Los costes de producción de las ganaderías de vacuno de carne gallegas se situaron en 2024 en 8,22€/kg canal

El Grupo Operativo Rede Galega de Granxas Modelo presentó este miércoles en Cervantes, durante una jornada técnica, los resultados del estudio de costes sobre el vacuno de carne en Galicia en el año 2024, que ofrece una visión actualizada sobre la situación económica de las explotaciones de vacas nodrizas y cebaderos, así como sobre los retos de futuro a los que se enfrentan.

El estudio, elaborado por la Fundación Juana de Vega a partir de datos reales de explotaciones, evidencia la dependencia de las ganaderías de vacuno de carne con vacas nodrizas gallegas de las ayudas que reciben de la PAC, las cuales representan casi un tercio de sus ingresos totales, y la necesidad de mejorar su eficiencia productiva, ya que 4 de cada 10 vacas no alcanzan un parto al año.

 

El precio mínimo que sería necesario percibir por kilogramo canal vendido (terneros, vacas y toros de desvieje y animales para vida), sin ninguna subvención, para garantizar una renta disponible de 23.814 €/UTA (1,5 veces el SMI) estaría alrededor de 8,35 €/kg canal. Esto supone que el precio debería situarse un 46,23% por encima del precio medio efectivamente recibido por la carne en 2024 (5,71 €/kg).

Este estudio se enmarca en los trabajos del Grupo Operativo Rede Galega Granxas Modelo, en el que participan también la IXP Ternera Gallega y la cooperativa A Carqueixa

Este trabajo forma parte de las actividades del Grupo Operativo promovido por la Fundación Juana de Vega, el Consejo Regulador de las IXP Ternera Gallega y Vaca Galega–Boi Galego, y la Cooperativa A Carqueixa, con la colaboración del Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (CIAM), dependiente de AGACAL, y cuenta con un presupuesto de casi 140.000 euros.

Uno de los principales objetivos de este proyecto es mejorar la capacitación de los responsables de las explotaciones y de los asesores técnicos, favoreciendo una gestión más eficiente y, como resultado, una mayor rentabilidad y viabilidad de las explotaciones a largo plazo.

Granja tipo: 56 vacas y 61 hectáreas de superficie

El informe, realizado por la Fundación Juana de Vega, se basa en la información aportada en 2024 por 17 de las 20 explotaciones de vacas nodrizas que forman parte de esta Red Gallega de Granjas Modelo.

Las ganaderías que facilitaron sus datos económicos del año pasado para la realización del estudio de costes del sector están situadas en las provincias de Lugo (en los municipios de A Fonsagrada, Abadín, Baleira, Cervantes, Láncara, Navia de Suarna, Triacastela y Vilalba), A Coruña (Malpica, Mazaricos y Vilasantar) y Ourense (Montederramo y Vilar de Barrio).

Los datos revelan un modelo productivo de dimensiones pequeñas y medianas, con un rebaño tipo de 56 vacas nodrizas, un toro, 6 novillas de recría y 37 terneros de carne, lo que sumaría unas 100 cabezas, equivalentes a 80 UGM.

Las explotaciones gallegas tienen una carga ganadera baja, de 1,28 UGM/ha

La base de la alimentación del ganado es el pasto, ya sea en sistema extensivo o semiextensivo, complementado con silo de hierba en invierno. La base territorial media es de 61 hectáreas, de las cuales 33 (el 54%) son en propiedad y el resto están alquiladas (43%) o cedidas (3%). La carga ganadera resultante es de 1,28 UGM/ha.

Se estima que es necesaria una UTA por cada 50 vacas nodrizas

El manejo del ganado, la gestión de los pastos y el día a día de las explotaciones se sustentan fundamentalmente en el trabajo familiar, con una dedicación equivalente a 1,12 Unidades de Trabajo Agrario por granja (una UTA equivale, aproximadamente, a la dedicación laboral de una persona a jornada completa durante un año).

