Martín Códax, el albariño que presume de origen

La bodega cooperativa, que agrupa a 270 socios, triunfa en el mercado con un marketing basado en comunicar su cuidado de la calidad desde los viñedos del Salnés hasta el producto final

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Martín Códax, el albariño que presume de origen

Imagen de la vendimia de viticultores de Martín Códax. / Imágenes: Martín Códax.

La cooperativa Martín Códax nació casi como un acto de fe. Era el año 1986 y un grupo de viticultores que sumaba poco más de 100.000 kilos de uva se juntó para montar una bodega con la que trabajar en conjunto de forma profesional. “En aquel momento se podía pensar que la cooperativa no era muy necesaria porque se vendía todo cuanto se producía, pero se sabía que la denominación iba a crecer y estos viticultores vieron que con la cooperativa podían tener un mejor futuro», recuerda el actual director general de Martín Códax, Juan Vázquez Gancedo.

La bodega cuenta en la actualidad con 270 socios y supera los 5 millones de kilos en la vendimia. Su producción, que ronda los 3,5 millones de litros de vino, se exporta a 40 países. Las claves del éxito las sitúa Juan Vázquez en la idea inicial del proyecto, «cuando no existía ni la uva ni el vino», y en la creación de un posicionamiento diferencial en base a una buena marca, Martín Códax, que coge el nombre de un trovador medieval galaico-portugués.

vendima martín codax

La cooperativa se caracterizó desde su inicio por ligar la marca con la cultura gallega. Primero con el patrocinio de un premio de poesía y de un grupo de música antigua y en la actualidad con una línea de trabajo centrada en la organización de ciclos de conciertos y en la promoción de la música gallega emergente, por medio de los Premios Martín Códax de la música.

Vino de viticultores
Otro de los ejes de comunicación de la bodega busca trasladarle al consumidor el cuidado de la calidad del producto desde las viñas del Salnés hasta la botella. La cooperativa, con sede en Cambados, fue ahondando en los últimos años en la línea de contar como trabajan en los viñedos sus viticultores socios y sus técnicos.

«El vino antes tenía un carácter aspiracional y predominaba la imagen del vino caro, pero el consumidor cambió» (Juan Vázquez)

«Presumimos de origen», explica el director general de la bodega, Juan Vázquez. «Antes el consumidor cuando buscaba un vino quería tener un ‘marqués’ o un ‘pazo’ en su mesa. El vino tenía un carácter aspiracional y en el sector predominaba la imagen del vino caro, pero cuando comenzó la crisis nos dimos cuenta de que el consumidor estaba cambiando», señala el director general de Martín Códax. «Se acabó lo de presumir de vinos caros y comenzó a valorarse el vino por lo que llevaba la botella dentro. Ahora tenemos un consumidor más informado», concluye.

Fue entonces cuando la bodega incidió en su valor diferencial. «Vimos que era el momento de contarle al consumidor que nosotros somos viticultores, que el vino que bebe es de nuestras uvas y que podemos explicarle como fue la vendimia o como nos preocupamos por cuidar la calidad de nuestros vinos desde el viñedo», apunta Juan Vázquez.

«Vimos que era el momento de contar que nosotros somos viticultores y que el vino que elaboramos está hecho de nuestras uvas»

El propio director general de la bodega es a su vez viticultor. Cuando Juan Vázquez se incorporó a Martín Códax, a mediados de los años noventa, procedente de multinacionales del sector agroalimentario, se decidió a plantar su propio viñedo. «Los comienzos fueron duros porque empecé desde cero y pasaron años hasta que se equilibraron ingresos y gastos, pero si pienso en la balanza de satisfacciones, no hay nada comparable al primer año que fui a la cooperativa a entregar mi primera cosecha, 60 kilos de uva», recuerda.

Incorporación a los viñedos
En una jornada organizada estos días por la Asociación Galega de Cooperativas Agroalimentarias (Agaca), orientada a fomentar la incorporación de personas jóvenes al campo, Juan Vázquez animó al público, muchos de ellos estudiantes de ciclos agrarios, a ver en el campo un futuro.

«No hay satisfacción comparable a cuando fui a la cooperativa a entregar mi primera cosecha, 60 kilos de uva»

«Antes de la crisis, en Martín Códax llegó un punto en el que tuvimos que crear una empresa de servicios agrarios porque los viticultores no tenían quien trabajara la viña, ya que los hijos estaban fuera. En los últimos años, muchos volvieron, entre otras cosas porque se dieron cuenta de que con el viñedo tienen una posibilidad de vida muy digna, con un trabajo gratificante y con su tiempo libre. A mí siempre me llamó la atención ver que en otros países la gente presume de ser agricultor. Aquí no tiene porque ser distinto», concluye.

Los viñedos de Martín Códax se sitúan en la comarca del Salnés.

Los viñedos de Martín Códax se sitúan en la comarca del Salnés.

Viticultura de precisión para cuidar la calidad

El minifundio es uno de los handicaps que presentan los viñedos del Salnés. Las 380 hectáreas con que cuenta la bodega, 300 de viticultores socios y 80 propias, se reparten en 3.500 parcelas. Esa dispersión llevó a que los técnicos optaran para la gestión del viñedo por la toma de datos aérea, bien a través de vuelos tripulados, bien a través de drones.

La estrategia se está demostrando eficaz, pues se obtienen datos como el vigor de cada parcela o los niveles de estrés hídrico, a partir de los que los técnicos deciden la fertilización, poda o riego de cada parcela. Los drones y los vuelos tripulados también posibilitan la clasificación de la vendimia, de manera que se agrupan las uvas de características y calidades similares, asentando una buena base para el posterior trabajo en la bodega.

«Es cierto que tenemos minifundio y que estamos alejados de los grandes mercados, pero tenemos fortalezas para ganar», señala Juan Vázquez.

Juan Vázquez, director general de Martín Códax.

Juan Vázquez, director general de Martín Códax.

Cuatro pasos, el vino del oso

El trabajo inicial de Martín Códax en la denominación de origen Rías Baixas se amplió en los últimos años a otras dos denominaciones, la de Monterrei, donde la bodega cuenta con 60 hectáreas propias, y la del Bierzo, donde produce un mencía bajo la marca Cuatro pasos. El origen de la marca Cuatro Pasos ejemplifica la línea de compromiso social que también se esfuerza en transmitir la cooperativa.

«El consumidor quiere marcas comprometidas, responsables y humanas»

En la búsqueda de viñedos de montaña en el Bierzo para el nuevo proyecto, el equipo de Martín Códax se encontró en una de las viñas con cuatro huellas de oso, una especie en peligro de extinción en la zona. La bodega decidió desde entonces involucrarse de lleno en la conservación del oso, para lo que colabora en iniciativas como la plantación de frutales o la instalación de colmenas experimentales, en las que el oso pueda recoger la miel sin causarle daños a las abejas y a la propia colmena.

Los árboles frutales plantados, que en un futuro le proporcionarán alimento a los osos, sirven también para que la marca reduzca su huella de carbono, pues compensa así la emisión de gases de efecto invernadero derivada de la producción y transporte del vino. «El consumidor quiere marcas comprometidas, responsables y humanas», concluye el director general de Martín Códax.

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