Percy Pastures, una granja de Nueva Zelanda que logra 550 Kg. de materia seca por vaca en base a pasto

El matrimonio formado por Steve y Vera Shailer logra una producción total de unos 270.000 kg de sólidos por año con una alimentación a base de pasto y 5 kg diarios de pienso

Steven e Vera Shailer cos seus fillos na granxa familiar en Foxton, na illa norte de Nova Zelandia.

Steven e Vera Shailer con sus hijos en la granja familiar en Foxton, en la isla norte de Nueva Zelanda

Los ganaderos de Nueva Zelanda no piensan en litros de leche, sino en kilos de grasa y proteína. Por eso, el objetivo del matrimonio formado por Steven Shailer y su esposa Vera es alcanzar a lo largo del año 1 kg de sólidos por cada kilo de peso vivo de sus vacas.

Su granja, Percy Pastures Ltd., cuenta con unas 490 vacas en producción y alcanzó en la última campaña una producción total de 268.000 kg de grasa y proteína, lo que supone un promedio por vaca de 550 kg de materia seca, muy por encima de los registros habituales en Nueva Zelanda, que se sitúan unos 100 kilos por debajo de ese nivel.

El objetivo de producción a alcanzar es 1 kg de grasa y proteína por cada kilo de peso vivo de la vaca

El peso medio del conjunto del rebaño es de unos 500 kg por animal en producción. Son vacas frisonas neozelandesas en un 90% y el resto kiwicross (cruce de holstein con jersey). Con la selección genética buscan un tipo de vaca de pequeña estatura, con buena fertilidad y alta capacidad para transformar el pasto en sólidos.

En función de la calidad del pasto, aportan más o menos proteína en el pienso

La base de la alimentación del ganado es el pastoreo, con una suplementación de 5 kg diarios de pienso de media en la sala de ordeño. La cantidad de concentrado, al igual que su composición, se va reajustando en función de cómo están los pastos, de manera que suben o bajan los kilos de pienso y su aporte proteico.

Gestión del pasto

SHAILER TRADING (Nova Zelandia) vacas no pasto2

Cambian de finca dos veces al día, después de cada ordeño, e intercalan en el mismo día parcelas que están más lejos con otras que están más cerca de la sala de ordeño, con el objetivo de que, en el cómputo diario, las vacas caminen todos los días más o menos la misma distancia. “Un kilómetro de distancia supone un consumo de 1 kg MS de alimento”, justifica Steve.

Intercalan fincas más lejanas con otras más cercanas cuando abren nuevo pasto a las vacas tras el ordeño, para que todos los días recorran más o menos la misma distancia

Cada 10 días miden la cantidad de pasto que hay en las parcelas (tienen 77 en total) y trabajan con turnos de pastoreo para volver a la misma parcela en periodos de entre 22 y 30 días, según la época del año (primavera, verano y otoño), alargándose hasta los 100 días en invierno. “El objetivo es que la altura de entrada sea de 3.000 kg MS/ha y la salida se produzca con entre 1.500 y 1.600 kg MS/ha”, detalla.

Las vacas en producción comen un total de 21 kg MS desde el momento del parto hasta el mes de enero para producir 2,3 kg de sólidos por vaca y día, y se les reduce a 20 kg MS hasta el final de la lactación. En cuanto al período seco, consumen entre 12 y 14 kg MS. La ración anual total por vaca está compuesta por 4.200 kg MS de pasto, 1.400 de concentrado, 600 de silo de hierba, 400 de achicoria y 300 de torta de palmiste.

Renovación de un 15% de los pastizales cada año

Na sala de muxido suplementan con concentrado e torta de palmister

En la sala de ordeño suplementan con concentrado y torta de palmister

La granja dispone de un total de 263 hectáreas de terreno destinadas a pasto. Renuevan el 15% de los pastizales cada año. “La permanencia del raigrás en Nueva Zelanda se ha reducido, pasando de 10 años a 5. No acabo de saber por qué, pero los pastizales ya no duran los 10 años que duraban antes”, reconoce Steve.

