Los ecorregímenes de pastoreo extensivo abarcan en Galicia 203.000 hectáreas, el 60 % de ellas en Lugo

El mantenimiento de la biodiversidad y la captura de carbono son los principales beneficios de una práctica que puede aportar hasta 141,74 € por hectárea a las explotaciones que la apliquen. Fueron algunos de los aspectos abordados en un foro organizado en Chantada por la Red PAC, en el que se constató la amplia variedad de pastizales gallegos.

ECORREXIME VACAS

En el marco de la Jornada sobre buenas prácticas de pastoreo extensivo en pastos húmedos aplicables a ecorregímenes en Galicia organizada por la Red PAC, José Manuel Ferreiro, del Fondo Gallego de Garantía Agraria (FOGGA), explicó los principios que guían la aplicación de los ecorregímenes (ER) en general y las condiciones técnicas y legales de los de pastoreo extensivo en particular. Ferreiro recordó que se trata de compromisos anuales voluntarios, con un pago anual por todas las hectáreas subvencionables acogidas a una determinada práctica. Por cada ha solo se subvencionará 1 práctica y actualmente hay 7 activas en Galicia.

En cuanto a las disposiciones específicas que rigen los ER de pastoreo extensivo, el técnico del FOGGA recordó las siguientes:

-Se aplica sobre superficies de pastos permanentes o temporales sobre las que se declare aprovechamiento en pastoreo.

-Pastorear un mínimo de 90 días al año.

-Pastorear en todas las parcelas acogidas al régimen, al menos 1 día al año.

-No es necesario pastorear con todos los animales de la explotación, pero sí hay que indicar cuántos lo harán en la solicitud de la ayuda.

-Mantener una carga ganadera mínima de 0,4 Unidades de Ganado Mayor (UGM) por hectárea y una carga máxima de 2 UGM/ha.

Ferreiro destacó también la importancia del cuaderno de explotación y de la obligatoriedad de inscribir todas las acciones realizadas vinculadas al ER. Así, señaló que hay que asignar las fechas de inicio y fin del pastoreo por cada grupo de parcelas en la solicitud única. Y, si estas fechas se modifican en más de 15 días:
– Si se usa cuaderno digital, anotarlas en el plazo máximo de un mes.
– Si se usa papel: comunicarlo a la autoridad competente en el mismo plazo.

Finalmente, el funcionario recordó algunos de los fundamentos fijados por la UE que dieron lugar a la aplicación de los ER. Entre ellos destacan la mitigación del cambio climático, incluida la reducción de emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de las prácticas agrícolas, así como el mantenimiento de los depósitos de carbono existentes y la mejora de la captura de carbono. También la protección y mejora de la calidad del agua y la reducción de la presión sobre los recursos hídricos; la prevención de la degradación del suelo, la protección de la biodiversidad, la conservación o recuperación de hábitats o especies, el uso sostenible y reducido de plaguicidas o la mejora del bienestar animal.

Situación en Galicia
Susana Fernández, también del FOGGA, hizo un repaso por la situación actual de los ER en Galicia y más en detalle de los de pastoreo extensivo. En nuestra comunidad hubo este año 9.644 solicitudes que abarcan 551.350 parcelas y un total de 203.810 hectáreas para que pasten las diferentes especies de ganado. Estas cifras suponen que el 65 % de las solicitudes y el 60 % de la superficie del ER de pastoreo extensivo de toda España están en Galicia.

Mapa de las solicitudes de ER de pastoreo por municipios

Mapa de las solicitudes de ER de pastoreo por municipios

Por provincias, Lugo encabeza con mucha diferencia todos los parámetros. En territorio lucense están el 61 % de los solicitantes, que suponen 5.697 explotaciones, 295.000 parcelas y 123.514 hectáreas. A mucha distancia queda A Coruña, con el 16 % de las solicitudes (2.220), 73.207 parcelas y 33.454 hectáreas. Cifras similares tiene Ourense, aunque con menos solicitantes (930) pero más parcelas (124.000). Pontevedra, con solo el 7 % de las solicitudes, abarca algo más de 14.000 hectáreas.

Las comarcas lucenses de Terra Chá, Lemos y A Fonsagrada son las que tienen una mayor concentración de solicitudes, llegando en algunos municipios a entre 3.000 y 6.500 hectáreas de terreno acogidas al ER de pastoreo extensivo.

