Medir y reducir las emisiones, los nuevos horizontes de la ganadería de vacuno de leche

Disminuir los gases de efecto invernadero en el sistema agroganadero aparece casi como un requisito para el futuro. La huella medioambiental en los productos derivados del sector condicionará las ayudas, e incluso las ventas, por lo que será cada vez más necesario medirla

Medir y reducir las emisiones, los nuevos horizontes de la ganadería de vacuno de leche

La reducción de las emisiones en el sector lácteo se impone como uno de los principales desafíos a corto y medio plazo

En la Unión Europea se están desarrollando una serie de estrategias para dar de comer al mundo de una manera más sostenible, una cuestión que involucra a la agricultura y a la ganadería para rediseñar sus sistemas productivos. En el camino a la adopción de esta nueva perspectiva, ¿cómo se puede lograr la sostenibilidad en el negocio lácteo? Responsabilidad social, viabilidad económica y gestión medioambiental son los tres puntos entre los que se articula la respuesta, tal y como se puso el pasado miércoles en la jornada online ‘La huella de la agricultura y la ganadería en la alimentación’, organizada por Alltech

Claves para la mitigación de carbono en la ganadería

La tecnología aparece, de nuevo, como un ingrediente fundamental “pero en el futuro no es suficiente con aplicarla, sino que es necesario formar alianzas tecnológicas para conformar líneas estratégicas entre empresas y productores”, señala Xoán Rodríguez, director técnico de vacuno de leche en Alltech Spain. “La ganadería actual tiene que afrontar una serie de amenazas y dificultades, pero en ese contexto, las personas que la gestionan tienen que tener una inteligencia, es decir, ser flexibles y coger esto como una oportunidad; si nos exigen y nos aprietan por otro lado, hace falta interpretarlo como una oportunidad”, explica Rodríguez.

Al respeto, las emisiones de una granja son el eje fundamental sobre el que la normativa pretende actuar. Es aquí donde cobran utilidad a tecnología y las herramientas que ofrece para “medir, predecir y reducir los índices técnicos de una granja en materia de cultivo, ganado, dieta, deyecciones y producción”, señala Xoán Rodríguez. “Las mediciones no se hacen con ningún tipo de aparato, sino que se hacen por estimaciones indirectas con herramientas competentes que tengan en cuenta el análisis de ciclo de vida, es decir, contemplando, no solamente lo que ocurre en la granja, sino todo aquello que la rodea”, apunta.

Emisiones de la granja lechera. Fuente: Alltech

Emisiones de la granja lechera. Fuente: Alltech

¿Por qué es importante medir?

“Hoy en día existen dos tipos de presiones sobre las emisiones de una granja: por la vía de las ayudas y el propio mercado. En la primera, hace falta tener en cuenta que con el apoyo de los Estados Miembros, las subvenciones de la nueva PAC irán vinculadas con los índices de una granja. En la segunda, el mercado exigirá una certificación de impacto medioambiental de los productos; de hecho, en el caso de Reino Unido, cadenas como Lidl o Aldi comunicaron que comenzarán a trabajar con esto hacia finales de este año”, destaca Xoán Rodríguez.

En cualquiera caso “es fundamental tener una calidad de medición, pero hay que trabajar en estandarizar los criterios, puesto que, hoy en día, a pesar de que existen herramientas con un mayor y un menor nivel de agregación, lo fundamental es tener un criterio adecuado a la hora de hacer las estimaciones indirectas de las emisiones, y tener claro que es lo que hay que tener en cuenta”, señala Rodríguez.

“El mercado exigirá una certificación de impacto medioambiental de los productos; Lidl o Aldi comunicaron que comenzarán a trabajar con esto hacia finales de este año” (Xoán Rodríguez)

¿Como se pueden bajar las emisiones en una granja?

En esta tarea hace falta tener un punto de vista ‘poliédrico’, así lo define Xoán Rodríguez, donde la nutrición ocupa un lugar central debido a la carga de emisiones, tanto entéricas como aquellas que provienen de la aplicación de fertilizantes sobre cultivos para ganado. En su entorno, se sitúan otros aspectos importantes como la salud, el bienestar animal, la adaptación de la estrategia reproductiva, las deyecciones, la reducción de estrés o la producción forrajera.

Reducción de las emisiones en forma poliédrica. Fuente: Alltech

Reducción de las emisiones en forma poliédrica. Fuente: Alltech

En cuanto a la producción forrajera, es necesaria la aplicación de buenas prácticas agrarias. Por eso, la valorización de las deyecciones como fertilizante, o la caracterización del ensilado y su manejo en el día a día puede mejorar la digestibilidad y, asimismo, minimizar las mermas, permitiendo una alimentación de precisión. Por otra parte, en cuanto a la salud, “hay que utilizar programas efectivos de vacunación, de control de la mastitis o de podología. En esta línea, para contribuir a la reducción de las emisiones es fundamental cuidar del bienestar del animal, y procurar reducir el estrés por calor”, subraya Rodríguez.

