Pautas para la correcta conservación del silo de hierba

Silvia Rico, veterinaria de la Cooperativa Xuncoga, aporta algunas de las claves a tener en cuenta para lograr forrajes de calidad. Eliminar el oxígeno, garantizar la presencia de azúcares y realizar un manejo adecuado del silo son fundamentales para tener buenos ensilados

Pautas para la correcta conservación del silo de hierba

Para una adecuada conservación de los silos es preciso cuidar el manejo desde que se hacen hasta que se terminan.

La conservación de los silos de hierba es clave para lograr unos forrajes de calidad. Por eso, tal y como apunta Silvia Rico, veterinaria nutricional de la Cooperativa de segundo grado Xuncoga, asentada en la comarca del Deza, es necesario cuidar el manejo del silo desde que se realiza hasta que se finaliza.

“El objetivo del ensilado es conservar el forraje, sin perder la cantidad de alimento y evitando al máximo las pérdidas del valor nutritivo”, explicaba Rico en el marco de unas jornadas para conseguir buenos forrajes organizadas por la cooperativa O Rodo, de Rodeiro (Pontevedra). Así, se trata de conseguir un silo con un elevado valor nutritivo, altamente digerible, debidamente conservado y palatable para el animal.

Para lograr silos de hierba de calidad, Rico recomienda evitar la presencia de oxígeno y prestar especial atención a los azúcares, ya que son un aliado para la conservación de los forrajes.

Silvia Rico_veterinaria Xuncoga

La veterinaria Silvia Rico durante su participación en las jornadas en la Cooperativa O Rodo.

 La presencia de oxígeno, el mayor enemigo de los silos

La presencia de oxígeno en el silo es uno de los mayores enemigos para la conservación de la hierba. A la hora del ensilado es preciso tener esto ya muy presente e intentar evitar que queden espacios de aire en el silo. “Es necesario hacer un buen llenado y compactación de la hierba cuando se mete en el silo para reducir al mínimo la presencia de oxígeno. Cuanto más pisado vaya el silo menos aire va a quedar y se reducen los riesgos”, concreta la veterinaria.

Hacer una buena compactación del silo contribuye además a reducir al máximo las pérdidas de nutrientes en materia seca. Un silo con un frontal bien compactado suele tener una pérdida de nutrientes del 0,3% en el primer día en que se abre el silo. Sin embargo, si este frontal es muy irregular este porcentaje se eleva a 1% en un solo día de exposición. Al cuarto día, en los silos muy irregulares esta pérdida llega a ser del 15%, mientras que en los silos con un frontal compacto, queda en una pérdida del 6% cuando lleva los 4 días abierto.

Meter la hierba con un grado de humedad adecuado y realizar una buena compactación es fundamental para reducir las pérdidas de nutrientes de los silos

En el momento de hacer el ensilado, también es preciso tener en cuenta la humedad del forraje. “La hierba no debe ir ni muy seca ni muy húmeda, debe contener alrededor de un 30-35% de materia seca”, explica la veterinaria. Con todo, reconoce que hay tendencia a meter muy húmeda la hierba. “Cuanto más húmedo se mete el silo más efluentes va a haber, es decir, mayor pérdida de líquido, no solo agua, sino nutrientes”, explica. Al mismo tiempo, el agua hace un efecto tampón y evita que baje el pH. Por el contrario, tampoco es recomendable meter la hierba muy seca, ya que entra más aire al silo y resulta más difícil la compactación del forraje.

Tan importante como el ensilado es el manejo que se hace del silo desde que se abre para consumir. “Desde que se abre el silo, hay un punto de contaminación alto en el frontal del silo, por lo que es preciso intentar reducir al mínimo los riesgos”, valora Rico.

La veterinaria recomienda mantener un frontal con una superficie lisa y perpendicular al suelo, ya que de este modo la superficie expuesta es menor. Además, aconseja ir retirando la cubierta plástica de manera paulatina. “Como máximo puede destaparse el plástico del silo que se prevé consumir en 3 días, no más”, aclara.

También se debe consumir teniendo una densidad adecuada. En invierno de media se consumirán unos 15 centímetros y en verano se llega a los 20 centímetros.

Además, para mejorar la calidad de los silos de hierba también es recomendable tener bien dimensionado el silo en base al número de animales y a la ingestión de silo por ejemplar que se va a hacer. Contar con una buena orientación del silo también contribuye a que las inclemencias meteorológicas no provoquen pérdidas.

Los azúcares, claves para el silo

Los azúcares son la principal fuente de alimento para las bacterias que producen el ácido láctico, que a su vez es indispensable para la conservación del silo, ya que provoca que el pH baje y se conserve el ensilado. Así, es fundamental segar la hierba para ensilar antes del espigado, ya que es cuando más azúcares tiene la planta y proporcionará alimento a las bacterias. La veterinaria recuerda cómo los silos hechos en invierno no terminan dando buenos resultados, ya que la hierba no llega a cumplir el ciclo y no está próxima al espigado cuando se siega, de manera que casi no contiene azúcares que permitan la producción del ácido láctico y la conservación del silo.

silo

Es necesario prestar atención al frontal de los silos, para evitar pérdidas de forraje.

En la producción de ácido láctico no todas las bacterias presentes en el silo resultan igual de eficaces. “La velocidad y la eficiencia del proceso puede variar en función del número y el tipo de bacterias que haya en el silo”, explica la veterinaria. En los silos también puede haber bacterias como E. coli o Clostridium que son nefastas para la conservación del silo y que pueden echar a perder el forraje.

“Reducir la contaminación en los silos es la mejor manera para mejorar la inocuidad de la ración y que los animales se alimenten de manera regular todos los días”

El problema es que a la hora de realizar el silo se desconoce qué cantidad de bacterias eficaces o perjudiciales para la conservación del forraje hay en la hierba, de ahí que se recomiende el empleo de inoculantes, que aportan bacterias eficientes en la producción de ácido láctico. Evitar la presencia de oxígeno también es determinante para conservar la mayor cantidad posible de ácido láctico en los silos, ya que el aire favorece un desarrollo exponencial de levaduras, hongos o de las bacterias ineficientes, todos ellos perjudiciales para la conservación del silo.

“Reducir la contaminación en los silos es la mejor manera para mejorar la inocuidad de la ración y que los animales se alimenten de manera regular todos los días”, concreta la veterinaria. Las variaciones de ingesta de una granja pueden ser un indicador de que el silo, sea de hierba o de maíz, está contaminado y perjudica a los animales, de manera que reducen la cantidad de forraje que comen.

¿Cómo evaluar la calidad de los silos?

Para evaluar si un silo de hierba se encuentra en buenas condiciones y es de buena calidad hay varios indicadores que pueden proporcionar información al respeto:

-Características físicas. Observar a simple vista el silo ya puede aportar información sobre su estado. El color debe ser semejante a la del forraje cuando se ensiló. “Un silo de color negro ya indica que no está bien conservado”, detalla la veterinaria.

El olor también es un buen indicador. Así, el silo debe tener un olor ácido, pero que nos recuerde a fruta madura. Un silo con olor a podre revela que no se hizo de la manera correcta algún proceso.

También debe tener una temperatura estable, ya que cuando se eleva indica que hay presencia de oxígeno que está interfiriendo en la conservación del silo.

-Características químicas y biológicas. Los datos que nos pueden facilitar las analíticas de los silos sobre las presencias de bacterias y el perfil de fermentación resultan de gran utilidad para determinar la calidad del silo.

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