El pasado miércoles, 23 de abril, se celebró en el Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo (Ciam-AGACAL), una jornada técnica con motivo de los 25 años de ensayos de variedades comerciales de maíz forrajero en Galicia, una actividad clave para la mejora genética y adaptación a cada comarca de las variedades que ofrecen las distintas casas comerciales.
Detrás de estos ensayos está en los últimos años María José Bande Castro, investigadora del CIAM. Con ella hablamos sobre la importancia de esta investigación y los cambios que se prevén a corto plazo.
-Este 2025 se celebran 25 años de los ensayos de variedades comerciales de maíz forrajero en el CIAM. ¿Qué importancia tiene este hito?
¡Es verdaderamente emocionante que me tocara celebrar 25 años de ensayos! Este hito es realmente significativo por varias razones.
Primero, refleja el compromiso y la dedicación de décadas en la investigación y el desarrollo de variedades que beneficiaron a productores y ganaderos, mejorando la productividad, la calidad del forraje y la sostenibilidad de las explotaciones agroganaderas.
Segundo, demuestra la evolución y el avance en las técnicas de evaluación y selección de variedades, permitiendo ofrecer opciones más adaptadas a diferentes condiciones climáticas, de suelo y de manejo.
Tercero, este aniversario es una oportunidad para reconocer el impacto positivo en la economía rural, ya que el maíz forrajero es fundamental en la alimentación del ganado y en la producción de leche y carne.
Además, celebra la colaboración entre investigadores, casas comerciales, técnicos y productores, quenes fueron parte esencial en la validación de estas variedades.
En resumen, estos 25 años representan un legado de innovación, esfuerzo conjunto y compromiso con el desarrollo agrícola, y abren la puerta a nuevas metas y desafíos para seguir mejorando la producción de este forraje en el futuro.
-¿Cuáles fueron los motivos que llevaron en el 1999 al CIAM a comenzar estos ensayos?
Por un lado, en España había un registro de variedades comerciales de maíz pero no existía información oficial sobre variedades de maíz forrajero, y el mejor maíz para grano no tiene porque ser el mejor para forraje, pues la parte verde de la planta representa hasta el 60% de la producción de materia seca total.
Por otro lado, en una jornada técnica sobre maíz forrajero que tuvo lugar en el año 1998 en la Escuela de Capacitación Agraria de Monforte coincidieron técnicos del Servicio de Producción y Sanidad Vegetal de la Consellería, del Centro de Investigaciones Agrarias de Mabegondo y representantes de cooperativas agrarias, y se dieron cuenta de que estaban realizando trabajos semejantes sin coordinación. Por ejemplo José Souto Pérez llevaba organizando campos de ensayo de variedades de maíz forrajero dependientes de la Consellería desde 1993; las casas comerciales facilitaban las semillas y las agencias de extensión agraria (hoy oficinas rurales) colaboraban en su implantación.
Los ensayos del CIAM aportan un valor añadido de veracidad e independencia de los resultados, somos completamente imparciales
-¿Por qué las principales casas comerciales de semillas de maíz forrajero siguen confiando en los ensayos del CIAM?
Los ensayos oficiales aportan un valor añadido de veracidad e independencia de los resultados, somos completamente imparciales. La evaluación se hace de manera totalmente anónima, ya que en el campo las variedades han asignado un número y hasta que se finaliza con el análisis de los datos no se transcribe ese número al nombre de la variedad.
Considero que los resultados publicados de los ensayos de variedades les resultan útiles tanto a las empresas como a los ganaderos, pues disponer de información actualizada de variedades disponibles en el mercado es una herramienta esencial para que los ganaderos puedan seleccionar variedades adaptadas a sus condiciones particulares, optimizando los rendimientos y estableciendo un ajuste en la alimentación del ganado.
-¿Como fueron evolucionando en estos 25 años el diseño de los ensayos, el número de variedades y los parámetros que se analizaron?
