Pagos de Brigante, un proyecto para profesionalizar los vinos de Betanzos

Luis Sande es una persona apasionada por la viticultura que ha invertido sus ahorros en la recuperación de una zona con tradición y futuro. Este es el tercer año que vendimian, de momento con viñedos alquilados, pero están haciendo una plantación de 10 hectáreas con variedades autóctonas

Publicidade
Juan Veiga, Luis Sande Lamas-e Guillaume Barrier nun dos viñedos que Pagos de Brigante ten alugados

Juan Veiga, Luis Sande Lamas y Guillaume Barrier en uno de los viñedos que Pagos de Brigante tiene alquilados

La cuenca del río Mandeo es históricamente una zona de importante producción de vino, pero en las últimas décadas la superficie de vid ha ido mucho a menos y los bodegueros que embotellan y comercializan se cuentan con los dedos de una mano.

Por eso, el proyecto de Pagos de Brigante supone una nueva oportunidad para la zona y una esperanza de que su ejemplo anime a otros a emprender un camino no exento de dificultades, que acabaron por truncar iniciativas semejantes en los últimos años.

Pero Luis Sande, el alma mater del proyecto, está totalmente convencido del potencial de los vinos de Betanzos. Durante su vida profesional como funcionario estuvo dedicado al control de la producción en las distintas zonas vitivinícolas, primero desde Galicia y después desde Bruselas, por lo que es un buen conocedor tanto de los vinos gallegos como de los del resto de España y de Europa.

En los últimos años hubo iniciativas como Conexión Mandeo que acabaron por frustrarse

Con ese bagaje, afirma rotundo que los vinos de Betanzos tienen aún por hacer ese mismo recorrido que en las últimas décadas hicieron los vinos de las denominaciones de origen de Galicia y que están empezando también en la actualidad otras zonas con IGP, como la Ribera del Navia, los vinos de Iria y Barbanza y la comarca de O Morrazo.

Dimensión empresarial

PAGOS DE BRIGANTE (Betanzos) bodega

Pagos de Brigante es una apuesta decidida por la profesionalización de los vinos de Betanzos, por convertirlos en homologables en calidad a los que ya se hacen en otras zonas de Galicia y del mundo, pero manteniendo las características que les son propias y que los diferencian.

El enfoque del proyecto es claramente empresarial, con una inversión prevista de unos 600.000 euros, de los que 200.000 están ya capitalizados en forma de activos (viñedo y bodega). Los dos Luises, padre y hijo, son los socios de la SL, que cuenta con un equipo profesional en cada una de las facetas de la empresa: Juan Veiga como gerente, Guillaume Barrier como director técnico, Maruxa en labores administrativas y de I+D+i y Diego en el cuidado de las fincas.

El problema de las pequeñas explotaciones es la rentabilidad

A pesar de comenzar en el 2017 sin contar ni con viñas ni con bodega propia, en este momento son ya el mayor productor de vino de Betanzos. “En tres años hemos ido cogiendo casi todas las fincas que había disponibles y estamos plantando para lograr mayor dimensión, porque es muy difícil hacer rentables este tipo de iniciativas con producciones muy pequeñas”, razonan.

5 hectáreas de viñedo alquilado

PAGOS DE BRIGANTE (Betanzos) vendima

Para financiar el proyecto y mientras los viñedos que están plantando no comienzan a producir, en el 2019 comenzaron a alquilar fincas para comenzar a elaborar y vender vino. Trabajan en este momento unas 5 hectáreas. “Hemos cogido de bodegas que se deshicieron y de personas mayores que por edad no las podían atender y las iban a abandonar. Se va perdiendo la tradición porque la gente va mayor y los hijos no siguen y nosotros entonces lo que tratamos es de recuperarla. Muchos ya nos llaman para ofrecernos estos viñedos que estaban sin atender”, explica Juan.

Estamos cuidando y rescatando viñedo que estaba casi perdido

Las parcelas, unas 30, son de pequeño tamaño excepto 4 un poco más grandes, y están localizadas en los ayuntamientos de Paderne, Betanzos y Oza dos Ríos. La dimensión y la orografía obliga a trabajarlas de manera muy manual. “Tenemos pendientes en algunas fincas que llegan al 67%, no es la Ribeira Sacra pero también tenemos zonas complicadas de trabajar”, cuenta Juan.

