La Diputación de Lugo desarrolla un convenio con la Asociación de Criadores de Raza Rubia Gallega (ACRUGA) para facilitar a las explotaciones de vacuno de carne de la provincia novillas de alto valor genético que son criadas en las instalaciones de la Granja Gayoso Castro.
Este acuerdo ha contribuido a la conservación de la principal raza autóctona de vacuno de carne gallego y a su calidad genética, porque «si mejoras las reproductoras, al final estás mejorando la raza», explica Sonia Verdes, directora del centro.
Aunque el número de animales que hay en cada momento en el centro de recría depende de la época del año, en función de las novillas que salen a subasta en los remates que se celebran en distintas localidades de la provincia, la cabaña ganadera se mantiene en torno a las 135-150 cabezas.
Acruga adquiere los animales en las explotaciones, lo que permite a estas granjas valorizar su recría
Acruga selecciona terneras con altas cualidades en las explotaciones y, una vez adquiridas, son introducidas en el centro de recría para ofrecerlas posteriormente, próximas al parto, a otras granjas de la provincia.
«Se controla todo el proceso, desde la alimentación hasta los cruces o los parámetros sanitarios, para obtener animales bien conformados según los parámetros establecidos en el Libro Genealógico de la raza», detalla.
Existe mucha demanda por parte de las ganaderías de carne de animales de alta calidad genética
La introducción de estos animales de alta calidad permite la mejora genética de las explotaciones receptoras, al mismo tiempo que se logra una valorización de la recría por parte de las explotaciones de origen, ya que vender animales para vida siempre permite a las ganaderías de procedencia obtener un mayor retorno económico de sus animales.
15 hectáreas de pastizales
Acruga ocupa las instalaciones de la antigua nave de leche y gestiona una parcela de unas 15 hectáreas para las novillas ya preñadas. Las terneras llegan al centro con alrededor de 5-6 meses de edad, son inseminadas al cumplir un año y medio, y se subastan a partir de los 6 meses de gestación.
La granja es autosuficiente en la producción de forraje
La superficie agraria total de la Granja Gayoso Castro está conformada por unas 300 hectáreas de terreno, de las cuales 200 son gestionadas por el Centro de Recría de frisones (gestionadas por la empresa concesionaria, Recría Castro, para la producción de forrajes destinados a la alimentación de los 2.800 animales que alberga el centro).
De las restantes 80 ha que se encuentran al otro lado de la carretera, 57 son productivas y se dedican a la producción de forraje, y el resto corresponde a la Lagoa de Caque, un espacio natural protegido de alto valor ambiental. Esas 57 ha son gestionadas directamente por la Diputación de Lugo para producir forrajes destinados a la elaboración de la ración con la que alimentar al ganado de la Granja Experimental de leche, a las novillas de recría de raza rubia gallega de Acruga, y a la suplementación de los rebaños de vacas cachenas y caballos en épocas de escasez de pasto.
Las condiciones edafoclimáticas condicionan el manejo de la superficie
Realizan rotaciones anuales de maíz y pradera en unas 20 hectáreas de terreno y están apostando por la introducción de leguminosas. “Hace dos años plantamos una mezcla de veza con raigrás en las fincas más secas y este año vamos a rotar de nuevo con leguminosas, que es precisamente una de las orientaciones de la Política Agraria Común debido a su función en la fijación de nitrógeno y el ahorro de fertilizantes”, explica la directora de la Granja Gayoso Castro.
Realizan rotaciones anuales de maíz y pradera en unas 20 hectáreas de terreno
“Teniendo en cuenta las condiciones edafológicas del terreno, es necesario gestionar bien la recogida del forraje y la siembra posterior. La parcela agrícola tiene unas características particulares, ya que su composición caliza hace que se encharque fácilmente cuando llueve, pero también que se seque mucho en verano. Por eso tenemos que intentar adelantar lo más posible la siembra del maíz, para lo cual debemos ensilar el pasto temprano”, señala.
Externalización de parte de los trabajos agrícolas
Sonia Verdes es veterinaria de formación, pasando después 15 años dedicándose a clínica en explotaciones lecheras. Actualmente, al frente de la Granja Gayoso Castro desde 2021, dirige un equipo cualificado y experimentado. El equipo directivo de la granja incluye un veterinario y un ingeniero técnico agrícola, y el personal se completa con un capataz, una administrativa, peones y maquinistas.
Recientemente, han adquirido una cisterna con inyectores para la distribución de purines equipada con tecnología 4.0
En cuanto a la maquinaria, “no nos diferenciamos mucho de lo que hace cualquier explotación comercial hoy en día, donde la tendencia es externalizar servicios”, asegura Sonia. Cuentan con maquinaria básica para el día a día, como un carro mezclador y una cisterna para la distribución de purines, que fue adquirida recientemente y está equipada con inyectores y las últimas tecnologías 4.0 de mapeo y geolocalización. Sin embargo, subcontratan los trabajos agrícolas de siembra y ensilado tanto de la hierba como del maíz.
Conservación y fomento de razas autóctonas en peligro: vaca cachena y caballo gallego
Además de contribuir a la mejora de la raza rubia gallega, en los últimos años la Diputación de Lugo ha hecho esfuerzos para ayudar a conservar otras razas autóctonas que están en peligro, como la cachena o el caballo gallego, tratando de fomentar su mantenimiento.
La explotación de cachenas se mantiene en torno a las 15 reproductoras y un semental, y los animales que nacen, tanto machos como hembras, son subastados en pujas públicas para que sean adquiridos por otras explotaciones. “Las cachenas son animales muy prolíficos que se preñan muy bien, y tenemos un importante excedente de recría para el que hay mucha demanda”, señala.
La Granja Gayoso Castro cuenta con un rebaño de 15 cachenas y un núcleo de cría de caballos de pura raza gallega para tratar de fomentar estas razas autóctonas
Las cachenas ocupan una zona marginal de la finca, al ser una raza rústica de pequeño tamaño que se adapta bien a la cría en extensivo en zonas de pasto donde no es posible otra actividad. En épocas de escasez, se suplementan con forraje.
“En cuanto a los caballos, se partía de dos lotes de caballos mestizos fruto de un proyecto de investigación de la Facultad de Veterinaria de Lugo para reducir el número de parásitos mediante unos hongos que ingieren en forma de gelatina, y se decidió sustituir esos caballos mestizos, que no tienen interés desde el punto de vista genético, por caballos de pura raza gallega para así mantener un núcleo de cría de unos 15 ejemplares entre caballos y yeguas, repartido también en dos lotes para poder continuar con el proyecto de investigación iniciado”, explica la directora del centro.