El diseño de los ensayos sigue siendo en bloques al azar con tres repeticiones, sembrando tres filas de cada una de las variedades en cada repetición para cosechar en el momento óptimo la fila central, realizando en la misma el control de producción y la toma de muestras para analizar los demás parámetros.
El número de variedades se limita a 33 variedades por año y localidad para no ir a superficies de ensayo muy grandes que conlleven características edáficas poco homogéneas, y porque no tenemos capacidad para realizar más ensayos cada año. En estos 25 años el número de variedades ensayadas fue de 472 variedades en cada una de las cuatro localidades (Ordes, Ribadeo, Sarria y Silleda).
En estos 25 años el número de variedades ensayadas fue de 472 variedades en cada una de las cuatro localidades (Ordes, Ribadeo, Sarria y Silleda)
Cada año se procesan 840 muestras ya que se hace por separado parte verde y mazorca. En cuanto a los parámetros que se analizan, el más importante es los días entre siembra y cosecha, fundamental para la elección de las variedades a sembrar. También se toman datos de altura, porcentaje de espiga, rendimiento y parámetros de calidad como digestibilidad de la materia orgánica o proteína, consideramos importantes a la hora de caracterizar un forraje destinado al ensilado para alimentación del ganado de leche.
-Uno de los cambios más relevantes en este período debió ser el de la duración de los ciclos más empleados, ¿no es así?
La verdad es que en los últimos años la tendencia de la mayoría de los ganaderos es ir a ciclos más largos para obtener mayores rendimientos; aunque que no siempre es la opción más idónea. Considerando lo sucedido en la cosecha del año pasado, 2024, a lo mejor hay que reconsiderar el planteamiento y planificar para recoger antes debido a la posibilidad de climatología adversa que puede llegar a impedir la cosecha si se espera a la maduración. Es imprescindible elegir bien, en función de los días entre sembra y cosecha o días de cultivo, para alcanzar una buena rentabilidad del cultivo toda vez que sembrar maíz sale caro.
“En los últimos 25 años hubo una mejora de la digestibilidad del maíz forrajero de hasta un 20% gracias a la mejora genética”
-En líneas generales, ¿como fue evolucionando la digestibilidad de las variedades de maíz ensayadas? ¿Que porcentaje de mejora se produjo en este período?
En líneas generales, la digestibilidade de las variedades de maíz forrajero fue mejorando a lo largo del tiempo gracias a avances en la investigación y en las técnicas de mejora genética. Estas mejoras permitieron que las plantas sean más fáciles de digerir para los animales, lo que su vez puede aumentar la eficiencia en la producción de leche o carne.
En cuanto al porcentaje de mejora en los últimos 25 años, aunque que los datos específicos pueden variar según estudios y regiones, generalmente se estima que hubo un incremento significativo en la digestibilidad, con mejoras que oscilan entre un 10% y un 20%. Esto refleja un progreso importante en la selección de variedades más nutritivas y digestibles.
-¿Y en el caso de los rendimientos?
En la evolución de los rendimientos hubo una tendencia positiva al largo del tiempo, hubo un aumento en toneladas de materia seca cosechada por hectárea; pues las plantas son más altas y más vigorosas, y con un gran porcentaje de parte verde.
Gracias a los avances en técnicas de mejora genética, manejo agrícola y tecnologías de cultivo, los rendimientos aumentaron de manera significativa. Esto significa que las variedades actuales producen mucho más forraje por hectárea en comparación con las de hace 25 años, contribuyendo a una mayor eficiencia en la producción ganadera y en la utilización de recursos.
-¿En que se diferencian las variedades ensayadas hace 25 años y las de hoy en día?
Se diferencian en varios aspectos importantes:
1.Rendimiento de biomasa: las variedades actuales producen una mayor cantidad de forraje por hectárea en comparación con las de hace 25 años, gracias a mejoras en la eficiencia de crecimiento y resistencia a condiciones adversas.
