Persistencia de las vacas, ensilado e identificación digital centraron la jornada de Africor-Pontevedra

La finca Mouriscade, de la Diputación de Pontevedra, acogió una nueva jornada formativa organizada por Africor Pontevedra. La duración de la vida útil de las vacas en las explotaciones, las técnicas y materiales para un correcto ensilado de pradería y de maíz y las nuevas herramientas digitales tanto opcionales como obligatorias para las ganaderías fueron los aspectos presentados en las ponencias. Unos aspectos que inciden directamente en la rentabilidad de las granjas.

Persistencia de la vaca

La vida de la vaca en la explotación tiene tres períodos diferenciados. La recría, la fase de lactación y el tiempo en que está seca. Sólo es productiva en la de lactación, mientras que en las otras dos supone un gasto o, en el mejor de los casos, una inversión con sus riesgos. Por lo tanto, hay que hacer lo más larga y productiva posible la fase de lactación para no incurrir en pérdidas. Con esta premisa, Ramiro Fouz, profesor del Área de Producción Animal de la Facultad de Veterinaria de Lugo, explicó las claves para esa persistencia del animal. Y es que una de cada cinco vacas nunca llega a amortizarse porque no se preña, no llega a tener un segundo parto, se enferma y no produce o muere. Así, el resto de las vacas tienen que amortizarse a si mismas y cubrir las pérdidas de esas bajas. Y hay que tener en cuenta que actualmente la media de partos por vaca en sistemas intensivos es de 3,2 y la vida de los animales de 5,6 años.

Reducir la edad en la que se produce el primer parto es un paso esencial. Fouz explicó que la primera lactación de la vaca serviría para amortizar lo que costó recriarla. Pero eso no se puede calificar de beneficio. Así, cuanto más tarde en parir una vaca, más estará consumiendo y más tardaremos en recuperar la inversión. “Para conseguir el primer parto a los 21 o 22 meses hay que ser muy rigurosos en la recría y conseguir que en la fase final la novilla adquiera un kilo de peso por día. Para eso hay que aplicar correctamente los calostros y la leche de transición.  El calostro es el producto de más valor que hay en las granjas y muchas veces tiramos el que sobra.”, dijo Fouz. Cierto es que el ganadero insemina cuando ve que la novilla ya es apta y, si la recría se hace mal, esa aptitud puede no llegar hasta pasados 28 meses.

“El gran logro de la mejora genética en Galicia no fue conseguir vacas que den más leche, sino vacas que den leche más tiempo. Eso es la persistencia”, Ramiro Fouz, profesor de Veterinaria de la USC

“Para reducir el tiempo al primer parto, otro requisito es hacer lotes. En ese momento las primerizas tienen que estar en 600 kilos de peso, pero las vacas adultas están ya en 700 o 750. De esa forma, la competencia en un espacio reducido siempre perjudica a las primerizas. Sabemos que no siempre hay espacio ni tiempo para tener un lote de primerizas pero merece la pena hacer el esfuerzo porque así vivirán y producirán más.” Fouz señaló que la producción de las vacas adultas nunca debe ser más de un 15% superior a la de las de primer parto ya que eso significaría que esas novillas no fueron bien recriadas y no están en el peso que deberían tener.

Respecto de la otra fase improductiva, el secado, Fouz cifró entre 45 y 60 días el tiempo que debe prolongarse. Porque, si es inferior a 45 días no dará tiempo a que se regenere el sistema mamario y bajará la producción siguiente. Y si es superior a 60 días, el coste de tenerlas improductivas irá en contra de la economía de la granja aunque la siguiente lactación sea algo más abundante. Según el profesor Fouz, hoy el 54,2% de las vacas tienen un período de secado superior al deseable y un 21,5% inferior. Fouz advirtió también que hasta el 25% de las vacas gallegas se están secando cuando aún producen 32 litros diarios y eso supone un perjuicio para la salud y el bienestar del animal. Y es que, cuanto mayor sea la producción al momento del secado, mayor será el daño stress a la vaca. Por otra parte, la persistencia se va perdiendo a medida que la vaca acumula partos. Es decir, una de primer parto tarda más en alcanzar su pico de producción, lo mantiene más tiempo y lo va bajando de forma escalonada.