Las praderas de raigrás ya no duran los 10 años que duraban antes

Además de raigrás, también siembran achicoria para pastar en verano y avena para pastar en invierno. “Hacemos principalmente siembra directa para no traer a la superficie más arena del fondo”, justifica.

El pH medio del suelo en esta zona es de 6,7, pero son suelos de baja fertilidad, lo que condiciona el tipo de especies que pueden sembrar. “Hemos hecho pruebas con alfalfa, pero cuesta mucho establecerla”, admite.

Con los excedentes de pasto de la primavera hacen dos cortes para silo de hierba, que luego se usa para suplementar el pasto de las parcelas de achicoria en verano. En esta época también suministran a las vacas torta de palmiste, un subproducto derivado de la fabricación de aceite de palma, utilizado habitualmente en las granjas neozelandesas e importado de países como Indonesia o Malasia.

Hacen silo de hierba en trinchera en primavera y lo esparcen después en verano en los pastizales para que lo coman las vacas, sin utilizar ningún tipo de comedero en las fincas

La hierba la ensilan en trinchera y luego la esparcen en los prados donde las vacas están pastando, mediante un remolque que va distribuyendo el silo en el suelo. “Tenemos una producción forrajera limitada, hacemos unas 300 toneladas de silo, y en marzo ya lo hemos terminado todo”, indica.

A diferencia de la mayoría de las ganaderías neozelandesas, en esta granja ensilan la hierba a granel en un silo de zanja. “Es más barato que los rollos y más fácil de hacer y suministrar en los prados”, justifica. Cuando lo sacan, procuran hacer cortes limpios en el frente del silo y que no quede nada en el suelo para evitar la fermentación.

Objetivo a medio plazo: la implementación de riego

Silo de herba para suplementar o pasto durante os meses do verán

Silo de hierba para suplementar el pasto durante los meses de verano

La granja de Steve y Vera está ubicada en Foxton, en la región de Manawatū. Esta localidad costera, al suroeste de Palmerston North, sufre problemas de sequía en verano. La media de precipitaciones es de 900 mm, concentradas entre abril y diciembre. “De enero a marzo casi no llueve”, lamenta Steve.

Las temperaturas oscilan entre los 4°C en invierno y los 30°C en verano, y los suelos son arenosos, por lo que retienen poca agua. El raigrás híbrido suele secarse en la época sin lluvias, a diferencia de la achicoria, que resiste mejor. “Estamos a 2 km del mar y en los meses de noviembre y diciembre hace viento y seca mucho el terreno, sobre todo en las zonas altas”, asegura.

La intensificación de las granjas lecheras en esta zona se basa en la instalación de sistemas de riego y la suplementación con concentrado

Percy Pastures no dispone de sistema de riego, a diferencia de otras granjas vecinas. Su objetivo es implementarlo a medio plazo, tanto para maximizar la producción forrajera como para preservar la calidad del pasto en verano, pero no cuentan con los permisos necesarios para instalarlo. “El fuerte de nuestra granja es la nutrición del ganado y queremos seguir mejorando en ese aspecto”, afirma.

Abonado y mantenimiento de los caminos

El abonado de los pastizales y el mantenimiento de los caminos en buen estado son dos de las tareas que más recursos y horas de trabajo consumen en esta explotación. Para mantener un alto nivel de producción de pasto y reducir al máximo el costo del abonado, realizan análisis de suelo y pasto cada dos años en todas las fincas, de manera que suplementan solo en función de esos requerimientos.

“Las granjas de zonas arenosas solemos tener niveles bajos de azufre y potasio, por lo que realizamos un abonado de mantenimiento una vez al año. En cuanto a minerales como el cobre, el cobalto o el selenio, se añaden cuando los análisis del pasto indican que son necesarios”, explica Steven.

Los análisis y recomendaciones de abonado están a cargo de técnicos de la cooperativa Ravensdown

Los análisis y recomendaciones de abonado son realizados por técnicos de Ravensdown, una cooperativa de ganaderos creada en 1978 para luchar contra el monopolio de la empresa Kempthrone Prosser, que suministraba superfosfato en Nueva Zelanda. Hoy, Ravensdown es la principal compañía de distribución de fertilizantes y semillas del país y también ofrece análisis de suelos y asesoramiento agrícola a sus socios.

