«Los corderos y cabritos gallegos están todo el tiempo mamando de la madre y eso marca la diferencia para obtener carne de calidad»

Abordamos con Luis Miguel Rivera, ganadero de ovino y nuevo presidente de Ovica, las iniciativas que están impulsando desde la asociación de productores de ovino y caprino de Galicia. La comercialización de la carne o la prevención del lobo son algunas de las cuestiones que tratamos

«Los corderos y cabritos gallegos están todo el tiempo mamando de la madre y eso marca la diferencia para obtener carne de calidad»

Luis Miguel Rivera, nuevo presidente de Ovica, en su ganadería de ovino en semiextensivo.

Luis Miguel Rivera Otero, es ganadero de ovino en Cospeito (Lugo), y acaba de ser escogido como nuevo presidente de la Asociación de Criadores de Ovino y Caprino de Galicia (Ovica), que agrupa a 143 ganaderos socios y otros casi 40 socios colaboradores. Con Rivera conocemos algunos de los proyectos que están impulsando a corto plazo, así como las preocupaciones y retos que afronta el sector entre los que se incluye la convivencia con el lobo o la gestión de la lana de las ovejas.

– ¿Cuál es la situación en la que se encuentra en la actualidad el sector ovino y caprino en Galicia?
– En las ganaderías de ovino y caprino la rentabilidad está siendo mínima, más ahora con las subidas tan importantes que está habiendo de insumos como los piensos o el gasóleo. Al igual que ocurre con el vacuno de carne, las granjas están teniendo muchas dificultades para seguir produciendo mientras no se le compense con los precios que se paga la carne.

– ¿Qué líneas de trabajo queréis priorizar desde Ovica a corto plazo?
– Uno de los temas que más nos preocupa es la comercialización. Por un lado estamos trabajando con nuestra marca Pastores de Galicia y también estamos pendientes de impulsar proyectos de mano de la Consellería de Medio Rural como el matadero móvil o la Estrategia de la carne, con la que intentar mejorar los precios que industria y distribución pagan. También queremos impulsar un plan de formación y encuentros con los socios, para fomentar el intercambio de experiencias entre los asociados y visitas a ganaderías que puedan ayudar a mejorar y seguir a profesionalizar el sector. Además, aunque el Covid-19 ha paralizado un poco el tema, queremos abrir nuestras granjas a visitas de escolares con las que mostrarle a las nuevas generaciones las oportunidades de estas ganaderías y estos sabores. Buscamos un acercamiento al mundo urbano y nuevas oportunidades ofreciendo la carne gallega para comedores escolares.

– ¿Sigue sin valorarse como debiera el cordero o el cabrito gallego?
– El cordero gallego sigue sin ser valorado y la carne que se vende en los supermercados no se refleja que sea gallega. Se excusan diciendo que si se indica que es cordero o cabrito gallego no se vende igual de bien que si tiene otro origen. Aunque ya hay gente que comienza a apreciar la calidad de la carne de cordero o cabrito gallega sigue muy extendida la creencia de que el cordero de Galicia no es tan bueno como el de otros puntos de España. Tanto los tratantes como comerciantes aseguran que la industria y la distribución siguen sin marcar un precio acorde al valor de la calidad que tiene la carne gallega.

– La marca Pastores de Galicia, impulsada desde la cooperativa Vélaro que agrupa a productores gallegos y que nació al amparo de la asociación, ¿es una vía para poder abrir mercado para la carne gallega?
-Con la marca buscamos precisamente eso, poner en valor la carne que producimos en Galicia. Estamos produciendo una carne de calidad. Nuestras ovejas y cabras pastan en praderas verdes y las crías maman de las madres, a diferencia de muchos de los corderos de otras zonas donde los crían a base de amamantadora, y suelen destetarlos al mes, para luego pasarlos a los cebaderos. Los corderos y cabritos gallegos están todo el tiempo mamando de la madre, aunque en la última fase se complemente la alimentación con aportes de cereal y pienso y eso marca una diferencia, tanto en el bienestar del animal que permanece todo el tiempo con la madre, como en la calidad de la carne que se obtiene.

– Además de la calidad que reivindicas, ¿hay otros aspectos en los que destaque la carne producida en Galicia?
-Es una alternativa de calidad y de proximidad, con todo lo que eso supone, ya que se reduce el impacto ambiental que tiene producirla y genera oportunidades en Galicia y en el rural.