 

A nivel productivo, de media, estas explotaciones comercializan 34 terneros al año, vendidos antes de los 10 meses dentro del sello de calidad de la IXP Ternera Gallega Suprema, a los que hay que sumar las ventas de animales de desvieje (una media de 7) y para vida (1), alcanzando una producción total de 10.460 kg de carne vendida por ganadería y año.

El 40% de las vacas no paren todos los años y el peso medio de los terneros vendidos fue de 246 kg/canal

En conjunto, las ganaderías de vacuno de carne basadas en vacas nodrizas, la mayoría de pequeña dimensión y estructura familiar, son responsables de la gestión de más de 200.000 hectáreas de superficie agraria útil (SAU) y desempeñan un papel esencial en la prevención de incendios y en el mantenimiento del paisaje rural de Galicia.

Resultados económicos de las explotaciones de vacas nodrizas

El estudio revela que en 2024 los costes o gastos medios de una explotación de vacuno de carne ascienden a 85.950 euros anuales, incluyendo en ellos el salario de los titulares como trabajadores, mientras que los ingresos alcanzan los 88.615 euros. Esto deja un margen medio de beneficio, además del salario, de 2.665 euros al año.

Traducido a kilos de carne, el coste de producción se sitúa en 8,22 €/kg, frente a unos ingresos de 8,47 €/kg, lo que deja un margen mínimo de 0,25 €/kg. Si se analiza la renta disponible, es decir, el importe que quedaría para los propietarios si no se imputase dentro de los gastos su salario, la cifra asciende a unos 29.400 euros anuales por explotación.

Dentro de la estructura de gastos, la alimentación es la principal partida, con una media de 33.193 euros por explotación, lo que representa casi el 39% del total. Le sigue la retribución imputada al trabajo de las personas propietarias (31,1%), calculada tomando como referencia 1,5 veces el salario mínimo interprofesional, lo que equivaldría a 23.814 €/UTA. Las amortizaciones suponen un 8,4% de los costes y los arrendamientos de tierras e instalaciones, alrededor de un 6%. El resto se distribuye entre conceptos como sanidad y reproducción, seguros, tributos, gastos financieros y otras partidas menores.

El gasto en pienso equivale a 1,63 €/kg canal de carne vendida, más del doble del coste de los forrajes producidos en la explotación

Dentro de los costes de alimentación, que equivalen a 3,17 €/kg canal de carne vendida, la partida más relevante es la de compra de concentrado para el cebo de los terneros, 17.022,96 € (1,63 €/kg; 19,81%), seguida por los cultivos y forrajes producidos en la granja, con 8.262,91 € (0,72 €/kg; 9,61%), el combustible y la maquinaria propia, con 7.480,54 € (0,72 €/kg; 8,70%), y, finalmente, los forrajes comprados, con un importe muy reducido de 426,45 € (0,04 €/kg; 0,50%).

 

Por el lado de los ingresos, la mayor parte procede de la venta de animales (67,4% del total), principalmente terneros (56% del total de ingresos de la explotación), seguidos de las vacas de desvieje y de los animales para vida, que suponen un pequeño porcentaje pero alcanzan un precio medio que casi duplica al de los terneros para matadero. El resto de los ingresos corresponde a las subvenciones públicas, que representan el 34,2% de los ingresos totales, con un peso muy destacado de las ayudas recurrentes de la PAC, que aportan de media unos 29.000 euros por ganadería.

Dependencia de las ayudas de la PAC

Analizadas estas variables, el estudio de la Fundación Juana de Vega pone de manifiesto que, actualmente, las ayudas de la PAC son determinantes para la viabilidad de las explotaciones de vacuno de carne gallegas. Sin ellas, los ingresos no permitirían cubrir ni siquiera un salario para los titulares de las explotaciones.

