El científico y divulgador licenciado en Física y Matemáticas, Antonio Turiel, que es también doctor en Física Teórica apunta algunas de las claves para entender la situación que estamos viviendo con los combustibles fósiles. Más allá de la subida del precio del diesel, la crisis energética está dejando también consecuencias directas en el campo, debido a las dificultades que plantea para la industria de los fertilizantes la escasez del gas. Después de participar el pasado mes de diciembre en la «Jornada sobre alternativas al uso del petróleo en la agricultura», organizada en Trasliste (Láncara-Lugo) por el Museo vivo e integrado del campo y de la locomoción agraria (MUVICLA), abordamos también con Antonio Turiel las posibles alternativas energéticas para el campo, así como la proliferación de proyectos de parques eólicos en el rural gallego.
-¿Estamos en plena crisis energética mundial de los combustibles fósiles?
-Los problemas con los combustibles fósiles van a ser continuos y recurrentes, lo que no quiere decir que vaya a ser tan sencillo como que los precios de los combustibles vayan a ser siempre elevados. Es más complicado. Estamos en una situación en la que la producción va ir bajando y habrá gente que deje de consumir combustibles fósiles, o bien porque consigan otras alternativas (algo que dudo) o porque no puedan permitirse este gasto. La cuestión será ver en qué grupo está cada uno. Esperamos una situación muy mala por la parte del petróleo, pero hay problemas también con el carbón, el gas o el uranio. Todos con muy pocos años de diferencia están llegando o han llegado ya a sus máximos de producción y eso dificultará mucho la situación.
“Hace muchísimo tiempo que se preveía que en el siglo XXI se llegaría al máximo de producción del petróleo, el gas, el carbón y el uranio”
– ¿Es una situación que ya se preveía desde hace años?
-Tanto en el caso del petróleo, como en el gas, el carbón o el uranio hace muchísimo tiempo que se preveía que se llegaría al máximo de producción a comienzos del siglo XXI. Se ha llegado y ha sido más o menos cuando se preveía que pasase. Lo primero que la gente no entiende es que el problema con las materias primas no renovables, no llega cuando te quedas sin ellas, sino cuando llegas a su máximo de extracción. Hay un punto de máxima extracción y a partir de ahí la producción comienza a bajar, por distintos motivos, bien sea porque resulta más difícil de sacar, o porque se encuentra más disperso… Además, hay que tener en cuenta que son materias energéticas, por lo que no puedes emplear más energía en conseguir ese petróleo o carbón de la que vas a poder aprovechar después.
-En el caso del petróleo, ¿Se ha intentado poner parches durante estos últimos años con derivados?
-El problema con el petróleo crudo se anticipó por primera vez a principios de los años 70 y ha pasado tal como preveían. En 2005, hace 17 años, se llegó al máximo de extracción de petróleo crudo y para compensar eso se introdujeron los llamados petróleos no convencionales: hidrocarburos líquidos que se parecen al petróleo y con los que hemos intentado suplir la falta de petróleo. Con estos hemos aguantado hasta 2018, pero ahí se vio que no se podía seguir, ya que cuesta mucho dinero producirlos. Por increíble que parezca las compañías petroleras han estado perdiendo mucho dinero y han dejado de realizar inversiones. Repsol ha reducido en un 90% su inversión en la búsqueda de nuevas zonas de extracción y se limita a mantener las que ya tiene en marcha. El resto de las petroleras a nivel mundial han tomado decisiones similares. Es una situación anticipada, que ya se sabía. Ahora se están comenzando a notar los primeros efectos, pero esto irá a peor.
-¿Cuáles son las perspectivas para estos combustibles derivados del petróleo?
-De todos los combustibles que se extraen del petroleo el que más ha comenzado a escasear es el diesel, que es fundamental para la maquinaria. Ahora mismo la producción mundial de diesel ha caído un 15% con respecto a los máximos históricos y esto ha provocado que, a pesar de que el precio del petroleo es similar al de 2014, el precio de los combustibles son más altos. Esto se debe al coste que tiene producirlos.
-¿Nos encontramos entonces ante una escasez de diesel que haga necesario dejar de utilizarlo ya en nuestro día a día?