En las dos últimas campañas, los ganaderos gallegos en el ER de pastoreo o de pasto húmedo recibieron un total de 20.350.184,74 € por acogerse a esas prácticas. Aunque el número de solicitantes bajó en casi 1.000 (pasando de 10.549 en el año 2023 a 9.642 en 2025), aumentó la cantidad de hectáreas por explotación, pasando de 19,70 a 21,14.

Los ganaderos lucenses han recibido desde 2023 la cifra de 12.555.368,72 €, frente a los 3.256.569,74 de A Coruña, los 3.168.751,57 de Ourense y los 1.369.494,71 de la provincia de Pontevedra.

Incidencias detectadas
Fernández señaló que las principales incidencias que su organismo está detectando en la gestión de los ER son la declaración de pastos con práctica de pastoreo extensivo, pero sin explotación ganadera con clasificación zootécnica y/o sistema productivo compatible, el incumplimiento de la regulación sobre carga ganadera mínima y máxima y la ausencia de declaración del código REGA asociado a las parcelas.

El peso del pastoreo en el medio ambiente
“El pasto sin ganado no es pasto”. Así comenzó su intervención Rosa Mosquera, profesora del Departamento de Producción Vegetal de la Escuela Politécnica Superior de Lugo, quien explicó su definición de pastoreo extensivo: acción de pastar en grandes superficies mediante consumo a diente del estrato herbáceo o leñoso, con el aprovechamiento eficiente de los recursos, la reducción de la compra de insumos externos y la provisión de servicios ecosistémicos asociada a la agricultura del carbono (PAC).

Una de las cuestiones por las que es importante mantener la biodiversidad es porque no sabemos qué usos va a tener cada especie en el futuro. (Rosa Mosquera, EPS)

Mosquera profundizó en los protocolos que rigen el ER de pastoreo extensivo citando las importantes diferencias entre Galicia y el resto del Estado. Aunque la norma dice que el pastoreo debe ser de 120 días anuales, de forma alterna o continua, lo cierto es que en Galicia se redujo a 90 días. Algo que suscitó debate entre los asistentes porque las causas aducidas para esa reducción son de tipo climático.

La profesora de la EPS quiso hacer una distinción clara entre pastos temporales y permanentes, y entre pastos húmedos y mediterráneos. Los húmedos, propios de la mayor parte de Galicia, tienen más de 650 mm de precipitaciones anuales y pueden soportar una carga ganadera de entre 0,4 y 2 UGM por hectárea. Y apuntó que el control debe hacerse por parcelas y no por el conjunto de la explotación. Para este ejercicio, el importe máximo que se puede percibir en el ER de pastoreo es de 141,74 €/ha y el mínimo de 43,64 €.

Las diferencias entre zonas de pasto dentro de Galicia parecen claras, dijo Mosquera, por el tipo de razas que mejor se adaptan a cada comarca. Así, las zonas más secas del interior son aptas, por ejemplo, para las vacas cachenas porque resisten mejor el clima y el tipo de pasto que crece. La diversidad de pastos en territorio gallego es una enorme riqueza, aseguró.

Por otro lado, la profesora hizo un llamamiento a recuperar el uso del ganado en parcelas forestales por los beneficios que supone para árboles y animales. “La razón de que no se haga más está en que la PAC fijaba un uso concreto para cada parcela. Por eso cuesta dar el paso administrativo para que se pueda primar ese doble aprovechamiento que, además, ayuda en la llamada agricultura del carbono, que tanto promueve la UE.”, dijo.

Tipos de ER solicitados y activos en explotaciones gallegas

Tipos de ER solicitados y activos en explotaciones gallegas

Mosquera valoró la evolución de los sistemas de pastoreo gallegos en lo que va de siglo. Hasta hace pocos años, había una enorme producción en los prados durante la primavera y una segunda cosecha si el otoño era suave. En invierno y verano, el frío y el calor reducían el alimento disponible. “Galicia se encuentra en una zona de transición atlántico/mediterránea, lo que hace aún más difícil la gestión de los pastos. Es muy complicado planificar la proporción silo/pasto porque el ganadero nunca sabe cuánta precipitación va a haber ni cómo se va a repartir.”