Este año comenzaron la vendimia a principios de septiembre y la han finalizado en la primera semana de octubre

Otra circunstancia que condiciona el manejo es la mezcla de variedades en una misma parcela. Hace, por ejemplo, que la vendimia no se pueda hacer toda junta, sino que tengan que volver hasta cuatro o cinco veces a la misma finca a recoger en el momento óptimo de maduración cada una de las castas que en ella hay plantadas.

Las fincas tradicionales son multivarietales, con parras viejas que se recogían todas al mismo tiempo

“Las fincas tradicionales de esta zona son multivarietales porque recogían todo junto y hacían el vino con eso mezclado, de manera que unas castas se iban compensando con las otras. Por eso plantaban algo de todo en la misma parcela. Pero para nosotros eso ahora es un problema. Nos obliga a hacer una vendimia escalonada por variedades y a instruir bien al personal para que las diferencien y sepan cuál se puede coger y cuál no. Comenzamos por la blanca legítima, luego cogemos el godello antes de pasar a la mencía y las últimas son las variedades más tardías, como el agudelo (chenin blanc) y el palomino en blancos y la garnacha tintoreira (alicante) o el serradelo (brancellao) en tintos, que es la última de todas en madurar”, detalla Luis.

Estamos con una maduración superior a la otros años, pero con los grados típicos de Betanzos, alrededor de 2,5

La dispersión del viñedo con el que cuentan en la actualidad hace que se vea más afectado también por los ataques de la fauna salvaje. “Son fincas pequeñas ubicadas muchas veces al lado del monte o de otras parcelas llenas de maleza y eso sirve de refugio para el jabalí. En las primeras filas no coges nada”, se queja Juan.

Plantación de 10 hectáreas en Paderne

Finca A Picha, onde comezaron a plantación de variedades autóctonas como branca lexítima e roibal

Finca A Picha, donde han comenzado la plantación de variedades como blanca legítima y merenzao

Pero el verdadero proyecto de futuro de Pagos de Brigante, con el que incrementar la producción, es la plantación de una finca de 10 hectáreas, A Picha, localizada sobre el río Mandeo en Obre, en el ayuntamiento de Paderne. Se trata de antiguos bancales que estaban colonizados por los eucaliptos, y que llevan tres años recuperando.

La finca cuenta con bancales anteriores al siglo XVI que habían sido colonizados por los eucaliptos y que están recuperando

Esta primavera plantaron ya más de dos hectáreas con variedades propias de la zona, como son la blanca legítima y el roibal, de las que esperan poder coger las primeras uvas en el 2025. “La blanca legítima es una uva muy característica, es el buque insignia de esta zona, al igual que el agudelo, y la producción de la bodega estará enfocada sobre todo a blancos”, explican. La otra variedad, el roibal, “está en regresión en la zona y solo quedan pequeñas manchas dispersas”, dicen.

Han plantado una hectárea de blanca legítima y otra de merenzao, conocido como roibal en la zona, para tener producción tanto de blanco como de tinto

El resto de la finca se plantará de manera escalonada en los próximos años, para lo cual necesitan ir comprando derechos de plantación fuera de Galicia. un proceso caro y laborioso. «Ya hay empresas especializadas que se dedican a eso», explica Luis. 

 

Minifundio extremo

El proceso para hacerse con la propiedad de la finca de A Picha tampoco ha sido fácil. “Todo empezó en el 2017 el día que Luis entró en la oficina técnica que yo tenía en Paderne diciéndome que quería comprar una serie de fincas que habían sido antiguos viñedos pero que estaban abandonados. Comenzamos a trabajar, pero para juntar esas 10 hectáreas que él quería había casi 100 propietarios. Fue un trabajo complejo, porque tuvimos que comprar herencias, tanto aquí como fuera, a personas que estaban emigradas, compramos por ejemplo en EEUU, pero en este momento tenemos ya casi todo en propiedad y lo que nos falta por comprar es porque no localizamos a los propietarios”, explica Juan.

A Picha es una finca en pendiente, con unos 120 metros de desnivel entre la cuota de la parte de arriba y la que está pegada al río en la parte baja y pendientes del 45% en los dos anfiteatros, uno orientado al este y otro al oeste, que bajan hacia el Mandeo. En cuanto al terreno, el suelo es de esquistos con medio metro de tierra por arriba.