“Un punto importante y polémico actualmente es la adaptación de la estrategia reproductiva; los animales evolucionaron y no podemos manejar la reproducción de las vacas en el s. XXI con los mismos criterios del s. XX; por esto, tiene que haber una gestión individualizada de los animales de acuerdo con el número de lactancia, con la productividad, con la persistencia de la lactancia o con su salud y condición corporal. En paralelo, es fundamental tener un programa excelente de cría y recría”, detalla el director de vacuno de leche de Alltech Spain.

Iniciativas de empresas para reducir las emisiones

Durante la jornada ‘La huella de la agricultura y la ganadería en la alimentación’ representantes de diferentes empresas transmitieron la importancia que se le está dando en la agroindustria al balance de las emisiones. “Aplicamos una estrategia integral con la finalidad de reducir las emisiones, tomando medidas en materia de producción forrajera, en las ganaderías, y en el ámbito industrial”, señala el director de compras y desarrollo de negocio de Covap Emilio de León.

“En la producción forrajera sustituimos una parte del ensilado de maíz y desarrollamos un cultivo que se adapte a las necesidades del terreno, en nuestro caso, al Valle de los Pedroches, un territorio seco. En cuanto a las granjas, comenzamos a hacer mediciones de los factores de emisión y establecemos herramientas de mejora. Por último, en el campo industrial, estamos buscando el residuo que generamos para valorizar el máximo posible; en estos momentos estamos en el 85%, y en leche en el 95%. Además, planeamos varios proyectos de energías renovables y de tratamiento de las deyecciones”, detalla de León.

Igualmente, el resto de empresas siguen trabajando bajo el mismo objetivo de reducir las emisiones, aunque no sin dificultades. “Estamos intentando reducir algo difícil de medir, hay que partir de la base de que el correcto es decir que podemos estimar las emisiones, y la primera dificultad al respeto es que existen muchas herramientas para hacerlo y no todas coinciden, por lo que hace falta tratar de armonizarnos en este sentido. Otro de los inconvenientes con los que nos encontramos es que esto es algo nuevo, y los ganaderos están pasando a ser gestores medioambientales”, concreta el responsable de aprovisionamiento lácteo de Nestlé España Javier Gómez.

Del mismo modo, siguen trabajando en la puesta en marcha de iniciativas para avanzar cara los nuevos requerimientos medioambientales. “En las 230 granjas con las que colaboramos en la cornisa cantábrica pautamos una serie de medidas en torno a la reducción de metano entérico mediante plantas de biogas y la incorporación de ciertos aditivos; también introducimos producción de legumbres, fuera del maíz, y procedemos a una fertilización de precisión”, detalla Gómez.

Por su parte, el coordinador del grupo de innovación de campo del Grupo AN, hizo especial alusión a las complicaciones que este compromiso ambiental tiene que sortear. “En esta conversión tenemos que darles a los ganaderos una buena formación y sobre todo mantener un discurso armonizado, trasladando efectivamente que es lo que se les quiere pedir y de qué manera lo pueden dar”.

Nuevas prioridades en la UE

La agricultura de carbono es un concepto con el que la Unión Europea se está familiarizando cada vez más, y se traduce como la captura de dióxido de carbono de los suelos agrícolas, pero incluye muchos aspectos, desde la gestión de los almacenes de carbono hasta los flujos de gases y gases de efecto invernadero en las explotaciones agrícolas.

“Según el comunicado de la Comisión Europea de Agricultura y Ganadería del pasado diciembre de 2021, el objetivo que se pretende es conseguir un modelo de negocio ambiental que recompense a los gestores de la tierra por la mejora de las prácticas, resultando en el secuestro de carbono en los ecosistemas y la reducción de la liberación de carbono a la atmósfera”, amplía la subdirectora de cultivos herbáceos del Ministerio de Agricultura Paz Fentes.

De este modo, la nueva Política Agraria Común se aplica en base a la consecución de esos objetivos, pero ¿cómo se encaja la agricultura de carbono en la nueva PAC?” La mitigación del cambio climático aparece como el objetivo específico número 4, por el cual, “un mínimo del 25% de los pagos directos deben dedicarse a los ecoesquemas; un mínimo del 35% del Feader debe tener una finalidad medioambiental y climática; establece indicadores de impacto y de resultado, y de seguimiento de la aplicación de la PAC, relacionados con carbono y suelos”.

“Todos los pagos directos están fundamentados en el cumplimiento de una línea de base, la condicionalidad -que se refuerza-, y que incluye una serie de condiciones agrarias y medioambientales dentro de las cuales hay muchas que tienen que ver con la agricultura de carbono, por ejemplo, la Becam 1, sobre mantenimiento de pastos y destinada a evitar la reconversión del terreno a otros usos”, recalca Fentes.

Una cuestión interesante con la que se pretende contribuir a mantener una estrategia de reducción es “la puesta en marcha de un marco de medición mediante una aplicación, en la cual, el ganadero introduciendo una serie de datos pueda estimar las emisiones de la ganadería; estamos trabajando para desarrollar algo así y facilitar la adopción de medidas en las granjas”, detalla Leonor Algarra, subdirectora de medios de producción ganaderos en el Ministerio de Agricultura.

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