Por contra, las adultas alcanzan antes el pico y sufren bajadas cada vez más bruscas a medida que van teniendo partos. En ese sentido, planteó que se puede pensar en ir a lactaciones prolongadas, un sistema que reduce el número de partos pero no el de producción total al final de la vida. “Con menos partos también tendremos menos períodos de riesgo -los de las semanas posteriores al parto- cuando aparecen cetosis o hipocalcemias. Y tendremos lactaciones muy largas, sin grandes picos pero también sin grandes caídas. Hay que analizar lo que conviene en cada momento y granja. Y siendo conscientes de que cuanto más ordeñemos al día, más persistencia habrá.” Fouz cerró señalanando que las valoraciones genéticas que se hacen de las vacas lecheras en España non incluyen la medición del índice de persistencia, algo que si se hace en países como Canadá, Dinamarca o Países Bajos.

Puntos críticos del ensilado de maíz y pradera

El forraje supone el 50% de la ración que come la vaca pero su coste es sólo el 35%. Dado que el ganadero no tiene ninguna posibilidad de influir en ese 65% de coste que suponen los concentrados, hay que centrar los esfuerzos en hacer el mejor silo posible. Partiendo de esa realidad, Ángel Miranda, director de la División Agroganadera de CLUN, enumeró las diferentes fases que componen el proceso de ensilado. Desde el tipo de cultivo elegido y su manejo hasta el procedimiento y tiempo de siega y el depósito y tratamiento del forraje almacenado. “Cuando tenemos un problema en el silo, llamamos al nutriólogo a ver si tiene arreglo; si no lo tiene, compramos forraje o compramos concentrados. Y, aunque a veces lo tenga, puede haber una enorme pérdida de calidad que influirá en el índice de conversión y en la propia salud de las vacas.”, dijo.

 

El proceso de un correcto ensilado es sencillo en la teoría: almacenar unos forrajes que pueden tener hasta un 70% de humedad, en un espacio libre de oxígeno que permita la fermentación y una acidificación que posibilita la conservación. En la práctica es más complejo. Hay que tener en cuenta que lo que entra en el silo siempre es mejor que lo que sale. La cuestión es que lo que sale siga siendo apetecible para el ganado y que esté libre de toxicidad. “Los forrajes llegan del campo con un PH más o menos neutro y en el momento en que empiezan a producir azúcares. Y llevan ya flora bacteriana y fúngica incorporada que por si sola deberá facilitar la fermentación. Si hacemos un presecado excesivo, tendremos después que añadir bacterias y azúcares. En un primer momento tendremos la fermentación acética, después la láctica, luego un proceso de estabilización y, una vez abierto el silo, se produce una reentrada de oxígeno que influirá en el silo en a medida en que hagamos mejor o peor el ensilado y su manejo.”, explicó Miranda.

“El silo es el 50% de la ración de la vaca pero sólo supone el 35% del coste. Por eso, hay que hacerlo con el máximo rigor para que sea rentable”, Ángel Miranda, CLUN

En el silo antes de abrirlo hay millones de microorganismos. Unos positivos, que consumen azúcares, facilitan la acidificación y bajan el PH y otros negativos (clostridios, levaduras, hongos) que “reviven” con la reentrada del oxígeno. De cómo se actúe con esos microorganismos, dependerá el éxito del silo. “Si tenemos forrajes con menos de un 25% de materia seca ya partimos con problemas. En esos casos hay que introducir acidificantes. Lo mejor es el ácido fórmico en una proporción de dos litros por cada tonelada de forraje. Lo mismo pasa con los azúcares, que serán más elevados si hacemos la siega en condiciones de frío nocturno y luminosidad diurna. Y luego está la capacidad de tampón, que es la resistencia del forraje a las variaciones de PH y que se corrige con la aplicación de ácido láctico.”, dijo el técnico de CLUN que indicó que hay un problema con los lixiviados en casos de poca materia seca (menos de un 20%) que generan hasta 200 litros de lixiviados por tonelada en los primeros cinco días.