– ¿Qué presencia tiene esta marca actualmente en Galicia?
– Antes de la pandemia estábamos empezando a trabajar en el relanzamiento de la marca para conseguir un posicionamiento de la carne gallega en el mercado, pero con las restricciones se vio todo paralizado. Desde la pandemia no comercializamos ninguna carne con este sello. Además en la asociación también pasamos de tener varios técnicos a sólo tener una técnica, que está trabajando muy intensamente, pero esta reducción de personal también dificultó sacar adelante todo lo que queríamos. Ahora estamos volviendo a retomar los trabajos para impulsar la marca, ya que es muy importante para nosotros, es una demanda de los socios.

– La Navidad es uno de los momentos de auge de las ventas de la carne de cordero y cabrito, ¿cómo está siendo la campaña?
– En Galicia los productores siguen centrándose más en las ventas del verano que en las navideñas. Ahora mismo hay mucha demanda de esta carne lo que hace que también mejoren mínimamente los precios, con todo el precio aún sigue por debajo del que se precisa.

«Sería importante que más socios programaran los partos para tener mayor producción en esta época y poder atender la demanda de la Navidad»

– ¿Falta producción gallega para abastecer la demanda navideña?
– Hay muchos socios que prefieren tener los partos en otras épocas del año, ya que ahora en el invierno es más difícil tener pasto, por lo que las parideras que se hacen para esta época suponen un mayor coste de alimentación. Desde Ovica creemos que sería importante que más socios programaran los partos para tener mayor producción en esta época y poder atender la demanda. No todos los productores lo podrían hacer por las propias características y gestión de sus ganaderías, pero hay muchos ganaderos de semiextensivo a los que no les resultaría difícil y para los que sería interesante y rentable. Tampoco podemos darle las costas al mercado y se en esta época hay demanda tenemos que ajustar nuestra producción para poder satisfacerlas peticiones de los consumidores.

– ¿Estáis abordando ya este cambio de manejo de las parideras con los ganaderos?
– Estamos trabajando ya con la ADS para proporcionarle asesoramiento a los socios sobre la programación de los partos, para que vean que es posible y se le puede sacar rentabilidad. Es un paso más hacia la profesionalización del sector, ya que la programación de los partos también ayuda a que los ganaderos no sólo tengan más oportunidades para su producción sino que puede mejorar su calidad de vida. Además de para las parideras, también queremos trabajar estrechamente con la ADS en otras cuestiones para seguir mejorando el sector.

– En el sector gallego es habitual la variabilidad de las canales frente a otros territorios, ¿ha sido un lastre para la comercialización?
– Desde luego. Se nos han cerrado puertas por no tener canales uniformes. Esto en gran medida se debe a no tener en las ganaderías una raza que propicie tener crías buenas e iguales.

– ¿Valoráis impulsar medidas para fomentar la homogeneización entre los productores socios?
– Es uno de los temas en los que queremos trabajar de mano de la ADS. Queremos prestarle asesoramiento a los ganaderos en cuestiones como la elección de los sementales de sus ganaderías con mejores aptitudes cárnicas, para que se logren corderos uniformes, ya que es fundamental para la rentabilidad económica de la ganadería. Si consigues sacar todos los corderos o cabritos en el plazo previsto, sin que ninguno de ellos tenga que quedar más tiempo porque no alcanzó el peso necesario se ahorran gastos extras. La rentabilidad en las granjas es mínima por lo que es preciso tener en cuenta estos detalles.

«La dispersión de nuestros socios puede convertirse en una oportunidad para ofrecer producto de proximidad a nuestros compradores»

– Otro de los desafíos para el sector gallego es la dispersión de las granjas, ¿cómo valoras esta cuestión? ¿Qué dificultades os supone?
– Es cierto que es un sector muy disperso. En Ovica tenemos ganaderías en las cuatro provincias, aunque la mayoría de nuestros socios están en Ourense y Lugo. Con todo, hay mucha distancia entre los socios lo que dificulta cuestiones como las visitas a las granjas. Pero más allá de esas dificultades, la dispersión de nuestros socios también se puede convertir en una oportunidad, ya que al tener ganaderías en todas las provincias podemos ofrecer producto de proximidad a nuestros compradores. Para Ovica también es satisfactorio tener socios en toda Galicia, ¡ojalá tuviésemos más!

