Los cambios que Ternera Gallega prevé acometer en su Reglamento la próxima primavera, una vez pasen las elecciones al Consejo Regulador, están causando debate estos días entre el sector productor de vacuno de carne en extensivo, con división de opiniones en relación a alguna de las medidas propuestas.
Las más polémicas, y que implicarían cambios en el manejo que están llevando a cabo actualmente una parte de las explotaciones, son la obligatoriedad de estabulación de los animales por un período mínimo de dos meses para realizar el cebo final y la programación de los partos a lo largo del año, dentro de un manual de manejo de obligado cumplimiento por parte de las ganaderías de Suprema.
A pesar de los diferentes pareceres, en lo que todos los ganaderos y las organizaciones que los representan coinciden es en la necesidad de incrementar el precio de la carne en origen para garantizar la rentabilidad de las explotaciones, su profesionalización y el relevo generacional en el sector.
De los 22.500 toneladas de carne amparadas cada año por la IGP Ternera Gallega la mitad son marcadas como Suprema
La Ternera Gallega Suprema representa el buque insignia de la IGP. De los 22.500 toneladas de carne amparadas cada año por el distintivo de calidad, la mitad son marcados como Suprema. Por eso, los cambios, que están siendo impulsados por la Xunta, tendrían un calado importante.
El Consejo Regulador posterga la decisión al fin de las elecciones a IGPs y DOs de Galicia
El Consejo Regulador de la IGP prefiere no entrar en el debate y mantenerse en un segundo plano. «Sobran debates externos y mediáticos, sobre todo cuando además se está en medio de un proceso electoral, convocado para febrero de 2023 por la Consellería», valoran.
Sobre los posibles cambios de la normativa en cuanto a los requisitos de producción de Ternera Gallega Suprema, el Consejo que preside Jesús González indica a través de un comunicado que no hay nada en firme. «Es necesario aclarar que el Consejo Regulador aún no ha tomado ninguna decisión al respecto», asegura, y recalca que «cualquier modificación del Reglamento o del Pliego de Condiciones deberá ser debatida y aprobada por el nuevo Pleno del Consejo Regulador, que se conformará en los próximos dos meses por representantes de los productores y de las industrias».
Entre las competencias del Consejo Regulador está proponer posibles cambios de la normativa reguladora que afecta tanto a los productores como a las industrias cárnicas inscritas. Pero matizan desde la IGP que «dada su trascendencia, esos cambios tienen que ser analizados y debatidos ampliamente en las reuniones del Pleno, donde los vocales elegidos por los ganaderos y por las industrias tienen la oportunidad de manifestar su posición. Es un proceso reglado donde los acuerdos se toman por mayoría», indican.
A consecuencia de la convocatoria electoral, el Consejo Regulador de las IGPs de Carne de Vacuno de Galicia se encuentra actualmente en funciones, por lo que «cualquier decisión que implique la modificación del Reglamento o del Pliego de Condiciones de la IGP Ternera Gallega, deberá ser abordada al final del proceso electoral, cuando esté constituido el nuevo Pleno, y no ahora», concluyen.
Santiago Rego. Gandeiros Galegos de Suprema
“Seríamos partidarios de una clasificación ‘premium’ para los becerros mejor acabados, pero sin sacarle la categoría Suprema al resto”
Santiago Rego es el presidente de la Asociación Gandeiros Galegos da Suprema, que reúne a casi 600 productores de toda Galicia, la mayoría de la provincia de Lugo, donde se sigue manteniendo el sistema tradicional de cría con los terneros en el establo y las vacas en la pradera.
En su opinión, los cambios en el Reglamento deben ir encaminados a lograr una diferenciación clara de los diferentes tipos de carne amparados por la IGP Ternera Gallega, de cara a aportar transparencia al consumidor, para que esto redunde en un mejor precio para los ganaderos.
¿Todos estos cambios se van a ver repercutidos en el precio? Porque si no, le podemos dar 40 vueltas a la tuerca pero de nada servirá
“En nuestra asociación hay de todo, tanto ganaderos que hacemos un manejo tradicional del ganado, con los terneros en el establo y trayendo a las vacas dos veces al día para darles de mamar, como otros compañeros que tienen los terneros fuera en la pradera y hacen un cebo final de dos meses. Pero llegamos todos a la misma conclusión, que todos estos cambios y vueltas de tuerca están bien si van a hacer más viables nuestras explotaciones. Es decir, la pregunta es: ¿van a repercutir en el precio?”, argumenta.
Crear una línea Premium
“No puede ir toda la carne mezclada: tiene que haber una diferencia de precio en los terneros en los que hay estabulación”, defiende Santiago, que propone “crear una línea Premium específica para esos animales más tiernos que se crían dentro para que no haya necesidad de sacarle la categoría de Suprema a los otros, a los que crecen fuera”, dice.