Recoger antes de que las plantas alcancen los niveles de nutrientes óptimos, la mala elección de la fecha de siega, tener más forraje que espacio disponible, la falta de personal y maquinaria suficientes, el abuso de conservantes o descuidar el manejo del forraje por ser minoritario en la ración son errores habituales que llevan a que el silo pierda digestibilidad y calidad. Otro punto clave es el picado y el uso de conservantes. Miranda rechaza picados largos y apuesta por que sea lo más corto y fino posible y recomienda el uso de conservantes siempre que haya dudas y si la materia seca es baja.

El día en que se ensila, pisar, pisar y volver a pisar. La fórmula adecuada es de 360 kilos de pisada por cada tonelada/hora que entre. La compactación nunca es excesiva. La cifra óptima es de hasta 870 kilos por metro cúbico. Y es necesario almacenar en forma de U para evitar roces y utilizar lonas laterales puesto que el hormigón no es impermeable y además puede desprender trozos de cemento que acaban en la ración. Si se pueden hacer capas homogéneas de no más de 10 centímetros, una especie de “milhojas” será el mejor sistema, aunque no siempre es posible.

Que la toma de muestras seaa correcta es esencial. “Al laboratorio mandas una muestra de 30 gramos de un silo que puede tener siete millones de kilos. Si no se toma una muestra verdaderamente fiel, dará igual lo que diga el laboratorio porque no será representativo de la realidad. Personalmente, recomiendo tomarlas en la parte frontal, porque es lo que están comiendo en ese momento y con una periodicidad regular.” Miranda recomienda, para cubrir los silos, el uso de plásticos de barrera de oxígeno, que son asequibles y que reducen unas pérdidas que venían siendo de hasta el 14% del silo.

Usos prácticos de la indentificación electrónica en granja 

Desde el 1 de julio, va a ser obligatoria la colocación del crotal electrónico en todos los animales que nazcan en las granjas. Por eso, desde Africor Pontevedra contaron con Juan José Núñez, de KAM postventa SenseHub, para explicar que es la identificación electrónica y las ventajas que ofrece. Por ejemplo, el técnico señaló que de cada cien datos que se recogen en papel, dos contienen errores muy graves, algo que no sucede con las nuevas tecnologías. Y es que los datos son el oro intangible de nuestra época.

Núñez dijo que el vacuno de leche es el sector ganadero que más digitalizado está aunque hay un enorme margen de crecimiento. “Desde 2010 vivimos una cuarta revolución industrial. En nuestro caso, la principal herramienta es la predicción. Analizando datos podemos anticipar enfermedades, fallos en las instalaciones, problemas de bienestar…y, sobre todo, anticiparnos y prevenirlos. La identificación electrónica a través del crotal permite identificar cada animal y tomar todo tipo de datos del receptor que lleva instalado, que es de baja frecuencia y permite superar las barreras físicas que hay en las granjas. Consta de un código de 15 dígitos que identifican el país, la especie animal, la comunidad autónoma y el número del ejemplar.”

Una importante ventaja de la identificación electrónica es que, por ley, está estandarizada. Esto es, los dispositivos tienen que ser compatibles con todo tipo de tecnologías y con cualquier fabricante, de forma que el ganadero no sea dependiente de un sólo proveedor.

En la jornada también se dio cuenta del desarrollo del programa de embriones que se realiza desde Finca Mouriscade y se entregó un presente de Africor a cada uno de los ponentes así como al representante de las instalaciones.