– ¿El matadero móvil impulsado por la Consellería de Medio Rural puede ser una solución frente a esta dispersión? ¿Ya está operativo?
– Tenemos muchos socios a los que le quedan lejos los mataderos, algunos a más de 100 kilómetros, por eso vemos que esta puede ser una alternativa para estas ganaderías. Aunque el matadero no vaya directamente a la granja, si los tienen que acercar a un punto que les quede cerca ya puede resultar una gran mejora. Se reducen los gastos de transporte y se incrementa la rentabilidad para la ganadería. Además, esta solución también mejora el bienestar de los animales, ya que los corderos y cabritos pasan menos tiempo en el transporte. Por el momento no está operativo y estamos a la espera de una reunión con Medio Rural para seguir tratando el tema y conseguir que vaya para adelante.

«Los ganaderos tenemos los mastines porque hay lobo y para defender el rebaño de sus ataques, si no hubiera lobo no tendríamos tantos»

-Con referencia a la gestión del lobo, ¿cómo valoras la situación actual?
-Estamos teniendo bastantes ataques del lobo en las ganaderías. Hay que tener en cuenta que las ovejas y cabras son las más vulnerables y cuando estos animales entran siempre causan grandes estragos, no sólo por los animales que mata o deja heridos, sino por el estrés que provoca en todo el rebaño, con lo que se hay animales preñados es muy habitual que terminen abortando.

-¿Qué medidas contribuirían a mejorar la situación actual?
-Ya hemos tenido una reunión con la Consellería de Medio Rural para transmitirle la necesidad de hacer mejoras en las ayudas que tienen activas. En el caso de la línea destinadas a la prevención de los ataques se precisa más tiempo a la hora de justificar las obras de cierres fijos, ya que muchas ayudas se están perdiendo por no poder aportar la documentación en plazo al estar muchas veces pendientes de licencias. También vemos preciso que se incrementen las ayudas para tener mastines en las ganaderías para prevenir los ataques. Más que las ayudas para la adquisición de los animales creemos que es más importante proporcionar una ayuda para mantenerlos, ya que es ahí lo que realmente supone un desembolso. Hay que tener presente que los ganaderos tenemos los mastines porque hay lobo y para defender el rebaño de sus ataques, si no hubiera lobo no tendríamos tantos. Entre vacunas, desparasitación y alimentación suponen importantes gastos para las ganaderías. En rebaños de 300 ovejas tienes que tener cuatro o cinco mastines con lo que puede estar gastándose unos 5.000 euros, lo que supone un gasto importante en la ganadería.

«Estamos buscando revalorizar la lana de la oveja con artesanos gallegos que la puedan emplearla en sus confecciones de suerte que también pueda ser un recurso para los ganaderos»

– Otro de los retos para el sector parece estar en la gestión de la lana de las ovejas ante la falta de mercado para ella. ¿Qué salidas tiene ahora la lana del trasquilado?
-El año pasado ya tuvimos dificultades para sacarla adelante. Aquí ya no hay quién recoja la lana, venía gente de otras zonas de Galicia a por ella. La llevaban casi sin pagar nada por ella. Este año, después de intentarlo con muchos gestores ya no hubo quien la haya venido a recoger y muchos la tenemos guardada aún en la granja. Ahora tenemos el problema de que para la PAC precisamos un certificado de tener entregada esta lana a un gestor. Si no hay otra alternativa vamos a tener que pagar por deshacernos de la lana cuando se podría emplear en otros usos en vez de tratarla como un residuo. Por eso estamos mirando de revalorizar la lana de la oveja con artesanos gallegos que la puedan emplearla en sus confecciones de manera que también pueda ser un recurso para los ganaderos y no un residuo del que deshacerse.

-¿A corto plazo tenéis ya actividades previstas con los socios?
-La intención es fomentar las juntas con los socios aunque por el momento, por las restricciones del Covid-19, tampoco pudimos juntarnos mucho. También queremos ofrecer jornadas formativas para seguir profesionalizando el sector. Con esta formación buscamos fomentar el relevo generacional en las granjas, formando a personas jóvenes que puedan ponerse al frente de granjas que vayan a cerrar por jubilación, así como asesorar a los jóvenes que quieran crear su propia ganadería.

Además, queremos seguir sumando socios en Ovica, ya que hay muchos ganaderos de ovino y caprino en Galicia que aún no están en el colectivo y creemos que sumando fuerza entre todos es más viable buscar oportunidades para el sector.

También estamos colaborando en red con otras asociaciones y colectivos del resto de España para afrontar problemáticas que tenemos en común y tratar entre todos de fortalecer el sector.

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