“Estamos de acuerdo que todo es Suprema, porque los terneros están mamando hasta los 7 meses, pero los costes de producción son mayores si los becerros están dentro, por lo que está claro que no pueden ir al mismo precio esos animales y los que están fuera, porque los costes de producción son distintos”, razona.
En función de la calidad de los terneros y del tipo de manejo, desde la Asociación Gandeiros Galegos da Suprema proponen distintas categorías de cebo. “El problema es que en la IGP Ternera Gallega no se le llaman a las cosas por su nombre. En el cerdo ibérico, por ejemplo, hay cuatro categorías de cebo distintas; pues aquí habrá que hacer una cosa parecida”, insisten.
Si existe claridad en las distintas categorías, dicen, el mercado será más transparente. “Será el consumidor el que se decante, eligiendo una o la otra en función de sus preferencias, pero si va mezclada no puede elegir”, evidencia Santiago. “En nuestra asociación hay de todo, pero estamos de acuerdo en que hay que diferenciar los tipos de carne en función del sistema de producción”, asegura.
Abiertos a marcar otras razas
Otro de los debates desde hace tiempo dentro de Ternera Gallega gira en torno a las razas y cruces admitidos. Desde la Asociación Gandeiros Galegos da Suprema consideran que el Consejo Regulador “tiene que estar abierto a marcar nuevos animales de otras razas si eso va a favorecer que el nivel de las canales dentro de la IGP mejore”.
Por el contrario, dicen, si una flexibilización de los criterios genéticos “lo que va a hacer es meter más kilos de carne en el mercado, como ha sucedido hasta ahora con la ampliación de la edad de sacrificio dentro de Ternera Gallega, está claro que va a ser perjudicial”, opinan.
Si incluír nuevas razas, favorece que haya mejores animales dentro de la IGP será bueno, pero si sólo va a meter más kilos de carne en el mercado, será perjudicial
“Pensamos que no todo debe valer y que hay que ser más estrictos a la hora de marcar, pero eso no está reñido con nuevas razas”, consideran, sin entrar a valorar cuáles se deben admitir y cuáles no.
Santiago Rego piensa que esta podría ser también una manera de “suplir” la falta de carne en determinadas épocas del año, como el verano, con más demanda y menor oferta, y no es partidario de obligar a programar partos, sino de buscar incentivos vía precio para que los ganaderos voluntariamente trasladen los partos de primavera al otoño.
“Contra la naturaleza no se puede ir, pero si el precio hace que sea realmente interesante vender en una determinada época, todo el mundo lo va a hacer motu proprio, aunque no esté en el Reglamento. Pero está claro que por los 30 céntimos de diferencia que hay hoy nadie lo va a hacer”, razona.
José Ramón González. Unións Agrarias
“En Ternera Gallega Suprema; los animales deben cumplir unos estándares de peso y engrasamiento, pero cada ganadero que decida como lograrlos”
José Ramón González es el responsable de producciones extensivas de Unións Agrarias y defiende que “dentro de Ternera Gallega Suprema tiene que haber homogeneidad”. “Todos los animales que se sacrifican como Suprema deberían cumplir con unos estándares tanto de peso máximo y mínimo como de nivel de engrase porque estamos hablando del producto top de la IGP”, afirma.
Sin embargo, considera que “debe ser el ganadero el que determine en cada caso, en función de las características de su explotación, cómo conseguir esas características de peso y engrasamiento mínimas”.
La Consellería de Medio Rural ha encargado a la Fundación Juana de Vega la redacción de un manual de calidad de los terneros de Suprema en el que se incluyan aspectos relativos al manejo de los animales. José Ramón ha participado ya en varias reuniones dentro de este grupo de trabajo, convocadas para tratar de unificar criterios dentro del sector productor, pero señala que aún no se han presentado conclusiones.
Autorización por parte de Bruselas
La mayoría de los aspectos que se modificarían en el Reglamento son de competencia autonómica, excepto uno, que tendría que ser autorizado por la Comisión Europea. Es el relativo a la posible ampliación de las razas permitidas. “Esos cambios necesitan la aprobación de Bruselas. Yo no tengo nada a favor ni en contra, pero tiene que haber datos encima de la mesa porque tiene que ser una raza con vocación cárnica que sea representativa dentro de Galicia, es decir, con un censo importante de animales. Pero si una raza tiene ese peso debería ser tenida en cuenta, porque en el sistema productivo gallego las razas pasan a un segundo plano”, defiende José Ramón.
