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En la primavera pasada, Pascual le había anunciado a sus explotaciones proveedoras en Galicia que tenía intención de reducir la recogida en la comunidad, aunque finalmente, la situación se ha reconducido y la empresa mantiene por ahora las alrededor de 150 granjas gallegas con las que trabaja. Consultada sobre sus planes en Galicia para el 2016, Pascual asegura que no abandonará la comunidad y que tiene intención de seguir comprando un volumen estable de leche, similar al de la pasada campaña.
De hecho, la compañía está trasladándole a sus explotaciones proveedoras una previsión de precios de compra hasta julio del 2016 en base a contratos trimestrales. Uno de los nuevos contratos que maneja el sector recoge una subida de un céntimo desde octubre, de 27,5 a 28,5 céntimos, sin contar la prima por cantidad (20 euros/1.000 litros) ni las de calidades. También se aplican descuentos de 6 céntimos litro para los volúmenes que rebasen en más de un 5% las cantidades contratadas.
Desde el sector se valora cómo positiva esta nueva subida, que se une a la anunciada por Leche Celta estos días, aunque se esperan aumentos y de mayor calado por parte del conjunto de las industrias. Con todo, la mayoría de las empresas son por ahora reacias a comunicar sus intenciones. La francesa Lactalis, la principal operadora de la comunidad, declinó responder a una consulta de Campo Galego sobre sus planes de precios para los próximos meses.
Evolución de Pascual
Calidad Pascual -denominación actual de la antigua Leche Pascual- había reducido de manera significativa la recogida en Galicia en los últimos años, tras el cierre de su factoría en Outeiro de Rei (Lugo) en 2009. Desde aquella, toda la leche que recoge en Galicia tiene que viajar hasta la planta de Aranda de Duero (Burgos), una circunstancia que genera en el sector el temor a un abandono de la recogida en la comunidad por parte de Pascual.
«Calidad Pascual no abandonará Galicia. Actualmente estamos gestionando excedentes, pero seguimos y seguiremos en Galicia»
La compañía es clara al respecto de tal temor: “Calidad Pascual no va a abandonar Galicia. Nuestra actividad sigue y seguirá”, asegura. A lo largo de los últimos meses, la compañía sí restringió los aumentos de producción de sus granjas proveedoras, una circunstancia que justifica en la “sobreprodución derivada del final de la cuota”. “Actualmente estamos gestionando los excedentes, con el fin de no tener un exceso de materia prima que no podamos asumir, pero eso no quiere decir que vayamos a dejar de recoger leche en Galicia ni que vayamos a perder volumen”, mantiene.
Si bien cuantitativamente Pascual ya no representa mucho en la comunidad, desde el sector sí se valoran en positivo aspectos cualitativos de su presencia, en esencia el modelo de trabajo de la empresa, caracterizado por una relación estable con los productores y por precios en origen de la leche superiores al promedio, que van ligados a una apuesta por la calidad.
Pascual trabaja en la actualidad en Galicia con dos centros de recogida, Logística Alimentaria, propietaria de la antigua factoría de Pascual en Outeiro de Rei, e Industrias Lácteas del Cantábrico, firma de la familia propietaria de la planta de Clea en Rábade.
Contexto
La continuidad de la recogida de leche en Galicia por parte de empresas sin factoría en la comunidad resulta clave en el actual contexto, marcado por aumentos de producción en todo el Estado y en el conjunto de la UE, una situación que en los últimos meses generó dificultades en parte de las granjas gallegas. Empresas como la asturiana Reny Picot o la vasca Iparlat, que gestiona la factoría Lactiber de León junto con la andaluza Covap, tienen una vía de suministro principal en Galicia, un escenario que el sector confía en que continúe de cara al futuro.