En Betanzos tenemos un microclima y se pueden hacer buenos vinos

A pesar de que la producción de vino se fue abandonando con el paso de los años en esas laderas, Luis destaca que “la zona tiene un microclima”. “Tenemos una acumulación anual de lluvias de 800 mm, cuando en otras zonas productoras de vino, como en las Rías Baixas, llueve mucho más y llegan a 1.400. Betanzos es un pequeño paraíso climático. El cultivo puede ir adelante con menos tratamientos, porque tenemos menos precipitaciones, por eso es más fácil hacer cultivo ecológico en Betanzos que en otras zonas de Galicia, como el Ulla o las Rías Baixas, donde llueve más que aquí”, dice.

Viticultura y enología para mantener la identidad

Guillaume Barrier é o director técnico e traballou na zona de Burdeos e Coñac

Guillaume Barrier es el director técnico y ha trabajado en la zona de Burdeos y Coñac

Pagos de Brigante quiere elaborar sus vinos con las mismas técnicas y métodos que se siguen en las principales zonas productoras a nivel mundial pero siguiendo procesos respetuosos con el suelo, la climatología y las uvas de las variedades propias de la zona, para conservar de este modo las señales de identidad que permitan que sus vinos sean diferenciados en el mercado con los matices propios de los vinos de Betanzos.

El proyecto consiste en hacer vino de Betanzos, no en hacer vinos de otro sitio

“Tenemos menos luz por estar más al norte, en el paralelo de San Sebastián, por lo que el grado no puede llegar tan arriba, pero tenemos una acidez que le da personalidad al vino. Los tratamientos que hacemos en bodega procuramos que no cambien la naturaleza del vino. Aquí no se hacen prácticas que hagan perder personalidad a los vinos, somos muy respetuosos con las variedades. Simplemente añadimos levaduras y un alimento para ellas, controlamos la fermentación y hacemos trasvases y trasiegos, pero lo más importante es la uva”, asegura Luis.

Cuentan para eso con el asesoramiento externo de Dominique Roujou de Boubée, consultor francés en viticultura y enología que en los últimos años ha recalado en Galicia y está ayudando a bodegas de distintas denominaciones de origen a que sus vinos expresen la vinculación con el territorio en el que se elaboran.

Para la elaboración de los vinos cuentan con la ayuda de expertos de origen francés

Al igual que Dominique, también Guillaume, que es el encargado de lograr esos matices en la bodega, cuenta con experiencia en la elaboración de vinos en Francia, concretamente en la zona de Burdeos y Coñac.

Dominique Roujou de Boubée asesóraos tanto no viñedo como no proceso de elaboración dos viños

Dominique Roujou de Boubée les asesora tanto en el viñedo como en el proceso de elaboración de los vinos

“Aquí tenemos variedades que no las hay en otras zonas, como la blanca legítima o el agudelo, y las que hay en otras zonas tienen aquí matices que no tienen en esos otros lugares. Por ejemplo, nuestro godello no tiene nada que ver con el de Valdeorras, es mucho más atlántico y con más salinidad, y la mencía es distinta a la de la Ribeira Sacra, es más fresca, con menos grados y con un encanto enorme”, asegura Luis.

Al estar al norte tenemos menos luz y no podemos llegar a los grados que se logran en otros lugares, pero aquí tenemos acidez, que es algo que le da personalidad a nuestros vinos

Pero a pesar de respetar a través de sus vinos algunas de las señales de identidad de la zona, como la menor graduación o la acidez característica, hay aspectos que pretenden desterrar. “Además de la introducción de variedades foráneas, de mayor producción, y de plantar distintas castas mezcladas, tradicionalmente otra de las estrategias para elaborar vino en Betanzos pasaba por recoger las uvas en un estado de maduración precoz para tener mayor producción, algo que iba claramente en detrimento de la calidad porque con la uva verde no se puede hacer buen vino”, asegura Luis. En su caso, pretenden llegar a alcanzar los 11 grados y medio en tintos, cuando lo habitual en Betanzos eran vinos de 8 o 9 grados.

Agricultura biodinámica

PAGOS DE BRIGANTE (Betanzos) cuberta viñedos2

 

Por principios, Pagos de Brigante quiere enfocarse hacia la agricultura biodinámica, que apuesta por la conservación del terreno y la aplicación de remedios naturales, como decocciones de plantas para prevenir enfermedades como el mildiu o el oídio, que eviten o minimicen el uso de productos químicos.

