¿Por qué es tan importante la consistencia en la alimentación de las vacas para la producción de leche?

Trevor DeVries, profesor de la Universidad de Guelph (Canadá) explicó en la última One Alltech la importancia de la consistencia de la ración para la salud y la producción de leche en ganado vacuno. Estas son sus recomendaciones

¿Por qué es tan importante la consistencia en la alimentación de las vacas para la producción de leche?

“La vaca no produce la leche que se esperaba con la ración que formuló el nutrólogo”. Esta frase suele ser bastante común en muchas ganaderías que padecen un desajuste entre los kilos de leche que deberían producir los animales con la ración que se diseñó y la realidad.

Para explicar las causas de esta falta de correlación y ofrecer soluciones para corregirla, la conferencia ONE de Alltech citó a uno de los especialistas a nivel internacional en el estudio de la eficiencia de la ración en vacuno de leche: Trevor DeVries, profesor de la Universidad de Guelph (Canadá).

“Consistent Diet, Content Cows”; es decir, una ración consistente que se corresponda con lo que está formulado tanto en la elaboración de la misma, y que sea suministrada a los animales y digerida por ellos de forma que las vacas alcancen los objetivos de producción de leche que se esperaban. Esta fue la idea central que quiso transmitir el profesor canadiense, para quien “no es sólo importante el alimento que le damos a las vacas, sino como las vacas comen la ración”.

Paso 1: ¿Se corresponde la ración que le damos con lo que está formulado?

En este sentido, para Trevor DeVries el primer desafío que se nos presenta es asegurarnos de que la comida que le damos a los animales es realmente consistente con la ración que formulamos. “Ponemos mucho énfasis en lograr muy buena calidad de forrajes y en mejorar la eficiencia pero también nos debería precupar que la ración que formulamos es realmente la que le ofrecemos a las vacas en el pesebre”, subraya.

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En este sentido, la conclusión de DeVries es que no, y se apoyó en un estudio realizado recientemente en Canadá en el que analizaron en distintos establos la ración en pesebre, comparándola con la que estaba formulada. Tomaron muestras dos veces al año durante 7 días seguidos para detectar la variación dentro de cada granja. “Encontramos que había un desajuste: había nutrientes por encima y otros por debajo de lo que estaba formulado. Eso supone un sobrecoste y una falta de eficiencia para el ganadero”, advierte.

Para asegurarnos de que las vacas comen una dieta consistente con la ración que se formuló, Trevor Devries recomienda preguntarse:

-¿Cuantas veces se comprueba la Materia Seca que se les suministra? Especialmente para los forrajes propios. Lo ideal sería hacerlo cada dos días, o como mínimo una vez a la semana.

-¿Con que frecuencia se analizan los componentes de la ración y cuantas veces esta es replanteada? Es decir, comprobar su valor nutricional, sobre todo de los forrajes propios.

-¿Tenemos implantados protocolos para elaborar la ración?

-¿Somos capaces de averiguar que ingredientes y en que proporción se incluyeron en la mezcla?

2 ¿Cuánto de precisas/consistentes son las raciones que le damos al ganado?

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Los resultados del mismo estudio pero analizando la ración durante 7 días seguidos en cada granja también detectó una importante variación de la ración. “Detectamos -explica- es que cuanta mayor variación diaria del suministro de materia seca por vaca menor es el consumo medio por animal. En concreto, cada 0,5 puntos de incremento en la variación diaria del contenido de MS de energía de la ración significa un 1 kg menos de consumo medio diario de materia seca por vaca”.

Comparando la peor granja en cuanto a consistencia de la ración y la mejor detectaron que la diferencia llega a 1,5 kg de variación diaria en el suministro por vaca de MS de energía sobre lo que estaba formulado en la ración, lo que se traduce en 3 kg menos de consumo de materia seca por vaca.

Cuanta más variación en la ración menor producción de leche

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Pero además, el profesor canadiense advirtió de que esta falta de consistencia o regularidad de la ración tiene un impacto en la producción de leche de las granjas. “Cada 0,5 puntos de variación son 3,2 kilos menos de leche diarios por vaca. Si la variación llega a 1,5 kg de MS de energía se traduce en 10 kilos menos de leche por vaca y día, lo que da muestra de la importancia de ofrecer a las vacas una ración consistente”, advierte.