-A partir de ahora cada vez se irá reduciendo la producción. Habrá años en los que se caiga más y otros menos, pero la producción mundial inevitablemente va a ir descendiendo y no se puede evitar. Además, las compañías después de haber perdido tanto dinero entre 2005 y 2014 ya no hacen esfuerzos en este sentido y la mayoría tienen planes de desinversión, con lo cual el problema va a ir a más. En estos momentos los inventarios de los derivados del petróleo son bajos y a pesar de ello no hay ninguna intención de corregir el rumbo, con lo cual ahora es ya inevitable que tendremos consecuencias. Estaba anunciado y no se tomó ningún tipo de medida para hacerle frente.
«Siempre he defendido que se produzcan biocombustibles reservados exclusivamente para la actividad agrícola»
-¿Estamos preparados para substituir el diésel en la maquinaria agrícola?
-No. Recientemente participé en las jornadas del Muvicla en las que se abordó precisamente este tema y allí se mostraron alternativas como los biocombustibles, pero hay que ser conscientes de que la cantidad de combustible que se puede generar a partir de materia vegetal es mínima. No podemos esperar sustituir todo el consumo de petróleo de España con biocombustibles. Yo siempre he defendido que se produzcan biocombustibles reservados exclusivamente para el laboreo agrícola, ya que la conservación de la mecanización de la actividad agrícola se hace fundamental, así como para una serie de maquinarias muy concretas e indispensables. Hay que tener en cuenta que no se puede escalar esta producción de biocombustibles. No se puede producir una cantidad ingente de materia vegetal como para sustituir el consumo de petróleo. Al margen de los biocombustibles no hay ninguna alternativa disponible en estos momentos para la maquinaria agrícola.
-¿Son los biocombustibles la única alternativa real para la maquinaria agrícola?
-Dentro de las alternativas que se dibujan con la renovable eléctrica, que es la única opción que se contempla, aunque sea un poco absurdo, es el hidrógeno. Si el hidrógeno se utiliza para quemar tienes unas pérdidas del 50% en la transformación, una cantidad que aún podría ser asumible. El problema es que para su utilización en motores, las pérdidas son del 90%. Además, se necesitarían un montón de materiales que son escasos, con lo que no sale a cuenta. La única alternativa que permitiría mantener una cierta mecanización del campo, aunque seguramente se tendría que reducir, sería el uso de biocombustibles, empleándolos de manera muy moderada y con preferencia de uso para determinadas labores agrícolas.
-¿Qué implantación tienen los biocombustibles en España?
-Los biocombustibles ya se consumen en España, pero en cantidades muy pequeñas. Hay que pensar que actualmente poco más del 10% de todo el aceite vegetal que se produce en el mundo se destina a producir biocombustibles. Destinando esa cantidad solo estamos produciendo el 1,5% de todos los combustibles asociados al petróleo que consumimos. Dicho de otra manera, para producir el 1,5% del combustible que consumimos tenemos que gastarnos el 10% de todas las cosechas de cereal y aceite de cereal que se producen. Esto quiere decir que si destinásemos todo el cereal y el aceite de cereal que tenemos a producir biocombustibles cubriríamos solo el 15% de la demanda del petróleo actual. Es necesario tener presente que en España se consumen al día 1,3 millones de barriles de petróleo, lo que nos deja un consumo aproximado de unos 200 millones de litros al día.
–Hubo intentos por fomentar los biocombustibles, ¿qué ocurrió para que se frenase?
-Hubo un mandato de incluir los biocombustibles. Aunque se mantiene el mandato, las subvenciones para su implantación se retiraron en todo Europa y también en España debido a que se descubrió el impacto real de los biocombustibles. Así, si se considera todo el ciclo de vida y toda la energía que se gasta, se ve que para la producción de biocombustible se gasta prácticamente la misma cantidad de combustible que luego proporcionan. Estos motivos hacen que tampoco se vea un futuro con los biocombustibles, sino que aunque podrán ser una alternativa para cubrir cierta cantidad de mecanización agrícola, no llegará para más. Puede tener un sentido utilizar los biocombustibles a nivel agrario, pero también habrá que pensar en una cierta reconversión de la maquinaria agrícola.