Para ello, a nivel de campo es necesario estar mucho más pendiente de enfermedades como botritis, oidio o mildiu. “Las condiciones climáticas no ayudan mucho”, admite Juan, sobre todo para variedades como el agudelo o el roibal. “Aquí la viticultura es heroica por la climatología”, dice.

Debido a la dispersión de las fincas, para aplicar los tratamientos contratan los servicios de una empresa especializada para poder hacerlos en la totalidad de las parcelas al mismo tiempo y cuando las condiciones lo requieren.

Pagos de Brigante logra producciones de poco más de 1.000 kilos de uva por hectárea

Aunque el reglamento de la IGP permite hasta 10.000 kilos de uva por hectárea, Pagos de Brigante está con producciones mucho más bajas, de poco más de 1.000 kilos por hectárea. Están intentando incrementar poco a poco esa productividad por medio de la poda y el abonado, aunque Luis recuerda que en este tipo de procesos no se puede ser “drástico” con el viñedo, sino que hay que ir poco a poco mejorándolo.

Siguiendo los principios de la agricultura biodinámica, todos los tratamientos y operaciones se hacen en consonancia con las fases lunares

Pretenden que el viñedo sea ecológico. “Perderemos algo de producción, pero en la calidad se nota”, asegura Juan. En Picha lo será desde el comienzo, pero en el resto de parcelas la dispersión y el pequeño tamaño dificulta mantener distancias con otros cultivos convencionales. “Tenemos ya un tercio de las fincas en cultivo ecológico pero para poder certificar el vino como ecológico el Craega te obliga a que la totalidad de las parcelas estén en ecológico y eso aquí es muy difícil”, reconocen.

Con todo, las prácticas que siguen son lo más respetuosas posible con el suelo y las plantas. “Nosotros no aramos, en todas las fincas mantenemos cubiertas vegetales para no destruir el suelo y para tener biodiversidad, que al final nos va a permitir reducir los insumos y tratamientos”, explica Luis, biólogo de formación. Para fertilizar emplean abonos orgánicos, tanto de vaca como de aves.

Comercialización

La comercialización se lleva a cabo a través de distribuidores, salvo a nivel local, donde prefieren hacerla ellos directamente para ir introduciendo los vinos. “El mercado más difícil es precisamente Betanzos, porque no se acaban de creer que aquí se puedan hacer este tipo de vinos”, dicen.

El mercado más difícil para nosotros es Betanzos. Vendemos más en A Coruña, en Santiago o en Ourense

La calidad de sus elaboraciones ha sido ya reconocida en el primer año con 92 puntos Parker, lo que les abrió las puertas incluso del mercado internacional. “Gracias a esas valoraciones vendemos ya a Japón”, cuenta Luis.

“La velutina nos ha reducido la producción de uva este año en un 25%”

PAGOS DE BRIGANTE (Betanzos) vendima bodega trazabilidade

Este es el tercer año que Pagos de Brigante elabora vino en su bodega. De la primera cosecha hicieron 4.300 botellas, el segundo año 6.300 y este cuentan con acercarse a las 10.000. “La cosa no pinta mal, vamos a subir considerablemente a pesar de la velutina”, dicen.

Pese a ir poco a poco incrementando la superficie alquilada y lograr incrementar la productividad de esas fincas con su cuidado y recuperación, distintos factores han condicionado estos tres años la cosecha, por lo que no han alcanzado aún su tope de producción, a la espera de que comiencen también a dar las cepas que están plantando de nuevo en la finca de 10 hectáreas de Paderne.

Si el año pasado las heladas del mes de abril mermaron notablemente la cantidad de uva, este año lo hicieron los pájaros, los jabalíes y sobre todo las velutinas. “Nosotros calculamos una pérdida del 25% de producción”, asegura Luis.

Cuando vemos las velutinas sobre una variedad concreta ya sabemos que está madura y vale para recoger

Además del tiempo, la vespa asiática condiciona también el momento de la recogida. “Para hacer buenos vinos es fundamental determinar el momento más adecuado para vendimiar las uvas. Para eso, durante todo el período de vendimia realizamos controles de maduración de las distintas variedades de uva que tenemos en nuestras fincas, pero cuando vale para coger no podemos alargar la maduración ni un día más porque sino nos destroza los racimos la velutina. Cuando las vemos sobre una variedad concreta ya sabemos que esas uvas están maduras, no nos hace falta casi ni mirarlas y analizarlas”, afirma.