A las vacas les encanta la consistencia, tanto desde el punto de vista del comportamiento, pues les encantan las rutinas, pero también desde el punto de vista digestivo. Así, recordó que “la digestión en las vacas es realizada por las bacterias del rumen, principalmente, y estas prefieren tener una dieta uniforme para degradar”.

3 ¿La ración fue bien mezclada para que se corresponda con la que estaba sobre el papel?

El siguiente paso para asegurarnos de que las vacas comen una dieta consistente es comprobar que la ración es mezclada y suministrada del mismo modo todos los días. Para lograrlo, el profesor Trevor DeVries recordó que disponemos de diferentes herramientas como son:

-La formación de los ganaderos y de los trabajadores, sobre todo cuando son varios los que se encargan de la alimentación, mediante la implantación de protoclos.

-Los progamas de gestión TMR.

-Los robots de alimentación, que prevé que se implantarán cada vez más, pues permiten eliminar la variación debido a factor humano.

4 ¿La vaca come de forma consistente?

Una vez que conseguimos suministrar una ración que se corresponde en cantidad y calidades con el planteamiento, el siguiente reto, según el experto, es comprobar que la vaca come la ración también de forma consistente. Es decir, reducir la selección de la comida por parte de las vacas.

“Las razones por las que una vaca selecciona en el pesebre pueden ser porque no le gusta esa ración tal y como se le presenta. Y desde el momento en que la vaca comienza a realizar este comportamiento de selección de la comida se está creando una inconsistencia, de forma que no hay una correspondencia entre la leche que esperábamos que produjera con esa ración y los litros del tanque”, subraya.

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En este sentido, el experto citó varios estudios de la Universidad de Guelph en los que se relaciona el porcentaje de selección en el pesebre por parte de las vacas con la producción de grasa y proteína. En concreto, cuanto mayor es el descarte de las vacas de las partículas de forraje largas menor es la producción de sólidos lácteos. “Podemos atribuir un 30% de la variación del contenido de grasa de la leche al comportamiento de selección en el pesebre”, señaló Trevor DeVries.

Además, recordó que la selección negativa de la fibra por parte de las vacas “tiene también una repercusión negativa en la microbiota del rumen, produce una bajada del PH e incrementa el riesgo de acidosis”.

Recomendaciones para reducir el comportamiento de selección en el pesebre:

-Las dietas deberían ser diseñadas para reducir el comportamiento de selección. Para eso, debemos aprender a gestionar la cantidad de forraje que incluimos en la ración, el tipo de forrajes, el tamaño de las partículas y el porcentaje de humedad. La recomendación es maximizar el porcentaje de forraje en la ración; si el forraje está más húmedo habrá menos selección, y viceversa; picar el forraje lo máximo posible y añadir agua u otros líquidos para compactar más la ración y reducir la selección.

-La ración debe estar bien mezclada y estar disponible para los animales de forma consistente: Cuantas más veces se arrime la comida y cuanta más frecuencia se reparta el suministro de la ración menor será el comportamiento de selección de la misma por parte de las vacas. Ademáis, a mayor frecuencia de suministro de la ración, mayor será también el número de veces que las vacas se acercan al pesebre. “Y eso repercute en mayor estabilidad ruminal, digestión más eficiente, más salud ruminal y, por supuesto, en un consumo de la ración más consistente”, destacó el profesor.

-Arrimar la comida con más frecuencia: No sólo pondremos de nuevo la comida a disposición del ganado, sino que la estaremos mezclando y ayudando también a la consistencia de su alimentación.

-Asegurarnos de que haya suficiente espacio por vaca en el comedero. Cuando no hay espacio bastante y las vacas tienen que competir por el comedeiro eso crea insconsistencia en el comportamiento de alimentación pues comerán más rápido, menos veces al día y durante más tiempo cada vez, lo que conleva problemas ruminales y una ineficiencia alimentaria. A este respecto, Trevor DeVries recomienda que “como mínimo debe haber 46 centímetros de comedero por vaca, siendo lo ideal 60 centímetros”.

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