En la casa de Ramón Reimunde, en Alfoz (Lugo), llevan más de un siglo plantando eucaliptos. Así lo atestigua un ejemplar que conserva con más de 150 años, que está catalogado como árbol singular. “Somos ya muchas generaciones plantando eucalipto en los montes, por eso con razón aquí se le llama eucalipto del país al eucalipto globulus, porque lleva más de un siglo integrado en nuestras vidas. En la Mariña no somos antieucalipto porque vivimos de él”, razona Reimunde, presidente de Promagal, la federación que engloba a las asociaciones locales de propietarios forestales del norte gallego.
Reimunde presenta en esta entrevista su visión personal sobre el eucalipto. Es un defensor de la especie, pero aboga por un equilibrio en el monte. “La biodiversidad favorece a la economía forestal”, concluye.
– ¿Qué opinión tenéis los propietarios forestales de la Mariña y Ortegal sobre la moratoria de nuevas plantaciones de eucalipto que proyecta la Xunta?
– Tenemos una opinión favorable a que se haga esa moratoria, pues se corresponde con el Plan Forestal de Galicia, que salió adelante tras muchas reuniones y esfuerzos de las asociaciones y entidades que estuvimos representadas en el grupo de trabajo del Plan. Estamos de acuerdo con la moratoria, pero siempre que haya una contrapartida. Esa contrapartida tiene que ser que las personas que en lugar de eucalipto plantan especies menos rentables, tengan compensaciones.
Es preciso además que desde el Gobierno haya apoyos para mejora genética de las distintas especies forestales y para fomentar el relevo generacional y la ordenación de los montes.
– ¿Teméis que la expansión de superficie de eucalipto en los últimos años provoque una caída de precios a 5 – 10 años vista?
– La realidad es que en la Mariña y Ortegal hay demasiado eucalipto, tenemos que ser sinceros. Salvo algún resto de pinar que queda, la mayoría del monte es eucalipto. Que no se preocupen los ecologistas porque vayamos a plantar más eucalipto porque ya no podemos. ¿Dónde se puede plantar?. En la zona interior de Lugo, donde se están cortando pinares para plantar eucalipto nitens, que resiste la altitud y las heladas del interior. En consecuencia, tenemos una gran oferta y un problema mayor, una gran cantidad de eucalipto nitens en el interior de Lugo, y también en algunas zonas próximas a la costa, lo que hace previsible que en un futuro baje de precio.
También es cierto que aunque baje de precio, el eucalipto nitens produce más toneladas por hectárea que el eucalipto globulus, lo que en cierta medida compensará la bajada.
Como hay una oferta grande, la principal empresa compradora, Ence, puede conseguir la madera que quiera sin necesidad de subir el precio que le paga al propietario. Salió hace poco la noticia de que Ence subía un euro el precio del eucalipto, después de bajarlo alrededor de 5 euros en los últimos dos años, pero hay que decir que esa subida de un euro es falsa, sólo se produjo puntualmente en determinadas zonas.
– ¿Puede ‘morir’ de éxito el eucalipto?
– Yo, que ya tengo unos años, recuerdo como aquí en la Mariña hubo una época en la que en todos los rincones se plantaban patatas. Eso acabó porque llegó un punto en el que había tanta patata que no valía nada. Con el eucalipto, yo personalmente veo que se nos fue la mano. Se plantó demasiado, incluso en sitios que no eran correctos, como al lado de ríos, cerca de las casas o en tierras agrarias. Se hicieron cosas mal, por avaricia nuestra, que ahora hay que enmendar.
Nos autoengañamos plantando tanto eucalipto y ahora toca ir haciendo un cambio. Yo mismo fui evolucionando con los años en mi forma de pensar y en mis plantaciones en monte. Con el paso de varios turnos de tala de eucalipto, el monte se va agotando y es bueno cambiar. Yo a día de hoy, además de eucalipto, tengo plantaciones de pino de Oregón, de pino insigne y de castaño.
Conviene también tener en cuenta que hay suelos donde sólo se da el eucalipto, como zonas altas con muchas rocas, y que tenemos zonas en las que frondosas como el castaño no prosperarían, como las tierras más próximas a la costa.
– ¿Pensáis que los incentivos que ofrezca la Xunta para plantar pinos y frondosas pueden ser atractivos para los propietarios forestales?