Para reducir esa incertidumbre, Mosquera propuso métodos tradicionales. Además del mencionado aprovechamiento pastoril de las masas forestales, propuso practicar la trashumancia donde y cuando sea posible o recuperar para la alimentación del ganado hojas y ramas de árboles (el conocido “ramoneo”), como la morera, la falsa acacia o incluso incorporar bellotas y castañas a la dieta.

La biodiversidad es una de las grandes beneficiadas del pastoreo extensivo. Las zonas donde se practica presentan mosaicos paisajísticos. Además, fomenta las razas autóctonas y reduce el riesgo de incendios gracias a la desaparición del matorral y la fijación de carbono en el suelo. “Los animales en el prado hacen una primera selección, comiendo lo que les gusta y dejando el resto. Y sus excrementos fertilizan al tiempo que, con el pisoteo, los distribuyen por toda la parcela.”

Un ejemplo de la necesidad de conservar la biodiversidad, según Mosquera, lo encontramos en el tojo. “Ahora parece que hay que arrancarlo todo porque puede provocar incendios. Pero durante siglos fue uno de los elementos más importantes de la agricultura y ganadería en Galicia, ya que era el principal fertilizante. No sabemos qué usos tendrán las especies en el futuro, por eso debemos conservar el mayor número posible.”

El secuestro de carbono y la fijación de materia orgánica son otros conceptos vinculados al pastoreo extensivo. La profesora de la EPS presentó y comparó muestras de suelos con pasto permanente sin fertilización química, con pinos y con forrajes. Los mayores niveles de materia orgánica se alcanzaban en los suelos con pasto permanente no fertilizado químicamente, con hasta 30 cm de acumulación. Una característica que se valora económicamente por la capacidad de capturar carbono que tiene toda esa materia orgánica.

Mosquera concluyó haciendo un llamamiento a no caer ni en el infra ni en el sobrepastoreo, que pueden ser igual de perjudiciales. “Abusar del número de animales en una parcela durante demasiado tiempo es tan negativo como dejar parcelas sin usar porque creemos que con las que tenemos es suficiente o porque son de difícil manejo.” En esa línea, la profesora repasó los sistemas de collares GPS y cercas virtuales que se están utilizando en Europa. “Por ahora son caros, pero con el tiempo serán más asequibles y permitirán superar la falta de mano de obra, así como aprovechar toda la superficie disponible”, concluyó.

El pastoreo en la historia del planeta

La historia de la acción de los herbívoros en el planeta centró la intervención de Pablo Manzano, investigador Ikerbasque en el Basque Centre for Climate Change. Los estudios del profesor sudafricano William J. Bond sentaron las bases para considerar que buena parte del planeta fue en algún momento un sistema de dehesas en los que los herbívoros compartían espacio con los árboles. Sin embargo, muchas de esas especies de herbívoros —muchas de las cuales convivieron con el Homo sapiens— acabaron extinguiéndose (hasta 50 solo en Sudamérica). La caza, su tamaño y la necesidad de migrar en busca de nuevos pastos podrían estar detrás de esas extinciones.

Manzano insistió en que prácticamente toda la superficie terrestre ha sido alterada por la acción del ser humano a lo largo de los siglos, muchas veces en compañía de herbívoros. Incluso los paisajes que pueden parecer más vírgenes, como la selva amazónica, han sido modificados. “Antes de la llegada de los europeos, había en el Amazonas alrededor de 10 millones de personas que cultivaban la tierra, llevaban ganado con ellos y se desplazaban constantemente. La acción del ser humano con los herbívoros explica que en lugares muy distantes entre sí haya paisajes muy semejantes.”

La acción del hombre combinada con la de los herbívoros a lo largo de la historia en todo el planeta explica que haya paisajes similares en zonas muy lejanas entre sí. (Pablo Manzano, investigador Ikerbasque)

El investigador señaló que antes de la última glaciación hubo zonas del planeta que llegaron a tener una carga de hasta 12 toneladas de herbívoros por kilómetro cuadrado. Es decir, que esas cargas que hoy se consideran excesivas ya se habían producido anteriormente. “El problema hoy no es que tengamos demasiado ganado, sino que no sabemos bien qué hacer con él. El pastoreo bien ejecutado garantiza la biodiversidad, la captura de carbono, la reducción de fitosanitarios y químicos, la salubridad de los alimentos…”

Manzano cree que el reparto de los herbívoros por el planeta y de los recursos de los que se nutren puede mejorarse. “En Gran Bretaña hay una enorme cabaña de rumiantes que aprovechan un suelo al que se le aplica mucho potasio y nitrógeno químicos. O en España, tenemos disparado el número de cerdos que dependen de alimentos que vienen de fuera. Y, por contra, en las taigas tenemos un recurso pastable de primer nivel que está totalmente desaprovechado.”