El salario de los titulares de las explotaciones depende prácticamente en su totalidad de la subvención de la PAC

“Cabe destacar la fuerte dependencia de las subvenciones, ya que la renta disponible por UTA sería de 26.243,42 € con las ayudas recurrentes de la PAC incluidas, pero apenas superaría los 300 € anuales por UTA sin ellas. Esta situación evidencia la vulnerabilidad del sector y la importancia de las políticas públicas para su viabilidad económica”, indica el estudio en su apartado de conclusiones.

Casi un tercio de los ingresos de las explotaciones procede de las ayudas de la PAC

“En otras palabras, las ayudas públicas equivalen prácticamente a la renta disponible de las granjas, evidenciando la vulnerabilidad estructural y la necesidad de políticas públicas estables orientadas al fortalecimiento de un sector estratégico para el medio rural de Galicia”, manifestó el director de la Fundación Juana de Vega, José Manuel Andrade, en la presentación de los resultados.

“El vacuno de carne gallego se basa en un modelo productivo sostenido por el trabajo familiar y con una fuerte dependencia de las subvenciones. Para garantizar su futuro es imprescindible avanzar en estrategias que mejoren la eficiencia productiva, refuercen la estabilidad económica y valoricen comercialmente la carne gallega”, añadió. 

Evolución de los precios de la carne

Previamente, Adrián Sánchez, técnico de la Fundación Juana de Vega, analizó la coyuntura actual del sector, centrando su intervención en los factores que explican los elevados precios de la carne de vacuno en la actualidad. Entre las principales causas destacó la reducción de la disponibilidad de ganado registrada en 2021 y 2022, en un contexto de precios bajos y costes elevados, que se vio agravado por la guerra de Ucrania. A este escenario se sumaron el impacto de enfermedades como la EHE y el largo período de dos años necesario para incorporar nuevas vacas nodrizas al rebaño.

En lo que respecta a la evolución 2022–2024, los datos muestran que la mejora de los precios no fue suficiente para recuperar márgenes, pues el precio medio total de la carne subió alrededor de un 12% el año pasado (y el de los terneros un 15,92%), pero los costes de producción también aumentaron un 7,3% debido a factores como la retribución de la mano de obra y un menor volumen de carne vendida, de modo que el margen económico y la renta disponible volvieron a los niveles de 2022.

El análisis del precio de equilibrio muestra que, sin subvenciones, el precio mínimo de la carne necesario para garantizar la retribución de 23.814 €/UTA (1,5 veces el SMI) se situaría en 8,35 €/kg canal vendido, frente a los 5,71 €/kg efectivamente recibidos en 2024. Y, si se quisiera mantener la misma renta disponible o el mismo margen económico que en 2024, el precio debería situarse en torno a 8,61 €/kg canal. Esto confirma la dificultad de alcanzar rentabilidad en el mercado sin el soporte de las ayudas.

“El vacuno de carne gallego presenta un modelo productivo sostenido por el trabajo familiar y las ayudas de la PAC. Sin ellas, las explotaciones gallegas no serían viables con los precios que reciben por la venta de carne”, concluye el estudio. En este contexto, señala, resulta evidente la necesidad de avanzar en la profesionalización y competitividad del sector.

Servicios ecosistémicos

En el acto celebrado en San Román, Antonio Delpueblo, presidente de la cooperativa A Carqueixa, y Ceferino López, presidente de la Comunidad de Montes de Moreira, ejemplificaron en primera persona el papel fundamental que desempeñan las explotaciones de vacuno de carne en la conservación de los pastos comunales de alta montaña y en la gestión territorial.

Las explotaciones de vacas nodrizas son responsables directas de la gestión de más de 200.000 hectáreas de superficie agraria útil (SAU) en Galicia. Su actividad contribuye de manera decisiva a la prevención de los incendios forestales y a la conservación del paisaje en mosaico agroforestal, una de las señas de identidad del territorio gallego.

“Para que puedan seguir cumpliendo este papel esencial, es imprescindible garantizar su rentabilidad, condición también necesaria para asegurar el relevo generacional y el futuro del sector en el medio rural”, defienden los autores del estudio.