Los pinares dunares de la costa gallega resisten el cambio climático

A diferencia de lo que sucede en otras zonas del sur de Europa, como Cataluña, las masas de coníferas de la costa gallega mantienen por el momento una buena regeneración natural y una baja mortalidad, según constata el proyecto ForManRisk

Los pinares dunares de la costa gallega resisten el cambio climático

Toma de muestras para el proyecto ForManRisk.

Los pinares ubicados en zonas dunares de la costa son la primera diana del cambio climático, pues el suelo arenoso repercute en una menor disponibilidad de agua. Con el aumento de sequías más prolongadas, en el sur de Europa se está constatando una mayor mortandad en los pinares de la línea de costa, como sucede por ejemplo en Cataluña. Sin embargo, en Galicia por el momento las masas de coníferas de zonas dunares están resistiendo bien el cambio climático, según las conclusiones del proyecto ForManRisk.

La iniciativa ForManRisk, en la que participan numerosas entidades del sur de Europa, analizó la actual situación de los pinares dunares costeros, entre ellos los gallegos, así como de la evolución de los montes de coníferas del interior.

El cambio climático no solo agrava el estrés hídrico de los bosques durante el verano, sino que empeora otros riesgos asociados, como incendios, plagas y enfermedades. Ante esta situación, el sector buscó desarrollar en el proyecto ForManRisk herramientas para la prevención de riesgos en los bosques. Por la parte gallega, participó la Asociación Forestal de Galicia, en colaboración con el Centro de Investigación Forestal de Lourizán.

Resiliencia de los pinares costeros de Galicia
En Galicia, los trabajos se centraron en 10 bosques piloto de la costa atlántica, 6 pinares dunares y otros 4 de interior. Si bien en otras áreas del proyecto, como Cataluña, se constató una alta mortandad de las plantas de coníferas en la regeneración de los pinares en dunares, en el caso gallego por el momento no se observaron esos problemas de mortandad y sequía de las plantas, por lo que se espera que los pinares de la costa puedan seguir manteniendo una buena regeneración natural.
Es de destacar además que los pinares costeros de Galicia acogen con frecuencia un alto uso social, incluso albergando áreas recreativas y campings. El proyecto observó que esta actividad social es compatible con la regeneración y mantenimiento del arbolado.

‘Rewilding’ de arenas en los pinares dunares?

En el ámbito de los pinares dunares y de línea de costa, un asunto candente son algunas decisiones que están tomando las Administraciones ambientales para eliminar masas forestales, como es el caso de Corrubedo, donde la Consellería de Medio Ambiente comenzó a actuar en el 2022 para erradicar el pinar que se encuentra a unos cientos de metros de la gran duna.

En el caso de Corrubedo y en otras acciones similares en zonas costeras, el objetivo declarado es el de lograr una ‘renaturalización’ del ecosistema inicial, con mayor espacio para las arenas y para las especies herbáceas y de fauna asociadas a las arenas.

Ese ‘rewilding’ (restauración ecológica basada en la renaturalización) es visto con escepticismo por el sector forestal, que recuerda que los pinares de zonas dunares se asentaron a finales del siglo XIX y primera mitad del XX con un objetivo utilitario (no sólo productivo), como era precisamente el de frenar el avance de las dunas. Hoy en día, cumplen además una función ambiental, con fauna y floras asociadas, y presentan la singularidad de acoger un alto uso social, en especial en verano.

En tanto en Corrubedo se decidió reducir la zona de pinar en su Parque Natural, otros espacios protegidos del Eje Atlántico, como el Parque Natural de las Dunas de San Jacinto (Aveiro, Portugal), optan por la preservación de su masa de coníferas como parte capital del ecosistema de la Reserva, en el que se combinan distintos hábitats (dunas móviles, fijas y área forestal).

Y en Cataluña, la Administración ambiental centra su preocupación en como conservar pinares dunares que presentan una alta mortandad.

Volviendo a Galicia y dejando a un lado Corrubedo, un recorrido por zonas de Red Natura de la costa permite constatar algunos dilemas que plantean los pinos en diferentes áreas dunares y marismas.