Experiencias gallegas

La jornada finalizó con una mesa redonda en la que participaron cuatro ganaderos adscritos al ER de pastoreo en Galicia: Xosé García, de Casa da Fonte (Pantón); Tania Rancaño, de Ganadería Dradas (Fonsagrada); Nieves Fernández, productora de ovino en Viana do Bolo; y José Lorenzo, de Casa do Carril (Lalín), quienes relataron sus experiencias y hablaron del funcionamiento de sus explotaciones.

Mesa redonda de ganaderos en ER de pastoreo que participaron en la jornada

Mesa redonda de ganaderos en ER de pastoreo que participaron en la jornada

Nieves tiene una explotación ecológica de oveja gallega. Toda la alimentación de su ganado procede de lo que ellos mismos cultivan, no compran nada de fuera. Las ovejas salen a pastar todos los días. Desde 1982 hasta 2023 apenas han variado sus métodos de trabajo y llegaron a tener hasta 500 cabezas de ovino gallego, que aún sigue en peligro de extinción. Y todo ello en una de las zonas más secas y con orografía más compleja de Galicia.

En las épocas de más sequía —julio y agosto— alimentan a los animales con restos de la poda de los castaños y con el centeno nuevo (la “felpa”) en el que pueden pastar. Estas prácticas, aunque acogidas ahora al sistema de ER, son ancestrales en toda la montaña ourensana. Desde 2023 desarrollaron un sistema para aprovechar mejor los pastos, de manera que las parcelas tardan el tiempo suficiente en ser pastadas de nuevo como para reducir notablemente la carga parasitaria.

En Casa do Carril son pioneros en ganadería regenerativa en Galicia. Trabajan unas 50 hectáreas, casi todas de pradera, con siembra directa en septiembre y mayo. Alternan en las parcelas alfalfa y raigrás, introduciendo una cuando la otra termina su ciclo. José Lorenzo explicó que las vacas de carne pasan toda su vida en el prado y las de leche solo duermen en el establo en invierno.

En esa explotación de Lalín aplican las normas del Pastoreo Regenerativo Voisin y agrupan los partos para que los picos de producción de leche coincidan con la primavera, cuando hay más pasto y de mejor calidad. Trabajan con 6 razas de vacas y sus cruces: frisona, jersey y pardo-alpina para leche, y angus, hereford y salers para carne.

También en Ganadería Dradas trabajan con un rebaño muy heterogéneo. Fleckvieh, parda, rubia gallega, limusina, cruces de frisona e incluso galloway componen una cabaña orientada a la producción de carne. A diferencia de otros proyectos adscritos al ER de pastoreo, el silo juega un papel importante en su explotación.

Algunos años producen hasta 1.000 rollos de silo. Porque el clima y la orografía de Fonsagrada tampoco permiten un pastoreo continuo. El frío y la nieve impiden salir a pastar diariamente en invierno, y el calor y la sequía son los obstáculos en verano. Además, el cambio climático hace que nunca puedan saber cuánta hierba producirán las 100 hectáreas en las que trabajan.

Durante la jornada se desarrolló un ejercicio práctico en el que se agruparon los participantes para responder a cuatro preguntas:

¿Qué pasos habéis dado en vuestro modelo de explotación para acogeros a esta práctica?

¿Qué debe evitarse al introducir este eco-régimen?

¿Cuáles son los obstáculos que interfieren en estas prácticas?

¿Qué hacer para superar esas dificultades?

Las respuestas y conclusiones que se extraigan serán incluidas en un trabajo sobre el ER que ya se está preparando dentro del sistema de antenas de la PAC.

