad es de la explotación, no del niño.

Falta concienciación sobre el problema que representan los siniestros en el campo. Cuestan dinero y tiempo, aparte del daño que suponen para el afectado.

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