La conselleira de Medio Rural e do Mar, Rosa Quintana, presentó la pasada semana en el Consello Agrario Galego, el nuevo decreto -actualmente en fase de tramitación- que regulará la gestión de las deyecciones ganaderas.
Según destacó Rosa Quintana, la nueva norma «buscará optimizar el empleo de los fertilizantes de origen orgánico en el campo gallego» de tal modo que la cantidad que se utilizará no excederá de las necesidades del cultivo existente o del cultivo futuro y el momento de aplicación sea el óptimo para el cultivo existente o para el cultivo futuro.
Sin embargo, tanto las distancias mínimas que se exigen como, sobre todo, la capacidad de la fosa de purín y el plazo de adaptación a la normativa, provocaron el rechazo de los sindicatos agrarios que advierten de que «si se aplica tal y como está abocará al cierre de muchas explotaciones ganaderas».
«Establece unos límites de distancias muy estrictos para la realidad de Galicia»
Así, Óscar Pose, secretario de Servicios de Unións Agrarias, defiende que «todo lo que sea regular la aplicación de residuos ganaderos está bien, porque disminuye la litigiosidad en los juzgados».
Sin embargo, lamenta que «el decreto que se nos presenta está muy verde, estableciendo limites como en las distancias a las viviendas que, teniendo en cuenta como está distribuida la ocupación del territorio en Galicia, serían bastantes estrictos».
Así, el borrador del decreto establece que para la aplicación de purines por aspersión y sin enterramiento, y de estiércol sin enterramiento, en suelos agrarios, los límites de distancia serán de 50 metros como mínimo para viviendas, fincas de uso residencial y otros alojamientos ganaderos.
Y en el caso de acumular estiércol en fincas agrícolas la distancia será como mínimo de 100 metros a viviendas, fincas de uso residencial y otros alojamientos ganaderos
El responsable de UUAA considera que «el borrador de decreto también es bastante limitante en lo relativo a la dimensión de las fosas de purín, en los límites de cantidad a aplicar y en el plazo de adaptación de 3 años».
«Obligaría a un gasto enorme en ampliación de las fosas»
Por su parte, Jorge Vázquez, técnico de ASAJA-Galicia advierte de que la capacidad mínima de las fosas de purín que establece este borrador “sería inviable para una parte importante de las explotaciones ganaderas gallegas, abocándolas al cierre».
En concreto, el técnico de ASAJA-Galicia explica que los límites actuales están en 18 metros cúbicos por UGM para vacuno de leche y con el nuevo decreto pasarían a 23,4; mientras que para el vacuno de carne, pasaría de 12 metros cúbicos por UGM a 20.8.
Esta ampliación de las fosas persigue, según la Consellería de Medio Rural, el objetivo de que puedan almacenar el purín correspondiente a 6 meses de producción, que «en determinados casos, y si existen sistemas complementarios de gestión, la capacidad mínima de almacenamiento podrá reducirse a la producción de 3 meses (estiércol) o de 4 meses (purín)».
En cualquier caso, Jorge Vázquez calcula que «la ampliación de las fosas de purín supondría un coste de 592 euros por UGM para las ganaderías de leche y de 948 €/UGM para las de carne»
«La ampliación de las fosas de purín supondría una inversión enorme para las explotaciones gallegas que, unido al plazo de 3 años para adaptarse al cumplimiento de la normativa, provocaría el cierre de explotaciones», advierte.
Confían en que se modifique en el trámite parlamentario
Una vez evaluado en el Consello Agrario Galego, el borrador del decreto de deyecciones ganaderas, pasará a ser tramitado en el Parlamento de Galicia. En este sentido, las organizaciones agrarias confían en que, por la vía de la enmienda, se amplíe el período de adaptación y se reconsideran los límites por UGM.