En Nueva Zelanda no hay límites al fósforo, solo al nitrógeno

“En Nueva Zelanda no hay límites al fósforo, solo al nitrógeno, y se prevé que las restricciones futuras se centren más en las emisiones de gases de efecto invernadero”, comenta.

En el caso de Percy Pastures, las dosis de nitrógeno se sitúan entre 80 y 100 kg/ha desde mediados de julio (época de partos) hasta mediados de septiembre, y luego se reducen a 50-60 kg/ha hasta mediados de diciembre. Aplican el fertilizante una vez por semana en las parcelas que han sido pastoreadas por el ganado.

Un dos camiños da granxa que precisa de labores de mantemento

Uno de los caminos de la granja que necesita de labores de mantenimiento

El mantenimiento de los caminos del pasto en buen estado es otra de las tareas en las que ponen énfasis en esta explotación. “Para mí es lo más importante, sobre todo para evitar las cojeras. Es el mayor gasto que tenemos porque el costo de renovar los caminos es de unos 60.000 dólares (30.000€) por kilómetro, por lo que no podemos permitirnos renovar más de un km por año. En los últimos dos años, los márgenes de beneficio de la granja han sido más pequeños y lo que más ha sufrido ha sido el mantenimiento de los caminos”, admite Steve.

Los caminos tienen una primera capa de zahorra compactada y luego 20 cm de caliza molida por encima, que compactan con un rodillo. Cuando la capa superficial de caliza se desgasta y comienzan a aparecer las piedras de debajo, realizan el mantenimiento renovando la capa superior.

Cuentan en total con unos 10 km de caminos y también tienen un paso subterráneo bajo la carretera. La parcela más alejada de la sala de ordeño está a 2,4 km, y las vacas tardan una hora en llegar.

Trabajo agrario y mano de obra

Cuberto onde teñen os becerros pequenos na época de parideira e onde o resto do ano gardan a maquinaria

Cobertizo para los terneros pequeños en la época de paridera y donde el resto del año guardan la maquinaria

Una de las diferencias de esta granja con la mayoría de las explotaciones neozelandesas es que cuentan con maquinaria propia y realizan ellos mismos el trabajo agrario para incrementar así sus márgenes de beneficio.

En la explotación trabajan 5 personas: Steve y Vera, junto con tres empleados, Chris, Ethan y Martine, quien se encarga de los apoyos y reemplazos. De las 5 personas, 3 están dedicadas al cuidado del ganado y 2 al trabajo agrario.

No es fácil crecer debido a las dificultades para encontrar mano de obra

El promedio de horas de trabajo de los empleados es de unas 10 al día, con turnos de 11 días de trabajo seguidos y 3 de descanso. “Tenemos épocas muy intensas, de mucho trabajo, sobre todo en los meses de partos y en los momentos de recolección del forraje y renovación de los pastizales”, explica Steve.

Él mismo trabaja incluso más horas, unas 13 diarias. “Desde que los tractores tienen luces puedes trabajar las 24 horas si quieres, y yo no soy una persona de oficina, porque pienso que mis horas en el tractor son más rentables”, argumenta.

Los trabajadores de Percy Pastures tienen un salario de unos 90.000 dólares neozelandeses (45.000 euros) brutos al año y 5 semanas de vacaciones, que suelen coincidir en parte con la época en la que no hay ordeño. En el caso de Steve y Vera, siempre se toman una semana en verano para irse con los niños en el barco que tienen y otra en Navidad. “Los empleados están más centrados en las vacas de leche, en tareas como el ordeño, mientras que yo me ocupo más de la recría, por lo que me resulta complicado ausentarme más de una semana”, justifica.