Innovación

En colaboración con la Universidad de A Coruña han estudiado distintos métodos para minimizar los daños que la velutina provoca en las uvas, demostrando que la colocación de redes es un método eficaz pero caro y laborioso.

La innovación, tanto en la elaboración de los vinos como en el cuidado de los viñedos, es otra de las características por las que apuesta Pagos de Brigante. Por ejemplo, también están analizando, aun sin resultados concluyentes, si la plantación de salvia al pie de las cepas reduce la necesidad de tratamientos al poseer propiedades antifúngicas.

La colocación de redes se demostró un sistema efectivo pero caro

Dentro de otro proyecto en marcha con el Departamento de Física y Ciencias del Suelo de la universidad herculina están haciendo viticultura de precisión en un viñedo ecológico en Brabío, para lo cual cuentan con varias estaciones meteorológicas y sondas en el suelo y hacen analíticas de suelos y seguimiento por dron.

Llevan también un control individualizado de las producciones por finca, para lo cual quieren implementar un sistema de trazabilidad mediante un software informático que les permita identificar el origen de cada racimo desde la vid hasta la botella. “No queremos únicamente hacer vino, queremos innovar en el sector”, asegura Luis.

Gama de blancos y tintos

PAGOS DE BRIGANTE (Betanzos) viños

Por eso, en su catálogo actual, hay algunos caldos “diferentes”, como un vino naranja elaborado con palomino macerado con las pieles y al que se le añadieron cáscaras de godello. “Fue un experimento del año pasado, innovamos un poco y tiene salida, a la gente le gusta”, asegura Juan.

Y si ese vino, el Bacelouro, es un blanco elaborado como si fuera un tinto, el Cataventos es un vino tinto, mezcla de mencía con brancellao, pero hecho al estilo de un blanco, dejándolo una noche de maceración sobre las pieles. Este año quieren hacer también vino rosado, para lo cual ayuda la baja graduación de la uva de la zona de Betanzos.

Queremos hacer vinos comprometidos y de ‘terroir’, no queremos hacer vinos de supermercado

Pero más allá de estas elaboraciones innovadoras a pequeña escala, el grueso de la producción se centra en un monovarietal de uva blanca legítima, caracteística de la zona de Betanzos y que lleva por nombre Val do Ceo; un godello 100% (Na beira); un godello 90% con un 10% de agudelo (Garelo) y, en tintos, el Ramallo, que es un mencía con un 10% de garnacha tintorela.

A mayores, hacen un vino de licor (Tiaconcha), en homenaje a la tía de Luis, a la que le gustaba mucho este tipo de vino mistela, y una aguardiente (O Bóo), que pasa 12 meses en barrica de roble francés.

Enoturismo

Para complementar la producción de vino, están dando también los primeros pasos para hacer enoturismo, recibiendo visitas en la bodega, que se encuentra en plena Ribeira en Betanzos, frente al río Mandeo, y subiendo en barco a los visitantes hasta la finca que están plantando en Paderne, que se encuentra a kilómetro y medio río arriba. También pretenden bajar la uva de las vendimias hasta la bodega de esa misma manera, como era tradicional.

Porque otra de las intenciones del proyecto de Pagos de Brigante es poner en valor la historia de la localidad y de su vino. Por eso, las etiquetas de las botellas, que fueron diseñadas por Alfredo Erias, director del Museo de As Mariñas, contemplan temáticas de historia local, como un plano de la ciudad de 1916, una bodega tradicional, la Ribeira o las danzas de los marineros.

Queremos que nuestros vinos sean betanceiros en todos los aspectos

Luis nació en Santiago, pero de niño siempre estuvo vinculado a Betanzos, ya que pasaba las vacaciones en la casa de su tía Concha, una hermana de su padre, y tiene especial interés en que sus vinos recuperen esa historia de esplendor que los vinos de esta zona tuvieron en otro tiempo. “Nosotros queremos que nuestros vinos hablen de Betanzos y del pasado de la villa porque queremos recuperar lo que se perdió, esa tradición vitícola que no pasó de padres a hijos”, afirma.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Solicitamos su permiso para obtener datos estadísticos de su navegación en esta web, en cumplimiento del Real Decreto-ley 13/2012. Si continúa navegando consideramos que acepta el uso de cookies. OK | Más información