En esta imagen del área dunar de la Playa das Furnas (Porto do Son), cerca de la laguna pequeña de Xuño, se ve como los pinos se adentraron en una zona que hasta hace unos años estaba rasa, con vegetación dunar, como prueba el observatorio ornitológico allí ubicado y que ahora tiene su vista trabada por los pinos. Una de dos, o sobran los pinos o se colocó mal el observatorio ornitológico orientado a la laguna.

Si en las Furnas, esos pinos pueden estar de más, en la marisma de Carnota se presenta un caso que podemos calificar de inverso, un pinar afectado por un fuego que se está colonizando con eucaliptos de una manera ‘natural’. Parece que aquí sí sería precisa una intervención de Administración y/o propietarios para impulsar una buena regeneración del pinar, un ecosistema que parece encajar mejor a nivel ambiental y social con la marisma, visitada cada año por decenas de miles de personas.

Eucaliptos colonizando el pinar quemado de la marisma de Carnota, en una imagen de 2020. / Archivo.

Eucaliptos colonizando el pinar quemado de la marisma de Carnota, en una imagen de 2020. / Archivo.

La adecuada gestión de las masas por parte de sus propietarios es otro de los retos, de cara a garantizar una buena conservación de los pinares costeros, así como ecosistemas más resilientes al fuego y a las enfermedades, pues masas como esta, a unos metros de la línea de costa de las Furnas, representan un potencial nido de problemas por la falta de claras y podas.

Árboles más resistentes a la sequía

El papel de la Asociación Forestal de Galicia en el proyecto ForManRisk incluyó también la toma de muestras y mediciones ‘in situ’ en las masas de coníferas, en colaboración con el INRAE de Francia (Institut National de Recherche pour l’Agriculture, l’Alimentation et l’Environnement), que analizó pinos de todo el sur de Europa para comparar su resistencia al estrés hídrico y encontrar poblaciones que puedan ser empleadas en el marco de un proyecto de mejora genética, de cara a obtener montes más resilientes al cambio climático.

Guía trasnacional de buenas prácticas
Del mismo modo, la Asociación Forestal de Galicia colabora en la edición de una guía transnacional de buenas prácticas, pues en el marco del proyecto se desarrollaron diferentes ensayos para mejorar la regeneración y supervivencia de los pinos, con distintos métodos de plantación y materiales.

Otros trabajos realizados en el proyecto
En el proyecto, que contó para su realización con fondos FEDER del programa Interreg Sudoe, se realizaron además otra serie de trabajos, como los siguientes:

• Office National des Forêts. La ONF francesa desarrolló un sistema de información geográfica para obtener un mapa detallado de las Obligaciones Legales de Desbroce a nivel municipal, con un desglose de las superficies a desbrozar en cada propiedad. A diferencia del caso gallego y portugués, el desbroce de las fajas de protección existentes alrededor de urbanizaciones son responsabilidad de la comunidad de vecinos residentes en la misma, y no del titular del monte afectado.

• Instituto Mediterráneo del Corcho (ILM). Puso a punto un método para medir las afecciones del cambio climático en el alcornoque y en otras especies.

• Universidad de Trás-los-Montes y Alto Duero (UTAD). Instaló tres parcelas piloto para estudiar la regeneración natural del pino bravo (dos parcelas) y del alcornoque (1 parcela).

• Gistree. La empresa trabaja en la puesta en marcha de un sitio web para compartir la información geográfica producida a lo largo del proyecto y para permitir también simulaciones sencillas de fuegos, en torno a las parcelas piloto del proyecto.

• Centre de Ciència i Tecnologia Forestal de Catalunya (CTFC). Esta entidad centró sus esfuerzos en la regeneración de una duna continental (200 hectáreas) que tiene un origen humano, pues se plantó con pinos a finales del siglo XIX con el objetivo de fijar la duna. El pinar tiene hoy en día 130 años y un importante uso social. En los últimos tiempos, el Pinus pinaster está sufriendo una muerte progresiva de los árboles adultos, algo que se atribuye al cambio climático, sin que haya una suficiente regeneración natural. El proyecto está valorando otras especies para esta regeneración, como el pino carrasco y el piñonero.

• Sociedad Aragonesa de Gestión Agroambiental (SARGA). Desarrolló una aplicación que contribuye a tomar decisiones silvícolas para la prevención de grandes incendios forestales.

• Diputación Provincial de Ávila. Plantó cuatro bosques piloto de pino silvestre y de encinas para analizar su desarrollo en un contexto de cambio climático.

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