“Mala herba nunca morre” …… salvo si la solución es de PROGANDO

Escoge a PROGANDO como tu aliado en la lucha contra las malas hierbas y vermes del maíz en la campaña de este año 2025

“Mala herba nunca morre” …… salvo si la solución es de PROGANDO

Imagen de archivo.

Sede de Progando en Abellá (Frades).

Sede de Progando en Abellá (Frades).

Debemos remontarnos a los inicios de nuestra Era para encontrar las primeras citas escritas sobre malas hierbas. Es en la Biblia donde se nos advierte sobre los efectos negativos que estas producen, en concreto, en la expulsión del hombre del Paraíso (Génesis 3:17-19), donde Dios dijo al hombre:

Por cuanto obedeciste a la voz de tu mujer, y comiste del árbol de que te mandé diciendo: No comerás de él; maldita será la tierra por tu causa; con dolor comerás de ella todos los días de tu vida. Espinos y cardos te producirá, y comerás plantas del campo.

El refrán “mala hierba nunca muere” se emplea para describir a personas o situaciones que, a pesar de ser negativas o indeseables, persisten y no desaparecen de manera fácil.

Dichas referencias no son más que un par de ejemplos en los que se pone de manifiesto el conocimiento que el hombre tiene desde siempre sobre el efecto negativo que produce en los cultivos la competencia de las malas hierbas.

Centrándonos en el panorama actual, podemos decir que se han ido generando una serie de conflictos que nos obligan a ser más precavidos y también concisos a la hora de programar nuestros tratamientos.

Por un lado tenemos variables del tipo ambiental que se exponen en mayor medida por la aparición de plantas resistentes a tratamientos herbicidas y que hacen que tengamos que tomar medidas que solucionen dicha problemática.

Por otro lado, la reducción de materias activas que se ha producido en los últimos años ha sido sumamente relevante en nuestro sector. Esto ha implicado que el abanico de posibilidades para combatir plagas, enfermedades y malas hierbas sea menor que antaño.

Y a las pruebas me remito. Cultivos relevantes en nuestra comunidad, como la patata, han sufrido en los últimos tiempos prohibiciones en el uso de materias activas muy diversas: insecticidas (clorpirifos, imidacloprid, tiametoxam), nematicidas (dazomet, etoprofos), antigerminantes (clorprofam) y herbicidas (próximamente, la metribuzina). Basta con echar un vistazo a cualquier catálogo de cualquier casa comercial para comprobar las grandísimas modificaciones experimentadas en un relativo corto período de tiempo.

Por otro lado, también es llamativo averiguar que existen plagas que actualmente no dispongan de soluciones registradas eficientes para su control y que, sin embargo, si existieron en otros tiempos. Se nos viene a la cabeza, por ejemplo, la típula de las praderas.

Es por eso que debemos ser optimistas y pensar que en el caso del maíz no ha sido un cultivo que se haya visto tan gravemente afectado en cuanto a soluciones fitosanitarias como si ha ocurrido con otros cultivos de la Península.

CAMPAÑA DE HERBICIDAS MAÍZ 2025

PANORÁMICA ACTUAL

Sin duda alguna, una de las noticias que marcaba un antes y un después en lo relativo a los tratamientos herbicidas de maíz, guardaba relación con una de las materias activas más empleadas hasta entonces en dicho cultivo: s-metolacloro. Se trataba de una noticia que no pillaba por sorpresa a nadie, al estar limitado el uso de la misma a 1 vez cada 3 años.

Dichas limitaciones temporales se vienen imponiendo en los últimos años, y son numerosos los ejemplos que podemos encontrar vinculados a diferentes formulados disponibles en el mercado en base a petoxamida, pendimentalina o isoxaflutol entre otras. Además, en algún que otro caso existen interacciones entre diferentes productos comerciales que deberemos de tener en cuenta a la hora de programar nuestros tratamientos para esta campaña.

GESTIÓN DEL CULTIVO Y FACTORES A TENER EN CUENTA

Por todo esto que comentamos, es fundamental disponer de un as bajo la manga, y PROGANDO lo tiene.

Las soluciones son las que son e “con estos bois temos que arar”. Personalmente opino que pese a que no sean abundantes resaltan por su calidad. Trabajar con marcas de referencia y tecnología contrastada implica disponer de productos excelentes pero que para resultar operativos deberán ser aplicados atendiendo a diferentes variables. Para mi, la pauta de manejo, sería la siguiente:

  1. Conocer el cultivo
  2. Identificar las malezas presentes
  3. Evaluar dinámicas de crecimiento de las malezas
  4. Analizar condiciones climáticas para recomendar momento de aplicación
  5. Tener en cuenta lo aplicado en campañas anteriores
  6. Escoger el producto fitosanitario adecuado
  7. Respetar dosis recomendadas
  8. Equipo de aplicación en estado óptimo

Además, la eficacia del tratamiento vendrá marcada por una serie de condicionantes como son:

  • Calidad de aplicación (estado boquillas, velocidad, deriva, orden de mezcla…)
  • Tamaño del banco de semillas en el suelo.
  • Textura del suelo
  • Cantidad de Materia Orgánica
  • Precipitaciones: ¿Cuándo llovió tras la aplicación?, ¿Cuánto llovió?