“Los tractores eléctricos no son una opción, ya que la batería sería enorme o tendrían muy pocas horas de autonomía”
-¿Tendremos tractores eléctricos en nuestros campos?
-No se pueden hacer tractores eléctricos porque la batería sería enorme. Se han hecho prototipos, pero dejan de ser tractores competitivos, ya que permiten autonomía para 6 horas, por lo que se han descartado. Si se quisiera hacer un tractor eléctrico las baterías serían tan grandes que consumiría la mayor parte de la carga del tractor. Se ha estimado que en un camión eléctrico, la batería ocuparía el 80% de la carga del camión. Algo similar ocurriría con los tractores, por lo que los tractores eléctricos no son a día de hoy una alternativa.
«Se puede producir nitratos a través de nitrógeno verde, el problema es que es mucho más caro»
-La falta de gas está también teniendo un impacto directo en el campo con las limitaciones para la fabricación de fertilizantes. A finales del año pasado en toda Europa algunas de las principales plantas suspendían la fabricación de fertilizantes. ¿Cuál es la situación actual en España?
-En España Fertiberia cerró durante unos meses sus plantas de Palos de la Frontera (Huelva) y la de Puertollano (Ciudad Real), esta última era una parada técnica por mantenimiento. Sin embargo, la de Palos de la Frontera se debió al alto coste del gas, que le impedían mantener la producción. Ya ha vuelto a abrirla hace unas semanas, pero no está en su funcionamiento habitual y solo está produciendo bajo contratos cerrados con sus clientes, con un precio prefijado.
«Los fertilizantes nitrogenados van a ser más caros en España y no va a ser el producto que se producía anteriormente»
-¿Qué perspectivas hay para los fertilizantes a corto plazo en España?
-Los fertilizantes nitrogenados van a ser más caros en España y encima no va a ser el producto que se producía anteriormente. A esto hay que añadirle los parones que ha habido de muchas plantas en todo Europa y que la exportaciones de fertilizantes nitrogenados a China en los últimos meses han caído prácticamente a cero. China era un exportador muy importante de fertilizantes nitrogenados para países como Argentina para la producción de soja, que al igual que aquí, se destina también para alimentación del ganado. Ya no es solo la situación de las plantas españolas o europeas, sino mundial, ya que hay muchas conexiones. De hecho la FAO ya está alertando de que estamos ante una crisis alimentaria por el encarecimiento del diesel que repercutirá en el precio de los alimentos. A ello se sumará la escasez de grano que se prevé en esta primavera. En abril y mayo tendremos escasez de grano y no se sabe qué podría pasar ante esta situación.
-¿Qué alternativas podría haber al gas en la industria de fabricación de fertilizantes?
-En verdad lo que se hace para la fabricación de fertilizantes nitrogenados es un proceso de síntesis en el que se coge el metano, a través del gas natural. Pero realmente no se necesita el metano para producirlos. De hecho, no todo se sintetiza a partir del gas. Actualmente ya se utilizan otros combustibles para esos procesos de síntesis y se podría hacer directamente a través de hidrógeno, por ejemplo hidrógeno verde. Se puede producir nitratos a través de nitrógeno verde, el problema es que es mucho más caro, ya que cuesta más producirlo. Por lo que tenemos no tanto una situación de escasez sino de carestía, de un precio muy caro.
-¿Podría ser una opción real a corto plazo para las plantas españolas?
-Las plantas tendrían que adaptarse, ya que actualmente no están preparadas para producir utilizando hidrógeno verde, aunque no son adaptaciones difíciles. De hecho, Fertiberia está invirtiendo en una planta piloto en Suecia para hacer esta síntesis de nitratos utilizando hidrógeno verde.
«La obtención de biometano en las granjas puede ser una opción que tuviera un impacto positivo localmente en algunas comunidades»
-En enero se daba un paso más en lo que alternativas al petróleo se refiere vinculadas al campo al aprovecharse el biometano de los excrementos de más de 2.000 vacas en Lleida y abastecer la red de gas natural en España, ¿Será la tónica a partir de ahora?