Dividimos el terreno en pastos de uso diario, zonas de reserva y áreas intermedias

Casa da Fonte, en Mañente (Pantón) fue la explotación visitada por los participantes en la jornada. Están en el ER de pastos húmedos. Hace dos años también se acogieron al de islas de biodiversidad, pero lo dejaron para simplificar el trabajo burocrático, si bien cumplen perfectamente con los requisitos de ambos. “Nos adherimos porque las prácticas que se exigen ya las veníamos aplicando y resultan en una gestión más eficaz. Aparte de las aportaciones económicas, por supuesto”, dice Xosé G. Freire.

Xosé G. Freire con su rebaño que califica de "Raza Casa da Fonte"

Xosé G. Freire con su rebaño que califica de «Raza Casa da Fonte»

El pastoreo en Casa da Fonte es muy particular puesto que, además de las vacas lecheras —que son la actividad principal—, incluye cerdos celtas, un par de burros, caballos y hasta gallinas. “Las vacas sí que van todos los días al prado y casi siempre duermen en él. Para el resto del ganado tenemos parcelas separadas o que alternamos con mucho tiempo entre usos. Lo importante no es la carga ganadera en la parcela, sino el tiempo que pasan en ella y el estado en que la dejan cuando se van a otra.”

La observación y comprensión de la naturaleza son claves. Hay que entender los procesos que se dan en los suelos y en las plantas. E ir tomando decisiones basadas en esa observación, Xosé G. Freire, Casa da Fonte

Se suele pensar que el problema del sobrepastoreo consiste en tener demasiados animales en un terreno. Pero no es así. “El sobrepastoreo es volver a llevar el ganado a una parcela antes de que haya tenido tiempo para que el pasto se recupere. La hierba tiene una parte aérea y otra subterránea. La subterránea pierde sistema radicular cuando se pace. Hay que dejar que lo recupere para cuando lleguen las heladas o las sequías, para que la planta tenga reservas”, explica el ganadero.

En función de la época del año y de cada zona de la explotación, deciden el tiempo que dejan descansar cada parcela. “Dividimos la superficie por áreas. Tenemos una que usamos en la época de crecimiento de primavera, en la que dejamos que cada parcela descanse alrededor de un mes. Luego tenemos zonas que reservamos para que los animales tengan comida cuando no hay crecimiento vegetativo (invierno y momentos de sequía). En esos casos, el reposo puede ser de hasta seis meses.”

También habilitan una “zona intermedia” que se utilizará como pasto o como reserva según estén las demás parcelas. “Por ejemplo, si la primera parcela que utilizamos para pastoreo no está del todo recuperada, usamos una de las de reserva.”

Si al volver a la primera parcela, tras un ciclo de pastoreo, vemos que no está recuperada, pasamos a una parcela de reserva

En cualquier caso, los plazos de reposo y la rotación en el uso de las parcelas no vienen fijados por el ER, sino que son decisiones de manejo de los responsables de las explotaciones acogidas a él. En Casa da Fonte, las parcelas de reserva se siembran de forma natural, dejando que la hierba caiga y se regenere sola. Lo que sí tienen claro es que cada año las parcelas deben tener un uso diferente para evitar que se especialicen en un solo aprovechamiento.

Casa da Fonte está en el ER de pasto húmedo, aunque su responsable recuerda que las sequías y temperaturas que se alcanzan en Mañente hacen que haya similitudes con las zonas de pasto seco. Para el riego de las parcelas no tienen limitaciones impuestas por el ER, de hecho, están en la zona de influencia del regadío del Valle de Lemos.

“La observación y comprensión de la naturaleza son clave. Hay que entender los procesos que se dan en los suelos y en las plantas. Y tomar decisiones basadas en esa observación. Y esas decisiones no solo tienen en cuenta el pasto que estará disponible para el ganado, sino también lo que resulta más beneficioso para los suelos.”

Aunque la valoración del sistema de ER es positiva en Casa da Fonte, también tienen claro que no van a cambiar su manejo si la regulación les obliga a hacerlo. “Si lo que ya estamos haciendo sirve para tener un ingreso extra, bienvenido sea. Pero no vamos a cambiar lo que nos está funcionando.” En la granja tienen una cabaña ganadera de 76 vacas lecheras, 40 cerdos celtas, entre 50 y 100 gallinas ponedoras a lo largo del año y crían 200 pollos anuales.

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