2.Digestibilidad: las variedades modernas acostumbran a tener una mejor digestibilidad, lo que significa que los animales pueden aprovechar mejor los nutrientes del forraje, aumentando la eficiencia de la alimentación.
3.Resistencia a plagas y enfermedades: las variedades actuales fueron desarrolladas para ser más resistentes a plagas y enfermedades comunes, reduciendo pérdidas.
4.Adaptabilidad y tolerancia a condiciones climáticas: las variedades modernas están mejor adaptadas a diferentes condiciones ambientales, incluindo tolerancia a sequías, temperaturas extremas y suelos menos fértiles.
5.Calidad nutricional: se lograron mejoras en el perfil nutricional del maíz forrajero, con mayor contenido de nutrientes esenciales y menor contenido de compuestos que puedan afectar a la digestión.
6.Tecnología de mejora: hoy en día, se utilizan técnicas avanzadas como la biotecnología y la selección asistida por marcadores, que permiten desarrollar variedades con características específicas de manera más rápida y precisa.
En resumen, las variedades de hoy en día son más productivas, resistentes, adaptables y nutritivas en comparación con las que se ensayaban hace 25 años. Esto contribuyó a una mayor eficiencia en la producción ganadera y en la utilización de recursos agrícolas.
-¿Se podría concluir que la digestibilidad cobra cada vez más importancia?
Exactamente, la digestibilidad está cobrando cada vez más importancia. Esto se debe a que una mejor digestibilidad significa que los animales pueden aprovechar de manera más eficiente los nutrientes del forraje, lo que al mismo tiempo mejora la productividad y la salud del ganado.
Además, con avances en la mejora genética y en las tecnologías agrícolas, se puso un mayor énfasis en desarrollar variedades que no sólo tengan altos rendimientos, senon también una excelente calidad nutricional y digestibilidad. Resumiendo, la digestibilidad se convirtió en un factor clave para optimizar la alimentación animal y la eficiencia de la producción ganadera.
-En este sentido, hablamos de digestibilidad tanto del almidón cómo de la fibra. ¿Por qué?
Cuando hablamos de digestibilidad en el maíz forrajero, nos referimos tanto al almidón cómo a la fibra porque ambos componentes son fundamentales para la nutrición del ganado y afectan a como los animales aprovechan el forraje.
El almidón es una fuente importante de energía rápida y fácilmente disponible para los animales. Una buena digestibilidad del almidón significa que los animales pueden obtener energía de manera eficiente, lo que ayuda a mejorar su crecimiento, producción de leche o carne, y su salud en general.
Por otro lado, la fibra, que está compuesta principalmente por celulosa y hemicelulosa, es esencial para la salud digestiva de los rumiantes. La fibra ayuda a mantener un buen funcionamiento del sistema digestivo, favorece la motilidad del rumen y contribuye a una fermentación adecuada. No obstante, si la fibra no es digestible, puede reducir la eficiencia del aprovechamiento del forraje y afectar a la producción.
Por eso, en la mejora del maíz forrajero, se busca optimizar la digestibilidad tanto del almidón cómo de la fibra, para que el ganado reciba una alimentación equilibrada, eficiente y saludable.
-En los últimos años está cobrando importancia en la elección de las variedades a resistencia a la sequía, a hongos como el helmintosporium, al viento o la persistencia del stay gren. ¿En que medida se fueron incoporando estos criterios en los ensayos del CIAM?
La mejora genética de las variedades es constante y todas las casas comerciales están trabajando en introducir mejoras a todos los parámetros citados. En los ensayos de variedades comerciales de maíz forrajero siempre se evaluó por ejemplo el tema del encamado, aunque que este dato no aparezca en el díptico publicado de manera anual.
En cuanto al tema del Helminthosporium, se estuvo llevando a cabo un ensayo en la comarca del Xallas entre los años 2010 y 2022 evaluando la incidencia de esta enfermedad en las diferentes variedades comerciales de maíz forrajero ensayadas en las otras cuatro localidades.
