
Ana Piñeiro, socia junto a su marido en SAT Arcicos, delante de la cisterna flexible Labaronne de la granja
La capacidad de almacenamiento de purín es uno de los condicionantes a la hora de ampliar una explotación lechera. Además de ser un requisito legal que es necesario cumplir, también es un parámetro a tener en cuenta a la hora de establecer ayudas como las destinadas a los Planes de Mejora de las granjas.
En Galicia, la Xunta calcula que una vaca lechera estabulada produce 26 metros cúbicos de purín al año (según establece en las Instrucciones Técnicas para la realización del Plan de Gestión de Deyecciones Ganaderas y Fertilización), por lo que es necesario disponer de un volumen suficiente por cabeza para cubrir al menos un período de medio año.
“Nosotros teníamos poca fosa y en el año 2020, cuando reformamos el establo y eliminamos el enrejado, nos quedamos prácticamente sin capacidad de almacenamiento de purín. Así que, a la hora de pedir el Plan de Mejora e instalar el separador, decidimos poner un depósito flexible de 2 millones de litros de capacidad”, explica Ana Piñeiro, que es socia junto a su marido, José Manuel González, y su suegro, Luis, de SAT Arcicos, ubicada en la parroquia de Arcillá, perteneciente al municipio de Cospeito (Lugo).
SAT Arcicos fue la granja lechera gallega que ha instalado hasta ahora el depósito flexible más grande para el purín
Después de ir a ver este sistema en una granja de Navarra, SAT Arcicos se decidió a montarlo y, 5 años después, los resultados son más que satisfactorios. “Estamos contentos. Nosotros no tenemos problemas porque el purín que guardamos en él es líquido porque pasa antes por el separador, pero quizás le ampliaría un poco la boca de entrada para evitar posibles atascos si el purín fuese más espeso”, propone Ana.
Solución ideal en combinación con el separador

La cisterna Labaronne está pegada al separador de purín de la granja
Asesorados por Construcciones Rivas, la empresa de Láncara que se encargó de la obra de ampliación del establo, montaron la cisterna Labaronne junto al separador del purín, de manera que la fracción sólida es reutilizada en la cama de las vacas, como material de relleno para los cubículos, y la parte líquida almacenada en el depósito flexible, que vacían en distintas épocas del año para fertilizar los cultivos forrajeros de la explotación, tanto las tierras de maíz como las praderas.
Los depósitos Labaronne cuentan con 10 años de garantía y pueden cambiarse de sitio en caso de que en el futuro se necesite ampliar el establo
“Yo considero que este tipo de depósitos de almacenamiento son la solución perfecta cuando se monta un separador”, asegura Ana, que destaca la mejora del poder fertilizante del purín, que mantiene dentro de la cisterna flexible y en ausencia de oxígeno todos sus nutrientes. “Yo creo que abona más el purín que echamos ahora que el que teníamos antes”, afirma.
Simplificación burocrática

La explotación ordeña a día de hoy unas 145 vacas y produce más de 2 millones de litros de leche al año
La facilidad de instalación y el menor costo respecto a una fosa convencional o una balsa cubierta son algunas de las ventajas de esta alternativa. Además del importante ahorro económico, la colocación de un depósito Labaronne se vuelve mucho más sencilla, ya que no es necesario hacer obra, únicamente hay que nivelar el terreno sobre el que se va a colocar, por lo que la obtención de los permisos y autorizaciones necesarias se simplifica mucho.
Al no requerir obra, la obtención de los permisos y autorizaciones es mucho más rápida y sencilla
Al no ser una instalación fija ni necesitar hormigón, no se requiere licencia de obra y su montaje es rápido, por lo que se convierte en una solución sencilla y económica para resolver el problema de almacenamiento de purín que tienen muchas explotaciones lecheras.
Además, existe la posibilidad de reubicar el depósito en otro lugar, cambiándolo de sitio, de manera que cuando se coloca no se está hipotecando el terreno de cara a usos futuros o posibles ampliaciones de la granja hacia ese lado, como ocurre muchas veces con antiguos pozos de purín de hormigón.
Almacenamiento limpio y seguro

El depósito de purín es estanco y está ubicado al lado de los silos de la explotación
La cisterna Labaronne de 2 millones de litros de capacidad que instaló SAT Arcicos mide 43,8 metros de largo por 31 metros de ancho y, cuando está llena, tiene una altura de 1,6 metros. Cuando ellos la instalaron, era el tamaño más grande disponible en el mercado, pero en este momento ya se fabrican soluciones a medida de mayores volúmenes que se adaptan a las necesidades concretas del cliente.
Aunque los depósitos Labaronne, de fabricación francesa y distribuidos en España por la empresa Nutriset, están hechos de un tejido específico de alta resistencia y tienen 10 años de garantía, es recomendable hacer un vallado perimetral para evitar la entrada de animales salvajes al recinto.
Al ser estanca e impermeable estamos más tranquilos, siempre tienes menos riesgo de que haya un problema medioambiental
La normativa exige en este momento que los pozos de purín y balsas de estiércol estén cubiertos, como una forma de reducir las emisiones de amoníaco y las entradas de agua, algo que en el caso de los depósitos flexibles no es necesario. “Evitas ese gasto de tener que cubrir la balsa y tienes mayores garantías de que no se te va a llenar de agua si viene un invierno lluvioso o de que no va a haber fugas, porque el material del que está hecho es impermeable y estanco”, asegura Ana.
El miedo a un posible desbordamiento de la fosa de purín cobra mayor importancia en el caso de SAT Arcicos, que se encuentra a tan solo unos 250 metros del río Miño, que desborda su cauce con facilidad en esta zona de la Terra Chá. De hecho, para colocar el depósito donde lo pusieron, al lado de los silos, tuvieron que elevar la finca dos metros mediante relleno para evitar que pudiera llegar allí la crecida del río.