– ¿Por qué se está plantando ahora eucalipto nitens?. Porque en la mitad de tiempo en que crece un pino, 25-30 años, tienes una tala de eucalipto con las mismas toneladas y precio que te daría el pino. Para que el propietario plantara pino, tendría que tener exactamente el doble de valor. Por tanto, si se quiere que el propietario plante pinos o frondosas, hay que compensar aquella parte que pierde por no tener eucalipto en sus tierras. Para que la gente plante, tiene que tener incentivos y perspectivas de mercado futuro.
En Galicia, el monte genera una economía social para mucha gente. Nuestro monte no es de condes con grandes extensiones, es de 600.000 pequeños propietarios y de montes vecinales, con la economía social que todo eso genera. Nosotros no somos antieucalipto porque vivimos de él. Piensa que una hectárea de eucalipto globulus a 16 – 18 años te puede dar 300 toneladas de madera y 9.000 – 10.000 euros brutos, de los que hay que descontar lo que se invirtió en silvicultura.
– Desde la parte de la sociedad que tiene una mirada más ambiental sobre el monte, se critica el paisaje y la biodiversidad en los eucaliptales. ¿Como veis esa cuestión los propietarios de la Mariña?
– Te voy a dar mi opinión como silvicultor individual. Hace 50 años, muchos de los montes que me rodean aquí en Alfoz eran montes rasos, a tojos. Hoy en día, el paisaje predominante es el del verde oscuro y apagado de los eucaliptales. Es un paisaje que a mí no me disgusta, ni ese ni el del verde más intenso de los pinos.
Estoy de acuerdo en que las masas de frondosas tienen unos colores y una vegetación atractiva, pero hay que tener también en cuenta que nuestros montes son cultivos forestales para madera, no son bosques. Para nosotros, son montes que da gusto verlos y cuando yo paseo por debajo de mis eucaliptos, hay todo tipo de vegetación, uces, abedules, tojos… No me inquieta la biodiversidad vegetal ni el paisaje de los eucaliptales.
Otra cuestión es que el monte debiese estar más ordenado. Yo salgo de mi casa de Adelán (Alfoz) y puedo andar 15 kilómetros por el monte sin interrupción de eucaliptos. Esa continuidad habría que romperla. Sería bueno dejar ciertas zonas con otras especies o abrir áreas de pastizales para el ganado donde fueran útiles. Eso crearía discontinuidades muy prácticas a efectos de prevención de incendios. Son cambios que habría que ir haciendo.
La biodiversidad favorece además la economía forestal. Los montes van a producir más y se reduce el riesgo de plagas específicas.
– Una mayor dedicación del monte a las coníferas beneficiaría a la cadena industrial del pino, que corre el riesgo de verse desabastecida en un futuro. ¿Como ves esa situación?.
– Incentivar el pino lo veo bien, es la madera que hubo siempre aquí y tiene múltiples usos tradicionales y perspectivas de nuevos destinos, como la construcción estructural en madera. Es también verdad que ahora ya quedan menos aserraderos de los que había antes y que, desde la perspectiva de los propietarios, tenemos el riesgo de que hay sólo un gran comprador de referencia que aglutina buena parte de la madera, que es Finsa.
– Al propietario que se va a ver perjudicado por la moratoria de nuevas plantaciones de eucalipto, ¿qué le dirías?
– Pues si me pongo por ejemplo en el lugar de un propietario de Castroverde, que tiene el monte raso y quiere plantar eucaliptos, me tengo que solidarizar con él porque se le está conculcando un derecho fundamental, que es el de plantar lo que considere oportuno, siempre que cumpla la legislación vigente y no perjudique a terceros. Dicho esto, también estoy convencido de que cuando tengamos un Inventario Forestal actualizado, veremos con claridad que hay demasiado eucalipto y que llegó el momento de decir basta. Nos llevaremos la sorpresa de que hay más hectáreas de las que pensamos y en un futuro, como comentaba antes, es previsible que caiga el mercado.
Para nosotros sería importante que la Xunta, aparte de regular las plantaciones, se preocupe por el mercado. Igual que está defendiendo a Ence Pontevedra, o la reubicación de aquella planta con fondos europeos, sería bueno que defendiera los derechos de los propietarios frente al monopolio que representa Ence. Es también necesario reflexionar sobre el destino que va a tener todo el eucalipto que hay plantado en Galicia. Sería positivo tener una segunda transformación de la celulosa en papel, cartón y viscosa.