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En la búsqueda de mejores precios para la madera, tres comunidades del sur de Pontevedra se organizaron en los últimos años para programar subastas conjuntas de los lotes que querían vender. Enseguida comprobaron que la experiencia valía la pena y que los precios conseguidos eran superiores a la media del mercado, tanto en pino como en eucalipto. Esa experiencia sirvió de base para el diseño de un proyecto a nivel gallego, la creación de una lonja de la madera que organizará subastas conjuntas de lotes ubicados en una misma zona. El proyecto estará abierto tanto a montes vecinales como a propietarios particulares.
La iniciativa es impulsada por la Organización Galega de Comunidades de Montes. Su presidente, Xosé Alfredo Pereira, destaca las ventajas que implica la venta en conjunto, principalmente un ahorro en cuestiones logísticas para el maderero comprador. «La concentración de la oferta en la misma zona lleva a un ahorro de los costes en transporte de maquinaria y en otras cuestiones, y eso se refleja en el precio final que obtienen a los propietarios», valora.
Pereira es también presidente de la comunidad de Santa Cristina da Ramallosa (Baiona), uno de los tres montes vecinales que se organizaron en el sur de Pontevedra para la venta en conjunto de la madera, una experiencia que considera muy positiva. «Los números están claros -cuenta-. Llegaron a pagarnos el pino en pie a 42 euros el metro cúbico (sin IVA)», un precio que se sitúa en el pico superior del mercado.
«Es un proyecto difícil pero ilusionante. Pensamos que puede romper con el oligopolio de precios que hay en el sector»
Presentación de ofertas
El sistema de subasta usado por estas tres comunidades obliga a la presentación de las ofertas en sobre cerrado, sin un precio de salida previo. Las propias comunidades presentan también una oferta en sobre cerrado que, de no superarse, hará que la puja quede desierta. «Es una fórmula con la que evitamos posibles acuerdos de los compradores para llevarse la madera a bajos precios» -explica Pereira-. Con este sistema, comprobamos que si los lotes son buenos y le interesan a las empresas, se venden a buen precio para las comunidades. El maderero gana menos, pero también gana».
En el peor de los casos, la subasta quedaría desierta, una posibilidad que para las comunidades tampoco supone mayor problema, «ya que estamos trabajando con un producto no perecedero». La Organización Galega de Comunidades de Montes quiere trasladar ahora esta fórmula al conjunto de Galicia, para lo cual está impulsando la creación de una lonja de la madera que pueda organizar subastas conjuntas a partir de lotes situados en una misma zona geográfica. «Es un proyecto difícil -reconoce Pereira-, pero estamos muy ilusionados. Pensamos qué puede ser muy interesante de cara a romper el oligopolio de precios que marcan determinadas empresas, como puede ser Ence en el caso del eucalipto.»
La iniciativa busca un encaje legal, ya que el Ministerio de Justicia se opuso a la figura ideada en un principio
Trámites
La iniciativa busca ahora un encaje legal. La Organización Galega de Comunidades de Montes inició los trámites para crear una sociedad unipersonal al efecto, aunque el Ministerio de Justicia se opuso a la constitución de la misma. “Nos denegaron la creación de la sociedad con el argumento de que los montes vecinales no tenemos por objeto la venta de madera» -explica el presidente de la Organización-. «Es verdad que ese no es nuestro único objetivo, pero sí uno de ellos. Esta denegación viene a demostrar una vez más que en Madrid no entienden lo que es el monte vecinal -critica-. En cualquier caso, buscaremos otra figura legal para darle cobertura a la iniciativa».
