Mel da Colmea, nuevas generaciones en el sector apícola

Diego y Xoel impulsan Mel da Colmea, un proyecto que une su pasión por el mundo rural, la calidad artesanal y el desafío de la velutina

Mel da Colmea, nuevas generaciones en el sector apícola

Diego y Xoel frente a la antigua casa familiar, en Eixibrón.

En el verano de 2022, Diego y Xoel, dos chicos de Becerreá, decidieron iniciar el proyecto Mel da Colmea. El primer contacto fue con los abuelos, que gestionaban un pequeño apiario para autoconsumo y que siempre despertó interés en los chicos. Después de ver distintas posibilidades para crear un vínculo con su tierra, se decantaron por la apicultura. Al ser una actividad complementaria, el aspecto social y la calidad son dos pilares básicos en Mel da Colmea. Para ver el futuro de esta explotación, la convivencia con la avispa velutina va a ser un punto clave, pues todo el esfuerzo de un año puede venirse abajo en pocas semanas.

La actividad apícola de Xoel Rodríguez Poy y Diego Méndez Gerbolés, con 23 y 22 años respectivamente, se remonta a sus abuelos, que trabajaban con abejas para autoconsumo. Estos dos chicos, después de abandonar Becerreá para continuar con la formación académica, vieron en la actividad apícola una oportunidad de no perder el lazo con el rural. Diego explica que “decidí iniciarme con las abejas pues mi abuelo ya tenía unas colmenas para autoconsumo, me acerqué a este mundo y vi en esta una oportunidad para sacar un rendimiento y al mismo tiempo tener una vinculación con el pueblo en el que crecimos. Comenté la idea con Xoel y decidimos iniciar los trámites para registrarnos e iniciar el proyecto Mel da Colmea”.

“Viviendo fuera de Becerreá queríamos un proyecto que nos vinculase al pueblo”

En estos poco más de dos años todos los beneficios se han ido invirtiendo en ampliar y mejorar la explotación. Explican Diego y Xoel, a pie del apiario del pueblo de Eixibrón “iniciamos con unos pocos enjambres en Baleira y Navia, además de crear un nuevo apiario en esta finca. Empezamos poco a poco, con ahorros propios. Al no ser una actividad profesional, con el volumen que tenemos ahora no es necesario ni compensa crear una sociedad, por lo que tampoco optamos a ninguna ayuda inicial. Todos los beneficios se han ido reinvirtiendo en la explotación en varias actuaciones. Fuimos ampliando el número de colmenas, compramos el material necesario para extraer la miel y comenzamos a acondicionar un pequeño almacén”.

La formación teórica, un aspecto fundamental que luego se visualiza en la práctica diaria

Durante los inicios, la formación es un aspecto primordial en toda nueva actividad. Coincidiendo los comienzos con unas jornadas formativas impartidas por el Sindicato Labrego Galego, estos chicos hicieron una primera aproximación teórica a la apicultura. “En aquellas jornadas llegamos un poco perdidos, no teníamos ningún conocimiento y la mayor parte de los compañeros ya eran apicultores que buscaban mejorar. Llegamos con pocos conocimientos, pero salimos muy satisfechos, tanto por lo aprendido como por la disposición de los compañeros a explicar todas las dudas. Fue un curso de gran ayuda que fuimos poniendo en práctica en nuestra explotación”.

Para la localización del nuevo apiario buscamos una buena orientación, un lugar abrigado con horas de sol y también un mínimo de accesibilidad para el momento de extraer la miel. Tanto los enjambres de Navia de Suarna como los de Baleira ya estaban gestionados por los abuelos de estos chicos. En el caso del apiario de Eixibrón, Xoel y Diego buscaron estas características para asentar las nuevas colmenas en la explotación. “Cada zona tiene sus particularidades, por las especies de plantas de la zona pero también por el clima. El nuevo apiario lo situamos en una zona con mucho sol, con agua cerca y es mínimamente accesible en coche”.

El apiario más numeroso es el ubicado en Eixibrón con 15 colmenas.

El apiario más numeroso es el ubicado en Eixibrón con 15 colmenas.

En Mel da Colmea únicamente se hace una cosecha a finales del verano, dejando reservas para las abejas durante el invierno
La producción también es variable en función de cada año, el principal factor va a ser el clima, pues una primavera húmeda y fría atrasaría el despertar de las colmenas del mismo modo que la floración de las plantas del entorno. Las condiciones climáticas de toda la primavera y del verano también harán adelantar o atrasar la extracción de la miel. Sobre la cosecha, Xoel y Diego explican que “solamente sacamos la miel una vez en el año, en función del tiempo lo hacemos entre agosto y septiembre. En años cálidos, como este, podríamos posponer la cosecha y sacar una producción un poco mayor. Sin embargo, preferimos cosechar antes y dejar alguna reserva dentro de la colmena para pasar el invierno, creemos que es una manera de producir sin utilizar mucho complemento alimenticio”.

A pesar de estar en una zona alta, otro gran problema es la presión que ejercen las velutinas. “Este año parecía que no iba a ser un problema grave, pues en verano no estábamos viendo mucha presión, sin embargo, de un momento para otro hubo una mayor presencia y varias colmenas se resintieron. Es preocupante porque no tiene un claro depredador y cada año va a más, con la Vespa crabro siempre hubo una convivencia y no afectó de este modo”, comenta Diego, preocupado por la evolución de este problema.