Costes de producción

Zona da sala de muxido e tanque do leite

Zona de la sala de ordeño, depósitos de concentrado y tanque de la leche

La explotación de la familia Shailer vende la leche a Fonterra y, en este momento, mantiene buenos precios, alcanzando los 10 dólares neozelandeses (unos 5 euros) por kg de sólidos. Sin embargo, los márgenes de beneficio se han reducido debido al incremento en los costos de producción.

El coste de producción es de 6,3 dólares neozelandeses por kg de sólidos, incluyendo alimentación y mano de obra

“Antes del COVID, nuestro coste de producción por litro de leche (sin amortización de maquinaria ni costos financieros –créditos–) era de 4,2 dólares y el precio de venta de la leche era de 9 dólares. Pero actualmente, el coste de producción ha subido a 6,3 dólares y el litro de leche a 10 dólares”, detallan.

“Seguimos una estrategia de bajos costos en instalaciones. Hay un debate en este momento a nivel nacional sobre si es necesario contar con algún tipo de instalación para resguardar el ganado en invierno, pero por ahora no vamos a invertir en eso hasta que la normativa esté clara”, explica.

Hay un debate en este momento a nivel nacional sobre si es necesario contar con algún tipo de instalación para resguardar el ganado en invierno, pero no vamos a invertir en eso hasta que la normativa esté clara

En los meses de invierno, que coinciden con el período seco del ganado, las vacas están siempre al aire libre, recluidas en parcelas de descanso. La naturaleza arenosa del suelo evita que se encharque con facilidad, pero cuando aparece barro no queda más remedio que gestionarlo lo mejor posible, reconoce Steve. El cultivo de avena en estas fincas también ayuda a estructurar el suelo.

Las únicas instalaciones con las que cuenta la ganadería son la sala de ordeño, de 2×32 puntos, lo que les permite ordeñar las 500 vacas en 3 horas, incluida la limpieza, y un cobertizo donde mantienen los terneros durante sus primeras dos semanas de vida, que luego se convierte en el almacén de maquinaria.

Concentración de partos

Amamantadora móbil para dar de mamar á recría nos prados

Amamantadora móvil para dar de mamar a la recría en los prados

Las vacas paren en el prado, donde están un mínimo de 12 horas junto a las crías para asegurarse de que toman el calostro. Al día siguiente, las terneras y terneros son llevados al cobertizo en lotes de 12 animales, donde permanecen dos semanas y son alimentados dos veces al día. Luego vuelven al prado, donde continúan con el proceso de recría y a donde se les lleva la leche en una amamantadora móvil.

La época de partos es una de las de más trabajo del año. Los partos comienzan a partir del 20 de julio y duran aproximadamente 10 semanas, aunque la mayor parte se concentra en el primer mes.

Para detectar los celos utilizamos una pegatina que se coloca en la cola de las vacas y cambia de color; no tenemos demasiada tecnología para la gestión del ganado

La concentración de partos se realiza mediante una ventana de inseminación artificial que dura 4 semanas y media y en la que utilizan un 50% de semen sexado. Steve se fija en la conformación, las características de la ubre y la resistencia a mastitis como principales cualidades de los toros que elige, aunque admite que “los índices en el papel no siempre van de la mano con lo que después son las vacas en la realidad”.

Para mejorar la detección de celos en esta época, colocan a las vacas una pegatina en la cola que cambia de color, lo que ha permitido una identificación más precisa y reducir de 6 a 4,5 semanas el período de inseminación artificial.

El período de inseminación artificial comienza el 10 de octubre y dura 4,5 semanas. A continuación, usan toros de monta natural hasta el 27 de enero

Transcurrida esta primera fase, comienza otro período de 6 semanas de monta natural para las vacas que no quedaron preñadas en los dos intentos mediante inseminación artificial. Como toros de repaso, tienen 12 ejemplares de raza Hereford que rotan en grupos de 4 cada 24 horas. Los toros son retirados del rebaño el 27 de enero. En el caso de las novillas, emplean toros Jersey, por su mayor facilidad de parto, que entran en el lote el 10 de octubre y permanecen 10 semanas, para que los partos coincidan con los de las vacas.

