El sector porcino español tiene la vista puesta en varios frentes que pueden ser decisivos para su evolución en los próximos meses. Toda la cadena está pendiente de amenazas específicas como la peste porcina africana (PPA), mientras analizan los efectos que la pandemia mundial del coronavirus puede ocasionarles.
“Pese a las dificultades que pueden presentarse, el sector porcino actual es más roca que burbuja” (Guillem Burset, ingeniero agrícola muy vinculado al sector de la carne)
Todo parece indicar, además, que se avecina una caída de los precios. Si bien, el sector cuenta también con herramientas específicas para afrontar estas dificultades. Así lo apuntó el ingeniero agrícola Guillem Burset durante una jornada telemática organizada, en días pasados, por la comunidad profesional porcina 3tres3. “Pese a las dificultades que pueden presentarse, el sector porcino actual es más roca que burbuja”, ejemplifica Burset la solidez de esta actividad ganadera.
Las principales amenazas
La peste porcina africana sigue siendo uno de los principales caballos de batalla para el sector porcino mundial y, aunque en España aún no se ha detectado ningún caso, la amenaza de que pueda llegar a verse afectada sigue preocupando a toda la cadena. “En España tenemos experiencia en la lucha contra la peste porcina convencional, que controlamos en 1989, sabemos cómo afrontar la epidemia, pero si llegase sería una auténtica catástrofe”, reconoce el ingeniero agrónomo.
Los casos de peste porcina africana confirmados en Alemania a principios de septiembre, aunque por el momento solo se han detectado en jabalíes, han hecho intensificar las medidas preventivas en toda Europa. La proximidad y los contactos con el porcino alemán convierten la peste porcina africana en una amenaza real para el sector español.
El avance de la peste porcina africana, presente ya en fauna salvaje en Alemania, y las consecuencias directas de la crisis del coronavirus son los principales retos del sector español
Al margen de la peste porcina africana, las consecuencias directas de la crisis del coronavirus es otra de las amenazas para el sector español. Burset destaca que, de igual manera que ocurre con la PPA, por el momento España apenas se ha visto afectada de forma directa, mientras que otros países, como Alemania, ya están notando su impacto. La detección de brotes en mataderos germanos ha provocado un atasco considerable en el sacrificio de cerdos en el país, que puede tener efectos también en España.
“En estos momentos Alemania acumula ya más de 500.000 cerdos pasados de peso, al retrasar por causa del Covid-19 el sacrificio de 100.000 cerdos por semana”, explica el ingeniero agrónomo, que cuenta con una amplia experiencia en el sector cárnico. Esta situación puede dejar consecuencias también para el sector español. “Alemania está trasladando el problema fuera de sus fronteras, ya que está priorizando el sacrificio del producto nacional”, explica Burset. De igual manera que la actividad en los mataderos del sector germano se ha visto afectada por el coronavirus, ese es también un riesgo real para el sector español.
Alemania acumula ya más de 500.000 cerdos pasados de peso por el retraso en mataderos derivado de brotes de Covid-19
Otro de los frentes decisivos para España a corto plazo puede llegar de mano de la exportación. La incidencia de la peste porcina africana en China ha provocado que el gigante asiático comience a comprar también partes nobles del cerdo y no solo cartílagos, rabos, patas o huesos, como demandaba del mercado español desde 2005. “Tenemos que saber jugar con las proporciones para no vernos desbordados en el momento en el que China se vuelva autosuficiente, ya que debemos ser conscientes de que el sector está sobredimensionado para las necesidades del estado español”, detalla el ingeniero.
Estados Unidos puede convertirse en otro de los quebraderos del sector español. “El cerdo es el mejor ejemplo de transformación de cereal, en el momento en que Estados Unidos tome conciencia de su potencial y dada la capacidad de producción que tienen de cereal puede llegar a ser un competidor más directo para el sector español”, apunta. En la actualidad, España se sitúa como el tercer país productor de carne blanca de cerdo, por detrás de América y China que encabeza el ranking.
