El principal núcleo de pallozas, palleiros y hórreos techados con paja en los Ancares está en Piornedo (Cervantes, Lugo), un pueblo que cuenta con cerca de una veintena de construcciones con cubiertas de centeno. El mantenimiento de todas esas instalaciones tradicionales, aparte de trabajoso, es caro y cuenta con escasos apoyos institucionales, lo que obligó a los vecinos a organizarse para buscar soluciones. Cinco casas del lugar crearon la asociación ‘Teitos de Piornedo’, con la que quieren promover la conservación de las pallozas. Estos días han celebrado su primera malla conjunta.
El colectivo, integrado por familias que tienen construcciones con ‘teitos’ de paja, sembró en conjunto dos fincas de centeno con el objetivo de hacerse con paja para el arreglo de las pallozas. Este año tomaron el cultivo como una primera prueba experimental, con diversas variedades cultivadas en menos de una hectárea, en la búsqueda de la paja más idónea para los techos. Para el año prevén cuando menos doblar la superficie y afinar en las variedades a cultivar.
La experiencia se confirmó positiva, a pesar de los problemas derivados de las continuas incursiones del jabalí, que se no se daban frenado ni siquiera con pastores eléctricos convencionales. De cara a la próxima campaña, valoran la colocación de mallas con pastor, a fin de reducir daños.
Todo el centeno cosechado se malló este fin de semana con una máquina antigua adquirida por los propios vecinos, una malladora Campeva que localizaron en Zamora y que sacaron de la jubilación. Fue una jornada completa de malla. Primero se separó la paja del grano y después se escolmó, una tarea que consiste en pasar la paja por un ‘peine’ metálico para eliminar hierbas y pajas dobladas, seleccionando el colmo, que es la paja que se utilizará para los techos.
“El balance es muy positivo. Este es el primer año que la asociación hace la malla, y aunque no logramos mucha paja, alrededor de unos 80 colmos -manojos de paja seleccionada-, dimos un primer paso para implicarnos en la conservación de las pallozas y hórreos”, explica Isolina Rodríguez, de la asociación Teitos de Piornedo. “La cuestión es que desde el año 2010, la Xunta se desentendió del mantenimiento anual de los ‘teitos’. Nosotros estamos dispuestos a poner de nuestra parte, aunque lo que podamos hacer nosotros claramente es insuficiente”, valora.
Si se tiene en cuenta que el precio de renovar un metro cuadrado de teito ronda los 150 euros, y que hay vecinos con más de 300 metros cuadrados de ‘teitos’, se entiende el calibre de las tareas a acometer. “Nuestra idea es ir renovando pequeñas partes de las cubiertas cada año, dándole la vuelta a la palloza hasta volver a comenzar. Es como se hizo siempre y evita tener que sustituír todo un teito de golpe, lo que es muy complicado y caro”, expone Isolina.
Situación en la comarca
Las dificultades de conservación de las pallozas explican una práctica habitual en la comarca, el teitado de las antiguas pallozas con uralita, a fin de evitar su pérdida completa. “Es una solución provisional que evita que se pierda la construcción, aunque no es lo ideal, reconoce Isolina Rodríguez.
El Centro de Desarrollo Rural de los Ancares está tratando de recuperar pallozas y hórreos abandonados o teitados con uralita en distintos pueblos de la sierra, un esfuerzo que ya está dando sus primeros frutos.
En Piornedo sólo tienen una palloza tejada con uralita, aunque hay otras con techos de centeno que presentan una conservación deficiente. La asociación Teitos de Piornedo engloba por el momento a cinco casas que se comprometieron en el mantenimiento de sus techos. El objetivo del colectivo es implicar a todos los vecinos, aunque no es fácil. “Hay gente mayor o que vive fuera o que no puede afrontar el mantenimiento de las pallozas, así que hay algunas pallozas en mal estado”, reconoce Isolina.
Tras la malla del pasado fin de semana, las familias integrantes de la asociación podrán acometer pequeñas renovaciones en sus techos. “Cada metro cuadrado requiere de 3 o 4 colmos, así que no podremos hacer mucho, pero es un comienzo”, destaca Isolina.
Usos del grano y venta
El otro fruto de la malla, el grano, se dedicará en parte a elaborar pan y empanada para una celebración comunitaria, a la que la asociación invitará también a personas próximas que colaboraron en la malla. Está previsto además que un colaborador elabore una cerveza artesana con centeno de Piornedo, y el grano restante se venderá. “Es un grano de calidad, cultivado en ecológico, aunque no tenemos la certificación. Serán algo menos de 200 kilos y estamos abiertos a su venta a las personas interesadas”, explica Isolina Rodríguez.