En el sistema productivo gallego, las razas pasan a un segundo plano, pero para ser admitida dentro de la IGP tendría que ser una raza con un censo representativo dentro de Galicia
En cuanto a la obligatoriedad de realizar una programación de los partos, desde Unións dicen que su aplicación depende de varios factores, entre ellos la alimentación o la climatología, por lo que “no es lo mismo lograrlo en unas ganaderías que en otras, por ejemplo, una explotación de montaña donde en invierno hace mucho frío”.
«La naturalez es difícil de cambiar, pero se pueden hacer modificaciones en el manejo de las granjas»
“La naturaleza es muy difícil de cambiar y las vacas en extensivo y semiextensivo siguen el ciclo de la naturaleza, por eso se quedan preñadas en primavera. Pero sí que hay cosas que se pueden hacer, como variar la fecha de cubrición de las novillas o determinar en qué época del año dejas la recría”, afirma José Ramón,que considera que “hay que convencer a los ganaderos y si hubiera un aliciente grande en el precio para poder gastar más en alimentación sería más fácil cambiar el ciclo natural”.
“No estamos a favor de crear una nueva submarca para los terneros pasteros que los devalúe”
En el Sindicato Labrego Galego son partidarios de no modificar el actual sistema de clasificación de animales dentro de Ternera Gallega y, en todo caso, consideran que éste “es un debate de suficiente calado que no se puede soltar de golpe sin haberlo discutido antes con el sector”.
“El Sindicato Labrego siempre ha defendido la producción tradicional en base a la tierra, con los terneros mamando directamente de las vacas”, destaca Samuel Formoso, productor de la zona de A Limia y responsable del sector vacuno de carne del SLG, que considera que la cría en extensivo y avanzar hacia la producción ecológica va en línea con lo que la UE demanda para los próximos años.
Los productores nos vemos obligados a finalizar de una manera o de otra porque la industria lo demanda, no es cosa del consumidor
“Nosotros no estamos por crear una nueva submarca para los terneros pasteros que lo que va a hacer es devaluarlos. Ya tenemos cuatro marcas dentro de Ternera Gallega (Suprema, normal, vaca y buey) e introducir una categoría más no va a ayudar, al contrario, porque lo que vamos a hacer es confundir al consumidor; estamos siempre dispersando el mensaje”, considera.
«Una exigencia más de la industria»
Para el SLG la obligación de cebar “es una exigencia de la industria más que una demanda del consumidor”. “La industria se queja de que a veces le llegan terneros pasteros no suficientemente engrasados. Pero quizás ese tipo de carne tiene un mercado que está aún por descubrir”, opina Samuel.
“No sé si detrás de este cambio que se anuncia puede estar también la industria. A lo mejor es una manera de llenar los cebaderos con terneros pasteros. Y el colmo sería que un ternero de calidad, que estuvo en el prado mamando de la madre, lo haya que vender a un cebadero antes de que salga al mercado”, se queja.
El responsable del sector vacuno de carne del SLG considera que en zonas de clima más benigno, como pueden ser zonas costeras de A Coruña o de Lugo es posible realizar una finalización idónea sin meter dentro a los terneros. “Depende de la zona y de la época del año, pero puede haber terneros tan bien acabados en el prado como otros encerrados en cebadero”, afirma.
Y, en todo caso, considera que dentro de las normas actuales de Ternera Gallega ya hay instrumentos suficientes para penalizar a un ternero mal conformado. “Ya hoy descalifica si un animal no va bien engrasado”, asegura, por lo que no cree que sean necesarias exigencias a mayores en este sentido.
“Estamos en manos de urbanitas”
Sobre la exigencia de programar los partos para ampliar la oferta de carne en los meses de verano, Samuel considera que “es ir en contra de la naturaleza por lo que es prácticamente imposible de lograr a no ser que utilices hormonas y nosotros no podemos estar a favor de eso”, aclara.
Aquí cuando hay comida y horas de luz, que es cuando las vacas se quedan preñadas, es en primavera
“Aquí la mitad del año las vacas no se quedan preñadas porque es algo que depende de la luz y la alimentación y aquí cuando hay comida y empieza a haber horas de luz es en primavera, que es cuando las vacas salen en celo y se quedan preñadas. Hay gente que prueba a programar los partos y lo descarta porque no le funciona. Pero estamos en manos de urbanitas y sobre el papel en una oficina en Santiago todo es muy fácil”, critica.
No se puede producir Ternera Gallega en Salamanca ni hacerlo con blonde de Aquitania
Finalmente, el Sindicato Labrego Galego no es partidario tampoco de ampliar a nuevas razas los animales permitidos dentro de la IGP. “Nosotros tenemos una Indicación Geográfica Protegida que está ligada a una forma de producir y a unas razas en concreto y en la que se emplea el criterio de razas autóctonas más sus cruces, y con eso es suficiente», opina Samuel.