-¿Cuál sería el momento óptimo para la cosecha del maíz desde el punto de vista del valor nutricional y que consejos le daría a los técnicos y ganaderos?
El momento óptimo de cosecha del maíz forrajero para ensilado debe coincidir con la maduración del grano en estado pastoso vítreo. Un buen indicador de eso es cuando la línea de leche se encuentra a 1/3-1/2 del ápice del grano. En ese momento, la materia seca debe estar entre lo 30 y el 35%.
En el caso de los ensayos esto lleva a una cosecha casi individualizada de cada variedad, cosecha manual escalonada durante un mes y medio aproximadamente.
El consejo a los ganaderos es que elijan variedades que se adapten a sus necesidades, en función de los “Días S-C”, es decir, con un ciclo que resulte adecuado al clima de la zona, teniendo en cuenta también la disponibilidad de maquinaria para la fecha estimada de cosecha.
Este año se decidió que los ensayos van a cambiar de localización, ocupando terrenos de los Centros de Formación y Experimentación Agraria en Monforte de Lemos y Sergude, y del CIAM dependientes de la Agacal
-¿Como va la campaña de sementeira de los ensayos de este año?
Las siembras de este año van con retraso. Esta demora se debe pricipalmente a las lluvias abundantes durante buena parte de este mes de abril que hicieron que a estas alturas esté aún sin ensilar el cultivo de invierno; y también, a que a principios de abril se decidió que los ensayos van a cambiar de localización, ocupando terrenos de los Centros de Formación y Experimentación Agraria en Monforte de Lemos y Sergude, y del CIAM, dependientes de la Agacal, de la consellería de Medio Rural y no hubiera análisis de suelo físico-químicos previos para hacer las enmiendas y la fertilización adecuada por lo que hubo que esperar a tener los resultados de las mismas.
-¿Que cambios considera que se deberían introducir a futuro en los ensayos del CIAM?
Aunque el incremento de temperaturas en Galicia no parece afectar de manera significativa al cultivo, se están dando períodos de sequía más pronunciados. Además a partir de este año 2025 uno de los ensayos se llevará a cabo en Monforte de Lemos. Dado que en esta comunidad el maíz forrajero no se riega de manera habitual, quizás habrá que pensar en realizar ensayos con riego, para evaluar las diferencias en rendimiento de las diferentes variedades y ver la viabilidad de incorporar el riego en un futuro en zonas afectadas por la sequía.
Para un mayor énfasis en la resistencia a condiciones climáticas extremas, se podrían incorporar ensayos en ambientes con sequías prolongadas, altas temperaturas o eventos climáticos adversos para evaluar mejor la resiliencia de las variedades.
También se podrían incorporar tecnologías de precisión, usar drones, sensores o análisis de imágenes para monitorear en tiempo real el crecimiento, la salud o la respuesta de las plantas, permitiendo una evaluación más rápida y detallada.
Para un enfoque en sostenibilidad, incorporar criterios que avalien el impacto ambiental, como la eficiencia en el uso del agua o la reducción en el uso de agroquímicos, promoviendo variedades más sostenibles.
Podría ser interesante tener algún ensayo en la comarca del Xallas
-¿Alguna finca de ensayo en Santa Comba o Mazaricos no sería necesaria?
Podría ser interesante tener algún ensayo en la comarca del Xallas. De hecho, durante 12 años (entre 2010 y 2022) se realizó un ensayo de variedades comerciales de maíz forrajero en el ayuntamiento de Mazaricos demandado en aquel momento por Feiraco, hoy CLUN, para evaluar la sensibilidad al Helminthosporium, ya que la enfermedad estaba ocasionando daños económicos considerables en las explotaciones de la zona. Se aprovechaba para evaluar también la incidencia de otras enfermedades fúngicas como la roya o Fusarium.