-A partir del biogás que puedas generar con la descomposición de materia orgánica en descomposición y purines, se producirá metano que se puede aprovechar. La cantidad de metano que se obtiene es limitada y proporcional a la cantidad de materia orgánica que proceses. Además, el uso de un biodixestor es una muy buena alternativa, ya que separarás el metano (que te servirá como fuente de energía) y como residuo sólido quietas con nutrientes que son esenciales para las plantas, como el fósforo o el potasio y podrás utilizarlo como abono.
Este tipo de alternativas están bien, el problema es que nunca podrás llevarlas la gran escala. Pasa lo mismo que con los biocombustibles. Son alternativas que tienen su nicho y su rango de aplicación. El problema es el volumen que puedes llegar a generar. No nos damos cuenta de que consumimos una cantidad inmensa y desproporcionada de combustibles fósiles. Esta puede ser una vía para aprovechar esa energía en aquellas zonas que tengan esos recursos, al contar con una gran cabaña ganadera, pero no podrá ser una alternativa para sustituir a los combustibles fósiles. Localmente, en algunas comunidades, esta opción podrá tener un impacto positivo.
-¿Este tipo de plantas en las granjas podrían entonces ser parte de la solución para afrontar esta dependencia de los combustibles fósiles?
-Al final la solución será una mezcla de pequeñas soluciones parciales. Será un collage energético. Pequeñas iniciativas que nos ayuden a obtener energía. Pero no podemos esperar que este tipo de propuestas tengan una implantación masiva o un mayor impacto. Este tipo de soluciones si se miran desde un punto de vista de lo rural hacia lo rural permitirán un modelo bastante sostenible. El problema viene cuando intentas integrar lo industrial, porque al ser tan desmesurado el gasto que se precisa, es completamente imposible de asumir.
–A la hora de evaluar este tipo de aprovechamiento para granjas de vacuno de leche en Galicia, una de las críticas recurrentes es que deberá aportarse una gran cantidad de materia orgánica vegetal extra además del purín para llegar a producir metano y que resulte rentable. Se ve una opción más viable para las granjas de porcino. ¿Qué opina al respeto?
-En general, en un biodigestor puede procesar lo que quieras. Toda materia orgánica, desde los animales mismo, las plantas o los excrementos son fundamentalmente una combinación de carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno. Es cierto que hay materia que es más fácil de digerir, como los purines; de ahí que tenga un mejor rendimiento. A priori tampoco la dificultad de digerir debiera de ser un problema, ya que llevaría más tiempo, pero el metano se iría acumulando.
«No hay ningún interés por una transición energética, solo se pretende embolsarse dinero de los fondos europeos construyendo parques»
-Una preocupación del campo gallego es el boom de nuevos parques eólicos que se está produciendo en los últimos meses. Hay quien ve territorios como Galicia como una despensa energética incluso de Europa, al producir la energía, pero sin aprovechar al máximo la oportunidad ¿Qué opina al respecto?
-Es una tontería. El potencial eólico está regido por la latitud y un efecto de la rotación de la tierra. En los países más al sur frente al Ecuador, los vientos soplan más flojos que con respecto a países más al norte, como Dinamarca. Así, el norte de Europa tiene un mayor potencial eólico, ya que los vientos son más fuertes. En España hay zonas que son más propensas a vientos fuertes, por ejemplo la costa Atlántica de Galicia, así como la Costa Brava (con el viento de Tramontana) que también se puede aprovechar. Las zonas de España donde se están implantando parques eólicos son muy restringidas: principalmente Galicia, Navarra, el Valle del Ebro, Cádiz y la Costa Brava.
-En Galicia se están examinando también parques marinos. ¿Qué opción es preferente?
-La eólica que da mejor aprovechamiento es la marina, ya que no hay obstáculos en comparación con lo que se encuentra tierra adentro. De esta manera, los vientos en el mar soplan de una manera más fluida, constante y fuerte. En el mar del norte tienen además la ventaja de que el fondo no tiene más de 400 metros de profundidad, lo que permite colocar estructuras eólicas semiflotantes, aunque ligeramente ancladas. Sin embargo, en España la plataforma continental es muy estrecha, lo que obliga a que no se puedan poner los parques muy lejos de la costa, lo que genera un mayor impacto al estar cerca y tampoco puedes poner tantos como en Europa. Nuestro potencial eólico es mucho menor que el norte de Europa, con un potencial eólico 10 veces mayor que todo el Mediterráneo. El potencial de energía renovable de España es la solar.