“Además de cuidar de las abejas, tenemos que estar pendientes de la velutina”

En la lucha contra la velutina en Mel da Colmea emplearon varios sistemas de protección de la colmena, entre ellos el método Koldo.

En la lucha contra la velutina en Mel da Colmea emplearon varios sistemas de protección de la colmena, entre ellos el método Koldo.

La convivencia de la velutina con las abejas es la principal incógnita que tienen estos chicos de Becerreá de cara al futuro. “Actualmente, el principal enemigo que tenemos es la velutina y el futuro de nuestra actividad en la apicultura puede estar ligado con la evolución de esta plaga. Probamos varios tipos de inventos y varios productos que hay a la venta. Probamos el método Koldo o reducir el tamaño de la entrada a la colmena, por ejemplo, y vimos que en los primeros días funcionaba bien, pero a medida que las avispas se acostumbran la efectividad se reduce”.

Un nido de la avispa velutina, próximo al apiario hizo importantes estragos.

Un nido de la avispa velutina, próximo al apiario hizo importantes estragos.

Son animales complicados de entender, pero al mismo tiempo es una actividad bonita

Las explotaciones apícolas son tan complejas como cualquier otro tipo de ganadería, para sacar una cierta producción y calidad se requiere de conocimientos y una dedicación, sobre todo en momentos concretos. Xoel y Diego destacan que “siempre estamos aprendiendo y mejorando, por ejemplo, en la selección genética de las reinas. Buscamos sacar nuevas reinas de aquellas colmenas que más nos interesan, por tener una mayor producción, una buena actividad o tardar más en enjambrar, entre otros factores. Son pequeños detalles que tenemos en cuenta para ir seleccionando las futuras colmenas. Es una actividad compleja y no hay tanto acceso a información o asesoramiento como en otro tipo de ganadería, pero con la observación e intercambio de pareceres entre productores siempre se van sacando cosas en positivo”.

Al ser una actividad complementaria, el aspecto social de este proyecto es fundamental

Por el momento, esta es una actividad complementaria donde la búsqueda de un beneficio a corto plazo queda en un segundo plano. Tanto Diego como Xoel tienen otra dedicación y buscan en la apicultura un complemento y una forma de mantenerse vinculados con el pueblo. “Tenemos otras profesiones, buscamos el ámbito social de esta actividad sin descuidar el apartado económico porque al final tienes una inversión hecha y tiene que tener un cierto retorno, sea para sacar una renta o para reinvertir como hemos hecho hasta ahora”.

La comercialización, punto final de toda la producción, se realiza directamente al cliente final, dándose a conocer por las redes sociales y por el boca a boca, principalmente. “Tenemos una producción reducida para la demanda actual. Este año cosechamos en septiembre y ya no nos queda prácticamente nada sin vender. De hecho, a varios clientes tuvimos que decirles que no podíamos venderles todo lo que nos pedían. Preferimos llegar a más personas. Estamos comenzando y necesitamos tener visibilidad y, al mismo tiempo, obtener un retorno sobre la apreciación que mucha gente hace de nuestro producto para ir mejorando en base a sus demandas. Del mismo modo, preferimos sacar un producto de mayor calidad y de forma tradicional, sacrificando el volumen de producción”.

La calidad es un aspecto fundamental en Mel da Colmea. En función de la localización del enjambre, las plantas son diferentes por lo que la miel tiene matices diferenciados.

La calidad es un aspecto fundamental en Mel da Colmea. En función de la localización del enjambre, las plantas son diferentes por lo que la miel tiene matices diferenciados.

Que dos chicos inicien un proyecto de este tipo siempre ha sido bien recibido entre consumidores y apicultores

Siempre es satisfactorio, tanto por parte de otros productores como de los consumidores, ver que dos jóvenes se inician en una actividad en el rural. Estos chicos explican que “percibimos una buena acogida por parte de otros productores para resolvernos todas las dudas que teníamos y aconsejarnos. Del mismo modo que los consumidores nos han recibido bien por el mismo motivo”.

La convivencia con la velutina será el principal aspecto que marque el futuro de este apiario

El futuro de este proyecto, iniciado en el verano de 2022 y tras haber realizado tres cosechas, va a estar influenciado directamente por la convivencia con la velutina y las nuevas técnicas para minimizar su impacto. “Queremos aumentar el volumen de producción, principalmente en el apiario de Eixibrón, que es el que nos queda más cerca para revisar y trabajar. Esta es la idea, pues la aceptación es buena y podemos compaginarlo con nuestras vidas. Sin embargo, ver que todo el trabajo e inversión de un año se puede venir abajo por el ataque de estas avispas en pocas semanas es frustrante”.

Diego también explica que sería un proyecto bonito para Mel da Colmea “seguir aumentando la producción y, al mismo tiempo, poner en marcha un proyecto de divulgación para enseñar nuestro trabajo y mostrar este entorno rural. Comenzamos rehabilitando la casa antigua de la abuela de Xoel para utilizarla como almacén en la parte baja, y sería una buena localización para seguir con este proyecto. Es algo a largo plazo, pues llevamos solamente tres cosechas y esto requeriría una inversión importante”.

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