El seguimiento post-aplicación también marcará la diferencia y servirá para evaluar el grado de efectividad del herbicida seleccionado, que en un principio debería de ser máxima si el proceso de selección ha sido el correcto.

Somos partidarios de aplicaciones en pre (siempre que las condiciones lo permitan y exista posibilidad de combinar el producto con el de años anteriores) y post temprana. Además de ejercer un mayor control sobre las malas hierbas evitaremos provocar una fitotoxicidad en el cultivo.

Es importante recalcar que las pérdidas de rendimiento futuro que se producen en los primeros estadios del cultivo son prácticamente irreversibles y serán muy difíciles de recuperar con eliminaciones posteriores de las malas hierbas.

Competencia de las malas hierbas con el cultivo.

Competencia de las malas hierbas con el cultivo.

La competencia entre el maíz y las malas hierbas se produce por la obtención de agua, luz y nutrientes.

Sin ir más lejos, sabemos que las necesidades de agua del maíz para producir 1 g de materia seca son considerablemente inferiores a las de especies como el fariñento (Chenopodium album), las del cien nudos (Polygonum aviculare) o las del tomatito (Solanum sp.).

En cuanto a la luz, es sabido que el cultivo adopta estrategias de crecimiento que pueden influir negativamente en el rendimiento final del mismo, en presencia de malas hierbas.

En lo relativo al abonado, muchas plantas arvenses acumulan mayores cantidades de nutrientes que las que precisa el maíz. Esto hace que compitan ventajosamente por la disponibilidad de los mismos en el suelo, restando eficiencia al proceso previo de fertilización.

Ejemplo de fitotoxicidad en el cultivo.

Ejemplo de fitotoxicidad en el cultivo.

MANEJO DE RESISTENCIAS

Debemos de tener en cuenta que abusar de una misma materia activa de manera reiterada no hace más que comprometer su funcionamiento al existir la posibilidad de generar individuos resistentes en la población de malas hierbas objetivo. Esto es peligroso y puede provocar que un buen producto pierda eficacia y pase a ser considerado como uno “malo”.

Funcionamiento óptimo del herbicida.

Funcionamiento óptimo del herbicida.

El Comité de Acción de Resistencia a los Herbicidas (HRAC) establece unas pautas de manejo de los mismos e incluyen la clasificación de los diferentes modos de acción en las diversas familias químicas de herbicidas disponibles o no en el momento actual. La labor del técnico, junto con la del ganadero o aplicador, será escoger aquellas soluciones que permitan en la medida de lo posible generar una alternancia de materias activas en las diferentes campañas, siendo esto complejo al pertenecer la mayoría de los herbicidas disponibles en el mercado a tres familias químicas: sulfonilureas, cloroacetamidas y triquetonas.

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La cercanía y especialización que ha caracterizado desde siempre a nuestros técnicos hará posible que la campaña de herbicidas de este 2025 sea exitosa, estando al pie del cañón y garantizando una buena monitorización del cultivo.

CAMPAÑA DE INSECTICIDAS MAÍZ 2025

Si problemáticas son las malas hierbas, las plagas de insectos no se quedan atrás, sobre todo en campañas que favorecen el ataque de los mismos.

Y va por zonas. En función de la parcela, fecha de siembra y condiciones varias encontramos maíces afectados por ataques de plagas y otros intactos. Por plagas entendemos rosquilla, gusano de alambre y diferentes tipos de orugas del maíz (taladros, oruga soldado, spodoptera…) pero también mamíferos (jabalís y corzos) o aves (mayoritariamente cuervos).

Para estos últimos, el repelente incluido en la semilla nos ayudará a mantener medianamente controlada nuestra población.

Levantamiento de la línea de siembra por acción del jabalí.

Levantamiento de la línea de siembra por acción del jabalí.

Para alambre y rosquilla lo idóneo será utilizar semilla tratada o bien echar mano de insecticida microgranulado que puedan mantener controlada la plaga hasta la emergencia del cultivo.

Un buen laboreo, un suelo limpio de malas hierbas y con presencia de agua. Estos tres factores dificultan en gran medida el desarrollo de los insectos del suelo.

Las soluciones en los últimos años han pasado por la aplicación de insecticidas pertenecientes al grupo de las piretrinas o piretroides. Al igual que para los herbicidas, con el abuso de dichas materias activas ocasionamos que aparezcan organismos resistentes al tratamiento dentro de las poblaciones de insectos.

Una alternativa a dichos tratamientos podemos encontrarla en materias activas que dieron buenos resultados en la campaña anterior: clorantraniliprol y acetamiprid.

Mythina unipuncta en maíz en Galicia.

Mythina unipuncta en maíz en Galicia.

 

Efectividad del tratamiento insecticida.

Efectividad del tratamiento insecticida.

Por todo lo dicho en este artículo, queda patente la necesidad de controlar poblaciones de malas hierbas así como plagas que compitan con el maíz, dentro de una agricultura moderna y racional, como forma de obtener los mejores rendimientos del cultivo.

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