Un 10% de las vacas quedan vacías cada año y son enviadas al matadero

Recrían un promedio de 150 terneras cada año para reposición. Realizan pesajes cada 6 semanas para monitorear su crecimiento. La tasa de reemplazo de la granja es del 26%. “Es otro de nuestros puntos de mejora”, asegura Steve. Las vacas tienen una vida útil de unos 5 o 6 años, durante los cuales logran un promedio de 4 partos.

“En Nueva Zelanda no puedes comprar una granja de carne y convertirla a producción de leche, pero sí al revés”

Sala de muxido de 2x32 puntos

Sala de ordeño de 2×32 puntos de la granja

El uso de semen sexado les ha permitido acelerar la mejora genética de su cabaña lechera y abrir una nueva vía de negocio con el engorde de terneros. Steve y Vera compraron el año pasado otra granja cercana con 128 hectáreas de terreno, que utilizan para la recría de una parte de los machos y hembras cruzados con Hereford que nacen en su explotación lechera.

Acostumbran a recriar hasta los 2 años un 20% de los cruces cárnicos que realizan en la explotación lechera, mientras que el resto los venden de pequeños a otras granjas de carne. Los terneros que engordan alcanzan los 600 kg de peso vivo, logrados solo con pasto, con una ganancia media diaria de 900 gramos.

Los terneros cruzados con Hereford los venden a los 2 años con 600 kg de peso vivo, logrados solo con pasto

La legislación neozelandesa no les permitiría dedicar esas 128 hectáreas de la nueva granja que compraron a la producción de leche, debido a la prohibición vigente de cambio de uso de ganaderías de carne a leche. “En Nueva Zelanda no puedes comprar una granja de carne y convertirla en una lechera, pero sí al revés. Las autoridades no quieren más producción de leche para evitar el crecimiento agresivo del sector”, asegura Steven.

Las autoridades no quieren que aumente la producción de leche en el país

“Si quieres crecer, la única opción es comprar otra granja lechera, pero no puedes adquirir una de carne y destinar esas tierras a la producción de leche. Por eso tampoco se puede intensificar en los 5 años posteriores a la compra de una granja lechera. Ese es el motivo por el que nosotros no podemos, por el momento, instalar el riego”, explica.

“No tenemos claro que vayamos a seguir invirtiendo en agricultura”

Steve creció en una granja lechera cerca de la Universidad de Lincoln, donde estudió comercio y gestión empresarial. Vera, por su parte, nació en Suiza y se trasladó a Nueva Zelanda a principios de los años 90, cuando su familia compró una granja en Hunterville. Estudió enfermería y trabajó durante 9 años en el hospital de Palmerston North, hasta que en 2017 decidió, junto con Steve, gestionar una granja de 750 vacas bajo la fórmula de ordeño compartido (sharemilking) al 50% con los propietarios de la explotación.

Steve ya había trabajado durante 9 años en la granja de su familia

En 2020 trasladaron la granja a su ubicación actual y en 2024 compraron 128 hectáreas de otra ganadería vecina dedicada a la recría. En este momento, la venta de leche sostiene el resto de sus inversiones, ya que el 70% de sus ingresos provienen de la explotación lechera, el 5% de la venta de terneros de carne y otro 25% de la recría por encargo que realizan para otras granjas, además de la venta de rollos de silo que producen con los excedentes de forraje.

El precio de la tierra en esta zona es de unos 36.000 dólares neozelandeses por hectárea, aproximadamente 18.000€

El planteamiento de futuro del matrimonio pasa por diversificar sus fuentes de ingresos mediante la reinversión de los beneficios generados por la explotación lechera. “Lo primero que queremos hacer es cancelar las deudas que tenemos y luego llevar a cabo una serie de mejoras, como renovar la sala de ordeño o instalar el riego. También queremos diversificar con la producción de hortalizas o flores, pero no tenemos claro que vayamos a seguir invirtiendo en agricultura. Revisaremos el escenario y los objetivos cada 5 años, y el criterio para la toma de decisiones es que nos tiene que hacer ganar dinero”, razonan.

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