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El director de la Agencia Gallega de la Calidad Alimentaria, José Luis Cabarcos, acompañado del delegado territorial de la Xunta en Pontevedra, Luis López, confirmó hoy la adhesión de la empresa láctea lalinense Kalekói al sello de calidad Artesanía Alimentaria, al hacerle entrega a sus responsables de las licencias de uso de la marca y de las cartas de artesanos.
Así, esta firma lalinense se suma a la treintena de empresas y a las alrededor de 50 personas artesanas inscritas en este distintivo de calidad promovido para diferenciar las producciones del campo y del mar que se elaboran de manera tradicional, así como para proteger sus productores.
El director destacó que los productos lácteos de la firma lalinense Kalekói podrán diferenciarse ahora en el comprado con el sello de Artesanía Alimentaria. Este distintivo garantizará que la obtención de las producciones se rige por la norma técnica pertinente, que recoge una serie de requisitos relativos a las materias primas y a los procesos de elaboración autorizados, a su modo de presentación y a cómo deben ser la trazabilidad y el control.
En su intervención, José Luis Cabarcos recordó que este sello de calidad diferenciada busca promover y proteger las pequeñas producciones y elaboraciones tradicionales artesanas de alimentos de alta calidad, facilitar la diversificación económica de las explotaciones agrarias y el incremento del valor añadido de las producciones locales y mejorar las rentas y fijar población en los medios rural y litoral. También fomentar métodos tradicionales de elaboración y desarrollar una gama de productos diferenciados de calidad, potenciar circuitos cortos de comercialización que permitan el contacto directo entre las personas productoras y las consumidoras y promover la visibilización y la participación activa de las mujeres en todas las dimensiones de la actividad artesanal alimentaria.
En el caso de Kalekói, cuyas instalaciones están situadas en Lalín y la ganadería familiar de la que se abastecen en Rodeiro, la principal materia prima es la leche, con la que diariamente elaboran yogur y quefir, además de envasar leche pasteurizada. En 2020 apostaron por vacas con una genética seleccionada que permite obtener leche carente de beta-caseína A1, y que da lugar a la conocida como leche A2, convirtiéndose en la primera empresa gallega que sacó al mercado una gama de yogures elaborados con esta leche que permite una mejor asimilación de los nutrientes a nuestro organismo. En los productos mantienen la esencia de una elaboración natural, conservando la receta familiar y cuidando especialmente la materia prima.