-Serán los parques eólicos y fotovoltaicos las alternativas para conseguir energía en España?
-El propio modelo de generación energética está orientado a la producción de bioelectricidad y este modelo tiene muchísimos inconvenientes, hasta el punto que creo que ni es un modelo viable, pero es el único que se está discutiendo.Es un modelo que tiene muchas limitaciones. Se da por hecho que se va a poder hacer todo lo que se pretende, pero no va a ser posible. Además hay asuntos tecnológicos que no está resueltos y que pueden ser imposibles de resolver. No hay ninguna capacidad de autocrítica. El mayor problema con el que se van a encontrar a corto plazo es que no va a haber materiales. Este tipo de instalaciones requieren muchos materiales que son escasos en el planeta y cuando se plantee la transición no se va a poder hacer. Aquí hay varias empresas que quieren dar un pelotazo, como en su día ocurrió con el ladrillo. No hay ningún interés por una transición energética, solo se pretende embolsarse dinero de los fondos europeos construyendo parques.
-¿Qué está fallando en la transición energética?
-Al margen de que sea respetuosa con el medio ambiente, que es muy importante, el reto ahora mismo es lograr que sea posible. Hay planteamientos que realmente no son posibles porque no hay materiales o porque dependen de los combustibles fósiles, aunque esto no se comenta. No se ha visto por el momento ningún parque eólico o fotovoltaico que en su ciclo de vida, para todo el proceso, no se hayan utilizado ingentes cantidades de combustibles fósiles y no se sabe hacer sin esa energía. Además, los materiales se están encareciendo mucho, como ocurre ya con las placas fotovoltaicas, porque se necesita mucha energía fósil para producirlas.
«Se están fomentando muchos parques para producir electricidad, sin saber bien para qué y que ni siquiera cabe en la red eléctrica»
Tenemos el problema añadido de que todo se orienta a la producción de electricidad, pero el consumo de electricidad en España cae. Tenemos más que suficiente con todos los sistemas que tenemos instalados, por lo que se debería saber qué se va a hacer con toda esta electricidad. Aunque se insiste mucho en que la transición energética será hacia la energía eléctrica, en España este tipo de energía, al igual que ocurre en el resto del mundo, representa aproximadamente solo el 20% de toda la energía final que se consume. El 80% de energía restante procede de otras fuentes y difícilmente podrá ser substituida por la energía eléctrica. Es más, hay un porcentaje que será imposible sustituirla por energía eléctrica. Se están fomentando muchos parques para producir electricidad, sin saber bien para qué y que ni siquiera cabe en la red eléctrica, ni con los proyectos de ampliación que tiene la Red Eléctrica Española. Para mí es muy arriesgado. Está premiando el cortoplacismo, pero no se está contemplando una transición energética real.
-¿Hacia dónde cree que se deberían encaminar los esfuerzos para conseguir una transición energética respetuosa con el medio ambiente y viable para cubrir las necesidades que tenemos como sociedad?
-El modelo no tiene que ver en absoluto con lo que se está hablando. Debiera ser un modelo asociado con la reorganización y a la producción local de alimentos. Para mí esa es la clave. España no tiene autosuficiencia alimentaria, solo produce el 40% de lo que consume, cuando tiene capacidad para producir el 100%. Creo que este debe ser el pilar para empezar. La gestión del agua también debe de ser una prioridad, garantizando acceso al agua y el tratamiento de las aguas. La recolocación sería otra de las claves para conseguir un modelo de transición energético, ecológico, real y serio que realmente fuese respetuosa con el medio ambiente y factible. Lo que se está planteado en Galicia y en muchas zonas de España es industrializar el campo, fomentando los grandes polígonos industriales con parques eólicos, recubiertos de una imagen verde y ecológica cuando lo único que prima es conseguir captar fondos europeos. No se sabe ni qué se va hacer con esa energía y en muchos casos no saben ni se podrán terminar esos proyectos. Definitivamente no se está planteando el modelo energético adecuado.