Las debilidades del sector
La exportación, aunque supone una gran oportunidad para el sector, puede convertirse en una de sus debilidades, tal y como revela Burset. “Exportamos más del 35% de nuestra producción, lo que expone mucho al sector a factores de riesgo que escapan de nuestro control”, valora el experto.
Además, la mayoría de las exportaciones se dirigen a China, por lo que la carne se congela, a diferencia con lo que ocurre con las ventas a Europa donde se comercializa en fresco. “La capacidad de congelar que pueda asumir el sector es otro condicionante para su desarrollo”, detalla.
La capacidad de congelar que pueda asumir el sector es otro condicionante para su desarrollo
La caída del consumo interno apreciada en los últimos años es otro hándicap para el sector y que reconduce las ventas hacia la exportación. Si bien, la crisis sanitaria ha ocasionado que en este 2020 se haya incrementado el consumo interior.
Los escándalos que han salpicado puntualmente al sector relacionados con conductas inapropiadas se presentan también como un punto débil. También la presión, cada vez mayor, de movimientos animalistas es otro de los factores que puede ocasionar conflicto al sector. “Tenemos que acostumbrarnos a convivir con las corrientes ecologistas y animalistas”, valora el experto.
Caída de precios
En los últimos meses, y pese a toda la coyuntura mundial adversa, el precio del porcino en España se ha mantenido sin apenas variaciones. Sin embargo, Burset ve probable que se rompa esta tendencia y que el precio del cerdo de carne blanca en España caiga a corto plazo.
Esta caída vendrá derivada en gran medida por la situación de Alemania. “La bolsa de ganado vivo que se ha generado en Alemania, por la caída de exportaciones a China a causa de las dificultades de la Covid-19, por el momento está focalizada allí, pero en cuando se comience a solucionar habrá demasiada carne para el mercado europeo y, por lo tanto, el precio bajará”, concreta el experto.
En España, el precio del cerdo cebado se sitúa en 1,30 euros por kilo, mientras que en países como Alemania está ya en 0,98 euros y en Holanda ronda el 1,5 euros por kilo. “De aquí a Navidad, el cerdo solo podrá bajar. Puede que llege hasta el 1,15 euros o que se quede en 1,20 euros, pero al menos habremos tenido un promedio muy bueno durante todo el año”, vaticina.
“España lleva años incrementando el peso del canal, una tendencia favorable tanto para el matadero como para el ganadero”
Otra tendencia que se ha visto en los últimos años tanto a nivel mundial como estatal es el incremento del peso por canal. “En España llevamos 8 años en los que se ha registrado un incremento de entre 1 y 2,5 kilos en canal de promedio cada año”, detalla. Para el experto, esta tendencia es favorable tanto para el matadero, que obtiene mayor rendimiento con el mismo volumen de trabajo, como para el ganadero, para quien resulta más beneficioso el canal.
Un sector con fortaleza
Frente a estos retos, Burset incide en las fortalezas del porcino español. “La propia trayectoria del sector es una garantía de éxito futuro”, valora. El experto recuerda la evolución de los sacrificios en los últimos 30 años, pasando de los 29 millones que se contabilizaban en 1989 a los 53 millones realizados en 2019.
Burset destaca también lo competitivos que son los mataderos españoles, que se convierten en uno de los bastiones del sector. Además, la resiliencia del sector y su capacidad para sobreponerse a crisis como la vivida en 1991 han hecho que todos los eslabones de la cadena trabajen ya bajo criterios de eficiencia extrema.
Las oportunidades pueden llegar tanto del mercado europeo, como por el aprovechamiento de todos los mercados a los que vaya pudiendo tener acceso el sector español, como Australia o Nueva Zelandia. Para el experto sería interesante intentar crear “nuestro propio nicho avanzado” tomando como ejemplo el caso de Chile con Japón a quien exporta carne al vacío aprovechando que es uno de los proveedores más competitivos por su proximidad.